Distribución de la población de origen europea en los estados del sur de Brasil (1934) 29
La preocupación expresada por el vicecónsul William Preston Rambo se debe a la suposición de que cada alemán o descendiente era un nazista en potencia. Se sabe que la adhesión al Partido Nazista fue mucho menor de lo que sugerían los temores, tanto del gobierno del estado de Santa Catarina como del Departamento de Estado, nunca superando 5.000 adherentes en todo el territorio nacional. 30 ¿Cómo explicar, después de todo, la idea de que el nazismo fue una amenaza real a los intereses brasileros o estadounidenses?
La llamada “revolución de 30”, marco un giro en la política catarinense. Adolfo Konder, el gobernador de Santa Catarina, apoyó la candidatura a la presidencia del paulista Júlio Prestes, contra la alianza liberal , coalición liderada por Getúlio Vargas. El grupo oligárquico del altiplano catarinense, ligado a la familia Ramos, dedicada a la cría de ganado de vacuno, oposición al gobernador Adolfo Konder, apoyó la candidatura de Getúlio Vargas. 31 Con la llegada al poder de la alianza liberal , la oposición también asumió el poder en Santa Catarina y dio inicio a una serie de persecuciones contra los antiguos grupos dominantes. El grupo depuesto en Santa Catarina por el movimiento de 1930 estaba compuesto de industriales de la región norte/nordeste, mayoritariamente alemanes o descendientes, y contaba con el fuerte apoyo de las llamadas “regiones coloniales”.
La polarización entre, de un lado, el altiplano del estado, luso-brasilero, “tradicional”, ligado al latifundio y a la cría de ganado vacuno; y el norte/nordeste del estado, industrial, “moderno” y teuto-brasilero, marco, de forma profunda, la política catarinense durante toda la Primera República; y asumió dimensiones agudas con la llegada de la oligarquía del altiplano al poder, después del movimiento de 1930, desplegándose en una serie de intervenciones, por parte del gobierno del estado en las llamadas “regiones coloniales”. Es posible afirmar que esa polarización marcó todo el período republicano en Santa Catarina, habiendo perdido su importancia apenas en la década de 1960.
Uno de los primeros actos del interventor recién nombrado en 1930, Gral. Ptolomeu de Assis Brasil, fue aumentar el impuesto sobre el capital y disminuir el impuesto sobre la tierra. Esta medida tuvo serias consecuencias para los industriales de las regiones norte y nordeste del estado. 32 Ese fue apenas el inicio de un proceso en el cual el grupo político que fue alejado del poder en Santa Catarina a lo largo de la primera república, desencadenó una serie de represalias contra los núcleos teuto-brasileros desmontados del poder con la victoria de Vargas y de la Alianza Liberal. En 1931, el municipio de Blumenau, centro de la presencia alemana en Santa Catarina, fue desmembrado para la formación del municipio de Rio Grande del Sur, el claro objetivo de la medida era disminuir el poder de los industriales de ascendencia alemana, con miras a las elecciones municipales de 1936. A pesar de que parte de la población de Rio Grande del Sur admitió el interés por ese desmembramiento, la medida fue sentida por los habitantes de Blumenau como un castigo del gobierno estatal. 33 El alcalde nombrado para el municipio de Blumenau, en 1931, Antônio Candido de Figueiredo, era un gran opositor del Partido Republicano Catarinense, expresión de los intereses industriales, en esta región antes de 1930. 34 En las elecciones de 1933, para la Asamblea Constituyente, los grupos políticos del estado se organizaron en torno del Partido Liberal Catarinense (PLC), comandado por la oligarquía del altiplano, y el Partido Republicano Catarinense (PRC), expresión de los intereses de los industriales de la región norte/nordeste. En esas elecciones el PRC venció en Blumenau y Joinville, las mayores ciudades del estado, localizadas en la región nordeste, lo que llevo al interventor federal, Aristiliano Ramos, en febrero de 1934, a desmembrar parte del municipio de Joinville y a subdividir, por segunda vez, el territorio de Blumenau en cuatro nuevos municipios: Gaspar, Indaial, Timbó y Dalbérgia. Divide et impera. Una vez más, el objetivo era debilitar los centros de poder de los industriales, en su mayoría de ascendencia alemana. 35
Ese segundo desmembramiento, al contrario del primero, generó fuerte oposición en Blumenau, comerciantes e industriales, en señal de protesta, cerraron sus establecimientos. El interventor federal actuó rápidamente determinando que un pelotón de la policía militar, armado de ametralladoras ocupara la ciudad. La noticia de esa ocupación llegó a la capital federal y fue tratada como reacción a una “revuelta hitleriana”, rápidamente ahogada por el leal y fiel gobierno estatal. 36 De ese modo, los conflictos intra-oligárquicos desencadenados por el movimiento de 1930 en Santa Catarina encontraron el contexto político nacional e internacional que legitimaba sus acciones.
