Miguel Jiménez Monteserín - La inquisición española

Здесь есть возможность читать онлайн «Miguel Jiménez Monteserín - La inquisición española» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La inquisición española: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La inquisición española»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Hace cuarenta años, en una época de enormes incertidumbres y esperanzas, la Inquisición española dejaba de ser un tema ideológico controvertido para animar la fecunda tarea investigadora de un gran número de historiadores jóvenes. En los archivos les aguardaban, casi del todo inéditos, innumerables papeles generados por el Santo Oficio y no eran muchas las guías que ayudaban a moverse entre ellos. En aquel momento, resultaba por ello útil dar a conocer, reunidos, los documentos básicos del quehacer inquisitorial a lo largo del tiempo con el fin de que se convirtieran en un instrumento de trabajo al que acudir en la investigación, así como en un material documental desde el que acercarse de primera mano y sin interpretaciones anacrónicas a una institución tan polémica. Aunque es muchísimo lo que han avanzado los estudios acerca del Santo Oficio, el objetivo de esta nueva edición sigue siendo ayudar a comprender la institución. Además de mejorar las transcripciones documentales incluidas en aquella, y añadir y traducir, cuando ha sido necesario, algunos textos nuevos, se aclaran palabras o conceptos, identificando las referencias implícitas o explícitas, de carácter teológico o jurídico.

La inquisición española — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La inquisición española», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

[II] Asimismo establecemos que nadie tenga los libros del Antiguo o el Nuevo Testamento en romance. Y si alguno los tuviere, en los ocho días siguientes a la publicación de estas constituciones, desde que lo conociese, llévelos al obispo del lugar para que sean quemados. Porque si no fuese, ya sea clérigo o laico, téngasele como sospechoso de herejía hasta que muestre su inocencia.

[III] Determinamos también que alguien infamado o sospechoso de herejía no sea admitido a una baylía, vicaría u otra jurisdicción temporal u oficio público.

[IV] También, para que no se convierta en refugio la que antes fue guarida de traidores, mandamos que las casas de los que a sabiendas acogieron a los herejes, si fuesen alodios propios de alguien, se derriben. Si perteneciesen a un feudo o fuesen censuales, entréguense a su propietario. Y mandamos que esto se observe, tanto en las ciudades como fuera.

[V] Asimismo, para que los inocentes no sean castigados en lugar de los culpables o se impute la herética pravedad a cualesquiera por calumnia de otros, ordenamos que ningún creyente o hereje sea castigado sino por el obispo del lugar o alguna persona eclesiástica que tenga potestad de conocer si haya sido adepto o hereje declarado.

[VI] También establecemos que todo aquél que finalmente permitiese permanecer a los herejes en su tierra o en la perteneciente a un señor, a sabiendas o por negligencia, por dinero u otra causa cualquiera, si ante un tribunal fuese confeso o convicto, por el hecho mismo, pierda para siempre su tierra. Sin embargo, si fuesen feudos, que se entreguen a su propietario. Si alodios, se confisquen para nuestro señorío y su cuerpo [quede] a nuestra disposición para castigarlo como se debería. Si, en cambio, no resultase convicto de haberlo sabido y le fuese probada una descuidada negligencia o con frecuencia se encuentren en su tierra herejes o partidarios de ellos y estuviese infamado por ello, sea castigado a nuestro albedrío. El bayle que reside siempre en el lugar, contra quien se hacen conjeturas, o el vicario, si no se le encuentra muy alerta y atento contra los herejes y sus partidarios, sea depuesto para siempre del oficio de la baylía y vicaría.

[VII] Mandamos también que, en los lugares sospechosos de herejía, en los que el obispo viese que conviene, se elijan un sacerdote o clérigo por el obispo y dos o tres laicos, por nos o nuestro vicario o bayle, que en sus parroquias se ocupen de informarse bien acerca de los herejes, o sus partidarios y encubridores, de entrar o escudriñar los lugares secretos por pequeños que sean, cualquiera sea el señorío o privilegio que tengan, sin que se les niegue ningún permiso, bajo la pena que el mismo obispo quiera imponer a quienes se negasen. Sobre esto hacemos públicamente partícipe al obispo de la autoridad regia. Que también los inquisidores, desde el momento que encontrasen a los herejes, sus partidarios, defensores y encubridores, tomando precauciones para que no puedan huir, no tarden en darlo a conocer al arzobispo y al obispo y a nuestro vicario o al bayle del lugar, a los señores de los lugares también o a sus bayles. Aquellos a los que el obispo del lugar y Nos o nuestro vicario o el bayle decidiésemos elegir para la citada ocupación, si fuesen negligentes en el cumplimiento del cargo, sean castigados a juicio de nuestro bayle o vicario, tratándose de un clérigo, por la remoción de su propio beneficio, si de un laico por una pena pecuniaria.

