Poesía y ontología
Poesía y ontología
Traducción e introducción de Antonio Cabrera
Gianni Vattimo
Col·lecció estètica & crítica
Director de la col·lecció:
Romà de la Calle
L’edició d’aquest volum ha comptat amb la col·laboració de Galeria Puntode València
Títol original: Poesia e ontologia
© Edició italiana: Gruppo Ugo Mursia Editore S. p. A.
© De la traducció: Antonio Cabrera Serrano, 1993
© D’aquesta edició: Universitat de València, 1993
Disseny de la coberta: Manuel Lecuona
Disseny de l’interior, fotocomposició i maquetació:
Servei de Publicacions de la Universitat de València
I.S.B.N.: 978-84-370-9375-8
Edició digital
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
POESÍA Y ONTOLOGÍA
PRIMERA PARTE
I. HACIA UNA ESTÉTICA ONTOLÓGICA
1. Arte, estética y ontología
2. La estética y la mentalidad metafísica de la fundamentación: el ideal de la explicitación
3. La estética y la mentalidad metafísica de la fundamentación: neokantismo y fenomenología
4. Sentido positivo de la epocalidad del ser
5. Dos caracteres de una estética ontológica
II. VOCACIÓN ONTOLÓGICA DE LAS POÉTICAS DEL SIGLO XX
1. El siglo XX como siglo de las poéticas
2. Distintos modos de aproximación al fenómeno de las poéticas
3. “Lenguajes” de las artes y lenguaje-palabra
4.La estética posthegeliana como estética del juego
5.Reivindicación del alcance ontológico del arte en las poéticas de la vanguardia
6.La fruición estética como diálogo
III. DE LA FENOMENOLOGÍA ESTÉTICA A LA ONTOLOGÍA DEL ARTE
1.El problema de una fundación ontológica del arte
2.Novedad y legalidad de la obra de arte como bases para la fundación ontológica
3.Esteticidad y originariedad
4.Conclusión: estética ontológica y experiencia concreta del arte
IV. MÉTODOS CRÍTICOS Y HERMENÉUTICA FILOSÓFICA
1.La “muerte del arte” en la crítica
2.Desmitificación y mentalidad racionalista
3.El problema de una hermenéutica no desmitificadora
4.La pertenencia del lector a la obra
5.La historia como exégesis de la obra
V. LA OBRA DE ARTE COMO PUESTA EN OBRA DE LA VERDAD Y EL CONCEPTO DE FRUICIÓN ESTÉTICA
1.Obra, verdad, mundo
2.Contenidismo y formalismo en el concepto de fruición estética
3.Forma y contenido en la puesta-en-obra de la verdad
4.Problematicidad de la fruición «estética»
SEGUNDA PARTE
VI. LO BELLO Y EL SER EN LA ESTÉTICA ANTIGUA
1.El problema de la «modernidad» de la estética antigua
2.La disolución de la ontología de lo bello en Aristóteles
3.Ontología de lo bello como fundación existencial
VII. ARTE, SENTIMIENTO Y ORIGINARIEDAD EN LA ESTÉTICA DE HEIDEGGER
1.El lenguaje poético en Sein und Zeit
2.La afectividad en la analítica existenciaria
3.Afectividad y ser-en-el-mundo
4.La afectividad como hecho ontológico
5.La obra como puesta-en-obra de la verdad: Stoss y angustia
6.El sentimiento y la experiencia del arte
VIII. ESTÉTICA Y HERMENÉUTICA EN HANS-GEORG GADAMER
1.El problema de la verdad del arte
2.Crisis de la «conciencia estética»
3.Ontología de la obra de arte: Spiel , imitación, Darstellung
4.Experiencia estética y situación hermenéutica
5.El lenguaje como horizonte de una ontología hermenéutica
IX. ESTÉTICA Y HERMENÉUTICA
Introducción
He aquí un libro que posee dos virtudes: la primera, el hecho de tratar en profundidad las particulares cuestiones heideggerianas acerca del arte; la segunda, el abrirnos la posibilidad de apreciar la trayectoria de su autor, Gianni Vattimo, una de las figuras más destacadas y a la vez más polémicas de la llamada posmodernidad .
