Profesor adjunto interino
Con el grado de doctor, pude ser contratado ya como profesor adjunto interino por la Universidad de Valencia en el curso 1975-1976. Un curso en el que seguía atendiendo mis quehaceres académicos mientras se aceleraba el proceso de transición política en España. Por primera vez tuve a mi cargo la docencia de dos asignaturas de política económica en la facultad, una de carácter general y otra centrada en la política monetaria y de comercio exterior. Por otro lado, empecé a trabajar en distintos aspectos de la economía valenciana. Fruto de ello fue mi colaboración en un artículo colectivo publicado en la revista Hechos y Dichos en noviembre de 1975, y otro artículo más especializado («El ahorro contra la región», realizado en colaboración con Emèrit Bono) que apareció en la revista Doblón en mayo de 1976. Aquel año, por cierto, Emèrit ganó la oposición a una plaza de profesor agregado de universidad, la cual se transformó en cátedra tiempo después.
Pero el acontecimiento más importante de aquel periodo fue, sin duda, la muerte del general Franco el 20 de noviembre de 1975. Unas semanas antes, mientras se alargaba su enfermedad, Víctor Fuentes y yo escuchábamos cada día las noticias de la radio a la hora de la comida en la facultad, junto a muchos otros colegas (la conocida mesa del bar de Económicas donde nos sentábamos un grupo de profesores de esa facultad y la de Derecho, conformando un auténtico foro de debate e información compartida). Hasta aquel día en que, con la muerte del dictador, se inició una nueva etapa en la historia de España. Ahora el rey D. Juan Carlos asumía la jefatura del Estado y era toda una incógnita saber cómo se produciría la transformación de un régimen autoritario en un sistema democrático. En todo caso, una ola de esperanza y de activismo político comenzó a extenderse por toda la sociedad española.
Yo participé también de aquel ambiente social sin descuidar demasiado mi trabajo académico. En tal sentido, un asunto de gran relevancia personal fue la publicación de mi primer libro a mediados de 1976. Era un libro basado en mi tesis doctoral, realizado con la colaboración de Víctor Fuentes (siempre tan dispuesto a apoyar el trabajo de cualquier compañero) y Manuel Sánchez Ayuso. Lo publicó la editorial Túcar, de Madrid, con el título Introducción a la política monetaria (general y de España). Un libro con el formato de manual que me sirvió de herramienta durante algún tiempo en mis clases sobre la materia en la facultad, y que, por ser el primero, dediqué a título personal a mis padres (Pepe y Rosario) y a mis hermanos (Salva y Sime).
La transición política se aceleró en el verano de 1976, cuando el rey designó a Adolfo Suárez presidente del Gobierno en sustitución de Arias Navarro. Hubo contactos entre el Gobierno y las fuerzas democráticas, pero el hecho más relevante fue la celebración del referéndum para la reforma política el 15 de diciembre de aquel año. Su resultado positivo abrió las puertas para el cambio democrático, a pesar de la resistencia que oponían las fuerzas de la extrema derecha (recuérdense los asesinatos de la calle de Atocha en enero de 1977). Los sindicatos y los partidos políticos fueron legalizados (el PCE en abril de 1977), y las primeras elecciones democráticas tuvieron lugar el 15 de junio de 1977. Tras estas, Manuel Sánchez Ayuso y Emèrit Bono fueron elegidos diputados en el Parlamento español, el primero por la candidatura del PSP y el segundo por la del PCE-PCPV.
Viví con gran intensidad aquel curso de 1976-1977. A mi actividad docente e investigadora, se sumó mi labor de compromiso político y cívico. Carmen y yo nos casamos en abril de 1977 y optamos por seguir viviendo en Llíria. Ahora mi tarea de investigación y publicación, que me gustaba en sí misma, tenía también la meta de cosechar méritos para afrontar con solvencia, lo antes posible, la oposición a una plaza de profesor adjunto numerario (o profesor titular) de universidad. Así pues, aparte de una labor periodística de mayor compromiso cívico, a la que me referiré después, hubo una tarea de estudio y de investigación que se plasmó en distintos trabajos académicos.
