Como imaginarás, esto empezó a afectar la confianza de Andrea en sí misma, a tal punto que la llevó a no confiar en que podía atraer lo que quería. Porque pensar en merecerlo y celebrarlo era malo, pero no lograrlo era peor.
En las siguientes sesiones, Andrea, pudo identificar cómo esta idea se trasladó a todos los aspectos de su vida. En el amoroso, por ejemplo, llegó a creer que cuando le gustaba a un hombre eso era imposible. Pues para ella decir: «Sé que le gusto», estaba mal, porque según ella ese era el comportamiento típico de una mujer engreída. Por esta razón tenía dificultades para entablar relaciones en las cuales ella no sintiera que era menos que el otro. Y en su ambiente laboral tenía miedo de proponer y sobresalir, porque creía que era malo hacerlo y que la iban a juzgar.
En el proceso con Andrea fue necesario romper con ese patrón negativo para que ella llegara a formularse una idea nueva y necesaria: “Soy una mujer atractiva y no tiene NADA DE MALO creer en mí y apreciar mis cualidades y capacidades”.
Así que para creerte el cuento de ser atractiva vas a tener que creer en ti, creer en lo que mereces y en que puedes atraer lo que quieras a tu vida.
Como cierre de este primer secreto te propongo los siguientes pasos:
1. Identifica las barreras mentales que tienes frente a la idea de ser atractiva.
2. Haz una lista de estas barreras mentales.
3. Reescribe estas ideas acentuando el lado positivo.
4. Escribe las características positivas que te hacen atractiva y que no has podido aceptar con tranquilidad.
5. Repite estas características en voz alta tres veces al día durante los próximos veintiún días.
Aquí arranca este viaje en el que te convertirás en una mujer verdaderamente atractiva.
Segundo secreto:
UN IMÁN NO DEPENDE DE SU FORMA
Un imán no depende de su forma, depende de su carga. Entiende que, sin importar su forma cuadrada, redonda, o como sea, lo importante es la carga. Por eso es bueno que como mujer pienses en tu energía, en lo que eres desde dentro y en lo que transmites, incluso más allá del aspecto físico .
Aquí vamos a entender que para ser atractivos no dependemos solo de nuestra forma física. Y considero este secreto uno de los más importantes por todo el impacto que tuvo en mí la relación con mi cuerpo a través de los años. Como ya te enteraste en la introducción, yo fui obeso en mi infancia y adolescencia. Con el tiempo me volví anoréxico y bulímico, todo con el fin de cambiar mi cuerpo; creía que así manejaba mejor mis emociones más íntimas.
Y aunque con respecto al tema del cuerpo hay mucha sensibilidad, podemos decir que los imanes son atractivos sin importar si son redondos, cuadrados, planos o, de cualquier forma.
Los seres humanos tenemos dos ideas metidas en la cabeza: que para lucir atractivos debemos tener buen cuerpo, y que nos corresponde cumplir con los estándares sociales de belleza que nos dictan a diario. Voy a ser honesto, no te voy a decir que no, que lo físico no importa y que todo es netamente mental. Pero si te voy a insistir en que es determinante la mentalidad con la que afrontes tu vida. Porque si no te sientes a gusto con tu físico en gran parte es porque se te ha ido metiendo en la cabeza que tus rasgos o tu figura están fuera de las medidas ‘normales’. De hecho, no existen las medidas normales, salvo las que el médico por cuestiones de salud te indique.
Por eso no dudes en aceptar que es la sociedad la que no te permite sentirte atractiva, porque constantemente te señala como: no atractiva, demasiado flaca, pasada de peso, de nariz extraña, orejas irregulares, senos sin tamaño y forma, y de la cola ni se diga.
De una u otra forma nos vemos condicionados por nuestro entorno social, pero a las mujeres les atropella más, es una incomodidad constante. Yo viví todo eso, especialmente a través de la gordura. Estos eran los casos que más trataba cuando inicié mi carrera como coach e hipnoterapeuta. Atendía a personas que de una u otra forma querían controlar sus desórdenes alimenticios, que venían impulsados por la sensación de no estar complacidos con su cuerpo o en armonía con ellos, y en muchos casos por la sensación de no encajar en la sociedad.