[…]

[XVII] Ordenamos también que, si alguien fuese excomulgado por su propia culpa y, contumaz, perseverase en la excomunión por un año, le obliguemos luego por nos y nuestros vicarios a satisfacer como deberá. Porque estos no están libres de sospecha de la maldad herética.

[…]

Así que Nos, Jaime, el dicho rey, nos comprometimos a prestar atención a todas y cada una de las dichas cosas y a llevarlas a cabo de buena fe y sin engaño. Esto se hizo en Tarragona el día séptimo de los idus de febrero [7], en el año de la Encarnación del Señor, 1234.

1.2.12. EL REY ALFONSO X DE CASTILLA EN LAS SIETE P ARTIDAS , CA. 1265.

De los herejes. 42

Hereges son una manera de gente loca que se trabajan de escatimar 43las palabras de nuestro Señor Iesu Christo, e les dan otro entendimiento contra aquel que los Santos Padres les dieron e que la Eglesia de Roma cree e manda guardar. Onde, pues que en el título ante deste fablamos de los moros, queremos aquí decir de los hereges. E demostrar por qué han ansí nome. E cuantas maneras son dellos. E qué daño viene a los omes de su compañía. E quién los puede acusar e ante quién, e qué pena merecen después que les fuere probada la heregía.

Ley I. Onde tomaron nome los herejes e cuantas maneras son dellos e qué daño viene a los omes de su compañía .

Heresis en latín tanto quiere decir en romance como departimiento, e tomó de aquí este nome herege, porque el herege es departido de la fe cathólica de los christianos, e comoquier que sean muchas sectas e maneras de herege. Pero dos son las principales. La primera es toda creencia que ome ha que se desacuerda de aquella fe verdadera que la Eglesia de Roma manda tener e guardar. La segunda es descreencia que han algunos omes malos e descreídos que creen que el ánima se muere con el cuerpo e que del bien e del mal que ome face en este mundo non avrá galardón nin pena en el otro. E los que esto creen son peores que bestias: e de los herejes, de cualquier manera que sean, viene muy grande daño a la tierra. Ca se trabajan siempre de corromper las voluntades de los omes e de los poner en error.

Ley II. Quién puede acusar a los herejes e ante quién e qué pena merescen después que les fuere probada la herejía e quién puede heredar los bienes dellos .

Los herejes pueden ser acusados de cada uno del pueblo delante de los obispos o de los vicarios que tienen sus logares e ellos deben los examinar en los artículos de la fe e en los sacramentos, o si fallaren que yerran en ellos o en alguna de las otras cosas que la Eglesia Romana tiene e debe creer e guardar, estonce deben pugnar de los convertir, de los sacar de aquel yerro por buenas razones e mansas palabras: e si se quisieren tornar a la fe e creerla, después que fueren reconciliados, deben los perdonar. E si por ventura no se quisieren quitar de su porfía, deben los judgar por herejes e darlos después a los jueces seglares e ellos les deben dar pena en esta manera: que si fuete el hereje predicador, a quien dicen consolador, débenlo quemar en el fuego: de manera que muera. E esa misma pena deben haber los descreídos que dijimos de suso en la ley ante desta: que non creen haber gualardón nin pena en el otro siglo. E si non fuere predicador, más creyente que vaya e esté con los que ficiesen el sacrificio a la sazón que lo ficiesen o que oya cuando puede o cotidianamente la predicación dellos, mandamos que muera por ello esa misma muerte porque se da a entender que es hereje acabado, pues que cree e va al sacrificio que facen. E si no fuere creyente en la creencia dellos más lo metiere en obra, yéndose al sacrificio dellos, mandamos que sea echado de nuestro señorío para siempre, o metido en cárcel fasta que se arrepienta e se torne a la fe. Otrosí decimos que los bienes de los que son condenados por herejes o que mueren conocidamente en la creencia de la herejía, deben ser de sus hijos 44o de sus descendientes dellos, e si tales parientes non ovieren, decimos que si fueren seglares los herejes, el rey debe heredar todos sus bienes e si fueren clérigos, puede la Eglesia demandar e haber fasta un año después que fueron muertos lo suyo dellos. E dende en adelante lo debe haber la cámara del rey, si la Eglesia fuere negligente en no lo demandar en aquel tiempo. E si por aventura non fuere creyente, nin fuere al sacrificio dellos, así como sobredicho es, mas fuere a oír doctrina dellos, mandamos que peche diez libras de oro a la cámara del rey, e si non oviere de qué lo pechar, denle cincuenta azotes públicamente.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La inquisición española»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La inquisición española» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La inquisición española»

Обсуждение, отзывы о книге «La inquisición española» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x