Kazuo Ishiguro - Los inconsolables

Здесь есть возможность читать онлайн «Kazuo Ishiguro - Los inconsolables» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Los inconsolables: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Los inconsolables»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Ryder, un famoso pianista, llega a una ciudad de provincias en algún lugar de Europa central. Sus habitantes adoran la música y creen haber descubierto que quienes antes satisfacían esta pasión eran impostores. Ryder es recibido como el salvador y en un concierto apoteósico, para el que todos se están preparando, deberá reconducirlos por el camino del arte y la verdad. Pero el pianista descubrirá muy pronto que de un salvador siempre se espera mucho más de lo que puede dar y que los habitantes de aquella ciudad esconden oscuras culpas, antiguas heridas jamás cerradas, y también demandas insaciables. "Los inconsolables" es una obra inclasificable, enigmática, de un discurrir fascinante, colmada de pequeñas narraciones que se adentran en el laberinto de la narración principal, en una escritura onírica y naturalista a un tiempo, y cuentan una historia de guerras del pasado, exilios y crueldades, relaciones imposibles entre padres e hijos, maridos y mujeres, ciudades y artistas. Una obra que ha hecho evocar "El hombre sin atributos" de Musil.

Los inconsolables — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Los inconsolables», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Asentí con la cabeza, consciente de que no carecía de razón, y casi inmediatamente sentí que crecía en mi interior cierta zozobra.

– Pero hablaremos detenidamente de ello más tarde. -La señorita Collins, con la mano aún en mi hombro, me hacía pasar a la salita-. Le prometo no tardar. Por favor, siéntese y póngase cómodo.

Entré en una pequeña sala cuadrangular llena de sol y de flores frescas. La variedad dispar de los sillones evocaba la sala de espera de un dentista o un médico, lo mismo que las revistas que había sobre la mesita. Al ver a la señorita Collins, el hombre robusto se levantó inmediatamente, bien por cortesía o bien porque pensaba que le iba a hacer pasar en aquel mismo momento. Pensé que nos iba a presentar, pero el protocolo parecía ser el de rigor en toda sala de espera, porque la señorita Collins se limitó a sonreírle antes de desaparecer por la Puerta que daba al interior del apartamento, susurrando una disculpa -según me pareció- dirigida a ambos:

– No tardo nada.

El hombre robusto volvió a sentarse y fijó la mirada en el suelo. Por un momento pensé que iba a decir algo, pero cuando vi que permanecía en silencio me volví y tomé asiento en un sofá de mimbre bañado por el sol y situado en la ventana salediza por la que antes había atisbado el interior del apartamento. Cuando me acomodé en el sofá, el mimbre crujió agradablemente. Una ancha franja de sol caía sobre mi regazo, y vi, muy cerca de mi cara, un gran jarrón con tulipanes. Me sentí cómodo inmediatamente, y en un estado anímico completamente diferente al de sólo minutos antes, al tocar el timbre de la puerta. La señorita Collins, por supuesto, tenía razón. Una ciudad como aquella agradecería cualquier cosa que se me ocurriera ofrecerle. Era casi inimaginable que la gente se pusiera a analizar a fondo -y menos aún a criticar- mis opiniones. Y como la señorita Collins había señalado, yo me había visto incontables veces en situaciones similares. Aun con el discurso menos preparado de lo que yo juzgaba deseable, sería capaz de articular una alocución de cierto fuste. Allí sentado al sol, fui tranquilizándome por momentos, al tiempo que me asombraba más y más de haber podido verme sumido en tal estado de desasosiego.

– Me estaba preguntando -dijo de pronto el hombre robusto- si seguirás o no en contacto con la vieja pandilla. Con Tom Edwards, por ejemplo. O con Chris Farleigh. O con aquellas dos chicas que vivían en la Granja Inundada.

Entonces caí en la cuenta de que el hombre robusto era Jonathan Parkhurst, a quien había tratado bastante en mis días de estudiante en Inglaterra.

