Ted Dekker - Blanco

Здесь есть возможность читать онлайн «Ted Dekker - Blanco» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Фантастика и фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Blanco: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Blanco»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Nunca rompa el círculo.
En esta tercera parte de la innovadora Serie del círculo, Thomas Hunter sólo tiene días para sobrevivir en dos mundos diferentes, llenos de peligro, engaño y destrucción. El destino de ambos mundos depende de su singular habilidad de cambiar realidades por medio de sus sueños. Ahora, guiando un pequeño grupo multiforme conocido como El Círculo, Thomas se encuentra enfrentando nuevos enemigos, desafíos interminables y el amor prohibido de una mujer de lo más insólita.
Entre a la Gran Búsqueda, donde Thomas y una pequeña banda de seguidores deben decidir rápidamente en quién pueden confiar, tanto con sus propias vidas como con el destino de millones de personas.

Blanco — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Blanco», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Somos seguidores de Justin, quien es Elyon.

– Por favor, no aquí -expresó Ciphus con labios demacrados' Estamos en su templo; no permitiré que profieras aquí tal blasfemia. El encostrado bajó con cuidado la copa.

– Solicitaste una audiencia. Supongo que pretendes suplicar por ^ vida. Cuando tienes la espada me desafías a mí y a mi consejo, y ahora gas a mis pies cuando te tengo en cadenas, ¿es así?

– No eres tú quien me tiene en cadenas, sino Qurong.

– ¿Y dónde está Justin ahora? Yo habría creído que vendría galopando sobre un caballo blanco y trazaría en la arena una línea que te protegiera.

– No puedes seguir fingiendo que no ocurrió nada cuando lo mataste, Ciphus.

– ¡Martyn lo mató! -exclamó bruscamente el hombre-. ¡Lo mató tu precioso Johan!

– Y tú se lo permitiste. Johan ha encontrado nueva vida. Tú aún vives en tu muerte.

– Te equivocas. La muerte de Justin demuestra que estás equivocado. Solo un bobalicón podría alguna vez estar convencido de que Elyon moriría. O que podría morir, en realidad. Vives en esta tonta condición tuya debido a tu necedad en seguir la payasada de Justin. Es el juicio de Teeleh contra ti.

– ¿El juicio de Teeleh?

– No trates de engañarme -contestó bruscamente Ciphus-. Elyon te ha juzgado.

– Dijiste el juicio de Teeleh.

– Yo nunca expresaría ese nombre en el lugar santo. No pongas palabras en mi boca.

Él no se había oído. No solo estaba ciego a la verdad; estaba sordo. Un hombre a quién compadecer, no odiar.

– Justin está vivo, Ciphus. Un día, tarde o temprano, verás eso. Él no descansará hasta que su novia regrese a él.

– ¿De qué tonterías estás hablando? ¿Qué novia?

Así es como él nos llama. Tú. Cualquiera que le acepte la invitación al Gran Romance.

– ¿Ahogándose? ¡Qué absurdo!

– Muriendo a esta enfermedad que cuelga de tu piel y te ciega los ojos. Hallando una nueva vida con él.

Ciphus frunció el ceño y caminó a lo largo del escritorio, con las manos en la espalda.

– ¿Cómo volviste color café el lago? -preguntó Thomas. Drenamos el agua profanada y llenamos el lago con el agua del manantial. Debimos volver al Gran Romance; seguro que lo entiendes. La gente estuvo dos semanas sin bañarse, y solo fue por la gracia de Elyon que no nos castigó por nuestra indiscreción. Una indiscreción que fue tuya, te lo podría recordar.

– Así que todo volvió aquí a la normalidad. Bañar una enfermedad que permanece.

– La enfermedad está en la mente, no en la piel, necio. Esta última se manifiesta en la secta de ustedes. ¿Cómo la llaman? ¿El Círculo?

– Representa el círculo del matrimonio.

– ¿Así que ustedes están casados con Elyon?

– En cierto modo, sí.

– ¿Y cuál es ese modo?

– En el mismo modo en que él es un león, un cordero, un niño o Justin.

Ciphus cerró los ojos y respiró hondo.

– Elyon, dame fuerzas. Puedo ver que insistirás en morir, Thomas. Yo había esperado poderte ayudar a ver con sensatez. De veras. El líder supremo me escucha, tú lo sabes. Yo podría haberlo hecho cambiar.

– Y aún puedes.

– Ahora no. No con tu corazón obstinado.

– No estoy sugiriendo que lo cambies por mi bien -expuso Thomas-, sino por el tuyo.

– ¿Um? ¿Es eso cierto? Yo, podría decirse el ser vivo más poderoso en el mundo, ¿necesito tu ayuda? Qué benévolo de tu parte.

– Sí. En todo esto de edificar con barro y chapotear en tu nuevo lago, quizás se te escapó un punto.

– Adelante -incitó Ciphus mirándolo.

– No eres el hombre más poderoso del mundo, aunque podría decirse que deberías serlo. Por desgracia eres un simple títere de Qurong.

– ¡Tonterías!

