Carlos Fuentes - La Frontera De Cristal

Здесь есть возможность читать онлайн «Carlos Fuentes - La Frontera De Cristal» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Frontera De Cristal: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Frontera De Cristal»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Los conflictos sociales y económicos que han separado culturalmente a México de los Estados Unidos tienen una larga historia. En La frontera de cristal, Carlos Fuentes reproduce esta separación entre los dos países a lo largo de doscientos años.
Los Barroso son una familia mexicana que, como muchas, emigra a los Estados Unidos en busca de mejores oportunidades. Pero, para su sorpresa, la lucha por la existencia en ese país se vuelve una verdedera guerra de supervivencia. Cada miembro de la familia se enfrenta inevitablemente a algunos de los grandes problemas sociales del país norteamericano: la discriminación, el racismo, la violencia, el sufrimiento. Con esta novela, Carlos Fuentes retrata las motivaciones y necesidades que orillan a las familias mexicanas de esta condición a aventurarse en los sinsabores del rechazo de una sociedad extranjera.

La Frontera De Cristal — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Frontera De Cristal», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Cómo te comportas en privado, cuando nadie te ve? -le preguntó el mexicano y ella le enseñó los colmillos, tomó una cucharada de cocacola y desapareció.

Había desaparecido, también, el cóctel de camarones. Por un instante, Dionisio se preguntó si había comido al mismo tiempo que platicaba con la anoréxica neoyorquina (tenía que ser neoyorquina, era demasiado fatal, vulgar, previsible que fuese californiana, por lo menos en Nueva York la ironía, la aburrición y el cansancio tienen bases literarias, no son un producto del clima) o si, creyendo comer un cóctel de camarones, se había comido a la gringa que tan premeditadamente había evitado mirarlo a los ojos, ¿para no ser descubierta, adivinada siquiera? No aguantó la curiosidad de saber si comía con ellas, se las comía, o si todo podía desembocar – tembló de placer- en un mutuo sacrificio culinario…

Se escuchó el disparo del charro, el mesero le puso enfrente la sopa vychisoisse y frente a él, comiendo lo mismo, apareció una mujer cuarentona, pero obvia y ávidamente enamorada de su niñez, pues a su vestido de Laura Ashley de estampados añadía un moño rojo coronando sus bucles de Shirley Temple. Todos estos singulares aditamentos no lograban distraer a Dionisio del repertorio de muecas faciales que acompañaban las palabras y el ruidoso sorbeo de la sopa, por parte de esta sucedánea antigua de Shirley, que entre sorbo y sorbo y entre mueca y mueca, sólo lograba manifestar excitación y asombro, qué excitante estar sentada comiendo con él, qué asombroso conocer a un hombre tan romántico, tan sofisticado, tan tan tan extranjero, sólo los extranjeros la excitaban, le parecía increíble que un extranjero se fijara en ella, ella que sólo vivía de sueños, soñando con romances imposibles, asombrosos, excitantes, soñándose toda la vida en brazos de Ronald Colman, Clark Gable, Rodolfo Valentino…

– ¿Nunca sueñas con Mel Gibson?

– ¿Quién?

– ¿Tom Cruise?

– Who he?

No, no tenía quejas de la vida -continuó con una serie de muecas, pelando los ojos, agitando los bucles como un trapeador de lujo, levantando las cejas hasta la altura del moño, meneando la cabeza como una muñeca de porcelana, pero luego silbando como una culebra, cacareando como una gallina, aullando como una loba antes de confesarle que al dormirse recitaba canciones de cuna y versos de Mamá Ganso, pero que por su mente (todo era asombroso, excitante, inaudito) pasaban horribles catástrofes, desastres aéreos, marítimos, carnicerías en las carreteras, actos de terrorismo, cuerpos mutilados, ella cantaba canciones de cuna y versos bonitos para exorcizar los desastres, ¿él la entendía, un caballero obviamente extranjero, excitante, sofisticado, wonderful, wonderful, wonderful…?

Diciendo la palabra "maravilloso" esta Alicia en el País de los Desencantos se esfumó, rubia y rosa. También la sopa había desaparecido. Dionisio miró con desconsuelo la taza vacía. Volvió a sonar el disparo del charrito, el camarero sirvió el steak y una bellísima mujer, bella y elegante, con un traje sastre negro profundamente escotado, perlas en el cuello y brazaletes en las muñecas, perfectamente peinada, maquillada, apareció al mismo tiempo, mirándolo en silencio.

Dionisio cortó la carne sin decir palabra, se llevó el trozo sangrante (la había pedido término medio) a la boca y en ese momento, cronométricamente, ella comenzó a hablar. Sí, pero no con él. Le hablaba a su teléfono celular, el que detenía en una mano, mientras con la otra parecía tocarse la división de los senos con el gesto de la mujer que se perfuma esa partitura de placer antes de salir a cenar.

– Excepcionalmente, estoy sentada comiendo, ¿me entiendes?, nunca tengo tiempo de sentarme, como de pie, esta situación me parece anormal…

– Pero, ¿qué tiene…? -interrumpió Dionisio, antes de darse cuenta de que la mujer no le hablaba a él, sino al celular.