– No -dije-. Desgraciadamente he perdido el contacto con la gente de aquel tiempo. Teniendo que pasarme la vida yendo de un país a otro, me ha resultado imposible seguir viéndola.

El hombre asintió con la cabeza, sin sonreír.

– Sí, supongo que es difícil -dijo-. Bien, a ti todos te recuerdan. Oh, sí. Cuando volví a Inglaterra el año pasado, me encontré con unos cuantos. Al parecer se reúnen una vez al año o algo así. A veces les envidio, pero en general me alegro de no haberme quedado atado a aquel grupo. Por eso vivo aquí; aquí puedo ser quien me apetezca, la gente no espera que haga el payaso todo el tiempo. Pero, ¿sabes?, cuando volvía de visita, cuando me encontraba con ellos en aquel pub, volvían a empezar de inmediato: «¡Eh, mirad al viejo Parkers!», decían a gritos. Siguen llamándome así, como si el tiempo no hubiera pasado en absoluto. «¡Parkers! ¡Es el viejo Parkers!» Y se ponían a lanzar aquella especie de rebuzno para darme la bienvenida. Oh, Dios, no puedes hacerte idea de lo horrible que era. Y me veía convirtiéndome otra vez en aquel payaso patético del que al venir aquí quise escapar; sí, y tenía esa sensación desde que empezaban a dedicarme aquel grito, aquella especie de rebuzno. La verdad es que era un pub bastante agradable, un típico pub inglés de la campiña, una chimenea de verdad, todos esos adornos de latón sobre el ladrillo visto, una vieja espada sobre la repisa de la chimenea, un patrón campechano que no para de decir cosas alegres…, eso hace que sienta nostalgia, lo echo en falta aquí, pero lo demás, Dios, me entran escalofríos con sólo pensarlo… Emitían aquella especie de rebuzno, y esperaban que fuera hasta su mesa dando brincos, haciendo el payaso una vez más… Y así toda la noche; mencionaban un nombre tras otro, no como si fueran a hablar de ellos, no, sino que volvían a lanzar esos rebuznos, o se echaban a reír nada más mencionar un nuevo nombre… O sea, mencionaban el nombre de Samantha, por ejemplo, y se echaban a reír y a lanzar vítores y a armar jaleo. Y luego decían otro nombre, Roger Peacock, por ejemplo, y se ponían a entonar como un sonsonete futbolístico. Era absolutamente horrible. Pero lo peor era que todos esperaban que me pusiera a hacer el payaso, y no podía hacer nada para evitarlo. Era como si les resultara totalmente impensable que hubiera podido convertirme en alguien distinto, y entonces yo empezaba con la misma historia, las voces chistosas, las muecas…, oh, sí, me di cuenta de que podía seguir haciéndolo perfectamente, como antaño… Supongo que no veían razón alguna para pensar que aquí no seguía haciéndolo. De hecho fue exactamente lo que uno de ellos dijo. Creo que fue Tom Edwards. En un momento de la velada, cuando todos estaban ya muy borrachos, me dio una fuerte palmada en la espalda y dijo: «¡Parkers! ¡Lo que deben de quererte allí, Parkers! ¡Parkers!» Supongo que fue después de que les brindara alguno de mis números; puede que les hubiera estado contando algo de la vida de esta ciudad y que estuviera parodiándolo, quién sabe… El caso es que eso es lo que dijo, y los demás reían y reían. Oh, sí, tuve un éxito tremendo. No dejaban de decirme lo mucho que me echaban de menos, lo divertido que era, oh, y hacía tanto tiempo que nadie me decía eso, tanto tiempo que nadie me recibía así, de un modo tan caluroso y amistoso… Y, sin embargo, ¿por qué diablos estaba haciendo todo aquello de nuevo? Me había jurado no volver a hacerlo, por eso me vine aquí. Incluso cuando iba hacia el pub me lo iba diciendo, incluso cuando iba acercándome por el camino; era una noche muy fría, con niebla, fría de verdad, y me iba diciendo que aquello había sido mucho tiempo atrás, que yo ya no era así, que