– Pelo claro, pelo gris. No llevaba sus gafas. Reconoció el coche, vio a medias a la mujer, supuso el resto. Pensó que su madre había ido a ver a su padre. Y tenía motivos para ir a verle, y también motivos para matar a Gabriella Patten.
Helen asintió con aire pensativo.
– Si Fleming hubiera dicho a Miriam Whitelaw que iba a Rent para terminar su relación con Gabriella…
– Aún estaría vivo.
– ¿Por qué no se lo dijo?
– Orgullo. Ya se había complicado la vida una vez. No quería que ella supiera lo cerca que había estado de complicarla de nuevo.
– Pero la Whitelaw lo habría sabido a la larga.
– Es verdad, pero él habría podido presentar su ruptura con Gabriella como una señal de madurez, de que se había hartado de ella, de que había comprendido la clase de mujer que era. Supongo que eso es lo que habría dicho a Miriam. Pero aún no estaba preparado para ese paso.
– De modo que todo fue una cuestión de tiempo.
– En cierto sentido.
Lynley cogió su mano y vio que los dedos de Helen se entrelazaban con toda naturalidad con los suyos. Aquel gesto le conmovió de una manera inesperada, por lo que prometía y lo qué revelaba.
– En cuanto al resto -dijo Helen, Vacilante-. Lo de rescatar animales.
– ¿Qué pasa?
– ¿Qué vas a hacer?
Lynley guardó silencio, mientras meditaba sobre la pregunta y calculaba las implicaciones de las respuestas que pudiera darle. Al ver que no contestaba, Helen continuó.
– Miriam irá a Hollóway *, Tommy.
– Sí.
– ¿Sabes quién está trabajando en los casos de animales rescatados? ¿Quién los investiga?
– Es fácil averiguarlo.
Lynley notó que los dedos de Helen se tensaban sobre los suyos.
– Pero si denuncias a Chris Faraday al encargado de investigar los rescates… Tommy, la chica se quedará sin nadie. Tendrá que ir a un hospital, o a un asilo. Todo esto, lo que le has pedido que hiciera, no servirá de nada.
– Servirá para entregar un criminal a la justicia, Helen. Es bastante más que nada.
No la estaba mirando, pero intuyó que estaba escudriñando su rostro, que intentaba leer lo que delataba su expresión para conocer sus intenciones. Que ni siquiera él conocía. Ahora no. Aún no.
Me gustan las cosas sencillas, pensó. Las quiero claras y concisas. Quiero trazar líneas que nadie piense en cruzar. Quiero que una obra termine cuando, a veces, solo es un entreacto. Esa es la miseria de mi vida. La miseria que siempre ha sido mi maldición.
Decida, inspector. Casi podía oír la voz de Olivia. Decida. Decida. Y después, viva con esa decisión. Como yo.
Sí, pensó Lynley. De alguna forma, le debía eso. Le debía soportar el peso de la elección, el peso de la conciencia, la certeza eterna de la responsabilidad.
– Esto es una investigación por homicidio -dijo por fin en respuesta a la pregunta de Helen-. Así empezó. Y así terminará.
***
*Departamento de investigación criminal.
*Actor británico muy popular en su país por su papel televisivo del inspector Morse. (N. del E.)
*Tema de la obra My Fair Lady. (N. del T.)
*En la mitología griega, río de los infiernos, cuyas aguas provocan el olvido. (N. del T.)
[1]* Reformadora de las cárceles femeninas británicas (1780-1845). (N. del T.) tetera humeante de Darjeeling a su lado. Cogí al azar un examen de una pila y leí la primera frase. Aún la recuerdo: «Al explorar el carácter de Maggie Tulliver, el lector puede meditar sobre la distinción entre destino y hado». Muy profético.
*Juego de palabras intraducibie. Dredge (dragar) significa «salpimentar». (N. del T.) cinar. No sé coser. No sé tocar el piano. Carezco de talento para el dibujo. Desafino.
*Marylebone Cricket Club. (N. del T.)
*Literalmente, «que merece un favor». (TV. del T.)
*Alusión a Hermione Gingold y Maurice Chevalier y sus canciones a dúo en Gigi. (N. delE.)
*Hombrecillo rechoncho de un verso para niños, que personifica un huevo que cayó y se hizo añicos. (N. del T.)
*Suburbio de Londres habitado principalmente por inmigrantes. (N. del T.)
*El cinco de noviembre. Se conmemora una conspiración católica para volar el Parlamento. (N. del E.)
*Prisión femenina en las cercanías de Londres. (N. del T.)