Cuando Nereu Ramos tomó el gobierno del estado en 1935, profundizó las políticas de su primo y antecesor, Aristiliano Ramos, de enfrentamiento a los “quistes étnicos”. En 1936, cuando fueron realizadas elecciones municipales, la Acción Integralista Brasilera (AIB), el fascismo tupiniquim, surgió como una tercera fuerza en el escenario político del estado, en oposición tanto a la oligarquía del altiplano como a los industriales teuto-brasileros. Venciendo en la mayoría de los municipios de la región norte-nordeste. El resultado de esas elecciones legitimó la reacción del interventor federal, que paso a señalar la conexión entre “germanidad”, integralismo y nazismo, agravando aún más sus acciones contra los grupos teuto-brasileros del norte-nordeste del estado. Sobre la victoria de los integralistas en las elecciones de 1936, Nereu Ramos argumento:
Quiero explicarles la victoria del integralismo, o mejor, del hitlerismo... Yo dije hitlerismo, porque allí el fenómeno no se presenta con las mismas características que en los demás estados de la federación. En todos los municipios en que el integralismo venció, predomina el elemento alemán. La bandera no es Plínio Salgado, sino Hitler. Cuando se pregunta a un colono sí es integralista. Él responde ‘soy hitlerista’. Es la mística del militarismo alemán (...) Creo que es el momento de iniciar una enérgica obra nacionalizadora en los municipios en que la colonización alemana no quiere adaptarse a la vida brasilera... Eso significa estacionar tropas en las zonas de inmigración alemana, para que la mística del militarismo alemán tenga, en nuestros cuarteles, una deriva y los elementos teuto-brasileros aprendan a integrarse en la vida brasilera. 37
Es posible sugerir, por lo tanto, que la llamada “política de nacionalización” – de la cual el estado de Santa Catarina fue una de las expresiones más acabadas – debe ser comprendida, principalmente, como despliegue de los conflictos intraoligárquicos regionales y menos como resultado de la acción del gobierno de Getúlio Vargas. Aunque haya sido el gobierno federal quien dio la legitimación necesaria a sus acciones. Así, mucho antes que la guerra se convirtiera en un problema efectivo, la política de nacionalización ya era usada como instrumento en las disputas intraoligárquicas en el estado de Santa Catarina.
Es posible presumir, por lo tanto, que las peculiaridades de la política del estado, expuestas anteriormente, potencializaron las ambigüedades derivadas del encuentro entre los principios del Estado Nuevo y la Política del buen vecino. Pero es de fundamental importancia destacar lo mucho que esa conexión entre integralismo, germanidad y nazismo fue utilizada como justificativa tanto para la instalación de la oficina del Office , del Instituto Cultural y del consulado en la ciudad de Florianópolis. Así, por caminos inesperados hay una confluencia de perspectivas e intereses entre el gobierno interventor en el estado de Santa Catarina, representado por Nereu Ramos, y los intereses del departamento de estado y del gobierno estadounidense, expresados por el Office , por el consulado y por el Instituto Cultural Brasil/EUA, de modo que a ellos le interesaba híperdimensionar el llamado peligro alemán. Es muy posible que en ningún otro estado brasilero, esa confluencia de intereses y perspectivas políticas haya sido tan intensa.
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