Jerónimo Tristante - El Misterio De La Casa Aranda

Здесь есть возможность читать онлайн «Jerónimo Tristante - El Misterio De La Casa Aranda» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Misterio De La Casa Aranda: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Misterio De La Casa Aranda»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Víctor Ros es un joven comisario dotado de una astucia adquirida tras años de delincuencia en las calles del Madrid de finales del siglo XIX. Tras una estancia en la ciudad de Oviedo, durante la cual desarticulará una célula radical, vuelve a Madrid para convertirse en comisario de una nueva brigada creada para luchar contra el crimen.
De la mano de Alberto Aldanza, un excéntrico dandy que le inicia en los métodos de investigación científica, ha de enfrentarse a dos casos: por un lado una casa que al parecer provoca, en épocas diferentes, que tres mujeres maten o intenten matar a sus maridos tras la lectura de un ejemplar de La Divina Comedia; por otro, los asesinatos de varias prostitutas a las que nadie da importancia pero que Víctor decide investigar.
Víctor recorrerá el Madrid de los salones de la alta sociedad y de las tertulias de los cafés, se impregnará del clima social y político de la época y se convertirá en un experto investigador gracias a las lecciones de Aldanza. Pero las lecciones tendrán un precio y Víctor sólo se dará cuenta de ello cuando logre resolver los dos casos.

El Misterio De La Casa Aranda — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Misterio De La Casa Aranda», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Dicho y hecho. Disculpa que haya utilizado tu mesa, pero aún no han traído la mía y quería ponerme al día.

– Nada, nada, joven, si vamos a ser compañeros, lo mío es tuyo.

– Muchas gracias. Me han indicado que me ponga a tus órdenes, que me mantendrías al corriente.

– Mejor salimos un rato y hablamos delante de un café. Me temo que tenemos trabajo por delante.

– Me parece una idea excelente, Blázquez. Habrá que organizarse y qué mejor manera de hacerlo que charlando ante un café.

Entonces, antes de salir, el inspector le preguntó:

– Por cierto, Víctor, ¿cómo has sabido que se me habían pegado las sábanas?

Él lo miró esbozando una sonrisa y le dijo:

– Una tontería, Alfredo, una tontería. Resulta que le recuerdo, perdón, te recuerdo como un hombre que aunque no demasiado atildado, vestía siempre con corrección y he observado que has llegado con un chaleco que no corresponde con esa chaqueta, efecto de la prisa, sin duda. La chaqueta es marrón clara y el chaleco es de color similar, sí, pero algo jaspeado y parece grueso, de invierno. No llevas tu reloj de bolsillo, objeto que, según recuerdo de mis tiempos de botones, siempre llevabas contigo y, además, tienes el bigote lleno de migas de lo que parece un bollo.

– Magdalenas.

– Pues eso, magdalenas. Migajas que también cubren parte de la pechera, lo cual demuestra que has desayunado a toda prisa por algún motivo. Si a ello unimos que llevas una marca que atraviesa en sentido longitudinal todo el rostro y que sin ninguna duda se debe a alguna arruga de las sábanas, podríamos decir que hace menos de media hora estabas aún acostado.

– Brillante. Simple, pero brillante -reconoció el veterano con la boca abierta-. Lamento no recordarte de tus tiempos de botones con la misma lucidez que tú a mí, pero debo confesar que dicho así tu razonamiento parece bastante simple.

– Ésa es la clave, la sencillez en los razonamientos, no olvides, mi admirado Alfredo, que la distancia más corta entre dos puntos es…

– ¡La línea recta!

– Exacto. Soy un apasionado del razonamiento deductivo, la realidad está ahí, sólo tenemos que saber verla. A veces, uno o dos pequeños detalles nos permiten sacar evidentísimas y contundentes explicaciones sobre los hechos y personas que nos rodean. Es lo que muchos llaman prejuicios y yo califico, simplemente, como capacidad de observación, posjuicios en realidad.

– Pero eso se tiene o no de nacimiento.

– Aciertas, pero también te equivocas. Es cierto que algunas mentes tienen facilidad para entrever en los pequeños detalles aquellos aspectos que otros nos intentan ocultar, pero esta facultad es sin duda mejorable. Un buen entrenamiento en el método deductivo puede hacer que una mente digamos normal, termine convirtiéndose en un afilado instrumento de punción detectivesca. Aunque comprenderás que desvelando su método, el investigador en cuestión deja de parecemos un superdotado para asimilarse a uno más de los mortales.

– En efecto -dijo Blázquez, algo desbordado ante la verborrea del joven.

– Y ahora, creo que después de esta pequeña y humilde exposición, deberíamos acudir a hacer efectivo ese café prometido -añadió Víctor abriendo la puerta.

– No puedo estar más de acuerdo -contestó Blázquez tomando su sombrero y su bastón. Estaba impresionado, para qué negarlo.

Ambos policías salieron del cuarto rebosantes de ilusión. Pertenecían a la recién creada Brigada Metropolitana que tenía como objetivo erradicar de raíz el crimen del Madrid más céntrico así como vigilar los grupúsculos de delincuencia organizada que comenzaban a mostrarse más activos tras los sucesos de 1868. Las mentes pensantes del ministerio querían que el nuevo grupo centrara su atención en la resolución de homicidios que, por desgracia, comenzaban a incrementarse de manera alarmante con los nuevos tiempos y con el aumento de la población de la Villa.

