Daniel Silva - Octubre

Здесь есть возможность читать онлайн «Daniel Silva - Octubre» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Octubre: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Octubre»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Durante los primeros años de incertidumbre del proceso de paz en Irlanda del Norte, tres ataques terroristas simultáneos en Belfast, Dublin y Londes rompen la esperanza de que el baño de sangre por fin se haya acabado. Los responsables son un nuevo grupo terrorista denominado la Brigada por la Libertad del Ulster. Y tienen un único objetivo: destruir el proceso de paz. Michael Osbourne, el héroe de La Marca del Asesino, ha abandonado la CIA, amargado y desilusionado. Pero cuando el Presidente de los EEUU escoge a su suegro para ser el próximo embajador en Gran Bretaña, Osbourne es arrastrado a la batalla contra algunos de los más implacables y violentos terroristas.

Octubre — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Octubre», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Monica permaneció sentada cuando Michael y Carter entraron. Una camarera les llevó cartas y tarjetas de pedido. Los comensales del comedor no pedían de palabra, sino que debían cumplimentar con toda meticulosidad un pequeño formulario y sumarse ellos mismos la cuenta. Los chistosos de la Agencia decían que los formularios se recogían al final de cada día y se enviaban al departamento de personal para ser sometidos a evaluación psicológica. Carter intentó en vano conversar de nimiedades con Monica mientras se debatía con el complicado impreso. Michael sabía que el almuerzo se cargaría a la cuenta de la directora, de modo que seleccionó los platos más caros, cóctel de gambas, tartaletas de cangrejo y créme brûlée de postre. Tarará rellenó el impreso de Monica.

– Ahora que has conseguido neutralizar a la Brigada de Liberación del Ulster -empezó Monica de repente-, creemos que ha llegado el momento de que dejes el equipo de Irlanda del Norte y te dediques a algo más productivo.

Michael miró a Carter, quien se encogió de hombros.

– ¿Quién lo cree? -inquirió.

Monica alzó la vista de la ensalada como si la pregunta le pareciera una impertinencia.

– La séptima planta, por supuesto -espetó.

– A decir verdad, esperaba poder pasar más tiempo trabajando en el caso Octubre -comentó Michael.

– A decir verdad, tengo intención de apartarte del todo del caso Octubre.

Michael apartó de sí el cóctel de gambas a medio comer y dejó la servilleta sobre la mesa.

– Parte de nuestro acuerdo sobre mi regreso a la Agencia se basaba en que podría pasar parte del tiempo buscando a Octubre. ¿Por qué intentas incumplirlo?

– Para serte franca, Michael, Adrian creía que permitirte buscar a Octubre bastaría para convencerte de que volvieras. A mí no me parecía buena idea y sigue sin parecérmelo. Has vuelto a demostrar que eres un agente muy efectivo y no sería correcto por mi parte permitirte continuar trabajando en un caso que con toda probabilidad no llegará a ningún lado.

– Pero si ya ha llegado a algún lado, Monica. He demostrado que Octubre sigue vivo y en activo como asesino y terrorista.

– No, Michael, no has demostrado que sigue vivo. Tienes la teoría de que sigue vivo, una teoría basada en la ampliación de la fotografía de una mano. No me parece una prueba contundente que digamos.

– En esta profesión casi nunca tenemos pruebas contundentes, Monica.

– No me sermonees, Michael.

Ambos enmudecieron cuando apareció la camarera para retirar los platos.

– Hemos dado aviso a la Interpol y a nuestros aliados -prosiguió Monica-. Poco más podemos hacer. A estas alturas es asunto de las fuerzas policiales, y esto no es una fuerza policial.

– No estoy de acuerdo -objetó Michael.

– ¿En qué?

– Ya sabes en qué.

Los acólitos de Monica se removieron inquietos en sus sillas. Carter jugueteaba con un hilillo suelto del mantel. Nada enfurecía más a Monica Tyler que verse desafiada por alguien que estaba por debajo de ella en la jerarquía.

– Alguien contrató a Octubre para asesinar a Ahmed Hussein -insistió Michael-. Alguien le proporciona protección, documentos, dinero. Tenemos que encontrar a su patrocinador. Eso es trabajo de inteligencia, no policial.

– Una vez más presupones que Octubre era el hombre de El Cairo, Michael. Podría haber sido un agente israelí, un rival de Hamas, un asesino de la OLP.

– Podría haber sido un pato pequinés, pero no lo fue. Fue Octubre.

– No estoy de acuerdo -replicó Monica.

Sonrió para dar a entender que había tomado prestadas las palabras de Michael adrede y lo estudió detenidamente como si buscara el mejor lugar para clavar la daga.

– ¿Qué tienes pensado? -cedió por fin Michael.

