Kazuo Ishiguro - Los inconsolables

Здесь есть возможность читать онлайн «Kazuo Ishiguro - Los inconsolables» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Los inconsolables: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Los inconsolables»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Ryder, un famoso pianista, llega a una ciudad de provincias en algún lugar de Europa central. Sus habitantes adoran la música y creen haber descubierto que quienes antes satisfacían esta pasión eran impostores. Ryder es recibido como el salvador y en un concierto apoteósico, para el que todos se están preparando, deberá reconducirlos por el camino del arte y la verdad. Pero el pianista descubrirá muy pronto que de un salvador siempre se espera mucho más de lo que puede dar y que los habitantes de aquella ciudad esconden oscuras culpas, antiguas heridas jamás cerradas, y también demandas insaciables. "Los inconsolables" es una obra inclasificable, enigmática, de un discurrir fascinante, colmada de pequeñas narraciones que se adentran en el laberinto de la narración principal, en una escritura onírica y naturalista a un tiempo, y cuentan una historia de guerras del pasado, exilios y crueldades, relaciones imposibles entre padres e hijos, maridos y mujeres, ciudades y artistas. Una obra que ha hecho evocar "El hombre sin atributos" de Musil.

Los inconsolables — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Los inconsolables», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Gracias por lo que has hecho, Boris. Ahora todo podrá ser como antes. Las cosas podrán volver a ser como antes.

– ¡Mira! -me gritó Boris, y entonces vi que de nuevo estaba a mi lado y que señalaba con el dedo hacia más allá de la pared-. ¡Mira! ¡Es tía Kim!

En efecto, en el terreno circular que se extendía abajo una mujer nos hacía señas y trataba frenéticamente de atraer nuestra atención. Llevaba una rebeca verde, que mantenía apretada al cuerpo con las manos, y el pelo le ondeaba a derecha e izquierda, muy desordenado. Al darse cuenta de que por fin la habíamos visto, gritó algo que se perdió en el viento.

– ¡Tía Kim! -gritó Boris.

La mujer seguía gesticulando, y volvió a gritar algo.

– Bajemos -dijo Boris, y echó a andar otra vez lleno de entusiasmo.

Seguí a Boris, que bajó corriendo varios tramos de escaleras de hormigón. Cuando llegamos abajo, el viento nos azotó de inmediato con violencia, pero Boris se las arregló incluso para dedicar a la mujer el simulacro de la bamboleante toma de tierra de un paracaidista.

Tía Kim era una mujer robusta, de unos cuarenta años, cuyo rostro un tanto severo se me antojaba decididamente familiar.

– Debéis de estar sordos, los dos -dijo cuando nos acercamos a ella-. Os vimos bajar del autobús y os estuvimos llamando y llamando, y nada… Luego bajé a buscaros y ya no estabais.

– Oh, querida… -dije-. No oímos nada, ¿verdad, Boris? Debe de ser este viento. ¿Así que… -dije echando una mirada a mi alrededor- estabais viéndonos desde tu apartamento?

La mujer robusta apuntó vagamente hacia una de las innumerables ventanas que daban al terreno circular.

– Os estuvimos llamando y llamando… -dijo. Luego, volviéndose a Boris, añadió-: Tu madre está arriba, jovencito. Está ansiosa por verte.

– ¿Mamá?

– Será mejor que subas inmediatamente. Se muere de ganas de verte. ¿Y sabes qué? Se ha pasado toda la tarde cocinando, preparando el más fantástico de los festines para cuando llegues a casa esta noche. No te lo vas ni a creer: dice que te ha hecho de todo, las cosas que más te gustan, todo lo que puedas imaginarte… Me lo estaba contando y entonces miramos por la ventana y allí estabais… bajando del autobús. Escuchad, me he pasado media hora buscándoos, chicos, estoy helada. ¿Tenemos que quedarnos aquí como pasmarotes?

Había estado tendiendo una mano hacia nosotros. Boris se agarró a ella y los tres nos pusimos a andar en dirección al bloque que había señalado. Cuando estuvimos cerca, Boris se adelantó corriendo, abrió una puerta cortafuegos y desapareció en el interior del edificio. La puerta se estaba cerrando cuando la mujer y yo llegamos; la mujer la mantuvo abierta y me invitó a pasar, y al hacerlo dijo:

– Ryder, ¿no debería estar usted en otra parte? Sophie me ha contado que el teléfono ha estado sonando toda la tarde. Llamadas de gente que quería localizarle.

– ¿De veras? Bien, como puede ver, estoy aquí. -Solté una pequeña carcajada-. He traído a Boris. La mujer se encogió de hombros. -Supongo que sabe lo que hace.

Estábamos en un espacio pobremente iluminado, al pie de una escalera. En la pared que tenía al lado había una hilera de buzones y unos cuantos utensilios contra incendios. Cuando empezamos a subir el primer tramo de escalera -había, como mínimo, otros cinco-, nos llegó el ruido de los pasos de Boris, que corría arriba, en alguno de los pisos, y luego le oí gritar: -¡Mamá!

