Joe Hill - Fantasmas

Здесь есть возможность читать онлайн «Joe Hill - Fantasmas» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Fantasmas: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Fantasmas»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Imogene es joven y guapa. Besa como una actriz y conoce absolutamente todas y cada una de las películas que se han filmado.
El caso es que también está muerta y a la espera de Alec Sheldon en el teatro Rosebud una tarde de 1945… Arthur Rod es un niño solitario con unas ideas brillantes y un don para atraer los malos tratos. No es fácil hacer amigos cuando eres el único chico hinchable de tu ciudad…
Francis no es feliz. Francis fue humano una vez, pero eso tuvo lugar hace ya algún tiempo. Ahora es una langosta de dos metros y medio de altura, y todo el mundo en Calliphora se estremece cada vez que lo escuchan cantar… John Finney está encerrado en un sótano lleno de manchas de sangre que pertenecen a los asesinatos de otra media docena de chicos. Con él en el sótano hay un viejo teléfono, desconectado desde hace mucho tiempo, pero que cada noche suena con llamadas de los muertos…

Fantasmas — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Fantasmas», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Dejó, pues, de gritar y se dedicó a explorar su compartimento submarino, tratando de averiguar de dónde procedía la luz. Había dos ventanas de pequeño tamaño, en realidad rendijas acristaladas, cerca del techo, fuera de su alcance y por las que se colaba una luz débil y verde como la hierba. Estaban tapadas con rejillas oxidadas.

Finney estudió una de ellas durante largo rato, y después corrió hacia la pared sin detenerse a pensar en lo débil y exhausto que estaba. Apoyó un pie sobre la escayola y saltó. Logró asir la rejilla durante un instante, pero el entramado de acero estaba demasiado apretado como para meter los dedos, y cayó sobre sus talones y después de espaldas, al suelo, temblando violentamente. Sin embargo, había estado arriba el tiempo suficiente para ver a través del cristal oscurecido por la suciedad. Era una doble ventana situada al nivel del suelo y casi oculta por tupidos matorrales. Si lograba romperla alguien le oiría gritar.

«Los otros habrán pensado lo mismo -se dijo-, y mira de qué les sirvió».

Recorrió de nuevo la habitación y se encontró una vez más de pie frente al teléfono, estudiándolo. Su mirada siguió un delgado cable negro grapado a la escayola. Ascendía unos tres metros por la pared y terminaba en un racimo de filamentos de cobre. Se sorprendió cogiendo el auricular otra vez, lo había hecho sin darse cuenta, y llevándoselo a la oreja; un acto inconsciente que delataba tal desesperanza, tal necesidad, que le hizo encogerse un poco. ¿Por qué instalaría nadie un teléfono en un sótano? Aunque también había un retrete. Tal vez, probablemente -qué pensamiento tan horrible- alguien había vivido una vez allí.

Después se encontró tumbado en el colchón, mirando al techo a través de la oscuridad color de jade, y por primera vez reparó en que no había llorado y en que tampoco tenía ganas de hacerlo. Estaba descansando a propósito, recobrando energías para la siguiente inspección de la habitación. La recorrería entera buscando algo que pudiera usar, hasta que Al volviera. Si encontraba algo, podría usarlo como arma contra él: un trozo de cristal, un muelle oxidado… ¿Tenía muelles el colchón? Cuando se sintiera con fuerzas para moverse otra vez, intentaría averiguarlo.

Para entonces, sus padres tendrían que saber que algo le había ocurrido y estarían histéricos. Pero cuando trató de imaginarse su búsqueda no veía a su madre llorando en la cocina, contestando a las preguntas de la policía, ni tampoco a su padre en la puerta del almacén de Poole apartando la vista de un agente que metía una botella de refresco de uva en una bolsa para analizarla en el laboratorio. En lugar de ello, se imaginó a Susannah de pie sobre los pedales de su bicicleta de diez marchas, recorriendo una calle tras otra de la zona residencial en que vivían, con el cuello de su cazadora vaquera subido y la cara contraída por el viento helado. Susannah era tres años mayor que Finney, pero ambos habían nacido el mismo día, un 21 de junio, un hecho que para ella revestía una importancia mística. A Susannah le encantaba el ocultismo, tenía una baraja de tarot y leía libros sobre la relación entre Stonehenge y los extraterrestres. Cuando eran más pequeños, tuvo un estetoscopio de juguete, que le gustaba colocar en la cabeza de su hermano y usarlo para escuchar sus pensamientos. En una ocasión, Finney sacó cinco cartas al azar de una baraja y Susannah las adivinó todas con sólo colocarle el estetoscopio en la frente -cinco de picas, seis de tréboles, diez y jota de diamantes y as de corazones-, pero nunca más consiguió repetir el truco.

