Pilar también busca a Gumbau, aquel pintor que no le gustaba pero que le hizo un retrato, y lo encuentra. Ella le pregunta por el retrato y él le dice que lo tiene en el estudio y que hace muchos años que no va por allí, pero que lo buscará y se lo dará. Así que unas semanas después se vuelven a ver y le da el cuadro.
–Tu cuñada no quiso guardártelo y yo lo he tenido en mi estudio todos estos años, con mis cosas.
Pilar se entera entonces de que Gumbau y su cuñada habían tenido una discusión muy fuerte porque el pintor le pidió que guardara en su casa el retrato y ella se negó en redondo. Ese mismo día cuelga el cuadro en su dormitorio y, salvo un brazo que a ella le parece que no consiguió acertarlo, se ve como era ella durante aquellos tiempos, después de acabada la guerra. Es un retrato muy interesante y hoy en día lo tiene su hija Mari Luz. Poco después de darle el cuadro, Gumbau se trasladó definitivamente a Marsella, donde murió en febrero de 1989. En la exposición retrospectiva que el museo de Bellas Artes de El Carmen montó sobre la obra de José Gumbau, de septiembre a noviembre del 2008, se pudieron ver, junto a los cuadros de diferentes formas expresivas según sus inquietudes y las épocas, los extraordinarios retratos de su esposa y de su hija Esmeraldina. Allí faltaba el espléndido retrato de Pilar, cuya existencia permanece ignorada por voluntad expresa de autor y modelo.
Durante todo este tiempo, Pilar se cartea abundantemente con su hija Mari Luz. En esas cartas le va contando todo lo que pasa y lo que siente por haber vuelto a Valencia. Influida por su madre y con creciente disgusto respecto de su matrimonio, a Mari Luz le entra la picazón y empieza a plantearle a su marido la posibilidad de irse todos a Valencia. Antonio le dice que él no se va porque no se le ha perdido nada en Valencia, que él donde tiene el trabajo, la familia y los amigos es en París. Mari Luz se lo piensa bien y, antes de tomar la decisión, escribe a su padre pidiéndole prestado un piso que tiene alquilado en la calle Aben Al Abar, y que utiliza para verse con su amante, la mujer catalana con la que se llegará a casar. Además, plantea a su madre si la puede ayudar con el trabajo en el caso de que vaya a vivir a Valencia con sus dos hijas. Por supuesto, Pilar le dice que sí, aunque piensa que deberá solucionar antes su propio problema laboral y económico. Sin embargo, no le dice nada para no desanimarla a volver.
Durante todo el primer año de aclimatación, Pilar no ha entrado adrede en contacto con el partido. En parte porque está agobiada por la búsqueda de trabajo y de casa, y en parte por su integración en Valencia. Tampoco el partido hace nada por contactar con ella, así que se toma su tiempo, planifica su vida y, después de los primeros años, tanto ella como Antonino contactan con el partido e ingresan oficialmente. Entonces el secretario general es Antonio Palomares. También en esta ocasión Pilar escoge para trabajar las actividades con las mujeres, así que se tiene que ver las caras con Rosalía Sender, mujer del secretario general, a la que siempre llamará «jefa».
–Porque era jefa de verdad –explica–. Es que no te dejaba hacer nada, lo controlaba todo.
Así, abiertamente contesta cuando se le pregunta; sin preocuparse mucho de quién la escucha y de si podía llegar a oídos de la dirección. Porque Pilar era así de expresiva.
Cuando pueden, Pilar y Antonino se mudan de Silla y se instalan en la casa de la Acequia de la Cadena, en el barrio de la Malvarrosa, pero Pilar no puede evitar estar alerta, pues piensa que en cualquier momento la policía la llamará para que explique por qué, cómo y cuándo había huido a Francia. Aunque tiene en su poder un pasaporte legal con su verdadero nombre, había estado en la cárcel y había pasado dos veces por comisaría, había sido torturada y vigilada…Pero pasan los días, los meses e incluso el primer año y la policía parece no interesarse por ella.
Después del primer año sin que nadie la moleste, Pilar comienza a sentirse un poco más segura, aunque sigue teniendo la duda de qué pasará con ella. Finalmente, se decide a ir a la Diputación Provincial, donde formaliza su petición laboral de reingreso. A los pocos días de haber presentado su solicitud, la policía va a su casa y tienen una corta conversación.
