Ruth Rendell - Falsa Identidad

Здесь есть возможность читать онлайн «Ruth Rendell - Falsa Identidad» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Falsa Identidad: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Falsa Identidad»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Un pastor anglicano se pone en contacto con el detective Wexford para investigar un caso resuelto quince años atrás. Arthur Painter, chofer y jardinero de una acaudalada dama, asesinó a su anciana patrona por dinero. Aunque el sacerdote actúa por motivos personales muy lícitos, el inspector jefe no está dispuesto a dar su brazo a torcer y ratifica que condenó al auténtico responsable del homicidio. Pero a medida que el tenaz religioso comunique al policía nuevas pesquisas y hable con distintos testigos, se irá desvelando una oscura trama de intereses económicos que apunta a uno de los miembros de la familia de la víctima como principal beneficiario de su muerte. Al final, Wexford no podrá continuar haciendo oídos sordos a las dudas que se ciernen sobre su primer caso criminal…

Falsa Identidad — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Falsa Identidad», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿En una de las dos casas pareadas blancas?

– Correcto. En la de al lado vivían una tal señora White y su hijo. La señora Crilling tenía por entonces unos treinta años, o algo más de treinta.

– ¡Será una broma! -dijo Burden con irrisión-. Eso significa que ahora tiene menos de cincuenta.

– Mire, Mike, la gente puede decir lo que quiera acerca del trabajo duro, la maternidad y otras cargas, pero, créame, no hay nada como la enfermedad mental para hacer que una mujer envejezca antes de tiempo. Y usted sabe mejor que yo, que la señora Crilling lleva entrando y saliendo del hospital psiquiátrico desde hace años. -Al llegar al café se detuvo y miró el aguado líquido marrón con una mueca reprobadora.

– ¿Me pidió un café solo, verdad, señor? -preguntó el camarero.

Wexford soltó una especie de bufido. El reloj de la iglesia dio las dos menos cuarto. Cuando la reverberación se desvaneció, preguntó:

– ¿Cree que debo hacer esperar diez minutos al pastor?

– Como quiera, señor -contestó Burden, en tono neutral-. Iba a decirme cómo la señora Primero y la señora Crilling llegaron a hacerse amigas. Supongo que eran amigas, ¿no?

– Sin duda. La señora Crilling tenía buenos modales y sabía cómo tratar a la anciana de forma almibarada y aduladora, ya me entiende. Además, su marido había sido contable o algo parecido, una profesión lo suficientemente digna a los ojos de la señora Primero como para considerar a su esposa como una dama. La señora Crilling visitaba muy a menudo Victor’s Piece y siempre llevaba a su hija consigo. Tenían que ser bastante íntimas. Elizabeth llamaba a la señora Primero «la abuela Rose» al igual que Roger y sus hermanas.

– Así que «la visitó» aquella tarde del domingo y encontró a la abuela Rose muerta -aventuró Burden.

– No fue tan sencillo. La Señora Crilling había estado haciendo un vestido de fiesta para la niña. Lo acabó alrededor de las seis, vistió a Elizabeth con él y quiso llevarla a la casa de la señora Primero para enseñárselo. Verá, ella y Alice Flower nunca tuvieron buenas relaciones. Había un pequeño problema de celos, esferas de influencia… Así que la señora Crilling esperó a que Alice Flower se marchara a la iglesia y después fue sola a la casa, con la idea de llevar luego a la niña si encontraba a la señora Primero despierta, pues ésta, al ser tan mayor, se quedaba adormecida con facilidad. La primera vez, serían las seis y veinte, la señora Primero estaba, efectivamente, durmiendo y la señora Crilling no entró en la casa. Se limitó a golpear ligeramente el cristal de la ventana del salón. Como la anciana no se despertaba se fue y volvió más tarde. Además, a través de la ventana vio que el cubo de carbón estaba vacío, así que dedujo que Painter todavía no había venido a traerlo.

– ¿Quiere decir que Painter entró y cometió el crimen entre las dos visitas de la señora Crilling? -preguntó Burden.

– Ella no volvió hasta las siete. La puerta trasera se quedaba abierta para que Painter pudiera entrar en la casa, así que la señora Crilling y su hija accedieron por ella al interior, avisando con un «¡Hola!» o algún otro saludo y, al no recibir respuesta, entraron en el salón. Elizabeth fue quien lo hizo primero (por desgracia) y ¡vaya sorpresa le esperaba!

– ¡Caray! -dijo Burden-, ¡pobre niña!

– Sí -murmuró Wexford-, sí… Bueno, aunque no me importaría pasar el resto de la tarde tomando tazas de café y recordando el pasado, tengo que ir a ver a ese cura.

Ambos se levantaron. Wexford pagó la cuenta y, por supuesto dejó como propina el diez por ciento exacto del importe.

– No veo qué tiene que ver el pastor con todo esto -comentó Burden cuando ya estaban en el coche.

