Dado en Catania, el año de la encarnación del Señor, 1224, en el mes de marzo, en el duodécimo de la indicción.
1.2.8. EL PAPA GREGORIO IX AL DUQUE DE BRABANTE EN 1232.
Gregorio IX exhorta al duque de Brabante Enrique I el Guerrero a recibir benignamente a los frailes predicadores enviados a Alemania para combatir la herejía. Rieti, 3 de febrero de 1232 . 21
Aquel terco enemigo del género humano a quien abatió su soberbia desde las alturas a lo más hondo, no contento porque la maldad de su engaño arrastró al hombre a la caída encaminándolo a las tribulaciones y desventuras, sagazmente se esfuerza en enredarlo con redes mortales, disponiendo astutamente asechanzas consigo para agarrarlo fuerte y que no se levante del lugar desde el que había caído él mismo. Esforzándose finalmente estos días en corromper la fe con la herejía, con ayuda de sus ministros, trabajadores del pecado, desparramó veneno mortífero, considerando sediciosamente lo eficaz para hacer daño del enemigo cercano, ellos, prometiendo, por así decir, cosas amables, pican con la cola como el escorpión, para derramar al cabo en el dorado cáliz la ponzoña de la peste de Babilonia. 22Aunque los herejes, hasta aquí ocultos desde tanto tiempo, como el cáncer, se deslizasen en lo recóndito y como las zorras se esforzasen secretamente en destruir la viña del Señor, sin embargo, ahora, haciéndoles salir los pecados a descubierto, como caballos dispuestos al combate, se atreven a alzarse claramente contra ella, buscando como cebo a los sencillos y como botín a los instruidos y deseando enredar no obstante a cualesquier fieles con sus trampas, hechos maestros del error quienes nunca fueron discípulos de la verdad. De donde conviene alzarse enérgicamente contra ellos para que, una vez reducida al silencio su herejía, recobre el vigor enteramente la fe de Cristo, pues la corona del premio sigue a quienes resisten a las tentaciones [ II Tim , 2, 5]. Así pues, como desde hace tiempo resplandeciese en Alemania la fe leal y por esto temamos allí más a los animales venenosos, no sea que los sencillos, rodeados por las taimadas seducciones de estos, y los astutos, peligrosamente engañados con fraudes perversos, se descarríen al abismo de los pecados y así se profane en el mismo sitio el sostén de la fe, Nos, que cerca de la hora undécima estamos entre los obreros o, por mejor decir, por encima de los obreros de la viña del Señor, asignado por el evangélico padre de familia, 23conmovido por el dolor en lo más hondo del corazón, no soportando tan grande injuria del Creador y queriendo salir al paso de tanto peligro de las almas, de muchas y variadas formas, 24no cesamos de proponernos con toda diligencia extirpar la maldad herética. Cuando el Señor, compasivo y misericordioso, que no quiere que nadie perezca, parando mientes a que era mucha la mies y pocos los trabajadores, suscitó la orden de los amados hijos predicadores, y estos, no buscando lo suyo sino lo de Jesucristo, se dedicaron, tanto a evitar las herejías como otras mortíferas epidemias, a la evangelización de la palabra de Dios en la humildad de la pobreza voluntaria, nos, instruido con el ejemplo de quien eligió tanto doce apóstoles como otros setenta y dos discípulos y los lanzó a predicar de dos en dos, 25estimamos que dichos frailes predicadores debían ser destinados contra los herejes en Alemania, por eso rogamos a tu nobleza, advertimos y exhortamos con atención, mandamos por escritos apostólicos, aplicándolo para remisión de los pecados, que, por reverencia a Dios, a la Sede Apostólica y nuestra, los recibas y trates de manera honorable, esforzándote en proporcionarles en estas y otras cosas, consejo, ayuda y favor, de tal manera que ellos puedan desempeñar sin estorbo el oficio que les ha sido encomendado y Nos podamos recomendar con justicia el celo de tu lealtad.
Dado en Rieti el 3 de febrero, en el año quinto de nuestro pontificado.