– ¿Falta? ¿Tú crees que me haces falta?

– No, nunca dije… -decidió Dionisio equivocarse, qué desmadre…

– Oye -continuó la bella dama del traje sastre con escote profundo y senos apenas ocultos por el saco cruzado-. Recibo mis faxes a un número. No tengo dirección ni nombre. No necesito secretarios. Mi computadora está donde yo estoy. No tengo lugar. No, tampoco tengo tiempo. Te lo estoy demostrando, estúpido. ¿Qué me importa que en Holanda sean la diez de la noche si en California con las tres de la tarde y aquí estamos trabajando…?

– Cogiendo, digo, comiendo -se corrigió Dionisio sin que la Bella le hiciera caso, tocándose apenas la parte de atrás de la oreja, otra vez como si se perfumara, como si sus dedos fuesen un frasco de chanel…

– Figúrate, ya ni médico necesito. ¿Ves este brazalete? Pues no es ninguna joya frívola. Es mi hospital portátil. Me permite tomarme un cardiograma, medir la presión arterial y hasta informarme sobre mi colesterol, donde quiera que esté y sin perder tiempo…

Dionisio se preguntó si en realidad esta hermosa mujer era una enfermera disfrazada, pues un hospital hubiese premiado su eficiencia, pero era la premura lo que le importaba a la Divina, no la eficiencia, empezó a decirle a su celular (Dionisio empezó a dudar que hablara con alguien en Holanda; ni hablar que le hablara a Dionisio; ¿se hablaba a sí misma?):

– Oye, sin tiempo, sin dirección, sin nombre, sin lugar, sin oficina, sin vacaciones, sin cocina, ¿qué me queda?

La voz se le quebró. Iba a llorar. Dionisio se alarmó. Hubiese querido abrazarla, por lo menos acariciarle una mano, se volvía histérica por momentos, lo miró por primera vez, le dijo Sally Booth, treinta y seis años, nativa de Pórtland, Oregon, votada en el high school la más predestinada al éxito, tres maridos, tres divorcios, ningún hijo, amantes ocasionales, cada vez más distantes, amores por teléfono, orgasmos a la distancia, amor con seguridad, sin problemas, sin fluidos corpóreos, la salud a salvo, no iré a un hospital, moriré en mi casa…

Interrumpió brutalmente su flujo emotivo, su biografía instantánea, apretó la mano de Dionisio, dijo:

– ¿Para qué sirve el dinero? Para comprar a la gente. Todos necesitamos cómplices.

Con lo cual, como las anteriores, desapareció y Dionisio se quedó mirando un plato vacío donde sólo sobrevivían las huellas jugosas de un steak saignant (aunque él, explícitamente, lo pidió término medio).

– Pudiste ser más cruel y menos bella -dijo el poeta simbolista francés que Dionisio, para su desgracia, aunque también para su placer intermitente, llevaba dentro.

Tampoco esta vez su Baudelaire portátil pudo salir de la maleta; tronó la pistola del charrito y el mesero rubio, inesperadamente, le puso enfrente un sorbete de limón, que "Baco" identificó como el trou normand de las comidas francesas, el "hoyo normando" que limpia el paladar de los platos fuertes y los prepara para nuevos sabores. Se maravilló de que el American Grill de un centro comercial en las afueras de San Diego supiera de estas sutilezas, pero aún más le sorprendió encontrar, al levantar la mirada, a una mujer que, sin ser bella, era radiante. Eso lo supo ver en el acto. La cara sin maquillaje necesitaba y no necesitaba los afeites, no importaba. Todo en su rostro lavado tenía sentido. Las cejas de una rubia palidez, parecidas al encuentro de arena y mar; los labios apropiadamente delgados, apropiadamente surcados ya por una insinuación no disfrazada de próxima madurez; el pelo restirado y reunido en chongo, sin importarle las primeras canas, flotantes como nubes perdidas sobre un campo de miel; los ojos, los ojos de un gris profundo, gris de buen casimir, de lluvia matinal, grises como un buen encuentro, inteligente, de pizarrón y tiza, anunciaban su particularidad, eran ojos que cambiaban de color con la lluvia. Miraron por encima del hombro de Dionisio hacia la pantalla de televisión.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Frontera De Cristal»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Frontera De Cristal» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Carlos Fuentes - Chac Mool
Carlos Fuentes
Carlos Fuentes - En Esto Creo
Carlos Fuentes
Carlos Fuentes - Vlad
Carlos Fuentes
Carlos Fuentes - Hydra Head
Carlos Fuentes
Carlos Fuentes - Christopher Unborn
Carlos Fuentes
Carlos Fuentes - The Campaign
Carlos Fuentes
Carlos Fuentes - The Crystal Frontier
Carlos Fuentes
Carlos Fuentes - Instynkt pięknej Inez
Carlos Fuentes
Carlos Fuentes - La cabeza de la hidra
Carlos Fuentes
Отзывы о книге «La Frontera De Cristal»

Обсуждение, отзывы о книге «La Frontera De Cristal» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x