Entre 1933 y 1963, en España no se vuelve a publicar ninguna traducción de Descent , que reaparecerá en las librerías en la traducción de Julián Aguirre para la editorial Edaf (Madrid) con su característica cubierta de plástico azul. Esta versión se reimprimirá en varias ocasiones hasta la actualidad y, a partir de 1980, incluirá un estudio preliminar de Faustino Cordón. Asimismo, otras editoriales lanzarán diferentes traducciones durante las décadas siguientes. Pongamos ahora dos ejemplos, uno de desidia editorial y otro de excelencia. El primero es la publicación de la antigua traducción de López White, de principios del siglo XX, por la editorial Alba (Alcobendas) a finales de los años noventa (y reeditada en 2000 y 2002) bajo el título El origen de las especies [sic]. El contrapunto de calidad es la traducción al español de Joandomènec Ros de la edición definitiva de Descent (1877). En esta edición, Murray incorporó al final un artículo de Darwin publicado en 1876 en Nature sobre la selección sexual en primates. La traducción de Ros fue publicada por la editorial Crítica (Barcelona) en 2009, año del bicentenario de Darwin, y ha sido reeditada en 2021. Esta cuidada edición incluye una presentación de José Manuel Sánchez Ron, director de la colección, un prólogo del traductor y un epílogo de Carles Lalueza-Fox. Finalmente, en 2019 se incorporó a la Biblioteca Darwiniana, dirigida por Rosaura Ruiz (UNAM, México) y editada por Los Libros de la Catarata (Madrid), un volumen de gran formato y 449 páginas con un extenso estudio de los historiadores Francisco Pelayo y Miguel Ángel Puig-Samper. Sin embargo, el texto de Darwin no es una traducción actual, sino la versión de Descent que hicieron Perojo y Camps ¡hace 136 años!
Fig. 4. Cubiertas de las traducciones de El origen del hombre de López White (1902 y 1920), Josep Egozcue (1984) y Joandomènec Ros (2009). Fuente : Biblioteca particular de los editores de este volumen.
En catalán solo disponemos de una traducción, la publicada en 1984 por Edicions Científiques Catalanes en dos volúmenes de la primera edición del libro en versión del malogrado Josep Egozcue, con prólogo de Joan Rovira. Si es cierto que cada generación debe disponer de una traducción contemporánea de los clásicos, pensamos que sería hora de emprender una nueva traducción al catalán de El origen del hombre de Darwin.
1.«Light would be thrown on the origins of man and his history». Nos hemos inspirado en esta frase para poner título a este volumen, que analiza el contexto de la obra de Darwin y nos abre un panorama de las investigaciones actuales sobre la evolución humana.
2.Hoy en día se conservan más de quince mil cartas intercambiadas con más de dos mil interlocutores, muchas de ellas accesibles en línea gracias al Darwin Correspondence Project de la Universidad de Cambridge (disponible en línea: < https://www.darwinproject.ac.uk/>).
3.Se transcribe literalmente el texto manuscrito incluyendo las palabras que Darwin tachó.
4.Para a una información detallada y crítica de todas las ediciones de Darwin en español y en catalán, consúltese Gomis y Josa (2009 a ).
1. EL CONTEXTO HISTÓRICO
DE EL ORIGEN DEL HOMBRE DE DARWIN
Janet Browne
Janet Browne es Aramont Professor en el History of Science Department, Harvard University.
Darwin publicó El origen del hombre y la selección en relación al sexo en 1871 como una importante contribución al debate victoriano sobre los orígenes evolutivos de la humanidad. Gran parte de ese debate comenzó tras la publicación de El origen de las especies en 1859; sin embargo, Darwin había excluido deliberadamente a los seres humanos de esta obra. El origen del hombre incluye su larga investigación sobre los orígenes animales de las características humanas y varias teorías nuevas importantes, como la selección sexual. La teoría de la selección sexual constituye el núcleo de su propuesta de explicación de la diversificación de las razas humanas. Se analizan los motivos de su publicación y se sitúa el libro en el contexto social contemporáneo del siglo XIX.
La principal conclusión a la que se llega en este libro, es decir, que el hombre desciende de alguna forma de organización inferior, será, lamento pensarlo, muy desagradable para muchos. Pero apenas caben dudas de que descendamos de bárbaros.