iba a demostrarles cómo era en la actualidad, y me lo iba repitiendo una y otra vez para darme fuerza, pero en cuanto entré en el pub y vi aquel fuego tan acogedor y todos me dedicaron aquella especie de rebuzno a modo de bienvenida…, oh, aquí me había sentido tan solo… De acuerdo, aquí no tengo por qué hacer esas muecas ni impostar esas voces, pero al menos sé que la cosa sigue funcionando… Puede que fuera insoportable, pero seguía funcionando, todos me adoraban, mis viejos amigos de la universidad, los muy cabrones, seguro que piensan que sigo siendo así. Jamás se les pasaría por la cabeza que mis vecinos me tengan por ese inglés solemne, insulso… Cortés, se dicen, pero tan insulso. Muy solitario y muy insulso. Bien, al menos es mejor que volver a ser Parkers. Aquella especie de rebuzno…, oh, Dios, era nauseabundo. Pero no pude evitarlo, hacía tanto tiempo que no me veía rodeado de amigos como aquellos. ¿Y tú, Ryder? ¿No echas de menos aquellos tiempos a veces? ¿Incluso tú, con todo tu éxito? Oh, sí, es eso lo que quiero decirte. Tú puede que ya no te acuerdes bien de ellos, pero ellos se acuerdan perfectamente de ti. Al parecer, siempre que tienen esas pequeñas reuniones, dedican una parte de la velada a hablar de ti. Oh, sí, lo he visto con mis propios ojos. Primero mencionan un montón de nombres, no quieren sacarte a relucir de entrada, ¿sabes?, les gusta hacer una especie de preámbulo. Y de hecho hacen una pausa cuando fingen no dar con ningún nombre más de aquel tiempo. Pero al final alguien dice: «¿Y qué pasa con Ryder? ¿Alguien ha oído algo sobre él últimamente?» Y entonces todos explotan, lanzan el más horrible de los gritos, algo entre un abucheo y un vómito. Lo hacen todos juntos, varias veces, de veras, no hacen otra cosa durante el minuto que sigue a la mención de tu nombre. Y entonces se ríen a carcajadas, y luego se ponen a hacer como que tocan el piano, ya sabes, así… -Parkhurst adoptó una expresión altiva y se puso a tocar un teclado invisible con porte sobremanera exquisito-. Todos lo hacen, y luego vuelven a lanzar esos ruidos como de vómitos. Y al final empiezan a contar cosas, pequeñas anécdotas tuyas que recuerdan, y se nota que las conocen de sobra, que se las han contado unos a otros muchas veces, porque saben perfectamente cuándo volver a emitir esos ruidos odiosos, cuándo decir: «¿Sí? ¿No bromeas?», y así sucesivamente. Oh, se divierten de veras. La vez que estuve con ellos, alguien recordó la noche en que terminaron los exámenes, cuando todo el mundo se estaba ya poniendo a tono para la gran borrachera, y te vieron venir con semblante muy serio por la carretera, y te dijeron: «¡Venga, Ryder, ven a coger una buena curda con nosotros!», y al parecer tú replicaste…, y el que lo contaba ponía esta cara… -Parkhurst se transformó de nuevo en el ser altivo al que había remedado antes, y su voz adoptó un tono ridiculamente pomposo-: «Estoy demasiado ocupado. No puedo permitirme no practicar esta noche. ¡Llevo sin ensayar ya dos días por culpa de esos horribles exámenes!» Y todos lanzaron al unísono aquel ruido como de vómito, y se pusieron a hacer como que tocaban el piano en el aire, y es entonces cuando empezaron a… Bueno, no te contaré las otras cosas que llegaron a hacer, porque son bastante horrorosas. Son una pandilla odiosa, y la mayoría de ellos tan infelices, tan frustrados y llenos de ira…

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Los inconsolables»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Los inconsolables» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Los inconsolables»

Обсуждение, отзывы о книге «Los inconsolables» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x