Estrella Correa - Bésame, por favor

Здесь есть возможность читать онлайн «Estrella Correa - Bésame, por favor» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Bésame, por favor: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Bésame, por favor»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Dani se siente perdida, confió de nuevo en el amor y nada era lo que creía. Ahora, decepcionada y rota por el dolor, decide dar una oportunidad al pasado. Piensa que acercándose a él puede conseguir las respuestas que lleva tanto tiempo esperando, pero tal vez, y sólo tal vez, lo que encuentre vuelva a romperle todos los esquemas y tenga que replantearse que las cosas no siempre ocurren como nosotros deseamos.
En «Bésame, por favor», Dani vive inmersa en un mundo de pasiones peligrosas.
Las probables salidas puede que la llenen de felicidad, pero sus pliegues ocultan no pocas frustraciones y desdichas.

Bésame, por favor — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Bésame, por favor», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—No puedo amar una mentira —musita segura.

No lo puedo controlar. Me rompo un poco más.

Gimo de dolor.

Tengo que luchar conmigo mismo para no cogerla sobre mis hombros, llevarla a nuestra habitación y follármela hasta que no podamos más, perdamos el sentido y no nos quede más remedio que dormir juntos abrazados durante horas. Acerco mi boca y me asomo al borde de sus labios. Aprieto mi cadera contra la suya para que sepa lo que me hace sentir.

Jadea.

Y no se aparta.

Puedo notar su sabor, nuestros cuerpos acelerados, los latidos de su corazón, su suave piel bajo la mía… su olor…

—Dani, tenemos que irnos —Sara nos interrumpe y rompe la magia.

La miro por última vez, buscando una señal. Algo que me indique que no la deje marchar, que la obligue a quedarse, pero no encuentro nada. Sus ojos humedecidos por las lágrimas no me dicen nada, son un desierto de arena inmensa. La he perdido.

Me doy por vencido y me aparto. Me destroza tener que dejarle el camino libre. Acostumbro a luchar por lo que quiero. Me cuesta la vida contenerme. Agacho los hombros y me hundo.

Vuelvo al salón y, encolerizado, destrozo la mesa de cristal de un solo golpe. Me hago cortes en el puño. Sangrando, cojo las sillas y las estampo contra la pared. Prosigo hasta dejar el salón completamente destruido.

El ruido del timbre de la puerta viaja hasta mis oídos, entra en ellos y penetra hasta expandirse por mi cabeza haciéndola explotar. Parpadeo varias veces e intento abrir los ojos. Ya es de noche, pero la luz de la ciudad atraviesa los grandes ventanales del salón y me deslumbra. Escucho golpes en el portón de entrada.

—Alejandro, abre —Álvaro grita y vuelve a golpear. No quiero ver a nadie. Me importa una mierda todo el mundo. Que me dejen en paz de una jodida vez. Golpea de nuevo.

—¡Vete, joder!

Cierro los ojos y me incorporo, sentándome sobre el sofá. Todo me da vueltas. Agarro mi cabeza con las dos manos.

—¿Qué coño ha pasado?

Álvaro está de pie frente a mí, relajado y divertido, observando el campo de batalla en el que he convertido el salón. Prefiero obviar cómo ha conseguido entrar en mi casa sin que le abriera.

—¿Qué haces aquí? —le contesto con otra pregunta. Es él quien ha invadido mi espacio sin ser invitado. Él debería ser quien diera las explicaciones.

—Llevo llamándote desde anoche —saca las manos de los bolsillos y camina decidido hacia donde me encuentro. Para en medio del salón. Su cara ha cambiado, su semblante ahora es serio. Algo me dice que no me va a gustar lo que voy a escuchar—. Tenemos que hablar.

1

SALIR CORRIENDO

No me divierte tenerme que despertar temprano. Siempre me gustaría dormir un poco más, pero esta mañana, lo que estoy a punto de ver, hace que quiera levantarme y salir corriendo de aquí, sin desperezarme siquiera.

«O morirte».

Sí, o eso.

Unas manos finas y suaves rodean mi cintura. Puedo sentir la dócil presión sobre mi piel. Abro los ojos y me encuentro con la cara de Sara a un palmo de la mía. Me sorprende haber podido dormir toda la noche sin interrupciones, después de todo lo ocurrido el fin de semana.

«Es fácil si antes de acostarte te has bebido una botella de ginebra tú sola. ¿O fueron dos?».

No lo recuerdo, la verdad. Al igual que la mayor parte de la noche. No consigo dar forma a los acontecimientos.

