Jessica Hart. - Paraíso Tropical

Здесь есть возможность читать онлайн «Jessica Hart. - Paraíso Tropical» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Paraíso Tropical: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Paraíso Tropical»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Paraíso tropical Martha Shaw era una madre soltera que acababa de convertirse en la niñera de la sobrina del guapísimo Lewis Mansfield… y estaba a punto de pasar seis meses en una isla tropical con él y con los niños. Martha no tardó en enamorarse locamente de su atractivo jefe, pero él parecía feliz en su condición de soltero despreocupado y sin planes de pasar por el altar. ¿Sería capaz de arriesgarlo todo y decirle lo que sentía por él?
Su nuevo jefe era realmente irresistible…

Paraíso Tropical — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Paraíso Tropical», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Martha estaba recogiendo las tazas de café, convencida de que le diría que no quería continuar su relación con ella. Por eso, cuando Lewis se acercó y tomó sus manos, se sorprendió.

– Déjalo -le dijo Lewis-. Podemos recoger todo esto mañana. Vámonos a la cama.

No dijo nada más. Le hizo el amor con tanto apasionamiento que Martha se quedó temblando. Se sentía satisfecha y a la vez preocupada. Él también estaba pensativo.

– ¿Qué pasa? -le preguntó en voz baja, tumbados uno junto al otro.

– Nada -respondió Lewis.

No podía explicarle lo que había sentido mientras escuchaba los comentarios de Candace. Había deseado que se callara de una vez. No le gustaba oír hablar de Rory ni pensar en el futuro, pero Candace le había obligado a imaginar cómo sería su vida sin Martha y los bebés.

Por primera vez, Lewis se cuestionaba qué era lo que quería realmente. Le gustaba estar con Martha. La deseaba y se sentía a gusto en su compañía. ¿Estaba preparado para sentar la cabeza y pasar el resto de su vida con ella?

No, aquello no era amor, se dijo Lewis. Tan sólo era que se había acostumbrado a ellos y no podía imaginar cómo sería su vida lejos de su lado, cómo sería volver a casa y encontrársela vacía.

Eso es lo que pasaría si Savannah aparecía y decidía llevarse a Viola. Y todo era posible conociendo lo caprichosa y variable que era su hermana. Tomar precipitadamente un avión para recoger a su hija se correspondía con la manera irreflexiva de ser de Savannah.

Claro que tampoco quería ocuparse de Viola de por vida ni pretendía que Martha se quedase con él para siempre. Lo que quería era… El caso es que no sabía qué quería. Se sentía cansado y confundido, y eso no le gustaba.

Nada había cambiado, se dijo para reconfortarse. Martha era tan reacia como él a implicarse en una relación más seria. Había dejado claro que estaba buscando al padre de Noah y él no estaba preparado para asumir ese papel, así que si transcurrían los seis meses sin señales de Rory, ella se iría.

Y ahí acabaría todo.

Inconscientemente, abrazó a Martha con fuerza.

– ¿Eres feliz? -le preguntó.

Ella se incorporó y lo miró tiernamente.

– ¿Ahora mismo? -preguntó, y se inclinó ligeramente para besarlo-. Sí, lo soy.

En aquel momento, era muy feliz, se dijo Martha. No quería pensar en el futuro, ya que era evidente que Lewis tampoco quería hacerlo.

Los días fueron pasando y después las semanas, y cada vez era más difícil sacar el tema. Era más sencillo evitarlo, ya se preocuparían del futuro cuando llegara.

Una tarde, apareció Candace en el porche.

– Pasaba por aquí -dijo-. Pensé en pasar a saludar.

Martha no pudo disimular su sorpresa.

– Lewis aún está trabajando -respondió en un intento de ser amable-. No volverá hasta dentro de un rato.

– No he venido a verlo a él, sino a usted -dijo Candace.

No le quedó más remedio que invitarla a tomar algo. Hablaron de cosas triviales mientras Martha preparaba té. Después, salieron al porche a tomarlo, donde Martha había colocado a los niños en sus sillitas. Les dio unas galletas para mantenerlos tranquilos.

– Tenía que venir a felicitarla -dijo Candace mirando con desagrado el modo en que Viola estaba manchándose mientras comía la galleta.

Martha estaba atendiendo a Noah, por lo que creyó no haber escuchado bien las palabras de Candace.

– Perdón, ¿a quién quería felicitar? -le preguntó Martha una vez Noah se quedó tranquilo.

– A usted -dijo, y la miró de manera extraña-. Tiene que estar emocionada.

Martha comenzó a tener una sensación desagradable. No sabía de qué se trataba pero estaba segura de que no le iba a gustar.

