GRACIELA EDITH RUIZ DIAZ
¿Quién aprende? ¿Cómo enseño? APRENDIENDO A ENSEÑAR
Primer Ciclo
Ruiz Diaz, Graciela Edith
¿Quién aprende? ¿Cómo enseño? Aprendiendo a enseñar : Primer Ciclo / Graciela Edith Ruiz Diaz. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2021.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: online
ISBN 978-987-87-1994-8
1. Ciencias de la Educación. 2. Medios de Enseñanza. I. Título.
CDD 371.10201
EDITORIAL AUTORES DE ARGENTINA
www.autoresdeargentina.com info@autoresdeargentina.com
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina – Printed in Argentina
A mis hijos, Alejandro Rodrigo y Adra Sofía.
A mis padres, María y Humberto.
A mis hermanos.
A Silvia, por otros 40 años de amistad.
A Carol Andrea, por la amistad y apoyo incondicional
A mi prima Sandra y mi tía Sara.
A mis alumnos, y sus padres.
A mis colegas.
Un compendio de experiencias para compartir
Graciela Edith Ruiz Diaz
P.E.P.
Para poder “hacer” primero tuve que “ser”, existir, y eso le debo a la unión de mis padres, Humberto y María, a quienes agradezco haberme brindado el don de la vida y guiarme por un sendero de trabajo y entereza, ante lo bueno y no tan bueno que nos presenta el camino, acompañada en el trayecto por mis hermanos, José Luis, Humberto (hijo) alias “Tito” y Sonia, de quienes también aprendí distintos aspectos del “paisaje” de la vida.
Pero esta obra no sería posible sin la colaboración, apoyo, empuje y paciencia dispensada por mis hijos en todo el trayecto de sus existencias, aprendiendo juntos a recorrer distintos senderos, algunos de los cuales hubieran sido más difíciles transitar sin el aporte de sus sabidurías; por eso, Alejandro Rodrigo y Adra Sofía se merecen todo lo que pueda dejar de legado, dado que en todo ello, hay reflejo de sus presencias.
Y en esos senderos de la vida, se presentan situaciones, pero también personas que hacen que las alegrías sean más grandes, los proyectos más fructíferos y que las penas se desvanezcan casi por completo, me alientan en cada idea y me calman cuando algo no sale según el plan.
Una de esas personas es Silvia Mariel, mi amiga desde la escuela, lugar donde se producen lazos verdaderos. Nosotras somos un ejemplo de ello.
En la misma escala, otra amiga, Carol Andrea, quien no solo me ayudó en momentos difíciles de un tramo del camino, sino que me brindó y sigue brindando su amistad incondicional.
Otras personas con esas características son mi tía Sara y mi prima Sandra, siempre presentes en mi vida.
Y párrafo aparte para mis cuñadas, Karina y Alicia, quienes llegaron a mí a través de mis hermanos pero se convirtieron en hermanas de la vida, más unidas aún por sus únicas hijas mujeres que son mis ahijadas: María Sol y Tatiana, dos seres de luz.
Personas que, sin que medie un lazo más que el afectivo, han confiado en mí: los padres de mis alumnos. Pero sobre todo, el grupo de padres que me ha inspirado a escribir este libro, al solicitar en tercer grado (año 2018) que continúe con sus hijos (luego de haber concluido el primer ciclo), hasta sexto grado.
Y por supuesto, a los héroes de esta historia, mis alumnos, con quienes hemos crecido juntos en una etapa de nuestras vidas y espero continuemos juntos a lo largo del camino, como lo sigo haciendo con otros alumnos, que hasta la fecha, me visitan, me consultan, envían mensajes.
Por último, a mis colegas. Este libro fue gestado como medio de contacto, confiando en que servirá de apoyo para que otros colegas puedan alimentar las ideas aquí planteadas, criticarlas, reformularlas, adaptarlas, compartirlas, y de éste modo, ayudarnos a crecer mutuamente.
A todos ellos ¡GRACIAS!
El camino del docente suele ser un eterno disfrute.
Se disfruta de cada nueva letra que el alumno logró incorporar; de la palabra difícil, por fin bien pronunciada; del número artístico tantas veces practicado y puesto en escena; del inicio de clases con nuevos desafíos y la finalización del ciclo con la meta lograda.
Se disfruta de la colaboración de las familias cuando se necesita que realicen alguna actividad extraescolar o de su autorización para realizar ése viaje tan esperado.
El docente se entusiasma con proyectos adecuados al grupo de alumnos, a sus necesidades y las propias posibilidades de desarrollarlos.
También se presenta para el docente un camino difícil, que a veces, puede ser doloroso: el tiempo que debe dedicar a realizar un proyecto solicitado por las autoridades, con el cual su visión de educación no coincide, dado, por ejemplo, al entorno donde se encuentra la escuela, pero debe hacerlo.
Proyectos “innovadores” que no se adaptan a la realidad del grupo clase o al contexto social donde desempeña su tarea, pero debe adaptarlos como sea, alejándose de la realidad y de la base de la enseñanza como son los saberes previos.
Debe llevar a cabo tareas administrativas que, en la mayoría de los casos, no se relacionan con su actividad pedagógica.
Confeccionar planillas y elevar porcentajes, que pueden servir a nivel de política educativa, con datos solicitados que muchas veces no reflejan la realidad de cada institución, con casos que necesitan atención más personalizada y no tan estandarizada.
Debe realizar tareas de limpieza, apartándose de su rol académico, perdiendo valioso tiempo que debía dedicar a sus alumnos.
Todo ello enfrenta al docente a momentos vertiginosos, ambiciosos, cargados de energía desafiante, que de una u otra manera, con lágrimas, tensión, desánimo, pero también con alegría, confianza, y con la certeza de haber hecho desde el principio una tarea fundada en el amor y con una pasión única, lo lleva a observar el fruto de un trabajo bien hecho.
He pasado por todos esos momentos, cargados de variadas sensaciones y emociones, como seguramente también usted, si es docente, lo ha experimentado. Lo/a invito a revivirlos mientras lee este libro.
En ocasiones, encontrará en sus páginas tareas idénticas a las desarrolladas en algún momento, y en otras, surgirán nuevas ideas a partir de las actividades presentadas. En ese caso, me encantará conocerlas.
Tal vez las metodologías utilizadas sean similares y podamos compartir los enfoques que se presentan en estas páginas.
La intención es poder revivir los motivos por los cuales estamos en este camino, el de la docencia; observar y observarnos, retomar el “foco” de la tarea docente, revisar lo aprendido, desaprender, volver a aprender, animarnos a poner en práctica los nuevos aportes aún no experimentados.
Usted y yo somos andamiajes en la construcción del saber, consecuentemente, considero que debemos acoplarnos en la búsqueda de herramientas con el objeto de aumentar las posibilidades de aprendizaje de nuestros alumnos, incrementando a su vez el disfrute en el proceso de adquisición de los conocimientos, tanto de los aprendientes como el de sus guías.
Para ello, debemos preguntarnos, ¿quién adquiere los conocimientos? ¿Cómo se desarrolla ese proceso de adquisición de esos conocimientos? ¿De qué manera comenzamos a ser guías en el aprendizaje? ¿Cómo vamos aumentando los contenidos a aprehender?
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