A los hombres nos encanta una mujer que se relacione con nosotros de igual a igual, que no sea dependiente. De hecho, una persona con un nivel de autoconfianza tiene gran disposición para “estar cerca”, pero es una cercanía agradable, no una dependencia. Recuerdas que se dice: “detrás de todo gran hombre hay una gran mujer”. Pero has visto que no se dice: “detrás de cada gran mujer hay un gran hombre”. Parece ser que lo que las mujeres hacen es por su propia cuenta, pero cuando un tipo hace algo bien es porque hay una mujer empujándolo e inspirándolo. Este ya es otro punto a favor.
La ternura es otro aspecto que me parece fundamental en una mujer que se reconoce como atractiva y espectacular. Ser tiernos es una de las mejores formas que tenemos para manifestar el amor. Pero resulta que la ternura no es una decisión de la cabeza, sino que nace del cariño por el otro (y también por nosotros mismos). La ternura es un lenguaje tan espectacular que en momentos utiliza las manos, en otros las miradas o los besos. En fin, es una disposición que se vale de muchos medios. Claro, no es automática y tampoco podemos ir al supermercado y pedir tres kilos de ternura. Y hay que ser conscientes de que cada quien tiene sus formas de ser tierno. Pero se da el caso de personas que nunca habían sido cariñosas, llegan a cierta relación y les nacen esas ganas de ser tiernas. Entiende que está bien expresar lo que sientes por las personas que quieres, haciéndolo con detalles que enamoran y fortalecen la relación: un abrazo cuando se llega cansado del trabajo; cocinar el plato favorito del otro; estar pendiente de fechas especiales; y cualquier cosa que hagas con amor, lleva la relación a otro nivel. Lo que sí tienes que evitar es ser tierna por obligación.
De la ternura pasamos a otro aspecto que me parece genial, y es la coquetería. A nosotros nos encanta esa capacidad femenina de generar conexión, eso nos desubica porque nos sentimos rodeados por la sensualidad. Lo agradable es que la coquetería recurre a muchas formas de expresión y se manifiesta en cualquier momento. Puedes ser coqueta en una salida, mientras se miran cenando o cuando están bailando una música que te encante, y también lo puedes ser en la mañana, al despertar. Y una exquisita coquetería abre las puertas para muchas otras formas de expresiones de cariño.
Sabes muy bien que como mujer posees un montón de cualidades biológicas que te hacen un ser único, una mujer irresistible y espectacular. Hablemos de tu poder natural de atracción, porque las hormonas que tienes llaman la atención de los hombres, pues desde un nivel muy básico somos animales, y somos animales que sentimos atracción por otras personas de una forma física, intelectual y de una forma biológica. Y aquí le vamos a subir un poco el tono al libro, vamos a ignorar algunos tabúes sociales y hablaremos de unos temas calientes, de algunas diferencias que tienes como mujer a partir de la sexualidad y el cuerpo.
Bueno, es cierto que las mujeres tienen orgasmos más largos que los hombres. Las mujeres son multiorgásmicas y poliorgásmicas, se pueden ‘venir’ varias veces y de distintas formas: está la penetración, que es una forma básica; estimulación del clítoris, normal; estimulación anal, normal; estimulación de piel, normal; estimulación cuando le hablan al oído, genial… Y se pueden venir y mantenerlo, se pueden venir y electrocutarse allá arriba. Maravilloso.
En fin, como puedes notar, las mujeres tienen muchas formas de venirse, pero desafortunadamente, como en la mayoría de los casos, pueden no alcanzar el orgasmo y no es culpa de ustedes, sino que casi siempre es él quien no les da la talla. Y es muy curioso, porque existe esa idea de empoderar a las mujeres desde el cuerpo y desde su sexualidad, y puede ser fácil decir: empecemos a cambiar. Aunque ocurre que socialmente ‘el polvo’ se acaba cuando el tipo se viene, y él suele hacerlo cuando ustedes están lejos de venirse. ¿Te ha pasado?