– Si supiera de qué está hablando, quizás.

– De haber encontrado al padre de Noah.

Martha se quedó paralizada.

– ¿Rory? -preguntó lentamente.

– Sí, Rory McMillan. ¿Es él, verdad? -dijo Candace y se acomodó en su silla, disfrutando del efecto que sus palabras habían producido en Martha-. Es una coincidencia que esté en el equipo que Lewis ha formado para realizar el estudio del puerto.

«Sí, una coincidencia», pensó Martha.

– ¿Dónde lo ha conocido?

– Lo cierto es que no lo he conocido -dijo Canda-ce-. Vinieron al bar del hotel el otro día. Cuando me enteré de que trabajaban en un proyecto marino, Rory ya se había ido. Les pregunté si lo conocían y fue cuando me enteré de que trabajaba para Lewis.

Candace se quedó mirando fijamente a Martha, que se contenía. Deseaba matar a Lewis, o mejor primero a Candace y luego a Lewis.

– Podía haberle enviado un mensaje a Rory pidiéndole que se pusiera en contacto con usted, pero pensé que si trabajaba con Lewis, él mismo se lo diría.

– Desde luego -dijo Martha entre dientes.

Pero lo cierto, era que no se lo había dicho.

Cuando Lewis llegó a casa esa noche, enseguida se dio cuenta de que algo no iba bien.

Aunque Martha trataba de contenerse, la tensión era evidente. No quería decir nada hasta que los bebés se hubiesen dormido.

– ¿Me vas a contar qué es lo que sucede? -le preguntó Lewis nada más cerrar la puerta de la habitación.

– Estoy muy enfadada -dijo Martha. Entró en el salón y se cruzó de brazos intentando mantener el control. Temía romper a llorar de la ira que sentía.

Se giró y miró a Lewis desde una distancia considerable.

– Me he enterado de que has contratado a unos biólogos para que elaboren el estudio sobre los efectos medioambientales que conlleva la construcción de un puerto.

La expresión del rostro de Lewis se heló. Aquel era el momento que tanto había temido.

– Sí -dijo confiando en que no conociera toda la verdad.

– Uno de ellos es Rory McMillan, ¿verdad? El hombre al que he estado buscando desesperadamente desde que llegué aquí.

Estaba claro que Martha lo sabía todo. En el fondo, Lewis lo había sospechado desde el momento en que llegó a casa esa noche. Pero no estaba de acuerdo en que lo hubiera buscado desesperadamente.

– ¿Quién te lo ha dicho? -preguntó Lewis.

Los ojos de Martha brillaban con furia.

– Desde luego, no la persona que tenía que haberlo hecho. Por desgracia, me he tenido que enterar por tu amiga Candace. No ha podido esperar a contármelo ella misma.

– ¿Candace? -dijo Lewis y frunció el ceño-. ¿Cómo lo ha sabido?

– Eso no importa. Lo que importa es que tú lo sabías y no me lo dijiste.

¿Acaso no se daba cuenta que eso le había dolido? Martha tragó saliva y contuvo las lágrimas.

– ¿Cuánto tiempo hace que conoces a Rory?

– No lo conozco -contestó Lewis poniéndose a la defensiva-. Yo sólo hablo con el jefe del proyecto, un tal Steve. Decidió enviar a un par de biólogos. Se presentaron como John y Rory. No tenía ninguna certeza de que se tratara de él.

– Pero podías haberlo imaginado.

– Sí -admitió, recordando cómo había reconocido a Rory desde el mismo momento en que entró en su oficina. Impresionante era la palabra que Martha había utilizado para describirlo. Alto, bronceado, rubio, de vivos ojos azules. Aquel era el hombre que tenía frente a él. Desde ese mismo instante, lo odió.

– ¿Cuánto hace de eso? -preguntó Martha con tono frío.

Lewis suspiró.

– Unos diez días.

– ¡Diez días! -exclamó Martha. Deseaba gritar del mismo modo en que solía hacerlo Viola cuando se encaprichaba de algo. En su lugar, decidió caminar enérgicamente de un lado a otro del salón.

Lewis se quedó pensativo. ¿Por qué no se lo había dicho antes? Era difícil explicar la terrible sensación que lo invadió, tan cercana al pánico, cuando conoció a Rory. Estaba claro que aquello suponía el fin de su relación con Martha. Temía que tan pronto como lo viese, cayera rendida a sus pies.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Paraíso Tropical»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Paraíso Tropical» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Paraíso Tropical»

Обсуждение, отзывы о книге «Paraíso Tropical» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x