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3.Tomografía computarizada
José Vicente Monmeneu Menadas
Índice del capítulo
3.1Introducción
3.2Selección y preparación de los pacientes
3.3Contraste
3.4Tecnología y adquisición de las imágenes
3.5Resolución temporal
3.6Resolución espacial
3.7Riesgo por radiación
3.8Artefactos
3.9Reconstrucción en interpretación de las imágenes
3.10Aplicaciones clínicas
3.10.1 Detección de enfermedad coronaria
3.10.2 Aplicaciones cardiacas no coronarias
3.11Aplicaciones emergentes de la TCMD
3.12Conclusiones
Bibliografía
La tomografía computarizada multidetector (TCMD) es una modalidad diagnóstica relativamente nueva y en rápido desarrollo que está derivando en unas aplicaciones clínicas cada vez mayores en las enfermedades cardiovasculares. La visualización no invasiva de las arterias coronarias constituye un desafío técnico para la tomografía computarizada (TC) debido a su reducido calibre y su rápido movimiento. El principio tecnológico básico de la TC es la utilización de radiaciones ionizantes dentro de un sistema rodante ( gantry ), alrededor del paciente, en el que los rayos X se proyectan sobre una antena de detectores y se convierten en imágenes mediante algoritmos de reconstrucción. La introducción de los sistemas multidetector con sincronización electrocardiográfica ha permitido maximizar la resolución temporal y espacial haciendo posible su utilización clínica.
Actualmente la TC cardiaca puede aportar información acerca de la anatomía coronaria y la función ventricular izquierda que puede utilizarse en la evaluación de pacientes con enfermedad coronaria conocida o sospechada.
A lo largo del capítulo vamos a considerar varios aspectos relacionados con la selección y preparación de los pacientes, tecnología de la prueba, adquisición, reconstrucción e interpretación de las imágenes y las aplicaciones clínicas potenciales tanto en enfermedad coronaria como en cardiopatías no coronarias.
3.2Selección y preparación de los pacientes
En general, se excluye a los pacientes muy obesos (índice de masa corporal > 40 kg/m 2) que no puedan permanecer en decúbito supino o que no sean capaces de colaborar en la ejecución de una apnea de aproximadamente 10 segundos (en equipos de 64 detectores). La función renal debe ser normal (la insuficiencia renal es una contraindicación relativa) y debe interrogarse acerca de la historia de alergias. Todas las indicaciones deben estar basadas en la literatura médica disponible. Se debe evitar la cafeína y el tabaco u otros estimulantes 12 horas antes del procedimiento, los alimentos sólidos 4 horas antes así como se debe aumentar la ingesta de líquidos. Es recomendable tener una frecuencia cardiaca lenta y regular, típicamente < 65 latidos por minuto. Para ello, la administración de betabloqueantes es útil si no están contraindicados, en cuyo caso utilizaremos diltiazem o verapamilo. En los pacientes con ritmos irregulares como la fibrilación auricular o la extrasistolia frecuente se pueden producir artefactos, por lo que deben considerarse otras alternativas a esta prueba (en ocasiones se considera una contraindicación relativa). La nitroglicerina sublingual dilata las arterias coronarias y mejora la visualización de las ramas, por lo que se administrará cuando sea apropiado.
Los estudios coronarios se realizan administrando contrastes con elevada concentración de yodo para asegurar la adecuada opacificación de la luz coronaria y proporcionar el contraste suficiente con la pared arterial. La incidencia de nefropatía por contraste aumenta si el filtrado glomerular es < 60 ml/min/m 2, si la función sistólica es < 40%, en la diabetes mellitus, ancianos, con bajo índice de masa corporal, depleción de volumen o situaciones que disminuyen el flujo renal (hipotensión, antiinflamatorios no esteroideos). Los pacientes que toman metformina, aunque no es nefrotóxica por sí misma, deben descontinuarla al menos 48 horas tras la prueba para evitar una acidosis láctica en el caso de producirse fallo renal precipitado por el contraste. Los pacientes con insuficiencia renal o alergia al contraste deben pretratarse (hidratación, esteroides) o realizarse pruebas alternativas.
3.4Tecnología y adquisición de las imágenes
La imagen coronaria no invasiva requiere un sistema capaz de adquirir imágenes libres de movimiento (elevada resolución temporal) que permita visualizar la anatomía coronaria (elevada resolución espacial), con una amplia cobertura cardiaca mientras el paciente mantiene una apnea para disminuir los artefactos de movimiento, y que obtenga vóxeles isotrópicos (resolución espacial en el plano y a través del plano idénticas) que permitan reconstrucciones oblicuas sin pérdida de resolución y con sincronización electrocardiográfica de la adquisición. Los sistemas actuales de TCMD de 64 detectores cumplen con estos requerimientos razonablemente bien.
Se define como la ventana de tiempo dentro del ciclo cardiaco necesaria para adquirir una sección transversal del corazón. Durante la diástole es cuando se observa un menor movimiento cardiaco, por lo que las imágenes se obtienen mejor en esta fase, y esta se reduce conforme aumenta la frecuencia cardiaca, lo que aumentará las necesidades de resolución temporal. En una situación ideal, las imágenes libres de movimiento en cualquier fase requerirían una resolución temporal = 50 ms. Todavía no se alcanzan estas cifras de resolución en los equipos actuales, que oscilan entre 165 y 83 ms. En comparación, la coronariografía invasiva tiene una resolución temporal de aproximadamente 5-20 ms ( fig. 3.1).
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