1.2.9. EL PAPA GREGORIO IX AL ARZOBISPO DE TARRAGONA EN 1232.
Gregorio IX se dirige al arzobispo de Tarragona Espárago de la Barca (1215-1233), como metropolitano, y a los demás obispos sufragáneos de la provincia tarraconense, ordenándoles actuar contra los herejes aplicando las recientes normas establecidas por él en esta materia por medio de los frailes dominicos u otros jueces nombrados por ellos. Espoleto, 26 de mayo de 1232 . 26
Gregorio obispo, siervo de los siervos de Dios, a los venerables hermanos, el arzobispo de Tarragona y sus sufragáneos, salud y bendición apostólica. Inclinándose ya hacia el ocaso la tarde del mundo y sin reposo la maldad humana, no sólo experimentan los elementos corruptos la corrupción del siglo corrupto, también lo declara por cierto la más digna de las criaturas, erigida a imagen y semejanza del creador, privilegiada con el privilegio de la dignidad sobre los pájaros del cielo y las bestias de toda la tierra. Peca hasta el extremo el hombre infeliz, quien, en su creación, puesto en medio del paraíso para que lo trabajase y guardase y comiese de todo árbol que en el había, excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal, 27no pudo permanecer en él, degenera cerca del final de los siglos y se enreda con las diversas y varias ataduras de las culpas. He aquí pues, poniéndolos al descubierto los pecados, que ya están rotos los huevos de los áspides y tejieron sus telas las arañas. Porque los desgraciados e infelices herejes, derraman el falso y herético entendimiento que en su mente habían concebido, dándolo a luz en los oídos de sus creyentes. Pero morirá quien de sus huevos comió, porque los que se unen a su doctrina y consejos serán destinados a los fuegos eternos. He aquí que de la semilla de una culebra nace un dragón, porque, al igual que aquella con su aliento venenoso, así éste mata a las aves que vuelan con la hiel de su aliento pestífero, 28para no desmerecer de la serpiente de la edad primera que, engañándolos, destruyó a nuestros primeros padres. No es tampoco diferente del basilisco que mata con la vista a los que mira, porque este reptil venenoso seduce y aniquila con su mirada a los imprudentes. He aquí que se levanta un viento que desgarra con engaños la túnica del Señor, indivisa y sin costuras y tejida enteramente desde arriba. 29He aquí también, renovada bajo el Nuevo Testamento la estirpe de Acam que, ante el riguroso anatema, se apodera del lingote de oro y del manto. 30Linaje detestable asimismo de Abirón, Datán y Coré, 31que con nuevos incensarios quieren quemar incienso podrido ante nuevos altares, cuando la noche declara a la noche su saber, 32cuando las herejías se propagan y las zorras se esfuerzan en destruir la viña del Señor. 33En efecto, estos son los taberneros que mezclan con agua el vino, que ofrecen el veneno del dragón en el dorado cáliz de Babilonia, que siguiendo el dicho profético, «tensan el arco, amarga cosa, para asaetear en lo oculto a los inocentes», 34de modo que si no se hiere el brote en flor, el fruto no sólo será amargo sino que germinará venenoso. Esto es ciertamente lo que lamentándonos relatamos y lamentamos al referirlo: deslizándose la enfermedad de la plaga herética, poco a poco, como un cáncer, infectó ya, según se dice algunos lugares de la provincia tarraconense. Así pues, como por el oficio de la administración apostólica que nos ha sido impuesto, estamos obligado de forma muy destacada a prestar cuidadosa atención a las herejías y nos sintamos movidos también por la voz del esposo a cazar las vulpejas jóvenes que destrozan la viña, no sea que por la libertad se robustezcan y con el paso del tiempo crezcan unidas con la firmeza de una mayor fuerza, advertimos a vuestra fraternidad, exhortando con atención mediante estas palabras apostólicas escritas, ordenándolo severamente, poniendo por testigo al divino juez, mandando que por vosotros y los frailes predicadores y otros de quienes hayáis tenido conocimiento que son idóneos para esto, con diligente solicitud, os hagáis cargo de los herejes y también de los que tengan fama de serlo. Y si encontraseis algunos culpables y malfamados, si no es que por deseo propio quieran obedecer cumplidamente los mandamientos de la Iglesia, procedáis contra ellos según nuestros decretos contra los herejes recientemente promulgados, 35cuyos términos os hacemos llegar contenidos en nuestra bula, asimismo, con arreglo a los mismos decretos, habéis de iniciar procesos contra los encubridores, defensores y partidarios de los herejes. Si algunos, habiendo abjurado de corazón de la mancha herética, quisiesen volver a la unidad de la Iglesia, concededles, siguiendo la forma de la Iglesia, el beneficio de la absolución e imponedles lo que fue costumbre imponerse, previendo con mucha atención no cometan una impiedad quienes parecen retornar bajo una taimada apariencia de piedad y que el ángel de Satanás se mude en ángel de luz. Por lo cual, podréis examinar los decretos que ordenamos se promulgasen sobre estas cosas y tomar precauciones frente a los ocultos manejos de estos usando de la discreción que os ha concedido el Señor.
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