Jerónimo Tristante - El tesoro de los Nazareos

Здесь есть возможность читать онлайн «Jerónimo Tristante - El tesoro de los Nazareos» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El tesoro de los Nazareos: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El tesoro de los Nazareos»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Rodrigo Arriaga es un caballero huido de la corte que se esconde en los Pirineos aragoneses y nada quiere saber de la corte ni de su antigua, y secreta, profesión. El que fue el mejor espía de su tiempo se oculta en un recóndito pueblo y ha renegado de su pasado como favorito del Rey. Sin embargo, las cosas cambian cuando Silvio de Agrigento, al servicio del Papa, llega buscando a Arriaga a su escondite. La Santa Sede tiene una propuesta que hacerle y Rodrigo, llevado por la necesidad de dar paz a los restos de su amada -quien murió en desgracia y a quien se le concedería una bula para ser enterrada en Campo Santo-, no podrá por más que aceptar.
Su misión consistirá en infiltrarse entre las filas de la orden del Temple, convertirse en uno de ellos, ganarse la confianza de cada uno de esos soldados de Dios y descubrir qué ocultan bajo su fachada de bondad y caridad. Roma tiene fundadas sospechas sobre las actividades y objetivos de estos caballeros y Rodrigo será el encargado, en un viaje que le hará recorrer Europa, de destapar la verdad.

El tesoro de los Nazareos — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El tesoro de los Nazareos», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Lorena, os amo… ¿podréis perdonarme?

Ella le miró sorprendida. Al menos había logrado confundirla lo suficiente como para albergar esperanzas. Faltaba un último empujón.

– Yo también los odio, ¿sabéis? Daría lo que fuera por vengarme de lo que le hicieron a Toribio y a Tomás… Los quiero muertos como vos. A Jacques, a André, a Jean.

– Jean parte mañana por la tarde hacia La Rochelle. Ha de coger el barco que le llevará a su destierro al otro lado del Atlántico.

Quedaron en silencio. Se escuchaba el aullido del viento.

– Yo podría eliminarlos por vos. Sería fácil, nadie podría culparos. El reo que escapa y los mata, una pérdida… pensadlo.

– Sabrían que yo os he dejado escapar…

– No -dijo él-. Puede arreglarse.

Ella le miró atentamente.

– Ahí fuera, en el pasillo, sobre el banco, hay un pequeño saco. Buscad entre mis remedios, hay un receptáculo que contiene una cápsula de hierro. Cabe en una mano. Necesito que me la deis. Eso y una daga. Es la mejor forma de hacerlo. Nadie os podrá culpar.

– No permitiré que os suicidéis.

– No, no, confiad en mí. ¿Queda algún otro preso en las mazmorras?

– Un paisano del pueblo, un timador.

– Será un golpe maestro. Sé que es difícil, pero dejadme redimir mi pena. Os amo, dejadme hacerlo por Robert, por vos, luego haced lo que queráis conmigo.

Lorena parecía pensárselo. Salió de la celda y pasó un rato. Volvió con algo en las manos.

Jean entró en la celda como una furia. No podía creerlo.

– ¡Idiotas, ineptos! -gritó golpeando a sus hombres con su vara-. ¿Cómo no lo habéis vigilado? ¿Dónde está?

– Se ha estrellado contra las rocas -dijo el carcelero sangrando abundantemente de una brecha en la cabeza.

– Llamad al médico. ¡Rápido! ¡Rápido!

– Es inútil, ha muerto -contestó el esbirro.

Jean llegó al fin del pasillo y se asomó por la ventana. Abajo, en posición antinatural, yacía el cuerpo de Rodrigo Arriaga. Ni siquiera la llegada de Jacques de Rossal y André de Montbard calmó al comendador, que comenzó a golpearse la cabeza contra el muro.

Pudieron sujetarlo entre varios. Lloraba desesperado. Estaba fuera de sí.

– ¡Era lo único que me quedaba! Mi venganza antes de partir al destierro…

Jacques de Rossal se acercó lentamente y dio una bofetada a su hijo.

– ¡Basta ya! -bramó.

Todos se miraron asustados por la humillación que había sufrido el dueño de la encomienda. Se sabía que partía a un destierro por haber sido engañado por el espía, pero aquello era demasiado. Jean miró a su padre con odio. Entonces André de Montbard se le acercó y lo miró con fiereza, sin decir palabra.

El comendador bajó la mirada y al instante pidió disculpas. Lo soltaron.

Un individuo de aspecto exótico, piel oscura y que lucía un extraño turbante llegó al pasillo. Era el médico de confianza de Lorena y los prebostes.

– Vuestro hombre ha muerto. Vengo de examinar el cuerpo, se reventó la cabeza contra las rocas.

– ¿Cómo pudo escapar? -dijo Jacques de Rossal mirando al carcelero.

– Se abalanzó sobre mí y me golpeó cuando iba a entrarle su comida. Cuando iba a levantarme vi que iba hacia la celda del paisano ése que teníamos al fondo, el timador. Perdí el conocimiento.

– Esto es una negligencia -protestó Jean.

De Montbard y Jacques de Rossal miraron a Jean como inculpándole.

– ¿Quién despachó al timador? -dijo el galeno árabe mirando al otro preso, que yacía inmóvil al fondo con una gran herida en el estómago.