Se oyeron exclamaciones de contento, más ruido de pisadas y la voz de Sophie diciendo: -¡Oh, mi amor, mi amor…!

Su voz, amortiguada, me hizo pensar que se estaban abrazando, y cuando la mujer robusta y yo llegamos al rellano ellos ya habían desaparecido en el interior del apartamento.

– Disculpe el desorden -dijo la mujer, invitándome a pasar. Crucé el recibidor minúsculo y entré en una de esas salas diáfanas que uno dispone a su gusto, amueblada con elementos sencillos y modernos. Un gran ventanal iluminaba la sala, y al entrar vi a Sophie y a Boris juntos, de pie frente a él, recortados a contraluz sobre el cielo gris. Sophie me dirigió una breve sonrisa y siguió hablando con Boris. Parecían entusiasmados con algo, y Sophie no paraba de abrazar a su hijo por los hombros. Por el modo en que señalaban a través del ventanal, pensé que Sophie quizá le estaba contando cómo nos habían visto antes. Pero cuando me acerqué oí que Sophie decía: -Sí, de veras. Todo está prácticamente preparado. Sólo tendremos que calentar unas cuantas cosas, los pasteles de carne, por ejemplo…

Boris dijo algo que no pude oír, y Sophie le respondió:

– Pues claro que podemos. Podremos jugar a lo que quieras. Cuando terminemos de cenar podrás elegir el juego que quieras.

Boris miró a su madre como dirigiéndole una pregunta muda, y advertí que se había instalado en él cierta cautela que le impedía mostrarse tan entusiasmado como quizá a Sophie le habría gustado verle. Luego Boris se desplazó a otra parte de la sala, y Sophie se acercó a mí y sacudió la cabeza con tristeza.

– Lo siento -dijo en voz baja-. No estaba nada bien. Si me apuras, era peor que la del mes pasado. Las vistas son soberbias; está justo en el borde de un acantilado, pero no es lo bastante sólida. El señor Mayer al final estuvo de acuerdo: el tejado podría venirse abajo en un fuerte vendaval, puede que incluso dentro de unos cuantos años. Volví en cuanto acabé con él, y a las once estaba en casa. Lo siento. Estás desilusionado, lo veo. -Miró hacia Boris, que examinaba detenidamente un radiocasete portátil que había en un estante.

– No hay que desanimarse -dije con un suspiro-. Estoy seguro de que pronto encontraremos algo.

– Pero he estado pensando -dijo Sophie-. Cuando volvía en el autocar. He estado pensando que no hay razón para que no empecemos a hacer las cosas juntos, con casa o sin casa. Así que en cuanto he llegado me he puesto a cocinar. He pensado que esta noche podíamos celebrar un gran banquete, sólo los tres. Recuerdo cómo mamá solía hacerlo cuando yo era pequeña, antes de su enfermedad. Solía cocinar montones de cosas, pequeños platos diferentes, y los ponía delante de nosotros para que picáramos a nuestro antojo. Eran unas veladas tan maravillosas… Así que he pensado que, bueno, que no veía por qué no podíamos hacer esta noche algo parecido, sólo nosotros, los tres. Antes nunca se me había ocurrido, estando como está la cocina y demás…, pero le he echado un vistazo y me he dado cuenta de que era una idiota. Muy bien, no es la cocina ideal, pero la mayoría de las cosas funcionan. Así que me he puesto a cocinar y me he pasado la tarde preparando cosas. Y me las he arreglado para hacer de todo un poco. Todas las cosas que más le gustan a Boris. Lo tengo todo allí, esperándonos; sólo hay que calentarlo. Va a ser un gran banquete. -Estupendo. Me apetece muchísimo.

– No sé por qué no vamos a poder hacerlo, incluso en ese apartamento. Y además tú has sido tan comprensivo con…, con todo. He estado pensando en ello. En el autocar, mientras volvía. Tenemos que dejar el pasado atrás. Tenemos que empezar de nuevo a hacer cosas juntos. Cosas buenas.

– Sí. Tienes toda la razón.

Sophie se quedó mirando por el ventanal unos segundos. Luego dijo:

– Oh, por poco se me olvida. Esa mujer no ha parado de llamar por teléfono. Toda la tarde, mientras yo estaba cocinando. La señorita Stratmann. Para preguntar si sabía dónde estabas. ¿Ha logrado contactar contigo?

– ¿La señorita Stratmann? No. ¿Qué quería?

– Al parecer cree que ha habido alguna confusión con alguna de tus citas de hoy. Es muy educada, no hacía más que disculparse por las molestias. Me ha dicho que estaba segura de que no descuidarías ninguno de tus compromisos, que llamaba sólo para cerciorarse, que eso era todo, que no estaba en absoluto preocupada. Pero al cuarto de hora ya estaba otra vez llamando…

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Los inconsolables»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Los inconsolables» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Los inconsolables»

Обсуждение, отзывы о книге «Los inconsolables» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x