Giorgio Faletti - Fuera de un evidente destino

Здесь есть возможность читать онлайн «Giorgio Faletti - Fuera de un evidente destino» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Fuera de un evidente destino: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Fuera de un evidente destino»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Cuando el mestizo Jim Mackenzie regresa a su pueblo natal, en Arizona, para asistir al funeral de su abuelo, jefe de los indios Navajos, todos sus recuerdos de infancia se ven sacudidos por una escalofriante realidad: una oleada de atroces asesinatos rituales asola la comunidad. Su llegada parece haber despertado misterios hasta el momento ocultos en la sombra; misterios relacionados con la tierra, las raíces y la tradición chamánica que Mackencie tiene que desvelar si quiere poner fin a la mortífera cadena.

Fuera de un evidente destino — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Fuera de un evidente destino», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Dónde están Lewis y Colman?

– Les he dado permiso para que se fueran.

Osborne se quedó un momento perplejo antes de estallar, como si no creyera a sus oídos.

– ¿Que… les has dado… qué?

Wells se mantuvo impasible.

– Ha oído usted bien. Los he dejado libres. Para nuestra charla prefiero no contar con demasiados testigos. Creo haber entendido lo que tiene usted intenciones de hacer, y se me ha ocurrido una idea mejor.

Osborne sintió que por dentro crecía su ira. Su voz se volvió estridente al subir de tono.

– Tú no debes tener ideas. No te pago para pensar, sino solo para obedecer mis órdenes.

El otro calló un instante, pensativo, reflexionando.

– Ya. Usted no quiere gente que piense. ¿Es por eso que anda con esa especie de mono que monta a su lado?

Todo ocurrió a tal velocidad que Osborne solo consiguió darse cuenta cuando el cuerpo de Collier cayó a tierra con una mancha de sangre que se ensanchaba sobre la camisa. Un segundo antes, apenas había adivinado con el rabillo del ojo el movimiento de su ayudante en el intento de sacar la pistola. No llegó a ver el arma de Wells, tan rápido había sido. Oyó el estrépito. Luego, una nube de humo y el olor penetrante de la pólvora.

Cuando el humo se disipó, Wells continuaba sentado tranquilamente en su caballo, la pistola de nuevo en la funda. Lo único diferente era que había el cuerpo de un hombre en el suelo y que su montura vacía estaba manchada de sangre.

Wells se mostraba relajado como si acabara de beber un buen vaso de cerveza fría. Osborne, todo lo contrario. Como le ocurría siempre ante un muerto.

– ¿Ve usted, señor Osborne, como en definitiva acabo de ganarme mi salario?

El hombre de hielo ostentó el tono exagerado de un niño satisfecho tras cumplir con sus tareas.

– Hoy, usted me había ordenado matar a un hombre. Y yo lo he hecho.

Señaló con la cabeza el cadáver de Collier. La sangre se esparcía alrededor del cuerpo tendido sobre un costado y teñía de rojo las agujas de pino.

– Con esto quedamos en paz.

Clayton Osborne conocía a los hombres y conocía a los asesinos a sueldo como Wells. Por suerte tenía un plan bien claro en la cabeza, de lo contrario en aquel momento los cadáveres habrían sido dos.

Así que se decidió a iniciar la inevitable negociación.

– ¿Qué quieres, Wells? ¿Más dinero?

– No. O por lo menos no quiero los cuatro dólares que piensa ofrecerme…

Dejó un instante de suspense.

– Como le he dicho, usted tiene un problema y yo tengo la solución. Y estoy seguro de que le parecerá brillante.

Osborne soltó un suspiro de alivio. El hombre no iba a matarlo. No aquel día, al menos. Al fin y al cabo se trataba, como siempre, de una cuestión de dinero.

– ¿Cuánto me costará?

Wells respondió con un conciliador encogimiento de hombros. Su actitud despreocupada no coincidía mucho con el hecho de que acababa de asesinar a un hombre.

– Ah, no se preocupe. Ya encontraremos una manera de ponernos de acuerdo.

– ¿Qué significa «ponernos de acuerdo»?

En la boca de Wells surgió una sonrisa que pretendía ser ingenua pero que en cambio puso la carne de gallina al pobre señor Osborne.

– Significa que a partir de hoy somos socios a partes iguales, amigo mío. ¿Ahora puedo llamarte Clay?

Mientras la sonrisa de Jeremy Wells se hacía más amplia, Osborne se dio cuenta de que en todo ese tiempo el indígena llamado One Feather no había movido un solo músculo del rostro.

28

Colin Lovecraft condujo el caballo cuesta abajo con toda la prudencia posible. Equilibró el peso del cuerpo sobre la silla para permitir a su cabalgadura encarar del mejor modo el escarpado descenso. La senda que bajaba de los pastos altos por el lado sur del Humphrey's Peak era mucho más practicable, pero también mucho más larga. Bajar por este otro lado constituía una imprudencia, pero le haría ganar por lo menos tres horas.

