Estrella Correa - Bésame, por favor

Здесь есть возможность читать онлайн «Estrella Correa - Bésame, por favor» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Bésame, por favor: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Bésame, por favor»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Dani se siente perdida, confió de nuevo en el amor y nada era lo que creía. Ahora, decepcionada y rota por el dolor, decide dar una oportunidad al pasado. Piensa que acercándose a él puede conseguir las respuestas que lleva tanto tiempo esperando, pero tal vez, y sólo tal vez, lo que encuentre vuelva a romperle todos los esquemas y tenga que replantearse que las cosas no siempre ocurren como nosotros deseamos.
En «Bésame, por favor», Dani vive inmersa en un mundo de pasiones peligrosas.
Las probables salidas puede que la llenen de felicidad, pero sus pliegues ocultan no pocas frustraciones y desdichas.

Bésame, por favor — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Bésame, por favor», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Cuando le dije que hoy viajábamos a París, me obligó a aceptarlo —levanta imperceptiblemente una ceja—. Justo después de romper una botella de bourbon contra la pared del salón.

Eso me deja claro que han hablado. ¿Sabrá lo que ha ocurrido? Me doy cuenta de que yo no le había dicho a Alejandro que viajaba a París hoy. No me había dado tiempo. Ya no importa demasiado. Sigo decidida a pedir explicaciones, pero un hombre uniformado nos interrumpe.

—Buenos días, señor Llorens —se dan un apretón de manos—. El señor Alejandro Fernández me ha informado de todo. El despegue está previsto para dentro de diecisiete minutos. Pueden subir a bordo ahora. La señorita Olivera les atenderá durante el vuelo.

—Gracias por todo.

—Es un placer —toca su gorra haciendo una pequeña reverencia.

Álvaro coloca su mano derecha en el bajo de mi espalda y me empuja sin presionar, instándome a que camine.

—París nos espera. ¿Lista?

Definitivamente, no.

Entramos en el jet privado que Alejandro nos ha cedido para asegurarse de que no me olvide de su presencia y me detengo al percibir su olor. Imposible. No se habrá atrevido a venir aquí. Observo la cabina y no lo veo por ningún lado. Miento. No veo su cuerpo, pero todo él impregna cada detalle de la cabina. Elegante, sin remilgos, colores neutros, beige y marrón. Pulcra y distinguida. Emana dominio. Todo me recuerda a él. Estoy indiscutiblemente jodida. Dejo caer mi cuerpo en uno de los asientos y cierro los ojos, pero puedo sentir a Álvaro sentándose frente a mí.

—¿Una mala noche? —pregunta despreocupado. Creo que he hecho un trío con mis dos mejores amigos después de beberme dos botellas de ginebra y no sé cuántos chupitos ni de qué, pero ellos lo niegan para que no les deje de hablar para siempre, pienso.

—No lo sé, no me acuerdo.

—Esas son las mejores —sonríe. Me hago un ovillo en el inmenso asiento de cuero beige. Quiero dormir.

—Por favor, despiértame cuando lleguemos —le pido con los ojos cerrados.

No dice nada, sin embargo, lo escucho levantarse y acercarse a mí. Me tenso al instante e intento que no lo note. No me muevo. Percibo sus manos alrededor de mi cintura. Se me erizan todos y cada uno de los vellos de mi piel. Tira del cinturón y lo abrocha. Vuelve a alejarse y se asegura él también para el despegue.

—Nena, nena… Despierta.

Algo o alguien mueve mi cuerpo con insistencia, me empuja hacia el fondo del abismo, me asusto y consigo agarrarme a la cornisa justo antes de caer.

—Dani, despierta —es Álvaro—. Hemos llegado —me hace cosquillas en la mejilla con su aliento.

Abro los ojos y parpadeo varias veces para adaptar mis pupilas a la luz que entra por las ventanillas. Esos ojos negros, que tantas noches me quitaron el sueño, me miran divertidos.

—Sigues roncando como un osito —me desabrocha el cinturón y se pone completamente de pie. Desde el asiento, su altura impone. Ignoro su comentario totalmente intencionado.

Me ofrece la mano para levantarme y la acepto. Cuando me siento segura de pie, la suelto y camino a su lado. Bajamos las escaleras y subimos a otro todoterreno negro con los cristales tintados. Tiene que haber una relación directa entre los coches de estas características y los hombres ricos y atractivos. Cruzamos la ciudad y un millar de sentimientos encontrados me remueven el estómago. Ilusión y añoranza. Esperanza y pena. Alegría y tristeza a la vez. Esta ciudad, un día, fue nuestro sueño. Creí que en ella viviría los mejores momentos de mi vida. Y no fue así. Durante mucho tiempo he tratado de no pensar en ella. La tenía guardada en ese baúl que escondía bajo tres metros de cemento y cerrado con cien candados. El mismo donde se encontraba Álvaro. Tenerlos a los dos ahora tan cerca no es fácil de digerir. Éste sigue muy callado. Sabe perfectamente todo lo que me conmueve esta situación.

