Me parece muy interesante, también, la pregunta que hacía Blanca de cómo pensar que ese movimiento feminista ‒porque las beguinas vivían entre mujeres‒ en comparación con la feminización del mundo. Hay un punto fundamental y es que la feminización del mundo es un fenómeno que acontece con parámetros que cambiaron desde la Edad Media, porque hay como ocho siglos entre el movimiento de las beguinas y el actual. Vivimos en una época en que el Otro no existe, mientras que la experiencia mística se podría localizar respecto de un Otro muy particular ‒definido muy bien esta noche‒, un Otro divino, una experiencia de goce y, por qué no, de deseo. Si consideramos la denuncia de los movimientos feministas de los años 70, por ejemplo, o las primeras feministas de la época de Freud, o incluso el falocentrismo lacaniano ‒con las feministas que estaban en la Escuela de París, como el caso de Lucy Irigaray‒ vemos que apuntaban al falo, a denunciar el falocentrismo. Mientras que el feminismo actual, sobre todo los movimientos de la cuarta generación, buscan, por un lado, articular un discurso allí donde ya no hay Otro y, por otro atacar lo que podría quedar del semblante y de lo simbólico vinculado al patriarcado.
Denuncian, por ejemplo con Mee Too , la posición del hombre que representa algo de la violencia, que ciertamente existe, pero no todos son violadores, no todo el goce fálico es un goce peligroso. Ese feminismo de la época de la feminización del mundo, a diferencia de los otros, ataca al semblante fálico. Este feminismo actual, que los sociólogos llaman la cuarta ola, busca, más bien, correr completamente el falo, como si no existiese y toma como figura paradigmática al sujeto transexual, es decir, a aquel que no se inscribe voluntariamente en ningún semblante, buscando más bien denunciarlos.
Mónica Torres: En efecto, para esta posición no se puede decir más hombres y mujeres, un ángulo posible a tomar sería juntar los no binarios.
Fabián Fajnwaks: Creo que hay que mostrar que el binarismo que nos achacan ‒al suponernos a los lacanianos guardianes del binarismo a nivel de la diferencia sexual‒ es algo que ya no es posible con el Lacan de la última enseñanza. La diferencia sexual queda borrada detrás del anudamiento singular, sintomático que el sujeto hace respecto al goce, el Lacan del sinthome ya no es el del Seminario 20 . Es un Lacan que con el sinthome permite responder a Paul Preciado, para dar un ejemplo más extremo de quien denuncia con la mayor vehemencia el binarismo fálico.
María Leonor Solimano: Agradecemos a todos, la verdad es que se han abierto muchísimos temas que seguiremos trabajando durante todo el año.
CAPÍTULO 3 Hombres y mujeres (*)
*- Clase del 4 de mayo de 2020.
¿Centroy ausencia? A veces sí y otras no PABLO RUSSO
Buenas tardes a todas y a todos, y buenos otros momentos de la jornada a los que están en algunos otros lugares del mundo. ¡Bienvenid@s!!
Tengo el enorme gusto de estar acompañado por dos queridos amigos de toda la vida, Mónica Torres y desde París, Fabián Fajnwaks, quien viene participando virtualmente en nuestro seminario.