– No puede ser un abolicionista, porque ya no existe la pena de muerte. Como le dije, Archery debe de estar escribiendo un libro y, a juzgar por el dinero que ha gastado en la transcripción del juicio, cree que va a ser un éxito.

– O quizá piense comprar Victor’s Piece. Puede que sea un aficionado a las casas embrujadas y se crea que tiene otro Borley Rectory entre manos.

Un coche desconocido estaba aparcado en el patio delantero de la comisaría. La matrícula era extranjera y, al lado, había una pequeña placa con el nombre de Essex y el escudo del condado: tres cimitarras sobre un fondo rojo.

– Pronto lo sabremos -dijo Wexford.

3

Hay falsos testigos que levantan

testimonio en mi contra y hablan en

falso.

Salmo 27, designado para el quinto día

En general, a Wexford le disgustaba el clero. El alzacuellos se le asemejaba a una aureola caída indicadora de falsa santidad, probable hipocresía y un abrumador amor propio. Desde su punto de vista los vicarios no eran precisamente humildes. La mayoría espera que se venere a Dios a través de ellos.

El inspector jefe no los asociaba con personas bien parecidas y con encanto; por lo tanto, Henry Archery le causó cierta sorpresa. Éste debía de ser un poco más joven que Wexford, y conservaba todavía una figura esbelta, además de ser un hombre muy atractivo. El pastor vestía un traje claro, una camisa y una corbata corrientes. En su espeso cabello rubio apenas se notaban las canas, sus rasgos eran finos y regulares, y su piel estaba bronceada.

Al intercambiar las primeras frases de cortesía, Wexford apreció la belleza de su voz. Tenía que ser un placer oírle leer en voz alta. Wexford se rió para sus adentros, mientras indicaba al pastor una silla para que tomase asiento y él se sentaba a su vez frente a su visitante. Se imaginó a un grupo de cansadas feligresas envejecidas esforzándose hasta lo indecible para obtener la mísera recompensa de una sonrisa de aquel hombre. En ese momento Archery no sonreía y su aspecto no era precisamente tranquilo.

– Conozco bien el caso, inspector -empezó-. He leído la transcripción oficial del juicio y he hablado sobre él con el coronel Griswold.

– Entonces ¿qué es lo que quiere usted saber exactamente? -preguntó Wexford, con su acostumbrada rudeza.

Archery respiró hondo y dijo apresuradamente:

– Quiero que me diga si, en algún resquicio de su mente existe una ínfima duda, aunque sea la sombra de una duda, sobre la culpabilidad de Painter.

Así que de eso se trataba. O, al menos, en parte. Las teorías de Burden sobre el posible parentesco del pastor con los Primero o sus intenciones de comprar la casa no podían ser más equivocadas. Este hombre, por algún interés desconocido, estaba empeñado en exculpar a Painter.

Wexford frunció el ceño y, un momento después, dijo:

– No puedo ayudarle. Fue Painter, no hay lugar a dudas. -Apretó los dientes con obstinación-. Si desea citarme en su libro, tiene mi consentimiento. Puede usted decir que, después de dieciséis años, Wexford todavía sostiene que Painter era culpable sin la menor sospecha de error.

– ¿De qué libro me habla? -Archery inclinó su noble cabeza cortésmente. En sus ojos castaños se reflejaba el desconcierto. Luego se rió. Era una risa agradable y Wexford la oía por primera vez-. No soy escritor -dijo-. Bueno, una vez escribí un capítulo de un libro sobre gatos abisinios, pero eso no se puede considerar…

«Gatos abisinios. Esos enormes bichos rojos», pensó Wexford.

– ¿A qué se debe su interés por Painter, señor Archery?

Éste vaciló. El sol resaltaba las arrugas de su rostro que hasta el momento le habían pasado inadvertidas al inspector jefe. «¡Es curioso! -pensó éste taciturno-, que las mujeres morenas envejezcan más tarde que las rubias, y con los hombres suceda lo contrario.»

– Mis razones son muy personales, inspector. No creo que merezcan su interés. Pero le puedo asegurar que, por supuesto, no tengo intención de publicar nada de lo que me diga.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Falsa Identidad»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Falsa Identidad» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


libcat.ru: книга без обложки
Ruth Rendell
libcat.ru: книга без обложки
Ruth Rendell
Ruth Rendell - The Bridesmaid
Ruth Rendell
Ruth Rendell - From Doon with Death
Ruth Rendell
Ruth Rendell - Simisola
Ruth Rendell
Ruth Rendell - Not in the Flesh
Ruth Rendell
Ruth Rendell - Carretera De Odios
Ruth Rendell
Ruth Rendell - Thirteen Steps Down
Ruth Rendell
Lisa Scottoline - Falsa identidad
Lisa Scottoline
Отзывы о книге «Falsa Identidad»

Обсуждение, отзывы о книге «Falsa Identidad» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x