Estrella Correa - Bésame, por favor

Здесь есть возможность читать онлайн «Estrella Correa - Bésame, por favor» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Bésame, por favor: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Bésame, por favor»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Dani se siente perdida, confió de nuevo en el amor y nada era lo que creía. Ahora, decepcionada y rota por el dolor, decide dar una oportunidad al pasado. Piensa que acercándose a él puede conseguir las respuestas que lleva tanto tiempo esperando, pero tal vez, y sólo tal vez, lo que encuentre vuelva a romperle todos los esquemas y tenga que replantearse que las cosas no siempre ocurren como nosotros deseamos.
En «Bésame, por favor», Dani vive inmersa en un mundo de pasiones peligrosas.
Las probables salidas puede que la llenen de felicidad, pero sus pliegues ocultan no pocas frustraciones y desdichas.

Bésame, por favor — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Bésame, por favor», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Hola, zorra parisina —saluda Sara.

—Sería un buen título para una película —me tiro sobre la cama.

—Sí, una peli porno.

Capto su doble intención.

—¿Por qué me has dejado venir aquí?

—No me dejaste atarte a la cama.

Me tapo la cara con el brazo que tengo libre y resoplo.

—¿Ha ocurrido algo? ¿Se ha pasado contigo? —pregunta con tono de "cojo el primer avión y le arranco los huevos al cabrón malnacido ese".

—¿Qué? ¡No!

—¿En qué hotel estás?

Buena pregunta. Digo, mala pregunta, muy mala. Comienzo a comerme una uña.

Mi amiga, a la que no se le escapa mi breve silencio, vuelve a preguntar:

—Dani, ¿en qué hotel estás?

—En su casa, pero, antes de que empieces a gritar, tengo mi propia habitación.

—¡Daniel Sánchez Duarte! —me corta—.¿Qué coño estás haciendo?

—No lo sé, ¿vale? Déjame respirar un poco.

No contesta. No escucho nada a través de la línea.

—Hace un momento me reprochas el no haberte atado a la cama y evitar que cometas el mayor error de tu vida, y ahora me pides que te deje respirar. ¿En qué quedamos, Dani?

Yo qué sé. A mí no me vengas a preguntar.

—Dijiste que no me criticarías si tomaba la decisión de darle otra oportunidad —me incorporo sentándome en el borde. No es que esté pensando en dársela, pero quiero que vea que ella también se contradice.

—¿Te estás escuchando? ¿De verdad hablas en serio? ¿Se te ha olvidado lo que ha pasado este fin de semana?

¿Cómo iba a olvidarlo? Alejandro me ha vendido por unos pocos millones de euros. No estoy segura de cuántos. Me ha utilizado, se ha reído de mí y me ha estado follando hasta dejarme sin sentido durante casi un mes. ¿Cómo no iba a recordarlo? Aún me duele el culo. ¡Joder!

—Te quiero, Dani. Eres mi mejor amiga y por eso tengo que decírtelo. Esto te va a explotar en la cara. Son hermanos. Álvaro te destrozó ya una vez y Alejandro lo acaba de hacer. Y lo peor de todo... ¡les quieres a los dos! —está cada vez más cabreada—. Te he visto este fin de semana, he estado contigo, estás enamorada de Alejandro, nunca te he visto así. ¿Me estás diciendo que también amas a Álvaro?

—¡No! Es difícil de explicar…

—¡Pues inténtalo! —vuelve a cortarme, exasperada.

—Yo… yo… he llegado aquí, ¿sabes? Y he visto que me ha tenido presente durante todos estos años…

—Sí, ya. Puedo imaginármelo. Tiene un altar en medio del salón con velas y fotos de santa Daniel al lado. No ha aparecido antes porque ha estado rezando para que fueras tú quien volviera —su ironía me desespera.

No, no me tiene en un altar y estoy segura de que no ha estado rezando ni guardándome luto, pero lo que me dicen todos estos cuadros es mucho más. Es lo que siempre quisimos juntos. Fue nuestro sueño durante cuatro años. Le dejé, pero él ha tratado de tenerme cerca siempre. ¡Eso es lo que me dice cada rincón de este puto piso!

—Está bien. Llevas razón —cruzo el salón y veo un pequeño balcón justo al lado de la ventana que abrió Álvaro al llegar—. He venido por trabajo —me justifico—. Es lo que haré. Trabajar. Son sólo dos días. Puedo hacerlo —retiro la cortina y ante mí se abre una pequeña terraza con sillones de madera blanca y esponjosos cojines del mismo color. Levanto una pequeña palanca al más puro estilo años sesenta y abro una de las hojas del ventanal. Me quedo totalmente estupefacta. Sara sigue hablando junto a mi oreja.

