Pero en 1846, le llegó, desde EE UU, la novedad de un hallazgo: la anestesia. Interesado en el tema, realizó investigaciones en los laboratorios de experimentación, creó un nuevo método para administrar éter, y utilizó el cloroformo. Administró más de 450 anestesias a sus pacientes, y la número 451 se la hizo a la mismísima reina Victoria en su parto, de donde se originó esto del “parto sin dolor” o “parto a la reina”. Cuando el cólera hace su llegada a Londres, el Dr. Farr, por entonces el Ministro de Salud del reinado, comunicó a sus pares y a las autoridades reales de las que dependía su puesto, que sus estudios “muy serios” permitían establecer que la enfermedad nada tenía que ver con brechas en la estructura sanitaria, sino que se debía a los miasmas contenidos en una nube que se instalaba muy baja sobre la ciudad. A lo que el bueno de Snow respondió: “qué estupidez”. Enseguida contrató asistentes pagados de su propio bolsillo, y puso manos a la obra. En la esquina de Broad Street existía una bomba de agua que se alimentaba de las conexiones a las plantas de Southwark y Vauxhall las que obtenían su agua de las zonas más contaminadas del Támesis.
El distrito de Lambeth obtenía agua de la planta homónima, cuya fuente era la parte alta (aguas arriba) del río. Munido de estos datos, Snow realizó una encuesta casa por casa, recabando información sobre los servicios sanitarios y las muertes por cólera en cada casa. Después de reunir los datos, los procesó y organizó en lo que hoy se cree fue la primera “tabla de datos” conocida en epidemiología, en la cual utilizó por primera vez, un indicador: el número de muertes cada 10.000 casas y no por número de personas como haríamos hoy. La (hoy) “famosa tabla” de Snow
El veneno colérico contamina apenas los alimentos y las agua y ya es lo suficientemente fuerte como para propagarse entre personas que conviven en hacinamiento y condiciones de escasez higiénica. Las excretas del enfermo, arrojadas al río, van a contaminar norias. Las redes municipales que se sirvan de esas aguas diseminarán el veneno colérico a todo el distrito, por ellas servido. (De donde surge el término “agua servida”). Snow pudo rescatar al cura párroco de la zona Saint James y Golden Square, donde se encuentra Broad Street, el reverendo Henry Whitehead para su propio beneficio y le supo demostrar con hechos y resultados, que su feligresía podría dejar de morirse y seguir asistiendo a los servicios religiosos si se acotaba el brote de una vez. El inteligente párroco comenzó a razonar los postulados de Snow y le brindó lo que el novel epidemiólogo más necesitaba: cerrar la bomba de agua de la calle Broad. El apoyo del párroco fue instrumental para lograr este objetivo. En pocas semanas, la epidemia comenzó a abatirse. La lógica de Snow, y su espíritu investigador le permitieron observar un hecho, documentarlo, investigarlo, conocerlo, cuantificarlo, asociarlo a riesgo y factores de riesgo, y hasta descubrir su agente causal: en este caso el agua. Este error aparente; pero recordemos que, en tiempos de Snow, el “veneno” del cólera era “traído” por el agua. Estamos en 1850; por lo tanto, faltan todavía unos años más para que Koch descubra el vibrio cholerae .
Hasta aquí los hechos puntuales que hacen de Snow el padre de la epidemiología y a los ingleses los profesores titulares de la materia. La Royal Society of Epidemiology and Public Health, convenció –en 1958– a los dueños de la actual cervecería de la esquina de Broad Street (donde estaba la famosa bomba de agua) de cambiarle el nombre al local. El lugar se llamaría, desde entonces, “John Snow Pub” y puede visitarse en dicha esquina.
