En el primer movimiento, el de agarre de precisión, el objeto es tomado entre los flexores de los dedos y el pulgar, permitiendo un agarre firme y mayor precisión en caso de arrojar el objeto. En el segundo, el de agarre de fuerza, los dedos y la palma son parcialmente flexionados mientras el pulgar hace contrapresión. De este modo se impide que el objeto se escape de la mano, permite golpear evitando el eventual daño del impacto. Estos dos tipos de agarre también se han llamado “de bola” y “de cilindro”, en asociación directa con cierto tipo de objeto y no con la función del movimiento.
6. Agarre de fuerza (izquierda) y agarre de precisión (derecha).
Napier concluyó que estos dos tipos de agarres fundamentales subyacen en todas las variaciones y habrían posibilitado tanto las acciones de defensa y ataque (golpes, aporreos, arrojo de piedras, etc.) como también la fabricación de herramientas .
Así, las acciones de golpear, aporrear y lanzar, que hoy nos pasan en general inadvertidas, podrían ser consideradas como la primera especialización de las manos, y este comportamiento habría aumentado las posibilidades de sobrevida y reproducción. Los movimientos de la muñeca en los humanos, que exceden ampliamente las capacidades de la muñeca de los chimpancés, también muestran cambios que pueden ser explicados como adaptaciones para golpear y tirar.
Los registros fósiles indican que la adaptación para golpear y lanzar comenzaron a influir en la estructura de la mano en el mismo origen o muy cerca de él, y continuaron por millones de años. Durante este prolongado período de la evolución, la mano habría vivido una profunda remodelación que mejoró las posibilidades de agarre, lanzamiento y resistencia frente a un impacto violento.
Las herramientas de piedra más antiguas halladas hasta ahora datan de apenas 2,6 millones de años, mientras que manos como las del Australopithecus afarensis , como Lucy, muy similares a las modernas, corresponden a 3,2 millones de años. Esto fortalece la idea de que las acciones de golpear, aporrear y lanzar, que le pueden ser adjudicadas, antecedieron en muchos millones de años al uso y la creación de herramientas.
Con la mano vacía, las cosas son demasiado fuertes.
Gastón Bachelard, La tierra y los ensueños de la voluntad
¿Acaso se modificó la mano con el uso y la fabricación de herramientas? Ya el mismo Darwin había considerado esta cuestión, a propósito de los efectos del uso y desuso de las partes del cuerpo humano.
Aun martillar con precisión no es fácil, como admite cualquiera que haya tratado de aprender carpintería. Arrojar una piedra con tanta puntería como un aborigen fueguino para su defensa, o para matar pájaros, requiere la mayor y consumada perfección en la acción correlacionada de los músculos de la mano, el brazo, el hombre y, además, un fino sentido del tacto. Para arrojar una piedra o lanza y en muchas otras acciones, un hombre debe pararse firmemente sobre sus pies, y esto nuevamente requiere la perfecta coadaptación de numerosos músculos. Transformar una lasca de piedra en la herramienta más tosca, o hacer una lanza dentada o un anzuelo con un hueso exige el uso de una mano perfecta […] Los arqueólogos están convencidos de que transcurrió un enorme intervalo de tiempo antes de que nuestros ancestros pensaran en afilar lascas de pedernales para hacer utensilios pulidos […] En este sentido la estructura de la mano puede ser comparada con la de los órganos vocales, que en los monos son usados para proferir gritos como señales o, en algunos casos, cadencias musicales, pero en el hombre similares órganos vocales se han adaptado, por efectos heredados del uso, al lenguaje articulado. 14
Si bien no existen pruebas concluyentes al respecto y todavía hay numerosos interrogantes a elucidar, hay acuerdo generalizado en que la evolución anatómica de la mano estuvo vinculada al uso de herramientas. Como hemos visto anteriormente, Lucy habría estado en condiciones de defenderse y atacar con mucho mayor grado de eficiencia que los chimpancés. Pese a ello, según el neurólogo Frank R. Wilson, su capacidad de aporreo estaba limitada por la falta de desarrollo de la parte cubital (ulnar) de su mano y muñeca, lo que vino luego del Australopithecus afarensis .
Flexión ulnar es el movimiento de doblar la muñeca hacia el lado del meñique, o hueso ulnar o cubital. Es el movimiento de la mano derecha que hacemos cuando oprimimos la tecla enter (figura 7).
Enfatiza este investigador que justamente la oposición ulnar o cubital es única de los humanos modernos, como broche de oro de una serie de transformaciones que afectaron toda la extremidad superior, desde el hombro hasta la punta de los dedos. La oposición de los dedos anular (4) y meñique (5), en combinación con la desviación cubital de la muñeca, permite sujetar firmemente un palo con la mano, alineado con el eje longitudinal del brazo, de manera que el balanceo del brazo-con-palo (y en consecuencia la fuerza de un golpe) aumenta. Con la habilidad para desplegar el brazo hacia afuera obtendría una ventaja letal en los combates, y una vez que este agarre de fuerte presión oblicua fue incorporado a la mano homínida, ningún adversario o presa del mismo peso habría estado a salvo en su presencia, sin resultar derribado, con un fuerte golpe en la cabeza o despellejado.
Un segundo efecto de la oposición cubital es el perfeccionamiento del agarre de precisión, que permite la manipulación de pequeños objetos entre los dedos sin tocar la palma de la mano. Con esta habilidad biomecánica, la mano habría podido no sólo golpear por un largo tiempo y manipular y arrojar piedras, sino también usar los cinco dedos para el control fino de objetos pequeños. Esta “pequeña” modificación habría incrementado enormemente el potencial funcional de la mano tanto en cuanto al combate como a la destreza digital del individuo. 15
7. Flexión ulnar. Dibujo de Viviana Sacco.
Sabemos que en algún momento después de Lucy se desarrolló una articulación más móvil en la base del dedo meñique, pero se desconoce el origen de esta modificación. Hasta ahora tampoco es posible relacionar el pasaje de 400 gramos a 1,100 gramos de masa cerebral y determinar si ocurrió antes o después de este cambio en la estructura de la mano.
Lo cierto es que se produjo una coordinación de nuevas conexiones neurológicas, visuales y táctiles-motrices; también nuevas tareas para brazos y manos que requirieron uso diferenciado de manos derecha e izquierda; a la vez que capacidad de coordinación de las dos manos en tareas bimanuales.
Herramientas complejas como hachas y cuchillos muy probablemente se fueron desarrollando en comunidad , con algún tipo de división de tareas. Estos esfuerzos cooperativos habrían requerido modos de comunicación, en la forma de gestos manuales y otras expresiones corporales o vocalizaciones, o ambos. Dicho de otro modo, la fabricación cooperativa de herramientas habría provisto una precondición crucial para la evolución del lenguaje. Una comunicación emergente basada en el crecimiento de estas actividades habría conducido a una fabricación más sofisticada y también una cultura social más compleja y un lenguaje más refinado. Estos dos comportamientos, mutuamente interdependientes, también habrían sido capaces de cobrar una mejor representación en el cerebro. El lenguaje y el uso de herramientas habrían modificado profundamente las perspectivas de sobrevivencia para todos aquellos individuos con esta carga genética.
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