—Deja de justificar la razón por la que has decidido suicidarte de una manera tan dolorosa. Te engañó con otra. ¡Lo hizo en tus narices! Aléjate de ellos, Dani. Aléjate de los dos.

No contesto. He vuelto a viajar al mundo de nunca jamás. He perseguido a Alicia hasta la madriguera y he caído tras ella al país de las maravillas. He subido al Apolo XIII y estoy a muchos kilómetros de la Tierra.

—Dani, Dani... ¿Sigues ahí? ¿Me escuchas?

—Tengo que colgar. Hablamos luego.

La oigo farfullar tras la línea y nada más.

La Torre Eiffel sigue en el mismo sitio. El sol de mediodía le da un aura especial. ¡Estoy deseando verla de noche! Los edificios de alrededor tienen bohardillas abovedadas de terracota negra y me doy cuenta de que ésta es exactamente igual. Pero lo que me ha trasladado a otro planeta, a otra dimensión, es el campo de margaritas blancas que Álvaro tiene plantado en esta maravillosa terraza. La rodea por completo. Es como estar en medio de un bosque en plena primavera. Extraordinario.

¿De verdad todo esto lo ha hecho por mí?

«No cambia nada. Te engañó. De una forma cruel y sanguinaria. Tres cuadros y un campo de margaritas no reemplazan que te dejara tirada y embarazada».

Mi subconsciente me saca del ensimismamiento con dos hostias bien dadas. Lleva razón. En el fondo, tengo que agradecérselo.

Salgo de esa casa-museo-trampa y busco un sitio donde sirvan comida. Pasa el mediodía y mi estómago ruge pidiendo auxilio. Camino unos cinco minutos antes de encontrar lo que parece un pequeño restaurante familiar. Me llama la atención su fachada color rojo intenso. El lugar, lleno de gente, me indica que se tiene que comer bien.

Me acomodo en una mesa junto a la ventana y enseguida viene un joven muy simpático a atenderme. Se presenta como Thomas. Pido una ensalada mixta y una sopa de marisco que me ha recomendado fervientemente. La hace su madre cada mañana con productos de primera calidad. No he podido negarme. Todo está exquisito. Apunto el nombre de lo que será, a partir de ahora, mi lista de sitios preferidos de París. Chez Mari . La simpatía del camarero y el detalle de sus padres, quienes han salido a saludarme en un perfecto español cuando se han enterado de que soy de Madrid, me han calado hondo. Me han hecho sentir como en casa. Han sido muy amables conmigo.

—Gracias, Thomas.

—Vuelve pronto, Daniel.

—Lo haré.

Paseo por el barrio de Montmartre y llego hasta la Torre Eiffel. Su inmensidad de cerca impone mucho más. Sus trescientos metros de altura no deja indiferente a nadie.

Excusez-moi, pouvez-vous prendre une photo? —me pregunta una pareja de, sin duda, dos jóvenes enamorados.

Oui, bien sûr —contesto, mientras cojo la cámara que me ofrecen y me retiro lo suficiente para que la Torre Eiffel quepa en la imagen, tras ellos. Les devuelvo la cámara fotográfica y se despiden sonrientes.

Merci —dice ella con una cara que irradia felicidad.

De rien —les contesto complacida. La verdad es que verlos tan felices por algo tan simple como estar juntos en este lugar me hace recordar que existe la felicidad y que yo también lograré encontrarla. Estoy segura.

Decido volver al piso-casa-museo-trampa sobre las siete de la tarde. La noche me cubre y hace frío. El mes de noviembre en París es bastante más fresco que en Madrid y no he cogido nada de abrigo. Camino con paso decidido porque mi cuerpo empieza a tiritar. Un par de manzanas antes de donde se encuentra la casa de Álvaro, escucho unos pasos acercarse por detrás. Miro hacia un lado y hacia otro y me doy cuenta de que me encuentro sola en la calle. La única luz que me alumbra es la de las bombillas de las pequeñas farolas de hierro. Comienzo a andar más deprisa y giro hacia la derecha en una esquina. Miro hacia atrás y no veo a nadie, sin embargo, tengo la sensación de que un par de ojos me vigilan. Reanudo la marcha y me rodeo el cuerpo con los brazos, tratando de dejar de tiritar. Estoy poniéndome muy nerviosa. De nuevo, noto que alguien me sigue, se puede decir que corro sobre los adoquines. Llego a la calle del piso, diviso la cancela de tres metros de altura enfrente de donde me encuentro y cruzo sin mirar. Freno en seco, justo antes de que un coche a toda velocidad me atropelle. Me llevo un susto de muerte y camino hasta llegar a la puerta. La abro temblando, de frío y de miedo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Bésame, por favor»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Bésame, por favor» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Bésame, por favor»

Обсуждение, отзывы о книге «Bésame, por favor» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x