Roland Merullo - Requiem Para Rusia

Здесь есть возможность читать онлайн «Roland Merullo - Requiem Para Rusia» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Requiem Para Rusia: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Requiem Para Rusia»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Esta conmovedora novela capta lúcidamente el tenso momento histórico de Rusia en las dos semanas previas al fracasado golpe de derecha, de agosto de 1991, entrelazado con los amores y desamores de sus personajes.
En una trama minuciosamente urdida recibimos la más vívida imagen de una nación inmersa en los pesares e incertidumbres de la rebelión, junto con la recreación de la vida cotidiana de una ciudad minera rusa con su mundo de policías, burócratas e idealistas en pleno proceso de transición.
En ese momento y circunstancias confluyen las vidas de Anton Gzeich, diplomático de los servicios secretos estadounidenses, y de Sergei Propenko, burócrata profesional soviético, ambos a cargo de un programa de ayuda del gobierno de Estados Unidos, para paliar el hambre en esa ciudad tan distante de Moscú, aislada y pobre, donde comparten las angustias de la mediana edad y los vaivenes de sus almas de individuos atrapados en los conflictos entre su carrera y sus ideales.

Requiem Para Rusia — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Requiem Para Rusia», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Propenko lo miraba, respirando apenas.

– Se ha ido. Malov, es un hombre muerto. Lo van a enterrar.

Propenko siguió mirándolo.

– En los campos tengo gente que están en deuda conmigo, el peor tipo de gente. Cada día que los asaltantes de Lydia pasen allí será un infierno. Cada vez que…

Propenko extendió el brazo y le pegó a Vzyatin en medio del pecho con el índice, una vez, con fuerza, y el pequeño golpe pareció desinflar al Jefe por segunda vez.

Vzyatin miró a Propenko el tiempo suficiente para que advirtiera su sorpresa, luego abrió la boca, la cerró, la volvió a abrir, se encogió de hombros y caminó indolente hacia la escalera posterior del Departamento. Cuando Vzyatin entró en el edificio. Propenko esperó hasta contar cinco, luego se sentó al volante. La llave estaba puesta. Puso el motor en marcha, retrocedió en medio círculo y salió del área de estacionamiento y ya conducía rumbo al río cuando el Jefe llegaba a la puerta de la oficina.

Hacía muchos años que Propenko no circulaba por la ciudad antes de la madrugada. El aire estaba fresco, quieto como la muerte y veteado con niebla. El silencio ocupaba el lugar del ruido, y la sombra el lugar de la luz. Los escasos vehículos que transitaban por la calle parecían ir en misiones personales como él. Bajó la ventanilla y dejó que el aire húmedo de la noche le diera en la cara.

Yendo por una ruta que lo mantenía lo más lejos posible de la avenida Octubre, llegó a la avenida Donskoy, giró a la izquierda, tomó el puente Tchaikovsky y subió entre un manto de niebla. En lo más alto del puente el aire estaba claro, y vio tremendas columnas de humo color de ópalo que se levantaban desde el valle que tenía adelante, y motas de luz que señalaban el tope de las chimeneas de las fábricas, y no pudo evitar mirar hacia a la derecha y abajo, como esperando encontrar cuatro cúpulas doradas en la orilla empañada

La niebla era aún mas espesa en el lado sur del río y. al descender, no veía más que unos pocos metros del camino y las barras verticales de la baranda que pasaban como destellos. El final del puente se anunció con un fuerte golpe debajo de las ruedas., tomó la primera salida, luego giró al oeste, dentro del corazón del distrito minero. El camino corría entre casas de madera tambaleantes y patios llenos de chatarra, como fantasmas en la niebla, ninguna luz en las ventanas. Oyó el agudo zumbido de una fábrica invisible y sintió que su corazón latía con firmeza, al doble de su ritmo normal.

Al cabo de unos minutos, giró por una entrada de gravilla y se tuvo ante una cadena con focos En la entrada había tres guardias, fumando: las brasas de sus cigarrillos parecían diminutos ojos rojos en la niebla. Uno de los guardias lo reconoció y lo hizo entrar por una puerta más pequeña a un estacionamiento polvoriento. A un lado se vislumbraba un edificio de oficinas. Enfrente había una estructura de madera de dos pisos sin ventanas y con una abertura negia por única entrada.

– ¿Dónde está Yevgeni?

– Abajo

– Lléveme abajo, entonces.

En el cobertizo deteriorado por la intemperie, le pidieron a Propenko que se pusiera un casco y una chaqueta negra de minero como cualquier visitante común, y luego lo escoltaron hasta un ascensor con paredes de malla metálica. El minero cerró la puerta de un golpe, oprimió un botón rojo y bajaron por el pozo, acelerando a medida que descendían, de modo que el estómago de Propenko dio contra los pulmones Las manos le habían empezado a temblar violentamente. Oía los cables que chirriaban y golpeaban por encima de su cabeza, un borrón de pared rugosa al alcance de la mano; sentía un gusto a hollín en el aire frío y rancio, olía el sudor del minero. Sentía como si lo estuvieran llevando abajo, lejos del mundo de la superficie, para siempre.