– Yo -habló Lorena-. Había bajado a intentar convencer a Rodrigo y los sorprendí. Ése desgraciado se echó sobre mí y le clavé mi daga. Di la alarma y Arriaga corrió hacia la ventana del fondo, intentó descolgarse por las rocas pero resbaló.

Jean de Rossal dijo:

– Esto no ha sido culpa mía.

Entonces su padre, Jacques, se arrebujó bajo su blanca capa y sentenció:

– Hijo mío, no lo estropeéis más. Desde que se inició este negocio no habéis dado una a derechas. Me alegro de vuestra partida. Intentad reorientar vuestro espíritu en el Nuevo Mundo y quizá dentro de unos años, cuando todo esto se haya olvidado, podáis volver. Mientras tanto, preparad vuestras cosas, partiréis de inmediato. El otro libro ha escapado definitivamente de nuestras manos. Tomad el cuerpo de Arriaga. Llevadlo con el otro muerto. Esta noche se les enterrará en el cementerio del pueblo. Andando.

картинка 11

Una horrible sensación de ahogo lo despertó del profundo letargo en que se hallaba. Se estaba ahogando en su propio vómito. Su mente reaccionó a tiempo y ladeó la cabeza. No podía levantarse. Tosió y logró respirar. ¿Dónde estaba? Esperó un rato. Tiró hacia arriba de un brazo y sintió que sus ropas se rasgaban. Buscó la daga en la parte trasera de su calzón y con ella, tanteando, arrancó los otros tres clavos que mantenían sujetas sus ropas a la tabla. Buscó en la oscuridad y, palpando el muro, llegó a una puerta. La abrió con cuidado y vio algo de luz. Salió al pasillo. Estaba en el pabellón principal de la encomienda. Tomó una palmatoria de la pared y volvió sobre sus propios pasos al cuarto de donde había salido. Allí estaba el cuerpo de Tomás. Contempló el rostro desfigurado por la tortura del pobre joven y lloró amargamente por él. Volvió a sentir náuseas y vomitó de nuevo. Al fondo de la estancia yacía el cuerpo del timador, con las ropas de Arriaga y la cabeza reventada tras el choque con las rocas. Había sentido tener que arrojarlo por la ventana, pero era su vida o la del otro, y no había duda.

Echó un vistazo de nuevo al pasillo y salió. Subió hacia la primera planta con tiento, sin hacer ruido. Si el tesoro estaba en Chevreuse debía de haber guardias por todas partes. Salió al camino de ronda de la muralla. Hacía mucho frío. Vio la figura de un guardia que se perfilaba sobre la luna. Se acercó con cuidado a él y sujetándole la frente con fuerza con la zurda, lo degolló con la diestra. Tomó su ballesta, su espada y su pequeña hacha. Se dirigió al otro pabellón, entró y subió al segundo piso. Oyó voces tras la puerta del aposento reservado a las visitas ilustres. Se preparó. Empujó la puerta de un golpe y entró en la estancia. Jacques de Rossal estaba sentado junto al fuego, con la cabeza apoyada en una columna de madera. Parecía cansado y permanecía con los ojos cerrados mientras hablaba con su amigo André. La saeta que salió de la ballesta zumbó por la habitación y se incrustó profundamente en su frente, De Ros-sal quedó inerte, con los ojos abiertos, y clavado en la recia madera.

André de Montbard se quedó petrificado un instante, mirando a Arriaga.

– ¡Vos! -dijo-. ¡Si estáis muerto!

La daga voló clavándose en su pecho. Rodrigo se le acercó lentamente y recuperó el puñal tirando hacia sí del mismo. Entonces golpeó con su rodilla la entrepierna del ilustre fundador de la orden, que se dobló como un junco. Cogiéndolo por el pelo pasó la daga por su gaznate suavemente y continuó andando hacia la estancia contigua. André de Montbard quedó agonizando en el suelo. Gorgoteaba, desangrándose como un cerdo.

Arriaga atravesó el otro cuarto y tras abrir una recia puerta de roble cruzó un largo pasillo. Llamó a otra puerta que al instante abrió Lorena Saint Claire.

– Está hecho -dijo él entrando.

– Estáis horrible, parecéis un muerto.

– No me jodáis -dijo él apoyándose con la espada en el suelo a modo de bastón. Vomitó algo de color verde.

– ¿Están muertos? -preguntó ella.

– Os he dicho que estaba hecho, ¿no?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El tesoro de los Nazareos»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El tesoro de los Nazareos» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Jerónimo Tristante - El Valle De Las Sombras
Jerónimo Tristante
Jerónimo Tristante - El Enigma De La Calle Calabria
Jerónimo Tristante
Jerónimo Tristante - 1969
Jerónimo Tristante
Jerónimo Tristante - El Misterio De La Casa Aranda
Jerónimo Tristante
Jerónimo León Rivera Betancour - El viaje sin héroe del cine colombiano
Jerónimo León Rivera Betancour
Víctor Navarro Brotons - Jerónimo Muñoz
Víctor Navarro Brotons
Nuria Verdet Martínez - Francisco Jerónimo de León
Nuria Verdet Martínez
José Antonio Loarte González - El tesoro de los Padres
José Antonio Loarte González
Jerónimo Moya - Arlot
Jerónimo Moya
Kato Molinari - Un jerónimo de duda
Kato Molinari
Отзывы о книге «El tesoro de los Nazareos»

Обсуждение, отзывы о книге «El tesoro de los Nazareos» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x