Herbert King - King Nº 7 El Dios de nuestra vida

Здесь есть возможность читать онлайн «Herbert King - King Nº 7 El Dios de nuestra vida» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

King Nº 7 El Dios de nuestra vida: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «King Nº 7 El Dios de nuestra vida»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El Dios de nuestra vida constituye el séptimo tomo de la serie «José Kentenich: una presentación de su pensamiento en textos», una colección de textos del fundador de Schoenstatt recopilados y editados por el P. Herbert King.
Los escritos recogidos en este volumen reflejan el mensaje y praxis centrales de Schoenstatt y de Kentenich: la fe no es sólo creer en la palabra de Dios y en la doctrina de la Iglesia, se trata ante todo de detectar a Dios en cada época, en la vida diaria y en las correspondientes reacciones del alma, y experimentando allí su llamado, saludo y mensaje.
En esa línea, buena parte de los textos abordan el tema de la fe práctica en la divina providencia, pues la convicción de que Dios actúa nos hace estar alerta y percibir una y otra vez el plan que Dios tiene «para mí».
Un segundo aspecto de este tomo se encuentra en la filosofía de la historia de José Kentenich, en la importancia de comprender el sentido de los «signos de los tiempos», y no como lo haría un profeta de desgracias que sólo ve calamidades, sino en la confianza de que Dios está presente desde el principio, y permanece desde la creación como Señor del devenir de la historia que sostiene y desarrolla.
Por último, el lector podrá encontrar aquí la «espiritualidad de colaboración con Dios». El P. Kentenich designa su concepción de la historia como «creativamente teísta», con ella toma distancia de toda concepción de historia unilateralmente activa o pasiva, para rescatar que Dios actúa siempre mediante «causas segundas libres».

King Nº 7 El Dios de nuestra vida — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «King Nº 7 El Dios de nuestra vida», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

El interés personal de Dios por nosotros presenta sobre todo dos cualidades: Es infinitamente tierno, e infinitamente atento. Esto quiere decir que, en su Hijo, el Padre nos ha regalado, por decirlo así, un espejo en el que se refleja y hace comprensible su amor paternal infinitamente tierno y atento, más allá de que nosotros no podamos entender cómo tal hondo cariño de Dios hacia cada ser humano pueda compatibilizarse con las otras cualidades divinas. Pero si recordamos lo que escuchamos más arriba sobre Pascal y santo Tomás sobre la tensión y la armonía y en relación con las virtudes complementarias de la verdadera santidad en los reflejos humanos de la santidad divina, y si aceptamos luego que en Dios hay que suponer medidas infinitas en todos los aspectos, entonces la razón que piensa en abstracto estará en camino de ver que las contradicciones aparentemente irreconciliables se funden en una unidad.

Quien quiera convencerse del amor personal de Dios no ha de contentarse con tales reflexiones filosóficas abstractas, ni con las enseñanzas de la Sagrada Escritura sobre la providentia divina specialis, ni tampoco con la meditación cuidadosa y continua sobre las misericordias personales de Dios en nuestra propia vida y en la historia de la Familia - forma de meditación habitual entre nosotros; sino seguir adelante y aprender a entender, gustar y responder a la cálida afectividad de Jesús en cuanto expresión humana y tangible del amor paternal de Dios. Es como si en este sentido el Señor nos dijese: “El que me ve, ve al Padre” (cf. Jn 12, 45). “Nadie va al Padre sino por el Hijo” (Jn 14, 6). Nadie comprende el amor individual del Padre, amor que se interesa personalmente por cada ser humano, si no lo ve reflejado en la figura del Unigénito.

1.17 TERNURA Y ATENCIÓN DE DIOS

De: Brief an Turowski 1952/53, 130-131.133

Para al menos presentar algunos ejemplos de cuán tiernamente humana es la sensibilidad del Señor y cuán atento es Él en su trato con los hombres, observemos su relación con sus amigos… Naturalmente haremos sólo algunos enfoques que quieren despertar nuestra iniciativa, nuestro espíritu de descubridores y conquistadores, encauzándolos hacia este fértil campo, para fomento de una fuerte corriente del Padre o de la Divina Providencia. El Salvador, Señor del cielo y de la tierra, el que sostiene firmemente en sus manos el cetro del gobierno universal, es igualmente capaz de sentimientos de amistad. Esta cualidad suya hoy nos conmueve y resulta extraordinariamente cercana, y por momentos, sorprendente. En este sentido la Sagrada Escritura nos presenta escenas pintadas con preciosos detalles que nos permiten meditar sobre algunos rasgos particulares.

Así pues la Sagrada Escritura nos habla de las lágrimas que el Señor derrama de manera auténticamente humana sobre Jerusalén; del modo como trata a Pedro antes y después de la traición; de cómo se conducía con Juan; o bien de cómo trató con Tomás cuando éste dudó. La Sagrada Escritura nos permite además apreciar, con total transparencia, cómo fue su relación con las mujeres piadosas. Particular encanto reviste su relación con Lázaro y sus hermanas.52 Detengámonos un poco aquí, porque así también lo hace la Sagrada Escritura. Escena de cautivante belleza es la del llanto de Jesús junto a la tumba de Lázaro (Jn 11). “Jesús preguntó: ‘¿Dónde lo pusieron?’ Le respondieron: ‘Ven, Señor, y lo verás’. Y Jesús lloró. Los judíos dijeron: ‘¡Cómo lo amaba!’”