En el despeñadero, que ahora se extendía en diagonal, crecían unos pocos y endebles arbustos de rosas silvestres y caoba de montaña que encontraban en las grietas de las rocas la tierra necesaria para arraigarse. Algo más adelante, al final de una formación natural semejante a un sendero excavado por el agua y la erosión del viento, la vegetación del bosque volvía a tomar posesión de su territorio tras aquella interrupción yerma y pedregosa del paisaje.

Colin amaba todo lo que lo rodeaba.

Los árboles, el sol, el cielo, el perfume húmedo de los pinos, la luz y las sombras que se proyectaban sobre la tierra y la vida, buscar y descansar con igual fuerza. La existencia era dura, pero abundante en colores que siempre le exigían una segunda ojeada. Tal vez aquella fascinación no resultara tan evidente para todos. Para muchos, aquella era todavía una zona para pasar deprisa, un lugar en el que el instinto humano de ir a ver qué había más allá no permitía considerar en toda su verdadera esencia.

Colin no era tan religioso como habría deseado Stacy. Dios era algo que le costaba imaginar, pero tenía tanta fe en su padre que se consideraba creyente por intermediación suya. Por eso, aunque no sabía de quién era la mano que había moldeado y pintado todo lo que lo rodeaba, pensó que sin duda se trataba de alguien que dominaba su oficio. Además, según él, solía proteger a los seres humanos que cuidaban lo que él había creado.

Cuando su familia decidió correr aquella aventura, Colin se entregó en cuerpo y alma, ansioso por descubrir y con el deseo de lo nuevo que debía de ser propio de la familia, dada la rapidez con que todos se adaptaron al diferente estilo de vida. Hasta su madre, la más sorprendida y apegada a la vida en la ciudad, parecía rejuvenecida desde que se habían establecido allí. Colin recordaba su salud delicada, su nariz enrojecida y los frecuentes accesos de tos durante la época invernal, malestares que ahora solo eran un recuerdo de Pittsburgh y del pasado. En una ocasión oyó sin querer una conversación entre sus padres. Estaban frente a la casa, el uno junto al otro, sumidos en la luz del crepúsculo, que quizá no llegaban a captar en todo su esplendor, distraídos por su mutuo e intacto cariño.

Ella se acercó al marido, buscando su presencia, con los ojos fijos en el azul intenso y en el sol rojizo del horizonte.

– ¡Qué hermoso! Y pensar que cuando partimos temía este lugar como al diablo.

Stacy Lovecraft sonrió y apoyó una mano en el hombro de la esposa. La atrajo hacia sí y la rodeó con el brazo.

– Lo sé. Y te agradezco que vinieras de todos modos.

– No, yo te lo agradezco a ti. Desde que llegamos no consigo quitarme un pensamiento de la cabeza.

– ¿Cuál?

La madre abrazó al padre. Era una mujer alta pero menuda, y al lado de él lucía aún más delicada.

– Ojalá lo hubiéramos hecho antes.

Colin se alejó sin revelar su presencia, con una especie de pudor por haber sido testigo de esa escena de intimidad. Todavía no conocía a Thalena, y no podía comprender totalmente lo que experimentaban en aquel instante Stacy y Kathe Lovecraft.

Respiró hondo, y tuvo la impresión de que el aire le llevaba el perfume de su joven esposa indígena. Sintió un brinco en el estómago, como si tuviera dentro un pajarillo que agitaba las alas tratando de salir. Debía de tenerlo también en la cabeza, porque cada vez que pensaba en ella le parecía oírlo cantar. Desde el momento en que Thalena entró en su vida, todo cambió. Con ella descubrió el amor, y le enorgullecía saber que para ella había sido igual. Por la noche, cuando en la casa todos dormían, su esposa lo estrechaba con fuerza y guiaba sus manos por su piel ambarina y él la penetraba con el asombro temeroso que experimentaba cada vez que entraba en una iglesia. Después se quedaba despierto oyéndola dormir, con la sensación de que la noche era un lugar maravilloso porque contenía el perfume de los pinos, el canto de las aves nocturnas y la respiración suave de su esposa, que descansaba satisfecha entre sus brazos.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Fuera de un evidente destino»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Fuera de un evidente destino» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Amitav Ghosh - Flood of Fire
Amitav Ghosh
Giorgio Faletti - Io sono Dio
Giorgio Faletti
libcat.ru: книга без обложки
Giorgio Faletti
Giorgio Faletti - Yo soy Dios
Giorgio Faletti
Giorgio Faletti - I'm God
Giorgio Faletti
Giorgio Faletti - I Kill
Giorgio Faletti
Beverly Barton - Grace Under Fire
Beverly Barton
Liliana Garzón Forero - Cultivando conocimiento
Liliana Garzón Forero
Marisol Garzón Forero - Jaime Garzón - mi hermano del alma
Marisol Garzón Forero
Отзывы о книге «Fuera de un evidente destino»

Обсуждение, отзывы о книге «Fuera de un evidente destino» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x