Finney veía a su hermana mayor buscándolo por las calles que, en su imaginación, estaban libres de tráfico y de peatones. El viento soplaba en las copas de los árboles meciendo las ramas desnudas, de forma que parecían arañar fútilmente el cielo encapotado. A veces Susannah cerraba los ojos como para concentrarse mejor en un sonido que la llamaba desde la distancia. Lo escuchaba a él, aguardaba a oír su grito y que éste la guiara hasta él gracias a algún truco de telepatía.

Susannah giraba a la izquierda y después a la derecha, en dos movimientos automáticos, y descubría una calle que nunca antes había visto, un callejón sin salida, a ambos lados del cual había chalets con aspecto de estar abandonados, los jardines delanteros sin cuidar y juguetes esparcidos y olvidados en las rampas de entrada. Al ver esta calle el pulso se le aceleraba; tenía el fuerte presentimiento de que el secuestrador de Finney vivía en algún lugar de esa travesía. Seguía pedaleando más despacio y volviendo la cabeza a un lado y otro, inspeccionando con inquietud cada casa según pasaba por delante de ella. Toda la calle parecía sumida en un silencio improbable, como si todos sus habitantes hubieran sido evacuados semanas atrás junto con sus mascotas y tras haber cerrado todas las puertas y haber apagado cualquier luz. «Ésta no», decía para sí. «Ésa tampoco». Y así continuaba hasta el final de la calle y la última de las casas.

Bajaba un pie y se quedaba quieta apoyada en la bicicleta. Aún no había perdido la esperanza, pero mientras estaba allí parada, mordiéndose el labio, empezaba a pensar que no encontraría a su hermano, que nadie lo haría. Era una calle horrible y el viento soplaba frío. Podía sentir el frío en su interior, un hormigueo gélido detrás del esternón.

Entonces escuchaba un ruido, un tañido metálico que resonaba de forma extraña. Miraba a su alrededor, tratando de localizar su procedencia, y levantaba los ojos hacia el último poste de teléfono de la calle. Unos cuantos globos de color negro se habían quedado enganchados, enredados en los cables. El viento luchaba por liberarlos y se agitaban y chocaban entre sí, tratando de soltarse. Los cables telefónicos los mantenían inamovibles en su sitio. Susannah se estremecía al verlos. Eran aterradores -de alguna manera resultaban aterradores-, como una mancha negra en el cielo. El viento pulsaba las cuerdas que los ataban y las hacía vibrar.

Cuando sonó el teléfono Finney abrió los ojos. La pequeña historia que se había estado imaginando sobre Susannah se evaporó. Había sido una historia, ni siquiera una visión; una historia de fantasmas y el fantasma era él… o lo sería pronto. Se incorporó del colchón, sorprendido al comprobar que era casi de noche… y su vista se posó en el teléfono negro. Tenía la impresión de que el aire vibraba ligeramente como resultado del timbrazo que emitían las oxidadas campanillas al chocar contra la clavija.

Se puso en pie. Sabía que el teléfono no podía sonar realmente -lo que había oído era, seguro, producto de su adormecida imaginación- y sin embargo algo en su interior esperaba que sonara de nuevo. Había sido una tontería permanecer allí tumbado, soñando y malgastando así la luz del día. Necesitaba algo con que defenderse, un clavo torcido, una piedra. Dentro de poco se haría de noche y no podría registrar la habitación sin luz. Se quedó quieto sintiéndose embotado e incapaz de pensar. También tenía frío, hacía frío en aquel sótano. Caminó hacia el teléfono y una vez más se llevó el auricular a la oreja.

– ¿Dígame? -preguntó.

Escuchó al viento silbar fuera de las ventanas. El teléfono estaba en silencio. Se disponía a colgar cuando le pareció que había oído un clic al otro lado de la línea.

– ¿Dígame? -repitió.

6

Cuando la oscuridad llegó y lo envolvió se hizo un ovillo sobre el colchón con las rodillas pegadas al pecho. No durmió y apenas parpadeó mientras esperaba a que la puerta se abriera, el hombre gordo entrara y la cerrara detrás de él, y a que los dos estuvieran solos en la oscuridad. Pero Al no vino. Finney tenía la mente en blanco, concentrado sólo en el latido seco de su pulso y el murmullo distante del viento detrás de los ventanucos. No tenía miedo, lo que sentía era algo más grande que el miedo, un terror narcótico que lo inmovilizaba por completo, le volvía incapaz de pensar siquiera en moverse.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Fantasmas»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Fantasmas» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Fantasmas»

Обсуждение, отзывы о книге «Fantasmas» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x