– El proceso de paz en Oriente Próximo está en la cuerda floja -explicó Monica-. Hamas está colocando bombas en Jerusalén, y hemos sabido que la Espada de Gaza está a punto de operar en Europa. Con toda probabilidad, eso significa que sus objetivos serán estadounidenses. Quiero que ultimes los preparativos para la conferencia sobre Irlanda del Norte que se celebrará en la Casa Blanca y que luego vuelvas a ocuparte de la Espada de Gaza.

– ¿Y si no me interesa?

– Entonces me temo que tu regreso a la Agencia Central de Inteligencia, si bien muy fructífero, será breve en extremo.

Morton Dunne era a la Agencia lo que «Q» al servicio secreto de James Bond. Dunne, jefe adjunto de la Oficina de Servicios Técnicos, fabricaba bolígrafos explosivos y transmisores de alta frecuencia que podían ocultarse en la hebilla de un cinturón. Era un ingeniero técnico formado en el MIT que podría haber ganado cinco veces más en el sector privado, pero había optado por la Agencia porque la parafernalia del espionaje siempre lo había intrigado. En su tiempo libre se encargaba del mantenimiento de las cámaras y armas antiguas del museo particular de la Agencia. Asimismo, era uno de los diseñadores de cometas experimentales más importantes del mundo. Los fines de semana se le podía encontrar en la Elipse, haciendo volar sus creaciones en los alrededores del Monumento a Washington. En cierta ocasión había colocado una minicámara de alta resolución en una cometa y fotografiado cada centímetro del jardín sur de la Casa Blanca.

– Supongo que tienes autorización -comentó sentado ante una gran pantalla de ordenador.

Era el típico licenciado del MIT, delgado, pálido, con gafas de montura metálica que siempre le resbalaban nariz abajo.

– No puedo hacerlo sin el permiso de tu jefe.

– Te traeré la autorización esta misma tarde, pero necesito las fotos ahora mismo.

Dunne posó los dedos sobre el teclado.

– ¿Cómo dices que se llama?

– Octubre. Es la cara que hicimos el mes pasado para lo de la Interpol.

– Ah, sí, ya me acuerdo -asintió Dunne mientras sus dedos volaban sobre las teclas; al cabo de un instante, el rostro de Octubre apareció en pantalla-. ¿Qué quieres que haga?

– Creo que se ha hecho la cirugía plástica para cambiar de aspecto -señaló Michael-, y estoy casi seguro de que lo operó un francés llamado Maurice Leroux.

– El doctor Leroux podría haber hecho varias cosas para cambiar su aspecto.

– ¿Puedes mostrarme algunas? -pidió Michael-. ¿Darme una serie completa de fotos? Cámbiale el pelo, ponle barba, lo de siempre.

– Tardaré un buen rato.

– Esperaré.

– Siéntate allí -ordenó Dunne-. Y por el amor de Dios, Osbourne, no toques nada.

Era poco después de medianoche cuando el Town Car con chófer de Monica Tyler llegó al complejo de Harbor Place, situado a orillas del Potomac en Georgetown. El guardaespaldas le abrió la puerta y la siguió por el vestíbulo hasta el ascensor. Luego la acompañó hasta la puerta del piso y se quedó allí cuando ella entró.

Monica llenó la bañera de su enorme cuarto de baño y se desvistió. En Londres despuntaba el alba. El Director era muy madrugador, y sabía que llegaría a su despacho al cabo de pocos minutos. Se metió en la bañera y se relajó en el agua caliente. Al salir se envolvió en un mullido albornoz blanco.

Entró en el salón y se sentó a la mesa de caoba. Sobre ella se posaban tres teléfonos. Una centralita de ocho líneas, un teléfono interno para comunicar con Langley y un teléfono seguro que le permitía sostener conversaciones sin temor a que la espiaran. Miró el reloj dorado antiguo, un regalo de su antigua empresa de Wall Street. Era la una menos cuarto.

Monica pensó en las circunstancias, las casualidades, las alianzas políticas y la suerte que la habían llevado hasta la cima de la Agencia Central de Inteligencia. Se había licenciado segunda de su promoción en la Facultad de Derecho de Yale, pero en lugar de entrar a trabajar en uno de los grandes bufetes fue a Harvard para añadir un máster en administración de empresas a su currículum. De ahí fue a Wall Street para ganar dinero. En Wall Street conoció a Ronald Clark, un recaudador de fondos republicano y hombre de gran sabiduría que entraba y salía de Washington cada vez que los republicanos mandaban en la Casa Blanca. Monica siguió a Clark al Tesoro, a Comercio, Estado y Defensa. Cuando el presidente Beckwith nombró a Clark director de la CIA, Monica se convirtió en directora ejecutiva, el segundo puesto más importante de la Agencia, y cuando Clark decidió jubilarse, Monica presionó para conseguir el puesto, y el presidente se lo dio.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Octubre»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Octubre» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Octubre»

Обсуждение, отзывы о книге «Octubre» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x