Mark Victor Hansen - Caldo de pollo para el alma - Duelo y recuperación

Здесь есть возможность читать онлайн «Mark Victor Hansen - Caldo de pollo para el alma - Duelo y recuperación» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Caldo de pollo para el alma: Duelo y recuperación: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Caldo de pollo para el alma: Duelo y recuperación»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

101 historias de inspiración y consuelo para sobrellevar la pérdida, recuperar la fuerza, valorar la vida y encontrar nuevos motivos para alegrarse.Leer sobre personas que han atravesado por periodos de gran sufrimiento y que lograron salir adelante nos ayuda a enfrentar nuestras propias crisis. Perder a un ser amado, trátese de un padre, un hijo, el cónyuge, un hermano o nuestro mejor amigo, constituye una experiencia que todos compartimos. Estas páginas ofrecen consuelo y llenan al lector de la fuerza espiritual que necesita en tales circunstancias. Son testimonios reales de hombres y mujeres que sufrieron la muerte de alguien muy cercano y que consiguieron recuperarse, aceptar la pérdida y reencontrarse con la felicidad y el amor.Caldo de pollo para el alma… apoyo para los momentos difíciles.

Caldo de pollo para el alma: Duelo y recuperación — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Caldo de pollo para el alma: Duelo y recuperación», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать
Así que me conformé con un par de regalos simbólicos: un frasco pequeño de colonia Tuscany y unas sudaderas. Aun cuando no hiciera mucho más que descansar en su sillón favorito, seguiría percibiendo la deliciosa fragancia de musgo de roble y azahar, como siempre. Y las sudaderas de algodón mullido, color azul y rojo cardenal, sustituirían las viejas y desgastadas chaquetas que usaba todos los días. En enero empezó a clasificar sus corbatas y pisacorbatas y a decidir quién recibiría qué. Le ayudé a guardar en cajas sus libros de fotografía, póquer y magia y con trabajos las llevamos a la oficina de correos. Aun así, me obstiné en la negación. En febrero perdió el apetito e incluso rechazaba mis ofrecimientos de preparar bisteces de pollo frito o pastel de carne, sus platos favoritos. Bajó casi veinte kilos, le dio ictericia y hubo que hospitalizarlo para hacerle estudios; luego necesitó un procedimiento de colocación de una cánula porque tenía una obstrucción en el conducto biliar. El cirujano que realizó la operación me habló con franqueza. —Lo que está causando la obstrucción es cáncer ampular. Debido a que los riñones de su esposo están muy débiles, no podemos operarlo ni administrarle quimioterapia. Lo único que podemos hacer es enviarlo a casa para que esté más cómodo. Aprobaron los servicios para enfermos desahuciados. Pronto hubo días en los que no podía tolerar más que una cucharada de sopa de fideos con pollo o dos o tres uvas. La enfermera me confió que tenía los días contados. Pese a todo, simplemente no podía imaginar el futuro sin él. Ken sabía que los libros de Caldo de pollo llegarían en junio. A finales de mayo me dictó una lista de las personas a las que quería que se los enviara como un último regalo para familiares y amigos. Los libros llegaron el 5 de junio, la misma mañana en que murió, poco después de que llamé a la Neptune Society y a la agencia de enfermeras. Ya había pegado las etiquetas a los sobres. Lo único que tenía que hacer era meter los libros en los sobres. Pero en ese momento tenía que llamar a su familia y a mis amigos. Luego la lista de pendientes empezó a crecer. En las semanas subsiguientes hice varios viajes al tribunal del condado para ocuparme de los títulos de propiedad. Llamé y escribí a los bancos y uniones de crédito. Antes había accedido a participar como revisora en un programa federal de subvenciones. Las subvenciones llegaron dos días después de la muerte de Ken y me absorbieron por un tiempo. Como soy miembro de varios consejos de administración y comités, tuve que asistir a reuniones, revisar material y redactar informes. Sus hijos me visitaron en agosto y sembramos un ciruelo en su memoria. Entonces, una mañana a finales de otoño, tres meses después de la muerte de Ken, desperté con el deseo intenso de lanzar objetos contra la pared. Aunque me había mantenido muy, muy, muy ocupada, me sentía muy, muy, muy vacía. Esa tarde recibí un sobre del capítulo de la Neptune Society que se había ocupado de la cremación. Saqué un certificado que decía que le habían puesto el nombre de Kenneth D. Wilson a un osito de peluche en memoria de mi esposo y que lo donarían “a un niño que quizá se sienta solo, herido o asustado” Algunos días después recibí un paquete inesperado de una vieja amiga de la universidad que no había visto en décadas. Contenía un oso de peluche de color miel. Mi amiga incluyó una nota en la que me sugería que sollozara en el muñeco cuando me sintiera desconsolada, lo