Paloma Bau - Mejor no recordar

Здесь есть возможность читать онлайн «Paloma Bau - Mejor no recordar» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Mejor no recordar: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Mejor no recordar»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Tras una noche de fiesta con sus amigos, Alejandra desaparece misteriosamente sin dejar rastro. Preocupados por lo que haya podido pasarle, sus padres acuden a la policía para denunciar su desaparición. Sin embargo, dos semanas después, sin acordarse de nada y pensando que aún es la noche que salió con sus amigos, Alejandra regresa a casa, sana y salva. La policía, liderada por el inspector Ugarte, tras su repentino regreso y la falta de pruebas concluyentes, decide cerrar la investigación.
¿Qué le ha sucedido a Alejandra? ¿Ha fingido ella misma su desaparición durante catorce días? ¿Será capaz de recuperar su memoria y averiguar lo que realmente ocurrió?

Mejor no recordar — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Mejor no recordar», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Si es que llegó a subirse a él —dije de golpe y deseando que no fuese así. Ojalá Ale estuviese a salvo, en casa de algún amigo, durmiendo, y que tan solo hubiese olvidado de avisar a su madre porque se había quedado sin batería.

—Espera, voy a llamar a la madre de Alejandra —dije de pronto agarrando a Luis del brazo, obligándole a detenerse junto a mí en la entrada del callejón.

—¿Por qué? —Luis me miró sorprendido. Si había algo que él nunca haría sería llamar a la madre de Ale en estos momentos. Por su forma de ser, intuía que no sabría manejar bien la situación, ni qué palabras decirle.

—Me ha llamado antes de llamar a Carlota cuando todavía estábamos en la discoteca. Me siento mal por no haber podido cogérselo. Además, quiero contarle que vamos a hablar con el portero. —Saqué el móvil y le devolví la llamada a la madre de mi amiga. Estuve hablando con Macarena durante unos minutos mientras que Luis me miraba inquieto y nervioso, pegando su oreja al móvil para oír las palabras de Macarena. Escuché atentamente lo que me decía, notando su voz trémula y sus ganas de llorar. Cuando terminamos de hablar, no pude evitar sentirme culpable por haber dejado que se volviese a casa sola. Tenía que haberme vuelto con ella.

—¡Vamos! —dijo Luis entrando en el callejón. Aunque estuviese amaneciendo, el callejón era oscuro y casi no se veía nada. Además, estaba completamente vacío. Me sorprendí al no haberme percatado de lo siniestro que era las dos anteriores veces que había pasado por allí. Ni siquiera recordaba haberlo atravesado cuando el taxi nos dejó en la esquina después de la fiesta de Jorge. Aumentamos todavía más el ritmo hasta alcanzar la puerta de la discoteca, que esta estaba completamente cerrada y desierta.

—No me lo puedo creer —se quejó Luis—. ¿Y ahora qué? No hay nadie. —Suspiré y me llevé las manos a la cabeza.

—¡Tiene que haber alguien! —Comencé a aporrear la puerta y a chillar mientras las lágrimas comenzaron a deslizarse por las mejillas. La impotencia y la rabia me recorrían el cuerpo. Luis se acercó a mí y separándome de la puerta, me abrazó.

—Tranquila, Sof —me dijo susurrándome y acariciándome la parte trasera de la cabeza—. Vamos a encontrarla. —Dejé que mi rostro se fundiese en sus hombros mientras me consolaba.

Estuvimos abrazados un par de segundos y, por un instante, conseguí olvidarme de todo. Me imaginé que Alejandra estaba en casa, durmiendo, y que esto tan solo era una pesadilla causada por el exceso de alcohol. ¿Cómo podía estar sucediendo esto? ¿Le habría pasado algo grave? Normalmente, este tipo de situaciones tan solo sucedían en las noticias o en las películas, y nunca te imaginarías que podría ocurrirle a alguien de tu entorno.

—¡Eh, vosotros! ¿Por qué estabais dando golpes a la puerta? ¿Qué cojones queréis? —Una brusca y grave voz con acento de Europa del Este me devolvió a la realidad. Me giré rápidamente para observar al portero de la discoteca que se encontraba delante de nosotros. Era un hombre fuerte, corpulento y con barba.

—Sí —tartamudeé mientras el estómago se me revolvía a causa del miedo y la agitación—. Perdón. Necesitamos hablar contigo.

—¿Qué quieres? —El hombre me miró fuertemente a los ojos mientras se tocaba la barbilla. Su expresión era dura y un poco estremecedora.

