Carlos Sisí - Necrópolis

Здесь есть возможность читать онлайн «Carlos Sisí - Necrópolis» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Necrópolis: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Necrópolis»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El campamento de Carranque vive momentos dulces. Tras haber sobrevivido el ataque del Padre Isidro y sus enloquecedoras huestes de caminantes, los supervivientes se entregan a ensoñaciones y esperanzas de futuro propiciadas por los descubrimientos del doctor Rodríguez. Juan Aranda, su líder, decide utilizar su nueva condición para explorar la ciudad en busca de otras personas que continúen todavía con vida. Sin embargo, han pasado ya tres meses desde que se iniciara la pandemia zombi que asoló el planeta y sobrevivir es cada día más duro. Su periplo personal, no exento de vicisitudes, le aleja de Carranque, donde mientras tanto inciden nefastos designios que amenazan con convertirlo en una ciudad de muertos: una necrópolis.

Necrópolis — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Necrópolis», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Bueno, aquí hubo al menos un superviviente -comentó Uriguen-, mira.

Señalaba ahora unas inconfundibles marcas de bota en el suelo. Nacían de uno de los charcos y se encaminaban hacia el acceso por el que habían entrado, cada vez más débiles hasta desaparecer.

Se giraron para ver llegar a Susana y Dozer.

– ¿Cómo vamos a salir de aquí? -preguntó Uriguen entonces cuando los cuatro estuvieron juntos.

– Buena pregunta.

– Vamos a ver cómo está la cosa fuera -dijo Dozer señalando las ventanas que daban a las grandes puertas de acceso al puerto.

La situación era aún peor de lo que habían imaginado. Había miles de espectros sacudiendo los brazos por encima de sus cabezas vociferantes, formando una masa confusa que no parecía ir en ninguna dirección en concreto. Los que estaban cerca del agua caían al mar empujados por el resto, y allí se debatían con una rabia desatada luchando unos por sobresalir sobre los otros.

– Dios mío de mi vida -dijo José con la voz rota.

– Es una puta manifestación -soltó Uriguen.

Susana se estremeció recorrida por un escalofrío. No recordaba haber visto jamás tantos zombis juntos, el camino de regreso a las alcantarillas que tan providenciales habían sido hasta ese momento, ya no existía como tal. El sitio era propicio desde luego, la avenida que bordeaba Carranque no era ni por asomo tan espaciosa.

– Tío, estamos bien jodidos -dijo José de nuevo dejando colgar el fusil por el cinto y pasándose ambas manos por el cabello.

Dozer suspiró con fuerza, pensativo.

– Bueno. Veamos qué pasa con el barco. Vayamos al otro lado.

La vista del otro lado era un poco más esperanzadora. El número de zombis era todavía enorme, pero al menos no tan numeroso, aún así calculaban que unos buenos cien metros les separaban del enorme buque. Allí, los espectros recorrían los pasillos formados por los grandes contenedores como si estuviesen atrapados en un laberinto, entregados a una búsqueda desesperada de algo a lo que pudieran hacer frente.

El aspecto del Clipper Breeze les fascinó, con la proa retorcida y abrazada al muelle de hormigón. Hierros y vigas de acero de enormes proporciones se hallaban enroscados unos sobre otros y despuntaban en todas direcciones formando una intrincada maraña. A través de ésta se vislumbraban los diferentes niveles del interior del barco, expuestos ahora a la luz del día. En la segunda planta, un retrete colgaba peligrosamente de una tubería oscilando al viento como un monstruoso estandarte.

– Hostia -soltó José.

– Creo que ese barco no venía a salvarnos -dijo Dozer con la voz queda.

– Joder -exclamó Uriguen entonces. -Haber venido para esto, y ahora nos vemos en esta situación de mierda.

– ¿Habrá todavía alguien con vida dentro? -preguntó Susana. Pero nadie contestó inmediatamente.

Dozer tenía serias dudas sobre eso. El casco del barco era de un color negro devorado por manchas de óxido y la superestructura no se veía diferente, el aspecto de abandono, incluso a aquella distancia, era del todo evidente. Cristales rotos en las ventanas, cañerías partidas que surgían inútiles de la fachada y cables que colgaban inertes por la borda.

– ¿Qué vamos a hacer? -dijo José al fin.

– Esperemos un poco -contestó Dozer- a ver qué pasa con esas cosas.

La idea les pareció buena a todos y se sentaron en uno de los bancos. Uriguen se tumbó cuan largo era y cerró los ojos, aunque en su cabeza danzaban pensamientos insidiosos y no consiguió relajarse. José por su parte, había localizado una máquina dispensadora y estaba mirando su interior, aún en sus bolsas una especie de magdalenas momificadas habían generado un moho blancuzco a su alrededor, pero las chocolatinas seguían luciendo el mismo aspecto que antes de que el mundo se fuera a pique. Siempre se podía confiar en las chocolatinas. Rompió el cristal con la culata del fusil y extrajo unas cuantas que distribuyó entre sus compañeros.