– Te tolera como asunto de conveniencia. Sus motivos son meramente políticos.

– ¡Esta plática te hará ganar una ejecución!

– Ya me gané la ejecución. Sin duda ves lo que estoy diciendo, Ciphus. Acabo de venir del castillo de Qurong. Él no tiene ni pizca de interés en el Gran Romance. Sabe que someter a su gente a un poder superior solo fortalecerá su poder sobre ellos. Te está utilizando para controlar a su pueblo.

– Siempre ha habido una tensión entre política y religión, ¿de acuerdo?

– objetó Ciphus-. Cuando pensabas correctamente, ¿te seguía la gente a ti, o a mí?

– Seguíamos a Elyon. ¡El Gran Romance siempre fue primero! Y ahora has permitido que el monstruo del castillo te ponga en ridículo sometiéndote a sus pies.

Ciphus se quedó inmóvil mientras Thomas hablaba, quizás tanto con temor de que lo oyeran como de que le hubiera tocado alguna fibra. Thomas debía andarse con cuidado.

– ¿No? -siguió presionando-. Entonces considera esto: cuando decidiste permitir la ejecución de Justin, yo estaba impotente para detenerte. Tu palabra estaba por sobre la mía. Pero si ahora le dices a Qurong que el consejo ha decidido que es necesario derribar su castillo, ¿lo haría él? Creo que en vez de eso derribaría tu Thrall.

– Esto es una charla de tontos. Para mí es un gran privilegio servir al pueblo…

– Quieres decir a Qurong. Eres esclavo de él, Ciphus. Hasta tus ojos ciegos pueden ver eso.

– ¿Y crees que eso se puede cambiar? -gritó el sacerdote golpeando la mesa con el puño.

– Bien -asintió Thomas exhalando-. Entonces lo ves. Elyon no será juguete de ningún hombre, ni siquiera de Qurong. ¿Cómo te atreves a dejarle hacer del Gran Romance su herramienta? Ha reducido tu gran religión a nada más que ataduras para utilizar la voluntad de su pueblo. Él hace una burla de Elyon. Y de ti.

– ¡Basta! -exclamó Ciphus; el hombre había recuperado el control de S1 mismo; contrajo la mandíbula y cruzó los brazos-. Esto no tiene sentido. Creo que se te acabó tu tiempo. Sí -asintió Thomas. Ciphus miró momentáneamente desprevenido por la rápida afirmación e Thomas. Inclinó la cabeza.

– Sí, yo podría tener una manera de cambiar el desequilibrio del poder entre tú y Qurong.

Los ojos del sacerdote giraron abruptamente hacia la puerta. Parpadeó a toda prisa.

– Debes salir antes de que me hagas ahogar también.

– Exactamente. Qurong ahogará al sumo sacerdote solo por hablar contra él. Él lo ha tergiversado. Tú deberías tener el poder de ahogarlo p0t hablar en contra del Gran Romance.

Ciphus no estaba dispuesto a capitular. Él sabía lo peligrosa que era esta conversación, porque sabía que Thomas decía la verdad. Ciphus servía a Qurong. Debía ver la salida a esto antes de insinuar ningún acuerdo.

– Los libros de historia tienen un poder que está detrás de Qurong – continuó Thomas en voz baja-. Estos libros santos podrían restaurar el poder del Gran Romance en su justo lugar. Políticamente hablando. Y con ello, a ti.

– Entonces no lo sabes, ¿verdad? -objetó Ciphus con una sonrisa irónica retorciéndole los labios-. Los libros de historia, que buscabas con tanta desesperación, no son legibles. Aquí falló tu treta.

– Te equivocas. Son legibles y puedo interpretarlos.

– ¿De verdad? ¿Has visto alguna vez uno de los libros?

– Sí. Y pude leerlo como si yo mismo lo hubiera escrito.

La sonrisa se desvaneció.

– También sé que hay libros en blanco. Estos contienen un poder que cambiaría todo. Y sé cómo usarlos.

– ¿Cómo sabes respecto de los libros en blanco?

Thomas había supuesto que eran más; ahora lo sabía.

– Sé más de lo que posiblemente puedes imaginar. Mi interés en lo* libros de historias no es tan frívolo como crees. Ahora nos podrían salvar la vida.

– No comprendes cuan atrevidas son estas afirmaciones -objetó Ciphus después de volver a agarrar la copa y beber.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Blanco»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Blanco» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Ted Dekker - Outlaw
Ted Dekker
Ted Dekker - Sanctuary
Ted Dekker
Ted Dekker - Mortal
Ted Dekker
Ted Dekker - Verde
Ted Dekker
Ted Dekker - Rojo
Ted Dekker
Ted Dekker - Negro
Ted Dekker
Ted Dekker - Tr3s
Ted Dekker
Tom Dekker - Clockwork
Tom Dekker
Sergio Blanco - Theben-Park
Sergio Blanco
Tom Dekker - Diesel
Tom Dekker
Отзывы о книге «Blanco»

Обсуждение, отзывы о книге «Blanco» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x