A Balbi, por enseñarme
a escuchar con el corazón.
ADVERTENCIA
Todo lo que leerás a continuación son ideas, estrategias y herramientas que han funcionado para enriquecer mi vida profesional y para continuar en la construcción de la mejor versión de lo que hago.
Las quiero compartir contigo; eso no quiere decir que todas ellas te vayan a servir a ti, pero estoy seguro de que de esta lectura saldrá algo positivo para ayudarte a ver el lado más divertido, más apasionado, más amable y más productivo de tu trabajo.
De cualquier manera, te advierto que este libro no sustituye ningún tipo de coaching, consultoría, mentoría o consejería laboral. O… tal vez sí.
ÍNDICE
PORTADA
CONTRAPORTADA
DEDICATORIA A Balbi, por enseñarme a escuchar con el corazón.
CITAS
ADVERTENCIA ADVERTENCIA Todo lo que leerás a continuación son ideas, estrategias y herramientas que han funcionado para enriquecer mi vida profesional y para continuar en la construcción de la mejor versión de lo que hago. Las quiero compartir contigo; eso no quiere decir que todas ellas te vayan a servir a ti, pero estoy seguro de que de esta lectura saldrá algo positivo para ayudarte a ver el lado más divertido, más apasionado, más amable y más productivo de tu trabajo. De cualquier manera, te advierto que este libro no sustituye ningún tipo de coaching, consultoría, mentoría o consejería laboral. O… tal vez sí.
INTRODUCCIÓN. La mancha amarilla de los lunes
PRIMERA PARTE. SIGNIFICADO
1. ANTES DE QUE RENUNCIES
2. ¿PARA QUÉ TE LEVANTAS DE LA CAMA?
3. NO ERES STEVE JOBS
4. CUESTIÓN DE PERSPECTIVA
5. MERAKI
SEGUNDA PARTE. MENTALIDAD
6. NO VENDAS TALADROS
7. MINDSET
8. SALTA AL AGUA
9. CÓMO SÍ…
10. DOSIS DE BASURA
TERCERA PARTE. CONEXIÓN
11. CONECTA
12. PEQUEÑAS DIFERENCIAS
13. JEFES MALOS
14. VER, ESCUCHAR Y HABLAR
15. ESPÍRITU COLABORATIVO
CUARTA PARTE. COMPROMISO
16. QUE TE DUELA
17. REACCIÓN VS. RESPONSABILIDAD
18. LEARNABILITY
19. RITUALES
20. PRODUCTIVIDAD PERSONAL
QUINTA PARTE. TRASCENDENCIA
21. SENTIDO DE CONTRIBUCIÓN
22. HAZ-LO VALIOSO
23. RESIGNIFICAR
24. LIDERAZGO
25. HAY ALGO MÁS: TU LEGADO
FICHA SEMANAL
BIBLIOGRAFÍA
PÁGINA LEGAL
AUTOR
PUBLICIDAD LID EDITORIAL
INTRODUCCIÓN
LA MANCHA AMARILLA DE LOS LUNES
Pasamos más tiempo trabajando que haciendo cualquier otra cosa. No resulta lógico que el trabajo nos genere una experiencia desmotivadora y poco humana.
Laszlo Bock,
ex vicepresidente senior de
Gestión de personas de Google
Hay personas que odian los lunes. Sobre todo, por el regreso al trabajo.
Laborar en un lugar que detestas o al que simplemente no le encuentras sentido ni motivación suficiente es muy mal negocio. De verdad… no es nada redituable. Ni para ti, ni para la organización en la que estés. Mucho menos, si estamos hablando de tu propio proyecto.
Si supieras la cantidad de dinero, tiempo, energía, oportunidades y de salud que dejas escapar por hacer como que «medio trabajas» o como que «medio te gusta».
Hay infinidad de personas que se sienten desbordadas, desmotivadas, descorazonadas o desinteresadas (lo «menos peor»), sin hallarle siquiera un sentido lógico o trascendente a su trabajo. De esas que solo esperan el viernes para poder respirar un poco. Esto, sin duda, impacta en sus resultados, en su productividad, en su familia y hasta en su bienestar general.
Los años 2020 y 2021 fueron muy reveladores frente a ese enorme reto que sacudió a todos y que ni el futurista más competente habría predicho con exactitud. Para muchos, trabajar desde casa en plena pandemia representó un calvario, mientras que otros se sintieron muy cómodos. Lo que antes era una posibilidad estigmatizada, como laborar de forma remota o bajo un sistema híbrido, hoy ya es la forma común de operar de muchas organizaciones.
En estos años, la supervivencia de muchas empresas y emprendimientos en medio del caos solo fue un reflejo interno de la preparación frente a la crisis, así como de lo que cada dueño o colaborador había construido con anterioridad y que gestionaba regularmente con sus empleados.
Muchos que se encontraban en un limbo laboral continuaron ahí por meses, padeciendo cada minuto que pasaban encerrados entre cuatro paredes. Todos deseando que el tiempo transcurriera rápido y que el reloj marcara la hora de salida. Aunque para algunos fuera ir del escritorio a la cocina y de ahí a la sala de televisión.
Ahora tenemos interesantes desafíos. Vivimos en una época compleja. Hay que desarrollar nuevas competencias y otros estilos de trabajar. Es momento de replantear las cosas, pero tenemos un grave problema para que esto ruede como debería: no a todos les agrada lo que hacen. Y muchos terminan sacrificando sus gustos y pasiones por diversos motivos, como la recompensa económica, por ejemplo. «Todo se vale por el sueldo», parecieran decir algunos. Por eso su energía está puesta en la llegada del tan ansiado fin de semana.
Por otro lado, hay buenas noticias. A lo largo de mi vida he conocido a la contraparte: a los que ansían los lunes para ir a trabajar. Ciertos seres, un tanto «extraños», que realmente disfrutan lo que hacen y que, no conformes con esto, se divierten. Y además lo hacen más allá de la paga que reciben, que también en la mayoría de los casos es buena.
Estos sujetos son difíciles de encontrar; forman parte de un bajo porcentaje de la población y no tienen una fórmula mágica ni le vendieron el alma a su jefe o a alguno de sus clientes. Nada de eso. Existen y claramente tienen una forma diferente de afrontar las cosas, desde el esfuerzo, la voluntad y la creatividad.
Picasso, el pintor y escultor español, decía:
«Hay personas que transforman el sol en una simple mancha amarilla, pero hay también quien hace de una simple mancha amarilla el propio sol».
Me encanta la metáfora de Picasso, desde una visión laboral. Cada lunes, tienes la decisión de observar tu empleo de dos maneras: por un lado, puedes percibirlo simplemente como una burda mancha amarilla en una pintura. Imagínatela fea, compleja, deforme, incómoda y pesada de ver. Por otro, si miras detenidamente esa mancha y descubres sus bondades, aquella puede ir evolucionando hacia una figura amarilla un poco más amigable. Incluso, con el tiempo, poco a poco y si así lo decidimos, esa mancha amarilla (o ese trabajo) puede transmutarse ¡en un brillante sol de viernes por la mañana, todos los días!
Un gran ejemplo es lo que sucedía en la Edad Media, cuando a los artesanos principiantes se les exhortaba a elaborar su magnum opus (obra maestra), con la finalidad de que dichos aprendices obtuvieran no solo mayor reputación y reconocimiento, sino además el derecho para elaborar sus propias obras y venderlas en su taller, así como el de adoctrinar a otros.
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