–Tenemos entendido que usted ha solicitado el reingreso en la Diputación. ¿Por qué quiere volver a la Diputación?
–Porque ya he vuelto de Francia definitivamente y quiero trabajar.
–¿Y por qué se fue usted a Francia?
–Porque no quería que me volvieran a detener. Yo siempre estaba vigilada y no podía vivir así…
–Bueno, nosotros únicamente hemos venido a informarnos.
Y fue verdad, la policía nunca más la volverá a molestar. Poco a poco, Pilar, más que tranquilizándose, fue olvidándose de la policía, pues tenía por delante el grave problema de su incorporación al mundo laboral. Conseguir trabajo le estaba resultando mucho más difícil y costoso de lo que creía. Pilar no consigue entrar en la Diputación hasta tres años después, así que en esas condiciones resulta urgente que Antonino encuentre un buen trabajo. Pilar se acuerda de la familia Roso y va a verlos. Él era un arquitecto muy conocido en Valencia que se había casado con una amiga de Pilar durante la guerra. Les cuenta su situación apurada y les pide ayuda. Al poco tiempo le consiguen un trabajo para Antonino en un buen taller que será un salvavidas mientras siga en curso el proceso de la reincorporación de Pilar a la Diputación. De este modo, superan el bache de los tres años en los que Pilar pone su caso en manos del abogado Alberto García Esteve hasta conseguir su reincorporación a la Diputación.
Porque cuando Pilar solicita el reingreso, inmediatamente la Diputación le abre un expediente informativo, y el asunto se estanca. La jueza, Julia Artal, es funcionaria de la Diputación y, en ese momento, el presidente es José Antonio Perelló Morales, un personaje considerado en aquellos tiempos como liberal, es decir, que no es franquista furibundo. En vista de que el caso está encallado, García Esteve sugiere a Pilar la conveniencia de que hable con el presidente de la Diputación.
–Pero antes tienes que hablar con Santiago Ninet, que es el secretario y es quien te dará la cita. No te preocupes porque Ninet es amigo mío y es antifranquista.
Pilar llama a Ninet y el día que le da cita va a hablar con el presidente. Se encuentra con un tipo muy elegante y educado que le dice abiertamente que su expediente está muy atrasado y que no avanza. Aquel caballero le infunde confianza y se lo explica todo. Se toma mucho interés y le dice que no se preocupe. Efectivamente, a Pilar le confirman después que el presidente ha intervenido en su caso.
Así que, hacia finales de junio de 1973, contando con el piso de su padre y con la ayuda de su madre para los primeros momentos hasta que consiga trabajo, Mari Luz llega a Valencia con sus dos hijas, Inés y Silvia, dispuesta a emprender una nueva vida cerca de su madre. Al principio Mari Luz trabaja en lo que puede, de limpiadora, y luego le irán saliendo otras cosas, como una representación de libros, hasta que su madre, que después de entrar en la Diputación, en 1984 ha pasado de comisión de servicios a la Conselleria de Transporta i Benestar Social, como secretaria del conseller comunista José Galán Peláez, consigue que contraten a su hija para unas jornadas que organiza la Conselleria de Transports. La van contratando de unas jornadas a otras, así hasta que, con los años, se queda como funcionaria fija.
Pero en el momento del traslado, seguramente quienes más sufren la ine-vitable adaptación son las dos niñas de Mari Luz. Ambas pasan unos años malos porque, acostumbradas a los colegios franceses, con una educación completamente diferente, su entrada en el Isabel de Villena les supone un shock . Las chicas comienzan a tener amiguetes, hay drogas y es un periodo muy difícil para ellas. Dos años después de la llegada de Mari Luz se inicia la etapa en que Pilar tiene una buena situación económica porque ya lleva tiempo trabajando activamente, primero en la Diputación y luego en la Conselleria, y le entra un buen sueldo en casa. Además, durante esos últimos años, después de llegar su hija, la situación política ha mejorado sensiblemente: Franco ha muerto, la democracia es un hecho tras las primeras elecciones y la preparación de la nueva Constitución y la España de las autonomías están ya en marcha.
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