Estrella Correa - Bilogía Las estrellas

Здесь есть возможность читать онлайн «Estrella Correa - Bilogía Las estrellas» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Bilogía Las estrellas: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Bilogía Las estrellas»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

¡Ya tenéis disponible al bilogía al completo!Nerea tiene una empresa de éxito, un marido que la quiere y una vida perfecta. Nerea quiere volver a ser feliz, y cree que, si tiene paciencia y lucha, todo volverá a ser como antes; pero no espera que su alrededor cambie tan rápido. Nada es como ella pensaba y sus sentimientos se transforman en algo que desconocía. Nerea tiene miedo, sin embargo, elige vivir.¿Y tú? ¿Serías capaz de saltar al vacío sin paracaídas y sin red?

Bilogía Las estrellas — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Bilogía Las estrellas», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Un Dolce Gabbana negro.

—¿El de la boda de los Andrades?

Asiento y le doy un sorbo a mi bebida. Ese vestido se podría comparar con la obra de arte más exquisita. El encaje negro me cubre casi al completo, llegando hasta las muñecas y dejando entrever parte de los pechos y la espalda, sin dejar que se vea nada. Largo hasta el tobillo, desistiendo de tapar mis preciosos zapatos del mismo color, ausentes de adornos o remilgos, mi atuendo no necesita nada más.

—Llevas todo el día bastante callada —observa.

—No hemos parado de trabajar en ningún momento —le doy un sorbo al café y cierro los ojos. Joel se incorpora hacia delante y me agarra la mano con cariño.

—Diva, algo te preocupa, ¿puedo saber qué es?

—No es nada, estoy bien.

—Es Sebastian, ¿verdad? Temes encontrarlo en la fiesta.

Lo miro y entiende lo que le quiero decir. Ha dado justo en el clavo. Mi marido siempre ha asistido a este tipo de eventos. Se codea con lo mejorcito de la ciudad y cabe la posibilidad de que dentro de unas horas aparezca por esas puertas vestido con un traje de chaqueta de diseño perfecto para la ocasión. La empresa para la que trabaja hace negocios con MKD y, por supuesto, está invitada a la fiesta.

—A veces lo echo tanto de menos que parece… Es como si me faltara una mano. Como si no supiera hacer las cosas sin él —reconozco, con la mirada perdida en el suelo y susurrando; como si las palabras de esta forma fueran más débiles y el aire se las pudiera llevar con facilidad alejándolas de mí conforme salen de entre mis labios.

—Lo estás haciendo genial —me aprieta la mano—. Habéis estado juntos diez años. No puedes olvidarlo en dos días.

—Ha pasado más de un mes.

—¿Y qué? ¿De verdad creíste que sería fácil? —Niego con la cabeza—. Mírame. —Lo hago y él sigue—. Sebastian te quería y tú lo querías a él. ¿Me equivoco? —Vuelvo a negar—. Fue amor y no lo hubiese sido si lo pudieras olvidar de la noche a la mañana. Yo lo veo así. El amor no se borra de un plumazo, no desaparece cuando nosotros queremos. Aunque lo ahuyentes, aunque lo alejes, el amor se va cuando quiere, no intentes deshacerte de él.

—¿No se ha ido ya? No estamos juntos.

—Eso no significa que no os queráis, solo que os falta algo importante, el nexo de unión se rompió y tal vez nunca vuelva a uniros.

—¿Y si no lo hace?

—Debes aceptar tu destino.

Jodido destino que me puso delante al hombre de mi vida y ahora me pone a prueba, haciéndome dudar de si realmente lo era.

Toco la madera de una mesa con la yema de los dedos, paseo la palma de la mano con suavidad sobre ella y siento la cálida y a la vez basta superficie tratando de asimilar cada detalle. Huelo la rosa blanca que llevo en la otra mano y cierro los párpados dejando que la oscuridad me abrace durante unos segundos. Mi momento de tranquilidad, de descanso, de alivio antes de que la guerra ponga en pie las tropas y todo a mi alrededor se convierta en un montón de mareas de San Juan con las que tengo que lidiar. En poco más de una hora comienza el evento y no puedo dejar que nada salga mal. Miro el enorme salón donde se celebrará y me aseguro de que todo está en su sitio, nada fuera de lugar. Dejo la rosa dentro de uno de los jarrones que adornan la sala y paro frente a un poema que me llega directo al corazón, como si este fuera una diana que llama a gritos a la lanza que mis recuerdos empuñan en todo momento. «El olvido está tan lleno de memoria que a veces no caben las remembranzas y hay que tirar rencores por la borda. En el fondo, el olvido es un gran simulacro repleto de fantasmas». Lleno el pecho de aire y relajo las manos junto a mis costados; me llevo una, despacio, hasta el pecho y trato de acompasar mi respiración, deshaciéndome de parte del lastre que me hunde los hombros.