Poesía y ontología es un libro heideggeriano, de modo que Heidegger está presente en todas sus páginas, explícitamente en la primera parte y más implícitamente (aunque el capítulo VII está totalmente dedi-cado a él) en la segunda. Esta introducción quiere abordar el sentido de esa omnipresencia. Pero además, y a pesar de que Poesía y ontología pertenece a un período anterior al pensamiento débil propugnado por Vattimo, busca identificar las claves que en su interior ya lo anuncian. 1
Una estética ontológica
En la primera parte de Poesía y ontología Vattimo plantea la necesidad de una «estética ontológica» todavía inédita, al tiempo que desarrolla los conceptos fundamentales que deberían constituir el instrumental básico de este nuevo enfoque, cuya posibilidad ha sido abierta por las perspectivas filosóficas que el pensamiento heideggeriano proporciona al colocar en el centro de su interés la olvidada cuestión del ser. En opinión de Vattimo, en efecto, una estética ontológica deberá partir, para constituirse como tal, de la radical diferencia entre el ser y los entes, es decir, deberá no incluir aquél en el conjunto de éstos, dependiendo de ello que el arte se considere un lugar de manifestación de la verdad.
Una descripción de esos conceptos fundamentales, por medio de los cuales Vattimo articula su propuesta, nos ayudará a comprender mejor el sentido general de su enfoque ontológico en estética. En primer lugar será preciso fijar nuestra atención en el concepto heideggeriano de epocalidad del ser , matizado por Vattimo en un sentido más radical –o menos ambiguo– que el propio Heidegger, con vistas a considerar el ser como acontecimiento con todas sus consecuencias, y por tanto no como algo perpetuamente oculto tras los entes –lo que lo convertiría en un ente misterioso y excelso, pero ente al fin y al cabo– sino como garante de la posibilidad misma de los entes, por cuanto el ser no es otra cosa que sus épocas , es decir, las aperturas de la historicidad, y éstas el territorio donde los entes se configuran, donde quedan iluminados por una luz que los hace presentes. Esta luz no ilumina siempre de la misma manera, de modo que los entes no son o significan siempre lo mismo. Cada uno de los distintos modos de iluminación de los entes es una época del ser, un acontecimiento del ser. 2
Si el arte tiene un alcance ontológico, esto es, si posee la capacidad de hacer manifiesto el ser, ello significa que abre épocas. Decir, por tanto, que una obra de arte es epocal equivale a afirmar que propone una inédita relación con y entre los entes, inaugurando –por seguir con la metáfora anterior– una nueva tonalidad luminosa que alumbra de otro modo el conjunto de lo que hay.
Todo esto puede ser expresado también a través de la llamada originariedad del arte, otro de los conceptos fundamentales citados. En efecto, las obras de arte no solamente poseen un origen, en el sentido de estar generadas por un acto creador, sino que son un origen, es decir, constituyen un punto de partida y un lugar de nacimiento para algo que antes no había. Ahora bien, la originariedad no debe confundirse con la originalidad banal presente en muchas obras cuya entidad se sustenta sobre determinadas maneras o determinados contenidos hasta ese momento poco o nada utilizados, pero carentes de la fuerza fundante propia del arte auténtico en la medida en que pueden reducirse a mero juego; por el contrario, una obra posee originariedad, contiene un origen, si da lugar a un sistema de significados –un mundo – ante el cual nos sentimos desorientados, porque supone una puesta en cuestión del sistema de significados desde donde nosotros la apreciamos. La obra de arte siempre dice algo nuevo que pide ser comprendido o, dicho de un modo más heideggeriano, habitado.
Читать дальше