– Qué oportuno es todo esto -meditó Susana.

– ¿A qué te refieres? -preguntó Dozer.

Susana jugaba con el fusil, frotando su superficie con la palma de la mano.

– A Aranda -dijo- se fue esta misma mañana. Él podría haber hecho algo con su maravilloso truco.

– Oh -dijo José con los ojos fijos en un punto indeterminado.

– De cualquier forma, pronto será mediodía -comentó Dozer- y los días son tan cortos, no quisiera estar aquí todavía cuando se haga de noche.

– Bueno. Ya veremos qué pasa -dijo Susana.

Pero una hora más tarde la situación no había cambiado en absoluto. En el área diáfana del puerto el maremágnum de zombis seguía en franca ebullición, evolucionando como una marea que fluye en todas direcciones. El agua estaba también llena de cabezas que intentaban inútilmente mantenerse a flote. El estruendo era quizá lo peor, alaridos en todos los registros que helaban la sangre en las venas. Susana observaba la escena desde una distancia prudencial para no ser vista, con los brazos cruzados y los hombros encogidos. No le gustaba estar ahí encerrada, impotente y rodeada de muertos vivientes le recordaba demasiado a su antiguo yo, cuando en los primeros días de la infección se mantuvo recluida en su casa, viendo cómo el mundo se desestabilizaba demasiado asustada para hacer frente a su propia y nueva realidad.

Dozer se le acercó.

– He estado pensando en un posible plan -dijo.

Susana se giró para mirarle.

– Cuéntamelo todo -exclamó Susana, y Dozer vislumbró en su mirada un atisbo de la Susana que fue cuando se encontraron por primera vez en Carranque. Allí, tras sus ojos color miel, había un deje de inquietud.

– Puede salir bien. Estaba pensando en el barco. Tiene que tener barcas de emergencia que podríamos utilizar para escapar de aquí por mar. El problema es llegar hasta ellas. Es imposible abrir la puerta de acceso desde fuera, que además queda demasiado alta como para que pudiéramos alcanzarla, pero la proa está destrozada y, por lo que he visto, podríamos llegar al interior trepando por entre los restos.

– Uf, no lo sé -dijo Susana, moviendo la cabeza.

– ¿Qué otras posibilidades tenemos?

– No muchas, creo. Pero, ¿qué encontraremos dentro?

– Habrá que averiguarlo. Pero tenemos armas, y vaya si sabemos usarlas.

Susana asintió.

– ¿Y cómo llegamos hasta allí? Hay unos cien metros de esas cosas, ni con el triple de potencia de fuego podríamos abrirnos paso.

– Ése es el principal problema, pero se me ha ocurrido algo. Se mueven por el ruido, y no hay nada que les atraiga más que la vista de alguien vivo. Uno de nosotros podría subir a los tubos de conexión de pasajeros y armar un Santo Cristo: gritar, saltar… lo que haga falta para atraerlos. Con un poco de suerte, podremos conseguir que el camino hasta el barco se despeje lo suficiente para intentar llegar.

Susana pensó unos instantes con el ceño fruncido.

– ¿Y si lo conseguimos, qué pasa con el que se queda?

Dozer la cogió del brazo para que se desplazara apenas unos pasos. Ahora, la estructura larga del tubo de acceso era perfectamente visible.

– Mira ¿ves? Se prolonga por encima del muelle y acaba a apenas dos metros del mar. Desde esa distancia es muy fácil saltar y acabar en el agua.

– Entiendo, así que cogemos la barca y rescatamos al que se quede.

– Bueno, ése es mi plan a falta de algo mejor.

– ¿Se lo has dicho ya a los chicos?

Dozer negó con la cabeza. Cuando se acercaron a ellos, José y Uriguen escucharon el plan con atención. José se acercó un momento a la ventana para ver el tubo de conexión y volvió con paso lento y dubitativo, manejando datos e ideas en la cabeza.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Necrópolis»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Necrópolis» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Isaac Asimov - Némésis
Isaac Asimov
Carlos Sisi - Los Caminantes
Carlos Sisi
Carlos Sisí - Hades Nebula
Carlos Sisí
Marvin Cox - Seduced by sis
Marvin Cox
Laura Quincy - Hot for sis
Laura Quincy
Harry Stevens - Hot horny sis
Harry Stevens
Kathy Andrews - Hot mom and sis
Kathy Andrews
Carlos Sisi - Nocte
Carlos Sisi
Carlos Roselló - Lui de Pinópolis
Carlos Roselló
Jesús David Girado Sierra - Estetópolis
Jesús David Girado Sierra
Отзывы о книге «Necrópolis»

Обсуждение, отзывы о книге «Necrópolis» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x