El ascensor aminoró la velocidad para detenerse suavemente, y el minero abrió la puerta ruidosamente y lo condujo por un túnel en curva, con un techo de cinco metros de altura sostenido por una sucesión de arcos de acero. A lo largo de la pared los focos daban una luz vacilante, y Propenko oyó las gotas de agua que caían y un zumbido lejano de ventiladores

– Cien metros -le dijo el minero, sosteniendo la puerta del ascensor abierta con una pierna y señalando-. Verá una puerta. Yevgeni y los dos guardias estarán esperando afuera.

Propenko asintió, respirando con fuerza. Empezó a caminar por el túnel, con rieles de tren y charcos en los pies, los ventiladores le mandaban un aire caliente y arenoso a la cara Se veían cables de electricidad y teléfono a lo largo de las paredes y el pecho, y una vieja imagen de Nikolai Malov ocupaba su ojo interior. Era el tercer round , la pelea estaba perdida ya. y el peso mediano de Uzbeki metía sus puños en Malov como si fuera una bolsa pesada. Ningún miembro del equipo, ningún boxeador o entrenador lo habría culpado por caerse en la lona, salvarse de sesenta u ochenta minutos de tortura. Pero Malov se había quedado de pie con una mano sobre la cara y los pies separados, absorbiéndola Cuando se terminó, se había tambaleado con las piernas duras hacia su rincón y vomitado el protector y sangre y mucosidad en el cubo de agua

Le pareció que tardaba mucho en llegar a la puerta. Cuando por fin estuvo cerca, uno de los hombres se adelantó, le tendió la mano y dijo:

– Yevgeni Vasilievich. -Aun en su agitación, Propenko vio el engaño en la cara de Yevgeni Vasilievich. un tipo nuevo de engaño soviético, bajo una capa de franqueza, una capa de respeto.- Su hija es lo mejor que tenemos -dijo, y Propenko se quedó mirándolo, tratando de controlar su respiración, de estar listo Sacó las manos de los bolsillos. Uno de los hombres abrió el candado de la puerta de metal. y cuando Yevgeni Vasilievich la abrió de golpe Propenko vio una habitación con paredes negras con una mesa sencilla en el centro, y a un soviético genuino, lastimado por dentro, demasiado orgulloso, lleno de viejas humillaciones, colgado de un travesaño del techo con un cable eléctrico alrededor del cuello. Uno de los zapatos de Malov se había caído, los dedos estaban abiertos y rígidos, los ojos saltones y blancos como huevos.

Propenko estuvo de pie al lado del cuerpo, solo en la habitación, y lo miró balancearse de atrás hacia adelante muy levemente en una corriente de aire invisible, un péndulo en el centro de la Tierra. Lo habían usado otra vez. Bessarovich había estado un paso adelante de él todo el tiempo, pero no importaba. Ahora podía ir a casa a decirles a Raisa, Lydia y Marya Petrovna que todo había terminado, que Malov ya no podía hacerles daño, que el fantasma de la policía secreta de Dzerzhinsky, la maldición de Rusia, estaba a punto de quedar enterrado debajo de un millón de toneladas de tierra.

Podía volver a casa y decírselo, y durante un tiempo podrían simular que lo creían.

38

Escribo esto en un asiento 14 de agosto de 1991

estrecho del Aeroflot 1021, Moscú-Vostok- Minvodi, de ahí la escritura temblorosa. A mi izquierda, en el asiento del pasillo, está sentado un hombre del Asia Central, que lleva una tibuteka sobre la cabeza calva, aferra un melón amarillo en el regazo y mira fijamente adelante como a una imagen de la muerte que viniera a su encuentro a quinientas millas por hora. Más allá, dos hombres (me parecen mineros) están de pie en el pasillo porque no hay suficientes asientos, han estado allí desde algunos minutos antes de levantar vue lo, enfrentados, con las manos apoyadas en los compartimientos altos, sonriendo y bromeando, y de vez en cuando tomando un sorbo de la botella que uno de ellos tiene escondida debajo de la camisa. Más allá hay un surtido grande y fascinante de paquetes envueltos y equipaje de mano apilados contra la puerta de emer gencia. A nadie parece importarle. La azafata pasó una vez -justo después de alcanzar la altura de crucero- con una bandeja de vasos de plástico para cóctel, llenos hasta la mitad con agua mineral rosada y echó una mirada a la puerta obstruida y empujó a los mineros a un lado, pero ahora ha desapareci do. Reina la anarquía. Adelante alguien tiene una cabra pequeña que bala débilmente.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Requiem Para Rusia»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Requiem Para Rusia» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Requiem Para Rusia»

Обсуждение, отзывы о книге «Requiem Para Rusia» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x