Volvamos a mi caso, pues, aunque aprendí a desarrollar esa personalidad de ser el mejor amigo de las mujeres y de cierta forma acercarme a ellas, lo pude hacer teniendo la personalidad del ‘chévere y querido’. Pero, evidentemente no tenía la confianza para llegar a interactuar con una mujer de una forma diferente, porque creía y tenía metido en la cabeza que me iban a rechazar por el simple hecho de ser gordo.
Recuerdo tanto esa época y los comentarios que me hacían: “Eres muy agradable, las facciones de tu cara son muy lindas, tienes unos ojos muy bonitos; ‘pero’ eres gordo, sino serías muy guapo”. De todo eso que me decían lo que al fin me quedaba era el enorme ‘pero’; y me hice a la idea que por ser gordo quedaba por fuera de las opciones. No había aprendido cómo utilizar lo demás a mi beneficio, en especial cuando hablaban de mis cualidades y puntos a favor. Con ese autoconcepto es obvio que no tomé muy buenas decisiones. Ahora que reviso esa etapa de mi vida reconozco cuánto bien me hubiera hecho siendo más positivo. Pero bueno, cada uno lleva un proceso y afortunadamente para mí las circunstancias pasadas ya han sido superadas y ahora puedo recordarlas para seguir aprendiendo.
Lo que quiero con este capítulo es que entiendas que no hay que tomar malas decisiones, que lo primero es entender que en este momento de tu vida el cuerpo que tienes es el ‘tuyo’, y que de cierta manera es muy necesario aceptarlo y quererlo. Además, y esto se aprende con la experiencia, que con el tiempo la atracción física no es tan determinante.
Es bueno que aprendas e incluso descubras por ti misma cuán fundamental y duradera es la atracción emocional. Obviamente que la atracción física cumple su rol, nos introduce en algunos aspectos, pero no lo es todo. Una relación es básicamente, y esto es en verdad hermoso y mágico, la creación de un vínculo emocional con la otra persona, es darse la oportunidad de ir entrelazando sentimientos. Es interesante porque es una situación que no se programa.
Y ese milagro se da indistintamente del cuerpo que tengas, porque se crea a través de las miradas, en las conversaciones, por medio del contacto físico, con base en la confianza, aceptando sus propias vulnerabilidades, y en la medida que juntos descubran eso que les habita y les hace especiales. Ese ser humano que eres, lo eres sin importar el cuerpo que tengas, sin importar tu forma.
Te propongo que en este capítulo dejemos de lado por un momento el tema de la parte física para que nos enfoquemos en ti, en todas esas cualidades que tienes y que realmente no dependen de lo físico. Porque muchas veces las opacamos por creer que nadie las va a ver por estar detrás del cuerpo, de la forma que tenemos.
Lo primero es que te hagas a la idea de que las demás personas sí pueden ver tus cualidades, y que para ello te corresponde mostrarlas. No te pido que lleves en tu espalda un cartel que las enumere. Aquí se trata de ser interesante para ti misma. Se trata de ser cariñosa, aunque es cierto que cada uno tiene sus propias formas y momentos para ser tierna; este es un descubrimiento que te corresponde solo a ti. También sé que tu carácter tiene mucho para mostrar, porque eres una mujer que no se deja del mundo, que tampoco sale a rogarle amor a cualquier persona, que tiene un montón de cosas para dar, para que otras personas se sientan bien, cómodas, seguras, y muy amadas.
Todo esto que tienes para dar, en la medida que lo vivas a plenitud, será una curiosidad, un reto y un motivo de gran interés para quienes se acerquen. Si analizas con detalle, la persona más interesante muy probablemente eres tú misma. Y aunque los seres humanos no terminamos nunca de conocernos, siempre será muy provechoso abrazar nuestra vida emocional, porque a partir de ella crearemos lo que siempre hemos soñado.
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