Estrella Correa - Bilogía Las estrellas

Здесь есть возможность читать онлайн «Estrella Correa - Bilogía Las estrellas» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Bilogía Las estrellas: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Bilogía Las estrellas»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

¡Ya tenéis disponible al bilogía al completo!Nerea tiene una empresa de éxito, un marido que la quiere y una vida perfecta. Nerea quiere volver a ser feliz, y cree que, si tiene paciencia y lucha, todo volverá a ser como antes; pero no espera que su alrededor cambie tan rápido. Nada es como ella pensaba y sus sentimientos se transforman en algo que desconocía. Nerea tiene miedo, sin embargo, elige vivir.¿Y tú? ¿Serías capaz de saltar al vacío sin paracaídas y sin red?

Bilogía Las estrellas — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Bilogía Las estrellas», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—No os levantéis, ya abro yo —Cristina nos lanza una indirecta, cruza el salón como una exhalación y contesta al portero automático. Nosotros seguimos metidos en nuestra burbuja—. Pero, ¿qué os pasa? ¡Espabilad, que ya está la cena!

Nos comemos la pizza hablando sobre gustos culinarios, pelis antiguas y el sin fin de posibilidades y maneras de meter la pata la primera vez que te acuestas con alguien. Bueno, de este último tema los dejo a hablar a ellos y he de reconocer que no entiendo muy bien por qué me molesta un poco enterarme de las aventuras y desventuras de Pablo con alguna de sus amantes. Pero ¿qué me importará a mí?

—¿Te acuerdas aquella vez que te pillé tirándote a una rubia en el cuarto de baño de un bar? —se carcajea Cris, recordándole a Pablo una de sus fechorías—. Qué asco, casi se me caen los ojos con lo que vi. ¿Cómo se llamaba? —le pregunta.

El susodicho se encoge de hombros y se acomoda en el sofá, apoyando la espalda sobre este, dejando claro que ni lo sabe ni le importa no saberlo. Estoy a punto de levantarme, despedirme e irme a la cama, (decido que por hoy ya tengo suficiente información sobre Pablo y sus conquistas), cuando Cris salta gritando que necesita ir al baño y cierra la puerta después de desaparecer tras él.

—Creo que me voy a acostar —me impulso para levantarme, pero Pablo me agarra de la muñeca y me frena.

—Al final hemos cenado juntos.

—Esto no cuenta. No estábamos solos.

—Para mí cuenta cada segundo que paso contigo —dice sin darle ningún tono especial a su voz, no obstante, sus palabras me paralizan durante un segundo, el tiempo que tardo en darme cuenta que tengo delante a un mujeriego con mucha experiencia. Tiro del brazo, me suelto, le doy las buenas noches y me voy a mi habitación. Pablo habla inglés como si fuera londinense, pero me doy cuenta de que no es el único idioma que maneja a la perfección. Menudo Don Juan.

El sábado me levanto con la firme convicción de que ha llegado la hora de buscar piso y dejar a Cristina en paz. No me vendría mal encontrar un poco de tranquilidad y un remanso de paz en el que descansar y adaptarme a mi nueva vida. Me da un poco de miedo pensar en la soledad, en eso que llaman El nido vacío , pero mirar hacia adelante es mi única opción y estoy preparada para ello. Abro el ordenador sobre mi regazo y, junto a una taza de café y algo de música, me siento sobre el sofá y busco en distintas páginas de alquileres de viviendas una en la que pueda llegar a sentirme como en casa. Anoto varias en una hoja de papel, apunto los teléfonos y llamo para concertar las citas de las visitas. Salgo a comer con Ro y Carol y les cuento mi nuevo plan, me animan y me acompañan a ver la primera casa. ¿Qué decir de ella? Que es más fea que el hambre.

—Cariño, el cuarto de baño no está tan mal —susurra Carol a nuestro lado para que el agente no nos oiga.

Os voy a decir una cosa: el cuarto de baño es rosa, pero rosa rosa. Creo que los azulejos debieron colocarlos antes de la Guerra Civil Española.

—Carol, amor, no puedes decirlo en serio. No había visto nada tan horroroso en mi vida —advierte Ro, demasiado alto.

—Es cerámica traída de Italia… —apunta el vendedor, pero la andaluza lo corta.

—Como si ha viajado desde el mismísimo cielo. Me duele la cabeza de mirarla —le contesta sin pelos en la lengua.

Le hago un gesto con la mirada pidiéndole que se calle, sin embargo, la conozco y doy por supuesto que no lo hará, así que le doy las gracias al señor que trata de alquilarme el piso con el aseo más horroroso de todos los tiempos y nos vamos.

