5. Flint 1984: 65 (hay una versión distinta en Bettem 1918: 654). «En cuanto a la doctrina perversa e inicua que ha publicado contra Dios y contra su propia alma: si resulta claramente comprobado que ha dicho que debajo de la tierra hay otro mundo y otros hombres, y otro sol y otra luna, hay que convocar un concilio para privarle del sacerdocio y expulsarle de la Iglesia». Bettem 1918 y Flint 1984: 65–76 ofrecen extensos comentarios sobre las palabras de Zacarías y su contexto.
6. Véanse Friedman 1981: 48, Woodward 1984: 303–304 y Edson 1997: 151–157.
7. Friedman 1981: 48, con ilustración en Edson 1997: 152.
8. Moretti 1994: 85–98. John Carey señala precedentes en un par de obras vernáculas irlandesas del siglo X o primera mitad del XI (1989: 3-10). Sobre Arturo, véase Loomis 1940-41 y 1959.
9. Arriano quedó desconocido en la Europa occidental hasta el Renacimiento, pero Quinto Curcio hizo fortuna en la Edad Media (véase Dosson 1887: 357-380, Cary 1956: 62-70 y Ross 1988: 68-74). Para la fortuna medieval del Pseudo-Calístenes, véanse Cary 1956: 24-61 y Ross 1988: 6-65.
10. Alessandro 1997 nos proporciona una utilísima antología de la literatura, y una buena muestra de la iconografía se puede ver en las láminas de D. J. A. Ross (1971). Son imprescindibles el catálogo de Ross 1988 y el clásico estudio de George Cary (1956); se destaca en éste no sólo el número de libros dedicados a Alejandro sino también su penetración en obras de otros géneros, por ejemplo, la literatura sapiencial. Peter Dronke nos ofrece una visión actualizada de la literatura (1997).
11. Ian Michael (1970: 50-60 y 152-157) comenta la ambición del protagonista, aunque no presta mucha atención a su ambición geográfica.
12. Libro de Alexandre , estr. 2274ab; Alexandre 1988: 513. Todas mis citas provienen de esta edición, y se identifican por estrofa(s) y página(s). Regularizo el empleo de c/ç y modifico los acentos según las normas filológicas actuales.
13. Libro ix, vv. 515–543 (Gautier 1855: cols. 561–562). Para la importancia del Alexandreis como fuente, véanse Willis 1934 y Michael 1970. Vale la pena recordar que hay mapas en varios manuscritos del Alexandreis , además de la descripción del mapa grabado en la tumba de Darío, VII. 378-430 (Edson 1997: 101-105). Las pocas ilustraciones del ms. O del Libro de Alexandre (véase Ross 1967b) no incluyen ningún mapa.
14. No es la primera mención de las Antípodas en el poema castellano. El portavoz de los escitas dice a Alejandro:
Este pasaje tan rico en sugerencias (merece un estudio aparte) tiene su origen en el Alexandreis , viii. 380–384, aunque gran parte del pasaje (notablemente, el quebrantamiento del infierno y la conquista de los habitantes de las Antípodas) es original.
15. IX. 568-571; col. 562 (Nada es insuperable para el valiente. Me apresuro a penetrar el seno de las Antípodas y ver otra naturaleza. Incluso si me negáis vuestras armas, no pueden faltarme manos).
16. Se refieren, desde luego, a 2277ab, citado supra.
Si toviesses la mano diestra en orïente,
la siniestra en cabo de todo occidente,
todo lo ál yoguiesse en el tu cosimente,
tú non seriés pagado, segund mío enciente.
Quando oviesses todos los pueblos sobjudgados,
iriés cercar los mares, conquerir los pescados;
quebrantar los infiernos que yazen sofondados,
conquerir los antípodes –non saben ónd son nados–.