Quisiera poder contarles y transmitirles que siempre es para mí mucho más que una alegría y un entusiasmo trabajar y compartir un espacio con ellos, es también del orden del afecto, de la emoción. Es la confirmación permanente de la buena coexistencia de un lazo tanto epistémico como de amistad. La forma más bella, para mí, de la transferencia de trabajo, el mejor modo de saber hacer y bien decir un enlace. A ambos –y esto creo que no lo conté nunca antes– los conocí en la facultad y en los grupos de estudio de entonces, con Mónica; o sea hace más de 30 años. Podría contar muchos recuerdos que forman parte sustancial de mi emoción siempre reencontrada. Supongo que ellos podrán decir algo también sobre esta historia compartida, en general no lo podemos evitar. Sólo contaría, intentando ser original y no repetir pues ellos no saben que contaría algo de un momento –¿cómo llamarlo?– épico y bisagra para nuestras vidas y formaciones permanentes como analistas. Cuando iniciándose en Buenos Aires lo que se llamó “El movimiento hacia la Escuela” Mónica juntó a algunos de sus grupos de estudio para proponer un grupo de trabajo ampliado, en el que también participaron otros colegas y amigos, por ejemplo Linda Katz y Blanca Sánchez. Grupo de trabajo que compartimos con Fabián –lo que no hizo más que afianzar una joven amistad– y al que Mónica propuso investigar y debatir sobre los llamados ‘textos institucionales’ de Lacan. Y una vez que se fundó la EOL y muchos de esos compañeros de ese grupo de trabajo entramos como miembros y adherentes a la Escuela, Mónica nos invitó a trabajar en la Escuela y formar carteles, cumpliendo a rajatabla el pacto de disolver los grupos de estudio. Aunque Fabián justo estaba iniciando lo que podría llamarse su segunda etapa de formación del otro lado del océano, en su otro lugar en el mundo –lo que no impidió para nada, a ninguno de los tres, que continuáramos ejerciendo nuestro afecto y amistad tanto como nuestra interlocución–, supongo que ambos estarán de acuerdo en que fue un momento no sólo inolvidable sino que ha marcado a fuego nuestro compromiso con la formación, con la transmisión y con la Escuela. Seguramente también con nuestro lazo, y quizás esto tenga también alguna resonancia con la primera parte de mi título.
Bien, tratando de contener las emociones que me produce cada vez que nos reencontramos, solo haré una breve introducción a lo que propusimos al inicio del año titular para esta vez como “Hombres y mujeres”, para luego con todos ustedes, los muchos que son, escucharlos primero a Mónica y luego a Fabián, y luego conversar entre todos. A estas notas de apertura pensaba tentativamente titularlas “Centro y ausencia”. Pero al contarle un poco de lo que iba a hablar a mi partenaire , que ha mostrado ocupar su lugar y ser sabia en este punto, al escucharme me dijo: bueno, podría llamarse “Algunas cosas sí y otras no, a veces sí y otras no”. Y creo que las exposiciones de Mónica y de Fabián, opinarán sobre mi introducción que algunas cosas o algunas veces sí y otras no.
Voy a mantenerme en principio en la línea y el momento de la enseñanza de Lacan que me propuse para mi investigación de este año: El saber del psicoanalista , Hablo a las paredes y por ahora los Seminarios 19 y 20 , no entrando incluso todavía mucho en el 21 pues además lo he trabajado muchas veces. (1) Voy a intentar cruzar lo que anticipa allí Lacan en las invenciones en la sexuación, que no hay identidad sexual para el sujeto hablante, con los actuales colectivos de ‘mujeres’ si se los puede llamar de ese modo. Siempre buscando atrapar allí lo que antecede o ya está en ciernes respecto a los desarrollos siguientes, cómo el mismo Lacan plantea seguido respecto de buscar demostrar algún real en los impasses o agujeros de la lógica.
Al comienzo de El S eminario 19 , definiendo a lo real –en la página 39–, como lo que se opone a la íntegra captación por el discurso de la exhaución lógica, introduce en esta un hiato irreductible. Partiendo de allí, quizás aún hoy para una gran parte de los que podríamos llamar ‘varones’ u obsesivos que nos consultan podamos sostener una lectura sobre su modo de estar en la sexuación, en tanto una relación con el goce al que se afilian o al que pueden acceder. Así como también una relación de imposibilidad, podríamos decir, respecto del Otro goce o del goce Otro –al que no alcanzan o acceden. Lectura del lado llamado ‘hombre’ de las fórmulas de la sexuación lacanianas, correspondientes a este período.
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