Edward Jenner– Época: 1749– 1823
Jenner trabajó como médico en Inglaterra. En su época, la viruela se trataba de una seria enfermedad y a menudo resultaba mortal. Fue la simple observación de que las lecheras normalmente no enfermaban de viruela, lo que le llevó a pensar que el hecho de contagiarse de la viruela vacuna (una enfermedad similar a la viruela, pero mucho menos agresiva) las protegía de ella.
En mayo de 1796, Jenner probó esta teoría al inocular a James Phipps, un niño, el contenido de las ampollas de la viruela vacuna de la mano de Sarah Nelmes, una lechera que había contraído esta enfermedad de una vaca llamada Blossom.
Jenner inoculó a Phipps el pus de la viruela vacuna en ambos brazos. Esto le produjo fiebre y algo de malestar, pero no una gran enfermedad. Más tarde, inoculó a Phipps la viruela y no se produjo ninguna enfermedad. Algo que comprobó varias veces antes de informarlo públicamente. Es el creador de las vacunas (vacuna–vaca)
Louis Pasteur– Época: 1822 – 1895
Louis Pasteur fue un químico y biólogo francés que fundó la ciencia de la microbiología. Comenzó investigando los procesos de fermentación del vino y la cerveza y descubrió la existencia de las bacterias que interferían en este proceso. Aplicó sus conclusiones al estudio de la causa y el desarrollo de las enfermedades y demostró la teoría de los gérmenes como causantes de las mismas.
También desarrolló varios tipos de vacunas efectivas en animales y la vacuna de la rabia en humanos.
Fue el creador de la pasteurización, un proceso por el cual, a través de la aplicación de calor durante un breve periodo de tiempo, los microorganismos morían sin que los alimentos en los que se encontraban quedaran dañados en el proceso. La utilización de este método (junto con muchas variantes) aumentó la calidad y seguridad de los alimentos. Y es empleado actualmente tanto en la industria alimenticia (siendo la leche el ejemplo más representativo) como en algunos ámbitos de estudio microbiológico.
Robert Koch– Época: 1843 – 1910
Médico alemán, fue junto a Pasteur, uno de los defensores de la teoría de los gérmenes como causantes de enfermedades. Descubrió el bacilo de la Tuberculosis, también llamado bacilo de Koch en honor a él. Desarrolló, sin saberlo, un método para diagnosticar la tuberculosis, la tuberculina. Un hecho que él consideró al principio, un fracaso puesto que su idea era que la tuberculina funcionara como una vacuna.
También descubrió el bacilo causante del cólera. Y formuló cuatro postulados sobre la causa de las enfermedades bacterianas y demostró la existencia de varias bacterias causantes de la infección de las heridas.
Joseph Lister– Época: 1827– 1912
Joseph Lister fue un cirujano inglés que promovió la idea de la cirugía estéril, mientras trabajaba en la Enfermería Real de Glasgow. En su época, la explicación para la infección de las heridas era que los tejidos expuestos, se dañaban por compuestos químicos del aire o por “polución” del aire. No existían instalaciones para lavarse las manos o para limpiar las heridas de los pacientes e incluso se consideraba innecesario para un cirujano lavarse las manos antes de operar a un paciente.
Lister, a través de la lectura de los artículos de Pasteur, llegó a la conclusión de que la única forma viable para combatir al microorganismo era a través de compuestos químicos. Así que introdujo con éxito el ácido carbólico (fenol) para esterilizar los instrumentos quirúrgicos y para limpiar las heridas. Lo que hizo que disminuyeran de forma espectacular las infecciones y las gangrenas.
También hizo que los cirujanos llevaran guantes limpios y que se lavaran las manos antes y después de las operaciones, con soluciones al 5% de ácido carbólico.
Conforme la teoría de los gérmenes en las enfermedades iba siendo cada vez más aceptada, fue cada vez más obvio que la mejor forma para evitar la infección era evitar que las bacterias se introdujeran en las heridas en primer lugar. Y así surgió la cirugía estéril, considerando a Lister como el padre de la moderna antisepsia.
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