Hayek agrega:
Mientras que para el científico que cultiva las ciencias naturales el contraste entre los hechos objetivos y las opiniones subjetivas es algo sencillo, la distinción no puede aplicarse tan fácilmente a las ciencias sociales. La razón es que el objeto o los hechos de las ciencias sociales son también opiniones —no a las opiniones de quienes estudian los fenómenos sociales, por supuesto, sino las opiniones de aquellos cuyas acciones dan lugar al objeto de estudio del científico social. Pero, en el sentido que distinguimos los hechos de las opiniones, los hechos de las ciencias sociales son meramente las opiniones de la gente cuyas acciones estudiamos. Se diferencian de los hechos de las ciencias físicas en que son creencias u opiniones que sostienen los individuos; creencias que, como tales, son nuestros datos independientemente de que sean verdaderos o falsos, y, lo que es más, no podemos observarlas directamente dentro de la mente de los individuos, sino que hemos de identificarlas a partir de lo que ellos hacen y dicen, merced a que tenemos una mente similar a la suya. (p. 54)
Krause et al . (2009) vinculan las necesidades con la subjetividad:
Todas las necesidades humanas [...] son sanamente subjetivas porque son humanas y por ende culturales. La escasez, por ende, no es algo físico. La cantidad tiene que ver con la escasez porque, una vez que ‘algo’ es culturalmente demandado, recién allí la cantidad ‘física’ se convierte en algo relevante. (p. 32)
Con relación a la complejidad de las ciencias sociales, en su discurso de aceptación del Premio Nobel de Economía de 1977, Hayek plantea lo siguiente:
Pero ello solo es cierto en los casos en que nos encontramos ante lo que el doctor Warren Weaver [quien perteneció a la Fundación Rockefeller] ha llamado, empleando una distinción que debe entenderse en un sentido más amplio, “fenómenos de complejidad inorganizada”, en contraposición a los “fenómenos de complejidad organizada” que tratan la ciencias sociales. Complejidad organizada significa, en este caso, que el carácter de las estructuras correspondientes no depende solo de las propiedades de los elementos individuales que las componen y de la frecuencia relativa con que se producen, sino también de la forma en que los elementos individuales se interrelacionan entre sí. (p. 8)
Según esta cita, la economía no está exenta de niveles de complejidad organizada, dado que son individuos los que deciden, sobre la base de los principios económicos, cómo actuar para pasar de una situación menos satisfactoria a otra más satisfactoria en un entorno de competencia y cooperación; estas acciones son las que configuran una economía, cosa muy diferente a la competencia biológica en el reino animal, donde sobrevive el más fuerte. En tal sentido, lo explicado por Hayek es un buen fundamento para que la economía no caiga en el constructivismo.
2. EL PROCESO PRODUCTIVO
La economía también estudia la acción de los empresarios y el proceso productivo. Los factores productivos son, en términos generales, la tierra, el trabajo y el capital. A los dos primeros factores se les denomina originarios porque no han sido consecuencia de alguna transformación; reciben ingresos que se definen en el mercado como la renta y el salario, respectivamente. En cuanto al capital, se lo relaciona con un bien duradero, como una máquina, equipo, herramienta o todo material que contribuye a la transformación de bienes (producción); a diferencia de los dos factores productivos arriba mencionados, este no recibe directamente una renta, pero es parte del esfuerzo de la producción y de la inversión que efectúa el empresario y que luego de un tiempo, al venderse la producción, se genera una rentabilidad económica. Por tanto, la acción empresarial es retribuida con la ganancia económica.
En cuanto a la importancia del capital en el proceso productivo, Rothbard (2011) señala lo siguiente: “… la función del capital es adelantar a los hombres en el tiempo hacia su objetivo en la producción de bienes de consumo, sea de nuevos bienes o de más cantidad de bienes ya existentes” (p. 52).
