Nuestra manera de entender y atender en la consulta los fenómenos disociativos se basa en la teoría de la disociación estructural de la personalidad elaborada hace más de 100 años por Pierre Janet y redefinida en las últimas décadas por destacados autores como Onno van der Hart. Desde este punto de vista, la disociación es, esencialmente, un fenómeno defensivo resultante de la necesidad de separar y mantener fuera de la consciencia material que, aunque forma parte de la experiencia vivida por el niño (o el adulto), debe permanecer oculto por no poder ser procesado de forma adecuada.Fundamentalmente, la dificultad en el procesamiento se explicaría por la intensidad emocional con que se viven los acontecimientos (o la vehemencia con que son experimentadas las emociones, en palabras de Pierre Janet) que bloquea circuitos básicos neuronales y que impide que dicho material forme parte de lo que se integra en estructuras superiores antes de dar una respuesta.
Este material queda, pues, separado de la conciencia y almacenado en modo excitatorio y es lo que alimenta y rige el funcionamiento de algunas partes de nuestra personalidad llamadas por Janet «partes emocionales» (PE) que, en determinados momentos (esencialmente cuando estímulos internos o externos actúan como disparadores), toman el control de la situación y desarrollan modos y maneras de funcionamiento aparentemente inadecuados o desadaptativos.
A mi juicio, lo más desconcertante y, por lo tanto, desregulador que puede experimentar un pequeño ser humano tiene que ver con poner en riesgo el vínculo de apego. Esas son las emociones más difíciles de tolerar, las que alimentan la sensación de peligro que experimenta el niño y las que lo llevan a hacer todo lo que haga falta para no sentirlas.
Creo que resulta casi obvio pensar que muchas de las conductas disruptivas que tiene el niño que es traído a la consulta pueden explicarse desde este modelo. Por ejemplo, es fácil entender que detrás de muchas explosiones de rabia, compulsiones, actings e incluso despistes e inatención podemos pensar que se encuentra una parte emocional de la personalidad tomando el control y haciéndose cargo de la situación a su manera, invadida por la emoción que una vez se experimentó como intolerable y que vuelve a la carga en su particular manera de expresión y abordaje de la situación ante la similitud de lo que está ocurriendo a nivel interno o externo.
Dejar fuera de la conciencia una parte tan importante de la experiencia (la emocional y, por ende, a menudo asociada también, la corporal) nos hace responder de forma poco coherente, desadaptativa. Y lo que es casi peor, genera en nosotros multitud de creencias erróneas sobre el mundo que nos rodea y sobre nosotros mismos. Nos obliga a desconfiar de lo que sentimos (cuando las emociones deben servirnos de guía para la acción) y de lo que notamos, y nos mantiene en estado de alerta en relación con diferentes estímulos que serán más cuanto más tempranamente se vivan las experiencias traumáticas y si, además, se hayan vinculados a figuras centrales de apego.
Al menos, empecemos a pensar en la posibilidad de la existencia de síntomas disociativos y, por tanto, en la de que se hayan experimentado algunas vivencias como traumáticas. Incluyamos material adecuado para comprobar todo esto. Algunos test de screening son imprescindibles. Nos parecen muy útiles, en este sentido, la escala de disociación para niños de Putnam y la escala de experiencias disociativas en adolescentes (A-ADES) de Armstrong, Bernstein y Putnam. La escala de disociación en niños debemos rellenarla con los padres, el A-DES es para realizarlo con el adolescente. Pidan ejemplos, hagan un exhaustivo estudio de los fenómenos que se tratan en estas escalas. Asegúrense de que les queda claro en qué medida deben culpar a una parte emocional de lo que está ocurriendo y por qué.
APÉNDICE 1
PROCESO DE EVALUACIÓN EN PSICOTERAPIA CON NIÑOS Y ADOLESCENTES
PROCESO DE EVALUACIÓN EN PSICOTERAPIA INFANTIL
(Estandarizado fundamentalmente para niños entre los 5 y los 13 años)
PRIMER DÍA: Primera sesión con los padres*
*Como se comenta en el texto más arriba, en el caso de adolescentes más mayores (aproximadamente entre los 14 y los 19 años), valoramos la posibilidad de que la entrevista inicial sea también con los padres, o con los tres. Debemos preguntar al adolescente si no le importa que en algún momento charlemos a solas con sus padres, y hemos de pedir a los padres que, de la misma manera, nos dejen a solas con él/ella un rato.
DATOS DE FILIACIÓN |
Nombre: |
Apellidos: |
Fecha de nacimiento: |
Domicilio: |
Curso escolar: |
Colegio: |
Nombre del padre: |
Profesión, ocupación: |
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Nombre de la madre: |
Profesión, ocupación: |
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Teléfonos: fijo: |
móvil madre: |
móvil padre: |
E-mail: madre: |
padre: |
Consentimiento informado |
UBICACIÓN EN LA FAMILIA |
Padres y hermanos: edades, ocupación, antecedentes médicos familiares destacables: |
MOTIVO DE CONSULTA: |
¿Por qué estáis aquí? Y ¿En qué creéis que puedo ayudaros?: ¿Qué te ocurre? ¿Crees que hay algo en lo que pueda ayudarte?*Dejar que los padres se explayen y expliquen con sus propias palabras lo que le ocurre al niño y el proceso por el que ha llegado hasta nosotros Recomendamos soltar bolígrafo y conectar grabadora. |
¿Desde cuándo? |
¿Qué estaba pasando entonces?Aprovechamos para comenzar a trazar la línea de vidacon los padres o con el adolescente |
¿Qué habéis venido haciendo en este tiempo para contrarrestarlas dificultades?:¿Qué han hecho otros y qué has hecho tú? |
Ubicar la influencia del problema en los diferentes ámbitos de acción:Familia:Colegio/Instituto/Facultad/Institución:Amigos: |
Por contra, localizar grado de bienestaren los diferentes ámbitos:1) Casa: padres y hermanos:2) Colegio/Instituto: adaptación, rendimiento escolar, relaciones:3) Ocio: cantidad y calidad: |
Historia de otros tratamientosmédicos y psicoterapéuticos. Pedir que traigan si no lo han hecho, toda la documentación de la que dispongan sobre dichos tratamientos. |
Comenzar con las preguntas de nuestra hoja de entrevistacon los padres o con otros tests que consideremos oportunos o las entrevistas para valorar disociación. |
No olvidar indagar en historia de traumasi no nos ha quedado claro hasta el momento:- Preguntamos por posibles sucesos traumáticos acontecidos desde el primer día de vida, incluyendo los perinatales en el hospital.- Valoramos la oportunidad de explicar la importancia del trauma.- Explicamos proceso por el que la ocurrencia de un suceso traumático puede explicar los síntomas que se presentan.Terminamos pidiendo a los padres que expliquen al niño que va a acudir a un psicólogo, qué significa eso y por qué han tomado la decisión. Si hiciera falta (por la ansiedad que esto puede producir a los padres), establecer con ellos las pautas sobre cómo hacerlo para asegurarnos de que el niño estará informado. Valoramos, asimismo, la oportunidad de pedir a los padres/o al adolescente que nos traigan fotografíasque nos puedan mostrar su desarrollo y aportar más información en general. |
SEGUNDO DÍA: primera entrevista con el niño
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