—Verás… —comenzó a explicar Luis mientras se acercaba lentamente a la puerta de la discoteca donde el hombre estaba apoyado—. Nuestra amiga, Alejandra, se fue a las cinco de la mañana de aquí y aún no ha vuelto a casa. Queríamos preguntarte si, por casualidad, la viste marcharse y subirse al Uber. Tal vez la viste marcharse acompañada…

—¿Sabes cuántas chicas entran y salen de esta discoteca? —preguntó el portero en tono burlón. Su acento y sus pocas ganas por colaborar me irritaban. No entendía por qué los puertas de las discotecas tenían que ser siempre tan antipáticos y desagradables.

—Por favor —suplicó Luis—. ¿Puede hacer un esfuerzo y ayudarnos? No se lo pediría si no fuese importante. —El portero suspiró fuertemente y asintió con la cabeza.

—Enseñadme una foto de la chica. —Rápidamente saqué el móvil del bolsillo del abrigo, y se lo entregué. Desde hacía unas semanas, tenía como fondo de pantalla una foto en la que salíamos Alejandra y yo durante uno de los viajes que habíamos organizado el año anterior. Salíamos bastante cerca de la cámara por lo que era fácil analizar nuestros rasgos. El portero examinó en silencio durante unos segundos la pantalla del móvil antes de devolvérmelo—. Sí, sí —añadió rascándose la barba—, me acuerdo de ella. Se fue como habéis dicho hacia las cinco de la mañana. Una chica sonriente. Se despidió de mí.

—¿Estaba sola? —preguntó Luis exaltadamente.

—Sí, sí. Estaba sola. Iba muy borracha. Se apoyó en la pared —señaló el muro de piedra que daba continuación a la puerta de la discoteca— y miró el móvil durante unos segundos.

—Seguramente estaría pidiendo el Uber —le interrumpí y el portero me miró con el ceño fruncido—. Abajo no hay cobertura.

—No lo sé. Estuvo solamente unos segundos, y luego se fue hacia la calle principal.

—¿No la viste subirse al coche? —preguntó de nuevo Luis.

—No. No me fijé. Pero de todas formas desde aquí no hay visibilidad. —Como si no le creyese, me situé a su lado y comprobé lo que me decía. En efecto, no se veía nada. El edificio de enfrente bloqueaba la vista, ya que el inicio del callejón se encontraba a unos metros hacia la izquierda—. ¿Eso es todo? —preguntó con impaciencia.

—Sí —contesté fríamente—. Muchas gracias. —Luis y yo nos dimos la vuelta y comenzamos a andar hacia la calle principal. Esperamos hasta llegar a la esquina de la calle para detenernos y comentar lo sucedido.

—Ese hombre me da mucho miedo —dijo Luis entre escalofríos.

—Sí, además no ha sido nada amable. ¿Qué le costaba ayudar?

—Yo creo que es un mafioso. ¿No le has oído el acento? Tenía cara de asesino. —Solté una leve carcajada ante aquel comentario. Los dos nos quedamos en silencio unos segundos, reviviendo en nuestra mente lo ocurrido en los últimos minutos. Finalmente, fue Luis quién rompió dicho silencio—. No hemos averiguado nada, Sofía. —Su tono de voz reflejaba decepción y rabia.

—Sí, claro que sí —le repliqué agarrándole por los hombros—. Ale salió de la discoteca sola y se dirigió a la vía principal, de camino al Uber.

—¿Y? ¿Eso qué nos aporta? —Luis no entendía lo que estaba insinuando.

—Significa que estaba sola y que estaba bien. Que llegó a pedir el Uber y se fue hasta él. —Me callé durante un instante antes de continuar—. Luis, tenemos que averiguar si se llegó a subir a él. Espero que Carlota haya conseguido algo de información.

07:25 h

TOMÁS

Mientras caminaba por las calles de Madrid, todavía de noche, no dejaba de pensar en lo distante y fría que había estado Alejandra conmigo. Era consciente de que estaba enfadada, y lo comprendía. No me había comportado nada bien con ella. Me había pasado y había actuado de un modo violento e inmaduro. Pero me había disculpado. Le había dicho que la quería. Pero de nada había servido. Estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para volver a estar con ella, para rebobinar el tiempo y cambiar lo sucedido aquella noche.

Decidí llamarla. Tenía que hablar con ella. Disculparme una vez más. Me imaginé que estaría dormida, habían pasado horas desde que se había marchado, pero deseaba enormemente escuchar su voz. La decepción me invadió al percatarme que tenía el móvil apagado. Pegué un suspiro y entonces opté por escribirle un mensaje. Sabía que no lo leería hasta la mañana siguiente, y que probablemente no me contestaría, pero aún estaba un poco borracho y no pensaba con claridad. Como era de esperar, el mensaje tampoco le llegó.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Mejor no recordar»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Mejor no recordar» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Mejor no recordar»

Обсуждение, отзывы о книге «Mejor no recordar» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x