Rothbard nos explica un concepto ya visto en los economistas clásicos, que consiste en que la inversión tiene como fuente el ahorro, y, a su vez, el ahorro depende del sacrificio de consumo. Los economistas austriacos, partiendo de este principio fundamental, explican que el proceso productivo es inherente a un adelanto de recursos que definen como inversión, y que luego de producidos y vendidos los bienes, se tiene un retorno en dinero, recuperándose así la inversión. En otras palabras, la inversión es el uso de recursos provenientes del ahorro para llevar a cabo el proceso productivo, y la rentabilidad económica se dará cuando se recupere el dinero invertido en la compra de insumos, alquiler de máquinas, pago de salarios y de infraestructura. Con estos conceptos, los economistas austriacos explican las diferentes etapas de los procesos productivos, partiendo de factores productivos originarios, llámense mano de obra y tierra, luego, incluyen el capital, que es elaborado por el ser humano, hasta llegar al bien final, que es aquel que ya no sufre transformación y llega a manos del consumidor.
Siguiendo la explicación anterior, Rothbard (2011) plantea un interesante ejemplo de la producción de un sándwich de jamón que se sintetiza de la siguiente manera: el sándwich es el bien de consumo que desea Jones para satisfacer una necesidad, que es el hambre. Este es el medio directo que permitirá a Jones satisfacer su necesidad. Los medios indirectos para que se pueda producir el sándwich son el jamón, el pan, el ambiente o la casa de Jones, el trabajo desplegado por su esposa y el tiempo que toma la preparación. Para producir los medios indirectos, se requiere una serie de productos como la harina de trigo, la manteca, el trabajo del panificador y el tiempo que toma preparar el pan. Estos también son medios indirectos, pero de segundo orden, dado que el pan y el jamón son de primer orden. Ahora bien, como se puede apreciar, para elaborar el sándwich, que es el bien final o el medio directo para lograr el fin, que es saciar el hambre, se tienen varias etapas, pues en el ejemplo solo se visualizan dos: las de los bienes de producción de primer orden para producir el sándwich (el pan y el jamón) y las de los bienes de producción de segundo orden para producir el pan; no hemos incluido los medios indirectos para producir el jamón, por simplificación. En este ejemplo, los factores de producción originarios son el trabajo, la tierra y todo aquello que no requiere transformación. El otro factor de producción es el capital, que serían las herramientas y los equipos de producción (por ejemplo, el horno para producir el pan) (pp. 8-9).
Por tanto, producir un bien de consumo implica una serie de etapas previas, que empieza con los recursos originarios (mano de obra, tierra y naturaleza) y acaba en el bien de consumo. Cada etapa se relaciona con un periodo de tiempo, una inversión, un retorno como consecuencia de la venta de los bienes, ya sean intermedios o de consumo, y, por tanto, una ganancia económica. En cada uno de los periodos de funcionamiento de la empresa, digamos meses, existen ingresos y costos. En los ingresos tenemos la venta de los bienes producidos y en los costos se tienen los salarios, el pago de alquiler de la tierra y de los equipos de capital, y la adquisición de todo material relacionado con el proceso productivo. En el caso de la tierra y de los bienes de capital, aun pudiendo ser el empresario dueño de estos, se deben considerar como un costo de oportunidad dado que existe una ganancia que el empresario estaría dejando de percibir por no utilizarlos en una segunda alternativa. Se puede incluir también el costo de oportunidad del empresario, que si bien es cierto no le corresponde un sueldo, en realidad está dejando de ganar un sueldo en otra empresa. Luego, el empresario valora los costos de oportunidad en todo el proceso de producción en su conjunto, con los ingresos y sobre todo el tiempo que toma el retorno de la inversión. Si el empresario considera que la tasa de rentabilidad que se obtendrá compensa la espera y el trabajo de la inversión y producción, estará incentivado a llevar a cabo el proyecto y la empresa. El caso contrario sería que, aun teniendo rentabilidad económica, en el sentido de que los ingresos superan a los costos en cada uno de los periodos y que la inversión no solamente es recuperada, sino que genera una tasa de rentabilidad en el tiempo, es posible que el inversionista no acepte la inversión porque existe un factor psíquico que puede contrarrestar la ganancia económica que pudiera tener. Por tanto, estamos hablando de una ganancia psíquica que sumada a la económica darán elementos de juicio al empresario si lleva a cabo la inversión.
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