Laurell Hamilton - El Cadáver Alegre

Здесь есть возможность читать онлайн «Laurell Hamilton - El Cadáver Alegre» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Cadáver Alegre: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Cadáver Alegre»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La reanimación de cadáveres se ha convertido en un negocio muy lucrativo al menos en San Luis, y en gran medida gracias al jefe de Anita Blake, un verdadero embaucador con un fino olfato para los negocios que le enseña cómo sacar partido de su talento y le ofreció trabajo en Reanimators Inc. Pero cuando reciben una oferta de un millón de dólares para que Anita reanime un cadáver de casi trescientos años, la joven se niega en redondo… y empiezan los problemas.
Con el segundo título de la serie protagonizada por Anita Blake, Laurell K. Hamilton renovó las expectativas generadas con Placeres Prohibidos y siguió sentando las bases de uno de los hitos de la literatura vampírica moderna. Sin alardes y recurriendo a un lenguaje coloquial ágil y chispeante, la autora construye narraciones tremendamente adictivas en las que desarrolla uno de los análisis más certeros que ha dado la literatura de género sobre los miedos y prejuicios representados en los monstruos

El Cadáver Alegre — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Cadáver Alegre», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

John respiró profundamente.

– He oído hablar de ella. Si lo que se dice es cierto, está hecha de la piel del diablo.

– Es cierto.

– ¿La conoces?

– Sí, por desgracia. -No me gustaba la expresión del hombre-. Me has prometido que no te vengarías.

– La policía no podrá hacer nada contra ella; es demasiado poderosa.

– Creo que podemos presentar cargos oficialmente.

– Pero no estás segura.

¿Qué podía decir? Él tenía razón.

– Estoy casi segura.

– Con eso no basta. Hablamos del asesinato de mi hermano.

– Ese zombi ha matado a un montón de gente; tu hermano no es la única víctima en todo esto. Yo también quiero pararle los pies, pero la detendremos legalmente e irá ajuicio.

– Hay otras formas de pararle los pies.

– Si no conseguimos nada sin saltarnos la legalidad, usa el vudú si quieres, pero no me lo digas.

– ¿No te molesta que recurra a la magia negra? -preguntó extrañado.

– Esa mujer ya ha intentado matarme una vez, y no creo que se haya dado por vencida.

– ¿Has sobrevivido a un ataque de la se ñ ora? -Su sorpresa iba en aumento. No me gustaba.

– Sé cuidarme.

– No lo dudo. -Sonrió-. Pareces molesta. Te resulta ofensivo que me sorprenda, ¿eh?

– Guárdate tus conclusiones, ¿vale?

– Si has sobrevivido a un enfrentamiento directo con lo que fuera que te mandó Dominga Salvador, quizá debería prestar oídos a ciertas cosas que cuentan sobre ti. La Ejecutora, la reanimadora que puede levantar cualquier cadáver por antiguo que sea…

– No estoy segura de que lo último sea cierto, pero desde luego, intento seguir con vida.

– Si Dominga Salvador quiere verte muerta, no te resultará fácil.

– Ya. Me resulta difícil de cojones.

– Pues vamos a adelantarnos.

– Legalmente.

– ¿Cómo puedes ser tan ingenua?

– La oferta de llevarte a registrar su casa sigue en pie.

– ¿Estás segura de que puedes conseguir que me dejen pasar?

– Casi.

Sus ojos brillaban con una especie de luz oscura, como un resplandor negro. Sonrió con los labios apretados, sin un atisbo de humor. Me juego el cuello a que estaba ideando torturas para Dominga Salvador, y que las fantasías le parecían muy satisfactorias.

Su expresión me puso la carne de gallina. Esperaba que John no pusiera nunca esa cara pensando en mí; algo me decía que sería un enemigo temible. Casi tan temible como Dominga Salvador, aunque tenerla a ella de enemiga seguía siendo más aterrador.

TREINTA Y UNO

Dominga Salvador estaba en un sillón de la sala, sonriente. La niña a la que había visto la otra vez con el triciclo estaba sentada en el regazo de su abuela, relajada como un gatito. Había dos niños algo mayores a los pies de Dominga. El paradigma de la dicha familiar; me daban ganas de vomitar.

Claro que por mucho que fuera la sacerdotisa vodun más peligrosa que había conocido en mi vida, también era abuela. La gente, por lo general, se puede definir de varias formas. Hitler era un gran amante de los perros.

– Por supuesto que puede realizar el registro, sargento. Como si estuviera en su casa -dijo con voz meliflua, como si nos estuviera ofreciendo una limonada o un té helado.

John Burke y yo nos quedamos a un lado mientras los policías hacían su trabajo. Dominga conseguía que se sintieran tontos por albergar sospechas: sólo era una viejecita encantadora. Y qué más.

Antonio y Enzo también estaban a un lado. No acababan de encajar en la imagen de dicha hogareña, pero era evidente que Dominga quería testigos. O quizá era que no descartaba un tiroteo.

– ¿Entiende las posibles consecuencias de este registro, señora Salvador? -preguntó Dolph.

– No hay ninguna consecuencia posible porque no tengo nada que ocultar. -Lucía una sonrisa encantadora. Maldita zorra.

