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Por contar con personas del sector privado en entre sus funcionarios y también por abarcar varias funciones simultáneamente, el OCIAA siempre rivalizo con otras agencias y miembros del gobierno, y por eso la estrategia adoptada por Rockefeller para fortalecer su posición fue contratar personas que además de influyentes, eran también aliados. 38 Así, la agencia contrataba por indicaciones, formando una gran red de influencias. Pero los Comités Regionales tenían cierta autonomía en la selección de los funcionarios, aunque siguieran la cartilla de Rockefeller y siempre fueran monitoreados por los consulados y por el Comité Central de Rio de Janeiro. 39 Además de Alcino Fanaya, la oficina de Florianópolis contrató dos funcionarios adicionales. Como no podía escapar de la regla, los dos nombres señalados ya formaban parte de esta red de contactos de la llamada comunidad americana . El primero, el abogado Affonso Wanderley Jr., era consejero del Instituto Cultural Brasil/EUA, en la ciudad. El segundo, el médico Tolentino de Carvalho, director de la State Lepra Asylum , institución creada y mantenida por la Fundación Rockefeller. Además de ellos, la oficina también contrato al periodista Osvaldo Melo y Eurico Hosterno, ambos funcionarios del Instituto Cultural Brasil/EUA, para las funciones de representante de Publicidad y Prensa y Operador Cinematográfico, respectivamente. A la plantilla general, se suman dos funcionarios más Danilo Silva y Djalma Medeiros, para los servicios generales de la oficina.
Con su cuerpo de funcionarios completo el Comité de Florianópolis dio inicio a sus actividades. Sin embargo, el primer año de funcionamiento de la oficina fue marcado por una serie de turbulencias. Tal vez la principal razón haya sido una reiterada superposición de funciones entre el consulado, el Office y, muchas veces, la propia policía estatal sea en la “fiscalización” de los alemanes y sus descendientes, en la distribución de materiales de publicidad en instituciones de salud, educación, y otras agremiaciones. 40 Al parecer, esa superposición de funciones y tareas marcó todas las oficinas del Office . En parte, es posible atribuir cierta responsabilidad a la influencia de intereses privados y las consecuentes rivalidades producidas por los inevitables choques de intereses. Pero también puede ser atribuida a la propia administración de Roosevelt, y a la creación de diversos órganos que actuaban en frentes múltiples de la política externa estadounidense, muchas veces operando en los mismos espacios, generando cierta incidencia de conflictos entre varios órganos. 41 Lo cierto es que el Comité de Florianópolis no quedó inmune a estos trastornos operacionales.
La superposición de funciones entre oficinas del Office y el Consulado parece haber durado incluso después de establecidos en espacios propios. 42 Tal vez por eso, las primeras cartas intercambiadas entre el Comité de Florianópolis y el Comité Central en Rio de Janeiro no obedecían a ninguna regla de redacción. Algunos documentos eran redactados en portugués, otros en inglés. Muchas veces sin especificación de fechas y también sin registro de recepción. Estas deficiencias organizacionales fueron identificadas cuando se hizo el resultado del funcionamiento de la agencia, y ciertamente dificultan el manejo de los documentos por parte del investigador. 43 Algunas veces es evidente que la lengua también contribuyó para los problemas. En una carta dirigida al Comité Central, en Rio de Janeiro, el 5 de mayo de 1943, Alcino Fanaya solicita que las cartas enviadas para la oficina de Florianópolis, principalmente aquellas de gran importancia, fueran remitidas en portugués. 44 La existencia del Instituto Cultural Brasil/EUA aún no había producido los resultados esperados. El Comité Central respondió, el día 28 de mayo, alegando que trasmitía la misma circular para todas las oficinas, siendo más fácil hacerlo en una lenguaje uniforme, en este caso el inglés, y por eso orientó a Fanaya a traducir para sus auxiliares las circulares que llegaran en inglés, para que el trabajo en Rio de Janeiro no fuera duplicado.
Un problema delicado fue el cuestionamiento con relación a la administración del Comité de Florianópolis que, en el límite, colocaba en duda la propia relevancia del Comité. En una carta del 26 de mayo de 1943, el Comité Central, por intermedio de Ulysses Grant Keener, critico el hecho de Alcino Fanaya haber contratado a Eurico Hosterno y Osvaldo Melo comprometiendo la totalidad del presupuesto previsto para la financiación, Cr$ 4.000,00. Según el remitente, ese valor era destinado a los Comités mayores y más importantes, como los de Porto Alegre, Salvador, y Recife, y el Comité de Florianópolis no tenía, según la administración central, actividades que demandaran dos funcionarios de altos salarios. Keener también advirtió que Fanaya debía mantener el presupuesto mensual en un máximo de Cr$ 7.000,00. 45 Para críticas como está la respuesta era siempre la misma: ¡el peligro alemán! Argumento que unía el Office , el Consulado y el gobierno estatal en una cruzada muy particular. Aparentemente, en este caso, el miedo del Nazismo hablaba más alto y los dos funcionarios fueron conservados.
De octubre a diciembre de 1943 el Comité de Florianópolis paso su peor momento, tuvo que dar explicaciones las autoridades policiales del estado. En octubre, el abogado Affonso Wanderley Jr., uno de los más cercanos colaboradores del Comité, fue enmarcado en la ley de guerra por perturbar el orden público después de haber acusado al jefe de policía de Blumenau, Dr. Timóteo Moreira, de intentar seducir a la mujer de su cliente Max Adolph Gotlieb Conrad, arrestado por la acusación de ser nazista. En respuesta, el jefe acusó al abogado de aprovecharse de su posición e influencia en los círculos pro Estados Unidos en la capital para chantajear y explotar a los teuto-brasileros, cobrando altísimos honorarios para defenderlos contra las acusaciones de nazismo. El Comité actuó rápido y Wanderley Jr. fue excluido de todas sus actividades. 46 En noviembre, Alcino Fanaya viajo para Minas Gerais para resolver asuntos pendientes de la Texas Company y acabó renunciando a la presidencia del Comité. 47 Como Wanderley Jr. había sido desvinculado de la agencia, y Tolentino de Carvalho asistía a la oficina apenas una vez por semana, el Comité Central decidió subordinar el Comité de Florianópolis al Consulado, estableciendo como su principal representante al propio vicecónsul William P. Rambo, lo que administrativamente generó más confusión. Finalmente, en diciembre, Osvaldo Melo envió una carta al Comité Central pidiendo la renuncia después de “haber sido irrespetado por el vicecónsul”. Y no perdió la oportunidad de advertir a sus superiores en Rio de Janeiro sobre el hecho de haber sido sustituido por una probable “quinta columna”, ya que la mujer que fue contratada para su lugar, Nilza Tavares, provenía de familia alemana. 48
El vicecónsul estaba alineado con la cartilla del Comité Central, y su primera medida fue delegar todas las funciones que correspondían a Osvaldo Melo para Eurico Hosterno, contratando Nilza Tavares solo como secretaria. Danilo Silva continuo como operador, mientras que Mario Silva fue contratado como segundo asistente y Vilson Domingues fue contratado como office boy. 49 Estos cambios hicieron que los costos mensuales del Comité bajaran significativamente, de Cr$ 7.000,00 para Cr$ 3.000,00, atendiendo las órdenes del Comité Central. 50 Tanto la salida repentina y sin mayores explicaciones de Alcino Fanaya, como las salidas turbulentas de Affonso Wanderley Jr. y Osvaldo Melo son buenos indicadores de que la sede del Office era escenario de intensas disputas y conflictos diarios en la búsqueda de prestigio político y beneficios personales.
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