Adrián Misichevici-Carp - Damnare silentium

Здесь есть возможность читать онлайн «Adrián Misichevici-Carp - Damnare silentium» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Damnare silentium: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Damnare silentium»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Se trata de la
historia real de una chica alemana durante los años 1938-1945 y las condiciones en las que tuvo que
esconder sus verdaderos sentimientos hacia el régimen nazi, para emprender el viaje más difícil de su vida: la búsqueda de su novio judío, a quien, tras su arresto, se le perdió la pista. Pasando por algunos campos de concentración como guardia, vuelve a estar convencida de que los verdaderos valores humanos no pueden ser, de ninguna manera, los impuestos por la propaganda del régimen, que tienen como base el odio.

Damnare silentium — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Damnare silentium», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Se veía en Holanda, casado con Emma, en una casa bonita y con dos niños como dos angelitos. Se amaban todos y estaban felices, vivían en un amor perfecto y nada les faltaba. Tenía los mismos ideales que Emma, nada fuera de lo común: edificar una familia en una sociedad libre y auténtica. En un mundo con aspiraciones nobles, donde el hombre es amado por lo que es: un ser con alma y no por el color de su piel o la religión. Saltando de un lado del ensueño al otro, se durmió sin darse cuenta. Se despertó al día siguiente al mediodía, animado y lleno de optimismo.

Sus padres y los tíos de Berlin, que vivían con ellos desde hace un tiempo, estaban ocupados con las preparaciones de la partida, así que no le prestaban mucha atención. Arreglaban los últimos preparativos antes del viaje. El tío Marc se había marchado temprano por la mañana a Hamburgo, donde debía actualizar las visas, abiertas en 1937 para Chile. Estaba arrojando mucho dinero para engrasar todos los bolsillos: tanto los legales como los ilegales, de lo contrario no podrías abandonar el área del Reich . Vivían en un país que los odiaba, pero de donde no podían salir con mucha facilidad. En primer lugar, costaba mucho dinero y, en segundo lugar, nadie los recibiría si no lo tuvieran en una cantidad considerable. La rueda de los vicios humanos comenzaba y terminaba en el ojo del diablo. 13La naturaleza humana no había traicionado sus intereses; muchos continuaban haciendo fortunas con el sufrimiento de los otros. La tía Rita y Jenny, la madre de David, estaban empacando. Su padre estaba ocupado con la venta de los objetos de valor que no podían llevar con ellos y que solo podían venderlos a cambio de nada. Las cosas cambiaban drásticamente cuando intentaba abastecerse de algo, los precios se volvían astronómicos.

Hace unos días, Jacob había «arianizado» su fábrica. La pasó al nombre del último trabajador alemán que se quedó con él a pesar de todas las restricciones. Este le pagó una suma simbólica, porque no tenía más, y Jacob no quería dejarla al Estado o a algún nazi convencido. Después de que se dieron las manos, se abrazaron como dos viejos amigos, Oliver dijo: «¡Gracias por todo, Jacob! Que sepas que, si un día la situación en este país se recupera y seguimos aún con vida, tu fábrica te estará esperando. Vuelve a casa y será tuya».

Cada uno estaba absorto en los preparativos para la partida, así que David se ocupaba de sus propios asuntos. Tragó algo rápidamente y desapareció en su habitación, donde comenzó a hacerse planes para su propia huida. En primer lugar, tenía que dejarles a sus padres la carta de despedida. Se sentó en el escritorio, sacó una hoja de papel y una pluma estilográfica del cajón y pensaba cómo empezarla para hacerlos sufrir lo menos posible.

Amados padres:

Primero que nada, si leéis esta carta, no os alarméis. Sentaros, calmaros y leer tranquilamente lo que os escribí. Me disculpo mil veces por tener que desaparecer y explicaros todo en estas condiciones. Espero sinceramente que aprobéis mi decisión, aunque sé que será muy difícil para vosotros.

Para comprender mejor lo que hay en mi alma, comenzaré por el principio. Hace unos años, una mirada fugaz cambió mi vida; si se le puede llamar vida a lo que estamos obligados a vivir aquí. En fin, me enamoré. Para no traer ningún inconveniente no deseado a nadie, no mencionaré su identidad, aunque, papá creo que se da cuenta quién es. Que sepáis que es un amor mutuo y verdadero. Un amor puro que en este país está condenado a perecer, incluso antes de nacer. Nos vimos y nos agradamos, este es nuestro pecado en este sistema injusto. Sin embargo, si nació, haremos todo lo posible para defenderlo.

Como bien sabéis, para nosotros los judíos, los marginados de esta sociedad bárbara, de momento no se prevé nada bueno en este país. Menos aún para nuestro amor, que es un crimen imperdonable en este estado inmoral, incluso mayor que ser judío. Aquí tenemos totalmente prohibido estar juntos y nosotros no podemos existir el uno sin el otro. No podemos separarnos y queremos vivir aún más, así que decidimos huir de este pantano de sufrimientos.

¿Por qué no os he contado todo antes, para que pudiéramos escapar juntos? Estoy seguro de que me habríais ayudado, pero no quiero comprometeros ni a vosotros ni a ella. Habría significado traer peligros adicionales y no deseados para todos. Tenemos suficientes ya sin eso. Consideramos que separados, tenemos más probabilidades de ver cumplido nuestro sueño a la vida.