Saludaron al agente Abenza, un tipo fortachón de enormes bigotes, de guardia en la puerta, y al que don Alfredo preguntó:

– Qué, ¿cómo se nos ofrece el panorama epidemiológico?

A lo que el otro repuso muy serio:

– Según el Siglo Médico, durante la semana que termina han predominado las fiebres gástricas, reumáticas y tísicas con predominio de los síntomas nerviosos así como las inflamaciones pulmonares y pleuríticas francas y de buen carácter.

– Vaya… -murmuró Víctor sorprendido.

– Y de las criaturas, ¿qué me dices, Aniceto?

– Que continúan presentándose con igual frecuencia que en la semana pasada las fiebres eruptivas, así que cuídese mucho de su nieta.

– Así lo haré -dijo Blázquez con aire divertido mientras se encaminaban ya hacia el café Levante-. Ahí donde lo ves, ese mocetón es un aprensivo de cuidado.

– Pero si es un animal. Nunca en mi vida había visto a un tipo tan grande.

– Pues ya ves. No hay pócima ni brebaje que no se compre y, lo peor, ¡se los toma! Teme mucho a las miasmas. Increíble, ¿verdad?

Cruzaron la concurrida Puerta del Sol caminando entre los tranvías de tracción animal y los coches de alquiler. Era un espacio amplio desde la última reforma que la había convertido en el centro neurálgico de Madrid con su perfecto empedrado surcado por los raíles de los tranvías y sus estilizadas farolas de color claro. Al fondo, los inmensos toldos de cafés y hoteles daban un aspecto colorista a la extensa plaza. La reforma de Sol había costado lo suyo, pues se creó una comisión a tal efecto que alcanzó a aprobar hasta siete proyectos diferentes. Llegó a darse el caso de que dicha comisión aprobara un diseño realizado por tres ingenieros para encargar uno nuevo al día siguiente… a uno solo de aquellos tres técnicos. Al menos el resultado final había gustado a los madrileños. La temperatura era agradable, pues ya estaba entrada la primavera y las jóvenes pululaban aquí y allá con sus sombrillas abiertas, pugnando entre ellas por cuál lucía el sombrero más primoroso. Los varones comenzaban a vestir sus trajes de entretiempo e incluso aparecía ya algún que otro sombrero de paja, más propio de la estación más cálida. Se veía pasar aquí y allá a los pudientes huéspedes de hoteles como el Londres, el Príncipe o el Universo acompañados por criados y mozos de carga que portaban enormes baúles, amplios sombrereros y todo tipo de bagajes. Los gritos de los aguadores ofreciendo agua, azucarillos y aguardiente resonaban entre los de los vendedores de prensa, que a voz en grito pregonaban los titulares de los periódicos. Había mucho trasiego de paisanos a aquella hora de la mañana y el café Levante estaba casi lleno. Tuvieron suerte y encontraron una mesa libre. Don Alfredo pidió café y churros para los dos al camarero y, quitándose las gafas, preguntó:

– Y bien, compañero, ¿de qué pie cojeas?

– ¿Cómo?

– Sí, de política. Te lo preguntaré de otro modo. ¿Cuál es tu café favorito?

– Quizá el Lorencini -dijo Víctor tras dudar entre varios.

– ¡Acabáramos! Me ha tocado un compañero liberal. Allí se reúnen los Amigos de la Libertad.

– Sí, Alfredo, sí, pero me gusta frecuentarlos todos. Ya sabes, picotear aquí y allá. Oír lo que se comenta en los mentideros.

– Como buen policía.

– Exacto, sí. Por cierto -dijo Víctor, y tras una pausa ante la llegada del camarero, prosiguió-: Como buen veterano que eres, me has preguntado por mi filiación política y no me has dicho la tuya.

Alfredo Blázquez sonrió mojando un churro en su café.

– No se te escapa una. Bien, te diré que no soy ni de unos ni de otros; es más, te contestaré con unos encantadores versos que hace cosa de un par de años leí en El Eco de España y que decidí adoptar como guía de comportamiento a este efecto:

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Misterio De La Casa Aranda»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Misterio De La Casa Aranda» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Jerónimo Tristante - El Valle De Las Sombras
Jerónimo Tristante
Jerónimo Tristante - El tesoro de los Nazareos
Jerónimo Tristante
Jerónimo Tristante - El Enigma De La Calle Calabria
Jerónimo Tristante
Jerónimo Tristante - 1969
Jerónimo Tristante
Gay S. Hunter - Nimm mich, Meister!
Gay S. Hunter
Jerónimo León Rivera Betancour - El viaje sin héroe del cine colombiano
Jerónimo León Rivera Betancour
Víctor Navarro Brotons - Jerónimo Muñoz
Víctor Navarro Brotons
Nuria Verdet Martínez - Francisco Jerónimo de León
Nuria Verdet Martínez
Jerónimo Moya - Arlot
Jerónimo Moya
Kato Molinari - Un jerónimo de duda
Kato Molinari
Ana María del Río - Jerónima
Ana María del Río
Отзывы о книге «El Misterio De La Casa Aranda»

Обсуждение, отзывы о книге «El Misterio De La Casa Aranda» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x