Los trabajos de este tipo publicados en aquellos momentos los agruparé en tres grandes líneas temáticas. En primer lugar, los referidos a la economía en general, entre los que cabe mencionar el artículo «Notas en torno a una visión crítica de la teoría convencional de la Política Económica», que apareció en la Revista de Economía Política de enero-abril de 1977, y el artículo «Milton Friedman: un Nobel de Economía», que se publicó en el Boletín Informativo del Colegio de Economistas de Valencia de abril del mismo año.
En segundo lugar, se hallan los trabajos relativos a la economía valenciana en un sentido amplio, entre los que cabe citar el artículo «Economía Política y Universidad en el País Valenciano» (realizado en colaboración con Manuel Sánchez Ayuso), que se publicó en la revista Escuela 75 de enero de 1977, y el artículo «La agricultura en el País Valenciano» (realizado también en colaboración con Manuel Sánchez Ayuso), que apareció en la revista Agricultura y Sociedad de enero-marzo del mismo año.
Finalmente, están los trabajos específicos sobre mi propia comarca, el Camp de Túria, destacando entre ellos el artículo «La industrialización hacia el interior del País Valenciano», publicado en colaboración con Ricard Torres en la revista Panorama Bursátil de enero de 1977. Ricard era un magnífico estudiante de Económicas que estaba acabando la carrera por entonces y con el que tuve mucho gusto de trabajar. El artículo en cuestión fue elogiado por Vicent Ventura en Valencia Fruits, y además se nos pagó por él. Con el dinero que recibimos, Ricard se compró un perro y yo me compré una alfombra para la nueva casa.
De aquel artículo derivó después el opúsculo Llíria i la comarca Camp de Túria: les transformacions econòmiques cap a l’interior del País Valencià, publicado por la editorial Lindes, de Valencia, avanzado el año 1977. Un pequeño libro donde se completó el artículo realizado con Ricard Torres con otros análisis sobre la materia, y que por el momento en el que apareció dediqué especialmente a Carmen.
Cada generación mira la historia desde la perspectiva de su tiempo, y la mirada de mi generación a la realidad regional y local se vio, sin duda, deslumbrada por las grandes transformaciones recientes experimentadas por esta. En mis trabajos publicados en 1977, subrayaba que a partir de 1960 la economía española comenzó a abrirse hacia el exterior y recibió el impacto favorable de Europa Occidental. En ese contexto, Valencia y la comarca de L’Horta se convirtieron en un auténtico foco de desarrollo económico cuyos efectos impulsores incidieron de manera progresiva en la vecina comarca del Camp de Túria. Cabía hablar, así, de una especie de rutas centrífugas hacia el interior de la Comunidad Valenciana. A través de estas iban perdiendo fuerza gradualmente aquellos efectos impulsores, hasta llegar a perderse en los municipios más alejados del interior (ya en la Serranía) que se hallaban estancados o en regresión.
Mis trabajos de entonces, por otro lado, se situaban en el contexto de una gran oleada de publicaciones sobre la realidad valenciana, muchas de ellas a cargo de profesores de la Facultad de Económicas de Valencia. Como botón de muestra, cabe recordar dos libros de Josep Picó, Empresario e industrialización. El caso valenciano (editado por Tecnos) y El moviment obrer al País Valencià sota el franquisme (editado por Tres i Quatre, con un interesante prólogo de Ramiro Reig); el libro Raons d’identitat del País Valencià, premio de ensayo Joan Fuster, escrito por el colectivo Pere Sisé (entre cuyos componentes aparecían Vicent Soler y José Antonio Martínez Serrano), y el libro de J. A. Tomás Carpi Economía valenciana: modelos de interpretación, editado por Fernando Torres.
Читать дальше