Iros sin ninguna preocupación. En el momento que leáis la carta, nosotros estaremos de camino hacia nuestro futuro común. Espero sinceramente que todos tengamos éxito y de ninguna manera cambiéis vuestros planes por mi culpa; seguirlos exactamente al pie de la letra. Yo sé a dónde vais, y una vez que salgáis de aquí, os escribiré todo al detalle. Más tarde, quizás en un par de años, igual nos veremos.

¡Madre, te lo pido por favor, no llores! Tú me trajiste a este mundo y me enseñaste a ser como soy; ser bueno ante Dios y seguir mis sueños. Nosotros tenemos uno, que nos dejen vivir tranquilos en nuestro amor. Mientras en este país es un sueño utópico y no tenemos ningún futuro, estaremos condenados. Huimos con la esperanza de encontrar un lugar en este mundo rebelde contra el sentido común y las leyes de Dios. Queremos ser felices, eso es todo. No creo que sea un pecado.

Os lo vuelvo a decir, no os preocupéis por nosotros. Lo tenemos todo preparado y bien pensado. No somos los primeros y espero que tampoco los últimos de los que huirán de este país. Os ruego que no nos detestéis, que nos bendigáis y recéis por nosotros, así como nosotros oraremos por vosotros.

¡Os amo (amamos) mucho! ¡Buen viaje y que Dios nos ayude!

Vuestros: David y...

P.S: (Por el bien de todos, destruid la carta).

Metió la carta en un sobre y se dejó robado por los pensamientos. Estaba molido por sentimientos contradictorios. Se sentía extremadamente feliz, iba estar con Emma, en un futuro cercano, solo con ella y sin restricciones. Al mismo tiempo, estaba abrumado por una tristeza opresiva por dejar a sus padres a la buena suerte. Esta explosión interior le trajo en los ojos dos lágrimas juguetonas. Las secó rápidamente con la palma de la mano y se dijo: «Los hombres no lloran. Tengo que ser fuerte. ¿Qué tipo de llanto es este, un ojo llora de alegría y el otro de luto?». Sonrió de forma extraña, escondió la carta en el cajón y salió a ver si podía ayudar con algo por la casa.

A las ocho de la tarde estaban todos alrededor de la mesa. Solo faltaba el tío Marc, que debía presentarse en dos días con los visados. En la casa reinaba una atmósfera de ansiedad. Todos comían y miraban su plato, nadie hablaba. Una inquietud general se apoderaba de sus pensamientos; esta los estaba conquistando cada vez más.

El cabeza de la familia estaba atormentado por unas noticias desagradables, sentía que lo consumían por dentro durante meses: «Judíos a la venta a precio de ganga. ¿Quién los quiere? Nadie». Después de la conferencia de Evian el 13 de julio del mismo año, la mayoría de los periódicos alemanes escupían con frases horribles como estas: «Debates estériles en la conferencia de Evian sobre los judíos... nadie los quiere recibir 14...». Jacob, no podía entender cómo se llegó a esta situación. Estas frases le conquistaban la existencia como lo hace un dolor de muela: cuando te agarra, solo en él piensas. El comportamiento de los nazis, de los ciudadanos alemanes, de los vecinos, al fin y al cabo, no lo asombraba ya hace mucho tiempo, pero del resto del mundo no esperaba tal cosa... Aquella vergonzosa conferencia le destruyó los últimos restos de tranquilidad espiritual. Estaba confundido y no sabía qué hacer. Vio todas sus esperanzas e ideales arruinados en un día. En aquel terrible día se pusieron todos de acuerdo en no ayudarlos, dejarlos en el foso de los leones. Hasta la conferencia vivía con la esperanza de que alguien les arrojara un salvavidas. No quería nada más que ser ayudado a salir a la superficie. No pensaba solo en él; se trataba de miles de personas inocentes, dejadas a la voluntad del ogro, y ellos, los políticos, seguían su rumbo establecido durante cientos de años: mucha charla y nada más. Fumaban, bebían y comían bien, luego volvían a empezar, y cuando había que tomar decisiones de las que dependían miles y miles de vidas, se encogían de hombros. «Dios, ¿qué mal les hicimos? ¿Por qué todos nos dieron la espalda?» pensaba el pobre Jacob con la mirada perdida en algún punto de la mesa, luego de lo cual, también él respondía en su mente. «Por otro lado, viejo Jacob, has pasado tiempo suficiente por esta vida para darte cuenta de que han hecho de la política un arte de la insensibilidad, una prostituta de los que tienen dinero y avaricia de poder. Necesitan un chivo expiatorio y en este momento nos han elegido a nosotros. ¿De los demás qué puedes desear? La gente se traga toda la propaganda de sus Gobiernos y se alegra de que no están ellos en nuestra situación. Si se les ha dicho que no merecemos ayuda, tal vez creen que así es. Mientras no sean ellos los proscritos, no pueden darse cuenta de que realmente necesitamos ayuda... Si Marc regresa con los visados, tal vez podamos salir de este maldito lugar, pero ¿qué harán los demás? ¡Dios, libera tu pueblo del cautiverio!...».

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Damnare silentium»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Damnare silentium» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Damnare silentium»

Обсуждение, отзывы о книге «Damnare silentium» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x