sacudiera cuando estuviera enojada o lo azotara en el piso cuando me sintiera abrumada. El simple acto de acurrucarme con el oso me calmó mucho. Incluso ahora, algunas noches acuesto al oso del lado de la cama en el que Ken dormía. A Ken siempre le gustaron los osos. La primera Navidad que pasamos juntos, un oso panda de los deseos apareció misteriosamente debajo del árbol. Una mañana de san Valentín, no hace mucho tiempo, descubrí un oso fornido que sostenía un corazón del color de las moras colgado en el volante de mi automóvil. Había noches en que llegaba a casa de un viaje de negocios y encontraba un oso tallado de un metro y medio de altura colocado en la entrada de la casa con un letrero que proclamaba nuestros nombres. Además, un grupo de criaturas osunas adornan una repisa en la habitación de huéspedes: un oso británico que lleva puesto un suéter con la bandera de Inglaterra, una osa parda con un elegante traje de encaje color lavanda y anteojos de abuelita, un pequeño oso polar que asoma por una bota de Navidad. Todos los escogió Ken. Tenía muy buen gusto en cuanto a osos. Cuando se avecinaba la temporada decembrina de 2009, la primera sin Ken en una década, me di cuenta de cuando llegó el oso color miel, yo también, como el beneficiario del oso de peluche de la Neptune Society, me sentía sola, herida y asustada. Después de que apareció, me sentí menos abandonada. Tal vez podría aliviar el sufrimiento de otros, si ofrecía osos en memoria de Ken. De inmediato encontré varias maneras de hacerlo. Doné quince mil millas de viajero frecuente a la campaña Miles of Hugs and Smiles de la American Cancer Society, suficiente para regalar dos osos —para abrazar— a los niños sometidos a tratamiento. Luego descubrí que la National Wildlife Federation buscaba personas que adoptaran osos negros de manera simbólica. Se regalaría osos de peluche pequeños a las personas designadas. Ordené uno para la nieta más pequeña de Ken y uno para Toys for Tots. Visité la oficina local de Tree of Sharing y tomé dos boletos para niños pequeños que habían pedido ositos de peluche. Este año no pude armarme de valor para poner el árbol de Navidad. Es demasiado pronto para ver los adornos que reunimos en nuestros viajes juntos: el Pinocho de Venecia, los tótems de Alaska, los ángeles de San Petersburgo. Sin embargo, puse algunos de los Santa Clauses de Ken y sus osos de Navidad. Rocié un poco de la colonia Tuscany sobre el peluche. Cuando visité las tiendas el día después de Navidad para buscar tarjetas del próximo año, sonreí para mí cuando encontré algunas cajas que estaban adornadas con osos que confeccionaban juguetes en el taller de Santa. El próximo diciembre, cuando las firme, veré la sonrisa de Ken. No tengo duda de que Ken siempre seguirá siendo mi oso de peluche, fuerte y resistente. TERRI ELDERS Entretejidas para siempre Pasaba por Louisa casi todos los viernes por la mañana para ir juntas a nuestro lugar favorito: una tienda de estambres y cafetería en la parte oeste de nuestra pequeña ciudad. Sentadas frente a la chimenea y rodeadas de anaqueles de hilos y estambres de incontables colores, tejíamos sombreros de lana gruesos para nuestros esposos, mantas suaves para las adiciones más recientes a nuestras familias, y bufandas, chales y guantes para nosotras. Ahí cenábamos sándwiches sustanciosos, sopas cremosas y chocolates caseros que se derretían en la boca, y charlábamos durante horas. Qué rápido pasaba el tiempo en ese ambiente acogedor en medio de nuestros proyectos. Qué rápido pasa el tiempo cuando una está en compañía de una buena amiga. Mientras lloramos la pérdida de nuestro amigo, otros se regocijan al recibirlo detrás del velo. JOHN TAYLOR Ayudaba a Louisa a ponerse el abrigo; recogía su bolsa de tejido; le ofrecía el brazo para que se apoyara en él y caminábamos despacio y con cuidado hasta el automóvil. Louisa tenía apenas dos años cuando sus padres se dieron cuenta de que algo no estaba bien. No jugaba como los otros niños. En cambio, Louisa caminaba en el patio de recreo con paso vacilante, cauto y con dolor evidente. Así empezó la lucha que duraría toda su vida con la artritis reumatoide, sus efectos devastadores y todas las vulnerabilidades patológicas que a menudo acompañan a la enfermedad. A pesar del dolor constante, los puñados de medicinas que tomaba a diario y un riguroso régimen de fisioterapia, Louisa estaba resuelta a llevar una vida “normal” y a darse abasto para satisfacer la gran demanda que tenían sus prendas tejidas.Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Caldo de pollo para el alma: Duelo y recuperación»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Caldo de pollo para el alma: Duelo y recuperación» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Caldo de pollo para el alma: Duelo y recuperación»

Обсуждение, отзывы о книге «Caldo de pollo para el alma: Duelo y recuperación» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x