La siguiente no tiene nada feo, pero dudo que quepan cuatro personas en el salón. No lo dudo, lo comprobamos in situ. Gracias, adiós y muy buenas. La tercera no está nada mal, pero la raja en la pared junto a la cama creo que no me dejaría dormir tranquila sin pensar que el techo se pueda caer sobre mí en cualquier momento. La cuarta no tiene daños estructurales, pero huele a cloaca y… ¡tendría de compañera de piso a una rata enorme, más grande que yo! (Aunque esto último no es que sea muy difícil). Total, que llego a casa cabizbaja y con la moral por los suelos. Me tomo una ducha, me arreglo como si fuera fin de año: top negro, mini falda plateada, tacones altos y pelo ondulado; y salgo a bailar con Cristina, la mejor hermana del mundo que, después de escuchar mis peripecias buscando piso, ha decidido que podríamos salir a tomar unas copas. No suelo beber alcohol, pero pensar en un buen vino me hace la boca agua.

Nos sentamos en un sitio muy pintoresco en el que la media de edad ronda los veinticinco años, pero lo paso por alto por no dar el coñazo a mi hermanita que, aún resfriada, ha salido para hacerme sentir mejor. Una camarera muy simpática de unos dieciocho años con delantal rosa a juego con la decoración (como el baño que he visto esta tarde –creo que tendré pesadillas con él-) se acerca a nosotras para tomarnos nota. Optamos por hamburguesas de buey y medio kilo de patatas fritas; nos encantan desde pequeñitas. El vino lo dejo para después, no quiero salir de aquí con dolor de cabeza.

—¡Achís! —Cris estornuda sobre la comida.

—Nena, mira para otro lado. Me vas a pegar el resfriado —cojo una patata de todas formas y me la llevo a la boca.

—Lo siento. No lo puedo controlar.

—Tápate esa boquita que tienes o… toma —le doy una servilleta—, se te está cayendo el moquillo.

La coge y se limpia.

—Cenemos y nos vamos a casa. No estás tú para estar por ahí de fiesta.

—Que no, que estoy bien. Además, te he prometido que lo pasaríamos bien y lo haremos. He quedado con unos amigos, nos han invitado a una fiesta.

Me alerto ante lo que dice, no me apetece ver a Pablo, me pone nerviosa y no me gusta la sensación, siempre he controlado todo. Con él… hay cosas que se me escapan, aún no entiendo muy bien por qué. A veces pienso que no le caigo bien y que se ríe de mí, otras creo que la que no lo soporta soy yo, pero me niego a reconocerlo por no darle demasiada importancia a la situación. En fin, que prefiero ir a otro lugar, cabe la posibilidad de que entre esos amigos se encuentre Pablo.

—Cris, te agradezco que trates de animarme, pero no me apetece meterme en un piso con gente que no conozco.

—Conoces a Laura. Y no es en un piso. Vamos a una discoteca, no tienes de qué preocuparte. Habrá mucha más gente. De tu edad, tal vez —sonríe, perversa.

—¡Vete a la mierda! ¿Me estás llamando vieja? —sonrío ante su provocación—. No te llevo tantos años.

—Pues no hagas que parezca que son más. Nos lo vamos a pasar genial, ya lo verás.

Entramos en la discoteca una hora después. No hacemos cola en la puerta porque un gorila muy amable nos acompaña hasta un reservado decorado como si fuera el cumpleaños de alguien. De alguien importante. Globos plateados por todos lados, copas, champán, canapés y… un cartel frente a nosotras en el que se puede leer Feliz Cumpleaños .

Yo la mato.

—Cristina —le doy un toque en el hombro, ésta se gira hacia mí y deja de hablar con un amigo al que acaba de saludar—. ¿Me has traído a la fiesta de cumpleaños de una amiga? ¿En serio? ¿Estás loca? No la conozco de nada —abro los ojos de par en par y me cruzo de hombros.

—Tranquila, no pasa nada. Me dijo que podría traerte.

—Ah, bueno, me dejas mucho más tranquila —contesto, sarcástica.

—Hola, Pétalo. Me alegro que hayas venido —Pablo aparece por detrás de ella y la coge en brazos dando una vuelta sobre sí mismo con Cris encima. Ésta le rodea el cuello con los brazos, felicitándolo, y sonríe. La deja sobre el suelo frente a mí y le pregunta que por qué llega tan tarde.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Bilogía Las estrellas»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Bilogía Las estrellas» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Bilogía Las estrellas»

Обсуждение, отзывы о книге «Bilogía Las estrellas» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x