El hombre tiene una desventaja, y es que solo se puede ‘venir’ de tres formas: la estimulación del pipí, que es básica; la estimulación de la próstata, que tiene involucrado un tema interno y profundo que el machismo no nos permite aceptar. Porque si has explorado ir por el «camino al sur» de un hombre con quien no había mucha confianza, lo más probable es que te hayas encontrado con una reacción en la que apretó nalga y te miró con seriedad... Como con una cara de preguntarte: «¿Qué haces?». Y aquí te voy a contar algo que les pasa a muchos en ese momento. Aunque sé que la mayoría no lo aceptarán por pena, pero es algo muy real; entran en un conflicto tremendo porque les aflora una voz interna que dice: “Oye, esas cosquillas estuvieron muy interesantes…”. Y seguro que en ese momento piensan: “Ufff... ¿dejo que siga o no?”. La tercera es cuando nos hablan al oído. A las mujeres con esa les va fantástico, pero a nosotros, si nos venimos así, nos creemos eyaculadores precoces. Ese estigma nos afecta tanto que en ocasiones nos ponemos un poco trágicos.
Mira que estamos viendo las dos caras de la moneda de lo que son las posibilidades de placer sexual en la pareja. Y lo que en últimas me parece chévere es que los dos logren llegar a un punto en que ese placer sea un objetivo común; porque nada mejor que una pareja dispuesta a desarmarse de sus egos y disponible para disfrutar de su intimidad. Es muy importante hablar para tener acuerdos, que disfruten en pareja, y así no llegar a esos momentos en los que alguno de los dos no esté a gusto.
Con esto que hemos descrito ya hacemos un balance de tus posibilidades como mujer con respecto a los hombres, para reconocer que tú y todas las mujeres están a otro nivel. Evidentemente que se tumban ideas tipo: “solo eres completamente mujer porque el hombre que está a tu lado te agrega valor”. Y esas son ideas anticuadas que hay que romper. Por eso es importante valorar desde las facultades más básicas de la mujer hasta los efectos que tiene en los hombres.
Algo importante, también, es que, para entender tu historia, para reconocer que eres irresistible y atractiva, vas a tener que aceptar todo lo que te pasó y en particular lo negativo que hayas vivido; por ejemplo, con la relación de tus papás, amigos, exnovio, primer novio. No puedes dejar que eso te impacte de forma negativa el resto de tus días y áreas de tu vida. Lo que vas a hacer es aprender para asumirlo de la mejor manera. Y para que entremos en detalle te contaré la siguiente historia.
Sabes, es común que algunas mujeres no sientan que son atractivas. Ese era el caso de Andrea, con quien trabajamos en un proceso personalizado. A ella la habían criado con la idea de que no era linda ni inteligente, y de que no llegaría a ser exitosa. Mejor dicho, le habían remachado durante mucho tiempo que ella no era nada. ¿Alguna vez te has sentido mal por ser exitosa y por creer que mereces algo? Pueda que sí, porque en ocasiones en las familias se insiste en que es malo ser creído y sentir satisfacción por lo que se hace y se logra.
Pero revisemos, ¿qué es eso de ser creída o engreída; que te crees el cuento de lo que eres? Para mí eso no está mal. Es más, todos de alguna forma nos creemos el cuento de lo que somos. El problema es que solemos creernos el cuento negativo, porque el positivo les incomoda a los demás.
Andrea llegó buscando ayuda porque sentía que no era atractiva. Que realmente no le gustaba a nadie porque ella no era suficiente persona y no llenaba ninguna expectativa. En la primera sesión me contó que siempre estuvo luchando una batalla interna por querer demostrar sus cualidades, pero al tiempo llevar un perfil bajo, como su padres querían que ella hiciera.
Cada vez que Andrea sacaba buenas notas en el colegio sus padres le decían que eso era algo que no tenía por qué celebrar. Que ese era su deber y que celebrarlo solo la hacía verse como una engreída. Sin embargo, cuando por alguna razón no le iba bien la regañaban y le decían que así no iba a llegar a ningún lado, que no iba a poder luchar contra las dificultades de la vida ni conseguir lo que quería.
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