DARWIN, Descent
En The Descent of Man, and Selection in Relation to Sex ( Descent a partir de ahora), Charles Darwin se ocupó de lo que denominó «el problema más elevado e interesante para el naturalista». Publicado por primera vez en inglés, en Londres, en las primeras semanas de 1871, Descent fue una exposición exhaustiva de la teoría de la evolución de Darwin aplicada a los seres humanos: en ella describió lo que sabía sobre los orígenes animales del hombre, las características físicas de los distintos pueblos, la aparición del lenguaje y el sentido moral, las relaciones entre los sexos en los animales y en los seres humanos, y un sinfín de temas similares que desdibujaban los límites entre nosotros y el mundo animal. Su objetivo era demostrar que los seres humanos habían evolucionado gradualmente a partir de los animales y que las diferencias eran solo de grado y no de tipo. Sus conclusiones eran audaces:
Hemos de reconocer, según me parece, que el hombre, con todas sus nobles cualidades, con la simpatía que siente por los más envilecidos, con la benevolencia que extiende no solo a los demás hombres sino al más insignificante de los seres vivos, con su intelecto divino, que ha penetrado en los movimientos y la constitución del sistema solar… Con todas esas capacidades enaltecidas, el hombre todavía lleva en su estructura corporal el sello indeleble de su humilde origen (Darwin, 1877 a : 619).
Ha sido un largo proceso el que ha llevado a Darwin a este punto. Doce años antes, en Origin of Species ( Origin a partir de ahora), había escrito con cautela que, si se aceptaban sus opiniones, «se iluminarían los orígenes del hombre y su historia» (Darwin, 1859: 488). En realidad, había mantenido deliberadamente a los seres humanos fuera de Origin : desde el principio de sus investigaciones había reconocido que el tema pondría en peligro cualquier consideración tranquila de su argumento. Aunque en Gran Bretaña un número cada vez mayor de personas rechazaban la verdad literal de la historia bíblica del origen, todavía había suficientes creyentes como para que Darwin fuera cauto con lo que escribía (Lightman, 1987). La propia definición de la humanidad en Occidente se basaba en la antigua creencia en la existencia de un sentido moral especial otorgado a los seres humanos por el creador divino. Los acalorados debates que siguieron a la publicación de Origin se centraron explícitamente en la cuestión de los orígenes humanos y el papel creador de una fuerza divina (Bowler, 2007; Livingston, 2001). La controversia fue tan agitada y destemplada como Darwin había temido, aunque se había asegurado de que no se mencionara a la humanidad en el texto. 1
¿Por qué, entonces, Darwin decidió finalmente escribir un libro como Descent ? Los archivos indican que estaba profundamente interesado en toda la cuestión de los orígenes y la diversificación humana desde la época del viaje del Beagle, 1831-1836 (Hodge y Radick, 2009; Barlow, 1958). 2 En ese viaje se encontró con muchos grupos indígenas diferentes y se preguntó sobre las relaciones de estos con su propia sociedad británica. Incluso antes del viaje, expresó su ardiente apoyo a los movimientos antiesclavistas que se estaban organizando en Gran Bretaña, ya que sentía que todos los seres humanos son iguales bajo la piel (Desmond y Moore, 2009). Creía claramente que el ser humano era una parte esencial del mundo natural y que debía incluirse en cualquier interpretación de los orígenes que elaborara; sin embargo, excluyó deliberadamente a los humanos en su Origin (1859). Durante la década de 1860 hubo una serie de factores que contribuyeron a que cambiara de opinión. Principalmente, Darwin se dio cuenta de que aumentaba la influencia de las historias alternativas. El evolucionismo creativo del duque de Argyll estaba ganando terreno en el Reino Unido. Principles of Biology de Herbert Spencer y sus Essays: Scientific, Political and Speculative integraban conceptos evolutivos seculares con ideas políticas y sociales reformistas que ya resultaban atractivas para sus contemporáneos. Ernst Haeckel se ocupaba de describir la ancestralidad de los simios a sus lectores alemanes. El libro anónimo de Robert Chambers sobre la transmutación, Vestiges of the Natural History of Creation , publicado por primera vez en 1844, seguía circulando ampliamente, incluyendo ahora varias traducciones a idiomas europeos (Greene, 1959).
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