Para el pensamiento limitado del ser humano, estos hechos están lleno de enigmas de difícil resolución. Lo admitimos de buena gana. Enigmas que se condensan en un misterio impenetrable cuando pensamos en el carácter divino de la persona de Jesús, cuando nos preguntamos: ¿Cómo Él, en su condición de Dios puede vivir en continua beatitud y a la vez llorar como hombre? ¿Cómo podía ser omnisciente y a la vez no saber? Así pues quien debe revelarnos el misterio del Padre, está ante nosotros cubierto por el velo del misterio. (…) Por ende nunca salimos del mundo de lo incomprensible, en el que sólo la fe viva puede guiarnos. No debe asombrarnos que también el acontecer mundial y nuestra vida estén llenos de cosas incomprensibles.

El Señor llora, llora realmente con gran compromiso interior y no en apariencia. ¿Qué es lo que lo hace prorrumpir en llanto? Ante todo una razón auténticamente humana: Compasión y empatía con el dolor de los deudos que están allí llorando. Vale decir que Jesús se deja contagiar por sus llantos y lamentos, tal como nosotros mismos solemos hacer. Así dice la Sagrada Escritura: “Jesús, al verla llorar a ella, y también a los judíos que la acompañaban, se conmovió y turbó” (cf. Jn 11, 33). En una homilía de un cuarto domingo de Cuaresma, Newman hace referencia a esa escena, trata de explicarla e integrarla al contexto que aquí nos interesa especialmente. Dice así:

“Esencia profunda de la compasión y empatía es el alegrarse con quienes están alegres y llorar con quienes lloran. Sabemos que así ocurre entre los hombres, y Dios nos dice que también Él sabe de compasión y tierna misericordia. Pero no entendemos con facilidad lo que eso significa: ¿cómo puede alegrarse o enojarse Dios? Porque precisamente en razón de la infinita perfección de su ser, el Omnipotente no puede manifestar empatía alguna, al menos no según la conciben seres tan limitados como nosotros. Él está oculto a nuestros ojos. Si se nos concediese verlo, ¿cómo percibiríamos signos de empatía en quien es eterno e inmutable? Él derrocha palabras y obras de empatía en nosotros. No obstante es justamente la visión de la empatía en los otros lo que nos conmueve y consuela más que los efectos de esa compasión. Si bien el Hijo de Dios tuvo para con nosotros una cuota de empatía tan grande como la de su Padre, no nos la manifestó mientras permaneció en el seno del Padre. Pero cuando se encarnó y apareció en la tierra, nos mostró la divinidad en una nueva revelación. Se revistió de cualidades propias de nuestra carne, asumiendo un alma humana y un cuerpo carnal, para hacer suyos pensamientos, sentimientos y mociones de la afectividad que se correspondiesen con los nuestros y fueran capaces de manifestarnos su tierna misericordia. El amor de Dios, el corazón compasivo del Eterno y Omnipotente, se digna a revelarse a nosotros de un modo comprensible para nosotros, vale decir, en el modo de la naturaleza humana.

Jesús lloró por lo tanto no sólo en razón de profundos pensamientos, de su comprensión en aquella hora, sino por ternura espontánea, por amistad y misericordia, por dulzura empática y amorosa, por el cariño, pródigo en cuidados, del Hijo de Dios para con la obra de sus manos, para con el género humano. En ese momento las lágrimas de los hombres lo conmovieron porque fue precisamente la miseria de los hombres lo que lo hizo descender del cielo. Su oído estaba abierto para ellos, y la voz de sus lágrimas halló enseguida el camino hacia su corazón.”

(…) En el trato con sus enemigos el Señor mantiene la misma actitud que observa para con sus amigos. Ejemplo clásico de esto es su conducta para con Judas, el traidor.

(c. Plan divino de amor, sabiduría y omnipotencia)

1.18 PERCIBIR Y RESPONDER LAS PEQUEÑAS SEÑALES DE DIOS

De: Ejercicios espirituales para PP. de Schoenstatt 1967

En: An seine Pars motrix, 8 (1967), 259-262

Sería un error, sería una especie de superficialidad, no reflexionar en estos días detenidamente sobre si nuestra vida personal no ha estado bajo una guía especial, una guía divina. Dicho en un estilo coloquial: Si no hemos sido por antonomasia hijos de la Divina Providencia, vale decir, hombres que de manera muy particular y original han sido guiados por Dios, y ciertamente - permítanme reiterar la frase -, si no hemos “estado bajo una guía divina”. Vale decir que el timonel ha tenido siempre en sus manos el timón. Nada es casual, no, no. Percibo palpablemente cómo Dios ha empuñado el timón; y naturalmente cómo también nosotros nos hemos esforzado, a cada paso, por asumir cada intención y acción del timonel.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «King Nº 7 El Dios de nuestra vida»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «King Nº 7 El Dios de nuestra vida» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «King Nº 7 El Dios de nuestra vida»

Обсуждение, отзывы о книге «King Nº 7 El Dios de nuestra vida» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x