EVOLUCIÓN
Y COMPLEJIDAD
Jordi Bascompte y Bartolo Luque
Director de la colección:
Fernando Sapiña
Coordinación:
Soledad Rubio
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© Del texto: Jordi Bascompte y Bartolo Luque, 2012
© De la presente edición:
Càtedra de Divulgació de la Ciència, 2012
www.valencia.edu/cdciencia cdciencia@uv.es
Publicacions de la Universitat de València, 2012
www.uv.es/publicacions publicacions@uv.es
Producción editorial: Maite Simón
Interior Diseño: Inmaculada Mesa Maquetación: Communico, C. B. Corrección: Communico, C. B. Cubierta Diseño original: Enric Solbes Grafismo: Celso Hernández de la Figuera
ISBN: 978-84-370-8940-9
ÍNDICE
Introducción: Los grillos están muy bien, pero hablemos de evolución
Teorías
La teoría de la evolución
Capítulo 1. La generación de complejidad
Relojeros ciegos
El ojo, una magnífica... chapuza
La ley de Dollo
Escuche
¿Se incrementa la complejidad de los organismos a lo largo de la evolución?
¿Se incrementa la complejidad por un mecanismo activo o pasivo?
Columnas vertebrales.
Tendencias evolutivas, direccionalidad y progreso
Caballos y foraminíferos
Progreso y oportunismo
La aparición de la célula eucariota
El origen de los metazoos
La evolución como proceso contingente
Capítulo 2. Restricciones de desarrollo
Funcionalismo
Ejemplo de funcionalismo: la radiación adaptativa en la extremidad de los tetrápodos
Estructuralismo en biología
La utilidad de los monstruos y el origen del orden.
Desarrollo embrionario y formación de patrón
La formación del patrón de pelaje en los mamíferos.
Formación de la extremidad en los tetrápodos
Hacia una biología estructuralista
Capítulo 3. Procesos evolutivos a múltiples escalas
Deriva genética
Micro y macroevolución: el tempo del cambio evolutivo
Trilobite: un ejemplo de cambio gradual
Moluscos: ejemplo de cambio abrupto
El desacoplamiento de la micro y la macroevolución
Selección de especies y tendencias evolutivas
La evolución como proceso a múltiples escalas
Heterocronías: alteraciones en el proceso de desarrollo como origen de novedad evolutiva
Capítulo 4. La Reina Roja y las extinciones: ¿sobreviven los más aptos o los más afortunados?
Extinciones
El modelo de la Reina Roja
Las extinciones en masa
¿Sobreviven los más aptos o los más afortunados?
La alternancia de regímenes macroevolutivos: hacia una visión jerárquica de la evolución
Las substituciones de unos grupos por otros
Deje los bivalvos y llévese los braquiópodos
Invasión
Contingencia y convergencia
Capítulo 5. Un mundo de relaciones enredadas
Redes de vida
Beneficio mutuo
They Rule: compañías, directivos e influencias de poder
La red Internet
Una mirada matemática
El talón de Aquiles
La red de la biodiversidad
Muñecas rusas
Convergencia y complementariedad
Dependencias débiles y asimétricas
Filogenias y ecología
Dinámica mutualista
Comprender para actuar
Epílogo: El juicio del mono
Bibliografía
Índice analítico
Introducción LOS GRILLOS ESTÁN MUY BIEN, PERO HABLEMOS DE EVOLUCIÓN
El grillo campestre (Grillus campestris) es el cantautor que más escuchan los españoles en verano. Su chirrido es inconfundible. En China y Japón los grillos son apreciados como insectos cantores y se encierran en cajas en las casas; algo parecido a lo que nosotros hacemos con ciertos pájaros. Además, en China son muy populares los combates de grillos. ¿Cuatro personas con las cabezas pegadas alrededor de un cuadrilátero en miniatura? La tecnología hace milagros: los combates se transmiten por pantallas gracias a cámaras con potentes zums.
Figura 1. Nuestro grillo patrio, el grillo campestre (Grillus campestris ).
Aunque los entomólogos no se ponen del todo de acuerdo, parece que se conocen más de 2.200 especies de grillos. Son insectos que pertenecen al orden de los Ortópteros, como los saltamontes y las langostas. La principal característica que define a este grupo es que sus extremidades posteriores están adaptadas para el salto. Son capaces de saltar hasta treinta veces su longitud. A pesar de que los grillos tienen alas, raramente las usan para volar, prefieren escapar mediante saltos. De hecho, el principal uso que dan a sus alas es el canto. Los grillos consiguen grillar gracias a sus alas, que tienen una nervadura en forma de dientes de sierra, con lo que, al frotarlas, producen ese característico «cric-cric».
Como mucha gente que vive en el campo sabe, los grillos incrementan la frecuencia de sus chirridos con la temperatura. Lo que no es tan conocido es que lo hacen de forma tan precisa, que se pueden utilizar como termómetros. Un caso que ha sido bien estudiado es la frecuencia del «cric» de un pequeño grillo americano, el Oecanthus fultoni . Si contamos el número de «crics» de un grillo de esa especie en 7 segundos y sumamos 5 nos dará la temperatura a la que se encuentra en grados centígrados. En el caso de nuestro grillo campestre, los números serán ligeramente diferentes, pero su chirrido es suficientemente lento y claro como para contarlo sin problemas. Es un experimento que cualquiera puede hacer durante sus vacaciones de verano en el campo.
¿Por qué los grillos funcionan como termómetros? En general, las reacciones químicas se producen más rápidamente a mayor temperatura. Fue el químico-físico suizo Svante Arrhenius quien, en 1889, dedujo la expresión matemática que relaciona la velocidad de reacción y la temperatura a la que se produce. Los grillos, como todos los organismos, son contenedores de una enorme cantidad de reacciones químicas que llamamos metabolismo. Como los grillos no autorregulan su temperatura corporal como los mamíferos, la velocidad de sus reacciones metabólicas depende de la temperatura ambiente. En cierta manera, el chirrido de los grillos es una demostración macroscópica de la ecuación de Arrhenius. En realidad la ecuación de Arrhenius es una relación exponencial entre la velocidad y la temperatura, pero para valores pequeños de temperatura se ajusta bien a una relación lineal.
Figura 2. Ejemplar de un pequeño grillo de la espece Oecanthusfultoni . La frecuencia del cric de este grillo en función de la temperatura ha sido bien estudiada. Si contamos los crics que emite durante 13 segundos y sumamos 40, obtendremos aproximadamente la temperatura en grados Fahrenheit a la que se encuentra el grillo.
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