Paramos en una calle estrecha. Cuando hemos girado la esquina, he dudado si el todoterreno cabría en ella. Sólo hay coches aparcados a un lado. Los edificios que la flanquean son antiguos, con paredes de piedra oscura de diferentes formas y tonalidades, todos impresionantemente bellos. Saco el móvil y hago un par de fotos para mandárselas a Juan, un amigo arquitecto al que conocí hace ya algunos años, cuando Sara me lo presentó en una de sus exposiciones. Es un gran artista.

Bajamos cada uno por un lado y el conductor se hace cargo de las maletas. Álvaro me mira y me apremia para que camine delante de él. Paramos ante una cancela de hierro negro de tres metros de altura. Saca un manojo de llaves e introduce una de ellas en la cerradura. Estoy confundida. Esto no es un hotel. Me mira y adivina lo que pienso. Ya sabéis… Soy un libro abierto, la mayoría de las veces. Sonríe.

—¿Qué? —pregunta, levantando una ceja. Sabe perfectamente lo que cavilo en estos momentos.

—Esto no es un hotel —suelto, sarcástica.

—Muy observadora —gira la llave, empuja la puerta y, con un gesto amable de la mano, me ordena que pase dentro. Por unos momentos no me muevo—. Tranquila, tendrás tu propia habitación —dice despreocupado. Claudico y cruzo el umbral, mientras él aguanta la puerta para que pase—. Y no entraré aunque lo supliques.

No le veo, pero sé que sonríe. Yo no le encuentro la gracia. Freno en seco y giro sobre mis zapatillas de deporte para enfrentarme a él. Me inclino hacia delante uniformemente, adoptando una posición de pelea. Álvaro levanta las manos en señal de rendición y tuerce el gesto en una mueca divertida.

Debería estar prohibido ser tan guapo.

He debido perder completamente la cordura.

2

PARÍS. TEN CUIDADO, NO TE PIERDAS

Entrar en aquel piso de París acompañada de Álvaro tiene un golpe de efecto en mí. Situado en el bohemio barrio de Montparnasse, precioso, rodeado de arte, color y magia. Lo que siempre habíamos soñado. El suelo de madera clara y altos techos. Las paredes del salón pintadas de beige de las que cuelgan unas veinte pinturas (después tuve tiempo de contarlas) de PopArt, casi todas de Andy Warhol. Ver aquello es como si estos seis años no hubieran existido nunca, como si fueran una pesadilla larga y tediosa, como si acabara de despertar semanas después de una graduación feliz al lado del hombre que amaba.

Es exactamente lo que siempre habíamos querido.

Y Álvaro lo tenía…

No entiendo nada.

Me detengo justo en medio del salón, mientras él cierra la puerta a mis espaldas. Giro sobre mi cuerpo lentamente, admirando aquellas obras de arte que inundan las paredes de color y sentimiento. Me encuentro con Álvaro frente a mí, sin apartar los ojos de mi cara, sonriendo, completamente obnubilado, con las manos metidas en los bolsillos.

—Son… maravillosas —susurro, admirando las obras.

—Lo es —asegura mirándome con devoción. No sé exactamente si me está contestando.

El tono de su voz me hace reaccionar poniéndome en estado de alerta máxima. Lo miro y mis miedos se hacen realidad. Camina hacia mí despacio, pero decidido, con esa cara de donjuán desvergonzado, mordiéndose el labio inferior y sacando las manos de los bolsillos.

Listo para atacar.

Ay, madre mía.

Dejo de respirar y me tambaleo. Todos los Andy Warhol comienzan a girar a mi alrededor, convirtiendo la habitación en un torbellino del que no puedo salir.

Se detiene a unos escasos centímetros de mí, sin tocarme.

El yo insensato, el yo malévolo, el yo inconsciente, el yo equilibrado y el yo reflexivo deciden que es buen momento para discutir la situación y lo que debo hacer en este preciso instante. Gritan tan fuerte en mi cabeza que no escucho lo que Alejandr… digo, Álvaro, intenta decir.

Alejandro… Para colmo, su recuerdo me aplasta el pecho.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Bésame, por favor»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Bésame, por favor» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Bésame, por favor»

Обсуждение, отзывы о книге «Bésame, por favor» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x