Argentina:
facebook.com/VREditoras
twitter.com/vreditoras
instagram.com/vr.editoras
México:
facebook.com/vreditorasmexico
twitter.com/vreditoras
instagram.com/vreditorasmexico
Que no me toque la Tierra, que no me toque la Tierra…
Era el último día de clases en el Centro de Estudios Ultra Superiores Tron, en el planeta Tac. Tron era la universidad más importante en ese mundo tan lejano, allí donde las grandes mentes del futuro completaban su formación académica para luego encaminarse a sus destinos de grandes hechos y obras.
Tac era un pequeño planeta escondido en la galaxia Abell 1835. Estaba muy, muy alejado de la Tierra; podría decirse que se encontraba al otro lado del Universo. Era pequeño, pero muy poderoso. Allí vivían seres que, con mucho trabajo y dedicación, habían desarrollado una tecnología superior y la habían distribuido generosamente por todo los planetas que los rodeaban, para hacer de ellos un lugar mejor donde vivir.
Los habitantes de Tac eran seres de contextura fuerte y de altura mediana –un metro sesenta, un metro setenta– y los había delgados y rellenitos. Sus cabezas perfectamente redondas, como bolas de billar, albergaban cerebros con capacidades extraordinarias. Su piel era de color naranja pálido y estaba cubierta de pecas de un tono rosa suave.
Sus ojos eran brillantes y de colores flúo: celeste, verde, amarillo. Tenían narices pequeñas con una sola fosa nasal y una boca grande y carnosa que dejaba ver sus brillantes y coloridos dientes. Eran casi todos calvos, pues el crecimiento constante de sus cabezas había hecho que fueran perdiendo su cabello de generación en generación.
A diferencia de los tacs adultos, los niños tenían en su piel pecas de gran tamaño que, a medida que crecían, se iban achicando. Las niñas eran siempre más altas que los varones, unos cinco centímetros más, y sus labios eran de color turquesa. Los niños varones tenían labios de color rojo pálido.
Que no me toque la Tierra, que no me toque la Tierra…
Como principio para su rotundo éxito como civilización, los tacs habían suprimido toda clase de sentimientos. Dejarse llevar por ellos era algo peligroso y fuera de toda lógica, ya que desviaba la atención de las cosas realmente importantes: estudiar, calcular, trabajar, solucionar, inventar, construir.
Las emociones, como alegría, tristeza o frustración, habían sido dejadas de lado hacía muchísimo tiempo y en todos los aspectos de sus vidas; seguían presentes en su interior, pero no podían expresarlas. Durante siglos y siglos de evolución habían desarrollado un órgano en la parte baja de su cerebro al que llamaron Órgano Supresor de Sentimientos (más conocido por su sigla OSS). El OSS era un bulbo con forma de pera que, cada vez que un tac sentía algo como enojo, nervios, amor por alguien u otras emociones insignificantes para ellos, a través de un proceso químico atrapaba ese sentimiento y lo expulsaba mediante la respiración.
Asimismo habían acortado sus nombres propios a solo tres letras para no perder tiempo precioso que podían utilizar en el estudio, el trabajo y la ciencia.
Que no me toque la Tierra, que no me toque la Tierra…
El profesor Zen, la máxima autoridad en el Centro de Estudios Ultra Superiores Tron, se encontraba de pie frente a sus alumnos del último año. Con su voz fría y sin emociones, anunció:
–Para poder obtener su diploma, antes de terminar el año deberán presentar un trabajo final de investigación. A cada uno de ustedes se le asignará, por sorteo, un planeta diferente. Tendrán que viajar allí para investigar sobre el tema que les haya tocado.
La clase seguía con atención las palabras del profesor. Eran veintitrés estudiantes que promediaban los 11 años de edad, y que habían llegado con un gran esfuerzo intelectual a la instancia final de sus estudios, para luego convertirse en valiosos miembros de la sociedad y del cosmos.
Que no me toque la Tierra, que no me toque la Tierra…
El profesor Zen explicó a continuación el proceso de sorteo:
–Como pueden ver, en esta pantalla de rayos luminosos están las imágenes de cada estudiante y, en esta otra, están los veintitrés planetas elegidos para realizar cada uno de los trabajos finales. El sorteo será así: primero se encenderá el rostro de uno de ustedes y en la otra pantalla, una luz se moverá por todos los planetas hasta detenerse en uno. Así se irán formando las parejas. ¿Está claro?
Todos asintieron, pero sin mostrar sentimientos por supuesto.
Sin embargo, el OSS de uno de los alumnos trabajaba sin descanso para atrapar sus emociones, que solían ser muy tranquilas pero que en ese momento estaban a punto de explotar. Se trataba de Mic, quien no podía dejar de pensar: Que no me toque la Tierra, que no me toque la Tierra…
Los padres de Mic, Del y Pat, dirigían la corporación Som, una gigantesca compañía de ingeniería espacial y planetaria que se dedicaba a la construcción de naves y a toda la infraestructura satelital que comunicaba a los tacs con otros mundos. Som empleaba a miles de trabajadores y sus revolucionarios proyectos habían permitido que Tac llegara aún más lejos en su camino de expansión por el universo. Mic era el único heredero de esa organización. Sus padres esperaban que él terminara pronto sus estudios para ingresar a Som y comenzar así el gran camino que lo convertiría en el próximo líder de la compañía.
Sin embargo, a Mic lo único que le preocupaba era otra cosa: Que no me toque la Tierra, que no me toque la Tierra… Eso que experimentaba no se lo podía transmitir a nadie, porque la relación con sus compañeros era solo académica, aunque para alguien, su conducta no pasaba inadvertida:
–¿Qué murmuras; estás nervioso por el trabajo final? –preguntó por lo bajo su compañera Dai.
–¿Eh? Solo murmuraba... qué interesantes son los planetas que integran el sorteo…
Dai era una alumna e investigadora ejemplar: una verdadera mente brillante. Por esa razón, sus padres y los de Mic habían acordado que se comprometerían una vez que terminaran sus estudios pues, de acuerdo a cálculos matemáticos, su unión no solo conformaría una pareja perfecta sino que, al frente de la Gran Corporación Som, llevarían a los tacs a otro nivel en innovaciones tecnológicas.
Читать дальше