– Anita, señor Burke… -dijo Dolph. Nos adelantamos como impulsados por un resorte, lo que no era descabellado del todo. Un policía alto tenía la cámara de vídeo preparada-. Creo que ya conoce a la señorita Blake.

– Sí, he tenido el placer -dijo Dominga. Mantenía las apariencias con la frialdad de un pez.

– Le presento a John Burke -añadió Dolph.

Los ojos de Dominga se agrandaron ligeramente; la primera grieta en su fachada perfecta. ¿Habría oído hablar de él? ¿La había alarmado oír su nombre? Eso esperaba.

– Encantada de conocerlo por fin, señor Burke -dijo en cuanto se recompuso.

– Siempre es agradable conocer a un correligionario -dijo él.

Dominga inclinó ligeramente la cabeza. Por lo menos no fingía completa inocencia: había reconocido que era sacerdotisa vodun. Menos da una piedra; era una obscenidad que la abuela del vudú se hiciera la santa.

– Adelante, Anita -dijo Dolph. Ni preparativos ni leches: a saco. Así era Dolph.

Me saqué una bolsa de plástico del bolsillo, Dominga me miró extrañada. Cuando vio el gris-gris que contenía, se quedó de piedra, con la cara como una máscara. Después esbozó una sonrisa.

– ¿Qué es eso?

– Vamos, señora -dijo John-, no se haga la tonta. Lo sabe perfectamente.

– Sé que es un amuleto, claro, pero ¿es que ahora la policía se dedica a amenazar a las ancianas con el vudú?

– Si funciona… -dije.

– ¡Anita! -dijo Dolph.

– Lo siento.

Miré a John, que asintió. Puse el gris-gris en la alfombra, a un par de metros de Dominga Salvador. No tenía más remedio que confiar en John con aquello. Había llamado a Manny para comprobarlo, pero no las tenía todas conmigo. Si funcionaba, si lo admitían como prueba en el juicio y si conseguíamos hacérselo entender al jurado, quizá serviría de algo. Demasiadas disyuntivas.

El amuleto se quedó inmóvil un momento, y después, los huesos empezaron a moverse como si los hubiera agitado un dedo invisible.

Dominga bajó a su nieta de la mecedora, mandó a los niños con Enzo y se quedó esperando. Seguía con su sonrisita, pero parecía bastante más intranquila.

La pulsera empezó a arrastrarse hacia ella, como una babosa, moviendo músculos que no tenía. Se me erizó el vello de todo el cuerpo.

– ¿Estás grabando esto, Bobby? -preguntó Dolph.

– Sí -contestó el poli de la cámara-. Cono, no acabo de creérmelo, pero lo tengo.

– Le ruego que no utilice ese vocabulario delante de los niños -dijo Dominga.

– Perdone, señora.

– Está perdonado. -Seguía ejerciendo de perfecta anfitriona mientras aquella cosa reptaba hacia ella. No andaba escasa de sangre fría, eso hay que reconocerlo.

Pero Antonio era otro cantar: se apartó de la pared y se acercó al gris-gris con intención de cogerlo.

– No lo toque -dijo Dolph.

– Están asustando a mi abuela con sus trucos.

– No lo toque -repitió Dolph, poniéndose en pie y llenando la habitación. De repente, Antonio parecía diminuto e indefenso.

– Por favor, la están asustando. -Pero era él quien estaba pálido y con la cara perlada de sudor. ¿Por qué tenía tanto miedo? El no era quien corría peligro de acabar en la cárcel.

– Vuelva a su sitio -dijo Dolph-, ¿o prefiere que lo esposemos?

– No. -Negó con la cabeza-. De acuerdo. -Volvió a su sitio, sin dejar de mirar a Dominga con aprensión. Cuando su abuela le devolvió la mirada, la cólera fue palpable. Los ojos negros de la mujer resplandecieron con una ira que le deformó la cara. ¿Qué había pasado para que se quitara la máscara de semejante manera? ¿A qué se debía todo aquello?

El gris-gris siguió avanzando trabajosamente hasta llegar a ella, y se acurrucó a sus pies y empezó a restregarse como un gato en busca de carantoñas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Cadáver Alegre»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Cadáver Alegre» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Laurell Hamilton - Dancing
Laurell Hamilton
Laurell Hamilton - Shutdown
Laurell Hamilton
Laurell Hamilton - Pocałunek Ciemności
Laurell Hamilton
Laurell Hamilton - El Legado De Frost
Laurell Hamilton
Laurell Hamilton - Placeres Prohibidos
Laurell Hamilton
Laurell Hamilton - Besos Oscuros
Laurell Hamilton
Laurell Hamilton - Kiss The Dead
Laurell Hamilton
Laurell Hamilton - Death of a Darklord
Laurell Hamilton
Laurell Hamilton - Grzeszne Rozkosze
Laurell Hamilton
Laurell Hamilton - Hit List
Laurell Hamilton
Laurell Hamilton - Flirt
Laurell Hamilton
libcat.ru: книга без обложки
Laurell Hamilton
Отзывы о книге «El Cadáver Alegre»

Обсуждение, отзывы о книге «El Cadáver Alegre» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x