—Ya están todos los pergaminos preparados. Yo me pondré en la puerta a dar la bienvenida y los repartiré —Joel llega hasta mí.

—Comprueba que la cocina está preparada. Iré a ver si han arreglado el tema de la luz.

Los asistentes comienzan a llegar, el catering reparte delicatesen y recibimos a todos con una copa de champán. La noche pasa perfecta, sin ningún tipo de incidentes y sin invitados no deseados como un ex marido al que no acabo de olvidar. A las doce suelto todo el aire que contenía dentro del pecho, no creo que aparezca viendo la hora que es. Me acerco a la barra y pido una botella de agua que me calme la sed y el desasosiego. Todo va perfecto, no hay nada que pueda estropear el instante de tranquilidad. Joel se acerca a mí con dos copas de cava, una en cada mano. Me ofrece una y yo la acepto haciendo una pequeña reverencia. Él levanta la suya y yo lo sigo; brindamos por el buen trabajo que hemos realizado y por el maravilloso transcurso de la noche, sin incidentes, sin nada que pueda manchar o estropear el buen nombre de mi empresa.

Me atraganto con el líquido y lo escupo sobre la chaqueta morada de mi ayudante que me mira como si pudiera desintegrarme con ese simple acto.

Queen , pero ¿qué haces? Esta chaqueta me costó el sueldo de un mes. —Sigue hablando y soltando exabruptos mientras yo pierdo la mirada al fondo de la sala. Sebas habla con un grupo de hombres no muy lejos de donde me encuentro. Parece sentirse cómodo entre tanto magnate. ¿Cuándo ha llegado? Da la sensación de que lleva aquí bastante tiempo. Después de ponerme de vuelta y media, Joel gira y sigue mi mirada encontrándose con la razón de que mi cara haya tomado ese tono blanquecino. Ninguno de los dos decimos nada. Una chica morena con el pelo muy largo, de unos veinte años de edad, se acerca a él, lo agarra del codo y le dice algo al oído. Sebas sonríe, se disculpa ante sus acompañantes y desaparece con la mujer detrás de una puerta que da a otra sala un poco más privada. La reconozco unos segundos después, justo antes de que mi lucidez vuelva y no corra hasta ellos y empiece a gritar.

—Discúlpame —le doy mi copa a Joel y salgo a la calle a tomar un poco el aire. No llego a salir del halls del hotel porque hace más frío que en Alaska. Mi amigo de pelo verde sale detrás y para frente a mí.

—¿Estás bien?

—Si. ¿Sabes qué es lo que más me molesta?

—Viniendo de ti, cualquier cosa, Reina Mora.

—Que tiene las tetas de silicona.

—¿Quién? —pregunta entre extrañado y divertido.

—Su secretaria —aclaro—. Siempre quise operarme los pechos —me las señalo— y Sebas nunca estuvo de acuerdo. Decía que no le gustaba, que las prefería naturales. No me las operé nunca porque no me dio la gana, su opinión no fue la principal razón por la que no lo hice, me da mucho miedo la anestesia; pero decía que no le gustaba tocar goma y ahora ¡se busca a una niñata siliconada!

—¿Esa niña es su secretaria?

—Si, no nos desviemos del tema principal.

—Y el tema principal es… —hace un gesto con la mano para que yo siga.

—Las tetas de silicona —me las vuelvo a señalar.

—¿Qué más da que lleve como que no? —se cruza de brazos esperando que yo diga algo, sin embargo, no lo hago. Me agarra de los brazos y pone su cara a la altura de la mía—. Es su secretaria, habrá venido acompañándolo como tal.

Solo hay una manera de averiguarlo: preguntándoselo. Joel trata de evitar que haga el ridículo de mi vida, pero lo convenzo de que no haré nada que ponga en peligro mi dignidad y llego hasta la sala donde se metieron. Hay muy poca gente, dejando grandes espacios libres entre unos grupos y otros. Diviso a mi marido y a su secretaria hablando junto a una pared de madera de la que cuelga un cuadro con una imagen de una mujer casi desnuda bañándose en un río. Sebas me ve antes de que llegue a ellos y se pone rígido al instante.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Bilogía Las estrellas»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Bilogía Las estrellas» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Bilogía Las estrellas»

Обсуждение, отзывы о книге «Bilogía Las estrellas» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x