En cabo si oviesses licencia o vagar,
aun querriás de tu grado en las nuves pujar,
querriás de su oficio el sol deseredar,
tú querriás de tu mano el mundo alumbrar. (1919-1921; p. 462)
17. Recordemos, sin embargo, que cuando Natura se queja ante Satanás del atrevimiento de Alejandro, parece aludir a una tormenta vencida por él:
Namque reluctantem Pellæus classe minaci fregerat Oceanum, jamque indignantibus undis victor ab Oceano, Babylona redire parabat [...] (X. 168–170; col. 566)
(Alejandro ya había aplastado el Océano, a pesar de su resistencia, con su flota amenazadora y, habiendo vencido las ondas iradas, se preparaba a volver del Océano a Babilonia.)
18. El poeta parece haber utilizado un manuscrito del tipo B del Roman (Willis 1935: 59), aunque es muy posible que no fuera idéntico a ninguno de los manuscritos hoy existentes, y que hubiera incluido varios pormenores conocidos hoy sólo en la redacción de Alexandre de Paris (Michael 1970: 22). En una versión del Roman el navío de Alejandro se hunde en la tormenta, y sólo el capitán se salva (Ross 1967 a : 10-11), pero el contexto es distinto: el descenso submarino de Alejandro ya ha empezado.
19. X. 98-100; col. 565 (Si no te cuidas, no dejará tranquilo este Caos tuyo, y querrá escudriñar lo más recóndito de las Antípodas y el sol de otro mundo). No es ésta la última alusión de Gautier a las Antípodas: en la víspera de su asesinato, Alejandro dice a sus soldados:
Nunc quia nil mundo peragendum restat in isto,
ne tamen assuetus armorum langueat usus;
oro, quaeramus alio sub sole jacentes
Antipodum populos, ne gloria nostra relinquat
vel virtus quid inexpertum, quo crescere possit,
vel quo perpetui mereatur carminis odas. (x. 312–317)
20. Véanse Willis 1935: 32 y Michael 1970: 292. El estudio fundamental del episodio es el de Ross 1967 a .
21. 2305–2306; p. 518. Las palabras «non yaze en escripto» sorprenden, pero las explica Raymond S. Willis: «his statement in st. 2305b may simply indicate that, while he was following the Alexandreis , Gautier’s lines on the marine expedition called to his mind the legend of Alexander’s submarine descent, which he proceeded to relate, piecing together for the purpose scraps which remained in his memory from his reading of the HPr and B and adding certain other details of which he was cognizant and of which analogues are today elsewhere preserved in writing only in the Ethiopian Alexander» (1935: 38-39, apoyado por Michael 1970: 254-255).
George Cary dice que: «as a Christian poet he [el poeta castellano] could not tolerate the machinery used by Gautier to explain Alexander’s premature death [...]. He was therefore obliged to allow the death of Alexander to be sanctioned by God and not by these pagan forces of evil. With this intention he introduces into the account of the descent into the sea, which he has interpolated from the Historia de preliis , a criticism of Alexander’s pride...» (1956: 179).
De acuerdo, pero la soberbia de Alejandro ya se había revelado mucho antes, incluso en los pasajes donde hay alusiones a las Antípodas. La censura de su ambición se ha pasado de una aventura a otra.
22. El tema se remonta a la Antigüedad clásica: Peter Dronke señala que en las Controversiae (VII.vii.19) y Suasoriae (I. 2-3) de Séneca el Viejo hay amonestaciones a Alejandro contra su deseo de atravesar los océanos. A la luz de la posible influencia de la Pharsalia de Lucano sobre Inferno XXVI (nota 33, infra), es interesante otra observación de Dronke: en un ms. de fines del siglo IX, un comentario a Pharsalia III. 233 y sigs. incluye la frase «Alexander Magnus cum Oceanum pernavigare vellet, subito vocis sono monitus est: “Desiste!”» (Dronke 1997: liii, n. 1).Véase también la nota 36, infra .
23. Inferno , XXVI.112-120; Dante 1970 a : 276-278. Todas mis citas provienen de esta edición. Puede ser más que una casualidad que Ulises sea mencionado por Alejandro poco después en el mismo episodio del Alexandre :
Ulixes en diez años que andudo errado
non vio más peligros nin fue más ensayado. (2304ab; p. 518)
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