Me remuevo sobre mí misma, hundiendo la cama, y ella ronronea y sonríe. Debe estar soñando. Es una de esas preciosas mujeres a las que las personas del mismo sexo repudiamos de nuestro círculo social por miedo a ser eclipsadas. La odiaría si no la quisiera tanto. Grandes ojos color caramelo, unas pestañas inmensas, labios carnosos, una larga melena morena y la piel blanca, llena de luz. No me extraña que Joan esté perdidamente enamorada de ella. Es un buen hombre. Mi amiga debería darse cuenta antes de que sea demasiado tarde. No le va a aguantar todas las sandeces e inconsciencias. Si no está segura de lo que quiere, debería dejarlo y quedar como amigos.

Noto otro par de manos que tiran de mí hacia atrás. Me tenso al instante. Agacho la cabeza y cuatro brazos me rodean. Mi espalda se acopla a un torso duro y desnudo. Mi cuerpo sólo lo cubre unas bragas y un sujetador de encaje nude . Empiezo a temblar. Giro la cabeza ciento ochenta grados y veo que Roberto duerme plácidamente junto a mí. Respira tranquilo y relajado.

Yo comienzo a hiperventilar. Me he tenido que volver completamente loca. ¿Es posible que la descerebrada de mi amiga me convenciera para hacer un trío? No, es imposible. Y mucho menos con Roberto de por medio. Para ella, el sexo es sólo eso: sexo. Pero sabe que para mí implica algo más. No amor, ni mucho menos, pero entiende que jamás me acostaría con ella, o con mi amigo. ¡Y mucho menos con los dos a la vez! ¡Madre mía, en el lío que me he metido!

—Tranquila —ronronea Roberto junto a mi oído, dejando de presionar sobre mis caderas, pero sin apartarse ni un ápice de mí.

—¿Qué hicimos anoche? —intento recordarlo, pero todo gira en torno a una nebulosa oscura. Cierro los ojos asustada. No quiero saber la respuesta.

—Mmm… Déjame recordar… Llegasteis a casa muy alteradas, con tres botellas de ginebra dentro de una bolsa de papel… Nos las bebimos… Además de unos cuantos chupitos… —el suspense me está matando—. Tú te pusiste a bailar con Sara... Me propusisteis que me uniera…

Que se deje de gilipolleces. Le doy un codazo.

—¡Ay! Pero ¿qué haces? —lanza una queja.

—¿Nos acostamos? ¿Los tres? —me remuevo y me levanto, abandonándolos a los dos en la cama. Sara se revuelve entre las sábanas, dejando a la vista sus pechos.

Roberto parece no darse cuenta, o disimula muy bien.

Esto no puede estar pasando.

—¿No te acuerdas? Eso ha dolido —se incorpora, dejando caer la espalda en el cabecero.

—¿Queréis dejar de gritar? —mi amiga acaba de despertarse y ruega, cubriéndose la cabeza con la almohada.

—¿Quieres taparte? —cojo un cojín del suelo y se lo tiro a la cabeza con todas mis fuerzas.

—¡Ay! —la saca de su escondrijo y me mira—. ¿Se puede saber qué ocurre?

Qué guapa. No se puede tener ese aspecto cuando te acabas de despertar. Es imposible, va contra natura.

—¿Nos acostamos…? —me mira confundida. Señalo compulsivamente a los dos y después a mí. Ella duerme todavía. Pues que despierte. El problema es lo suficientemente importante.

—Los tres, ¿nos acostamos? —repito y grito.

—¿Qué? ¡No! ¿Estás loca? —su cara llega a ofenderme.

Miro a Roberto cabreada. Ha intentado hacerme creer que nos hemos acostado. Éste pasa de mí. Se levanta semidesnudo y pasa por mi lado. Se detiene junto a mi oído y susurra:

—Relájate. El día que nos acostemos, haré que no puedas olvidarlo nunca.

—Eso no ocurrirá jamás —le aseguro.

Le clavo el codo en el costado.

—¡Ah! ¿Quieres matarme?

Lo atravieso con la mirada y sale de la habitación, sonriendo.

—¡Me encanta divertir a todo el mundo! —levanto las manos con dramatismo. Me centro ahora en mi amiga, que me mira divertida. Le tiro otro cojín y lo esquiva con gracia.

—¿De verdad pensaste que habíamos hecho un trío?

No le contesto. Abro una de las cajas que ayer por la tarde trasladamos desde casa de Alejandro y busco ropa interior limpia y decente. En dos horas viene a recogerme Álvaro para irnos a París.

«El día que no quieras morirte al pronunciar los dos nombres en la misma frase, te regalo una medalla».

Mejor unas vacaciones en Hawái.

—Tranquila, no eres mi tipo —se levanta.

Su comentario me hiere, tengo que reconocerlo, pero pasa desapercibido para mi cerebro al comprobar que está… ¡completamente desnuda! Abro los ojos de par en par y pongo los brazos en jarra.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Bésame, por favor»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Bésame, por favor» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Bésame, por favor»

Обсуждение, отзывы о книге «Bésame, por favor» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x