Kazuo Ishiguro - Nunca Me Abandones

Здесь есть возможность читать онлайн «Kazuo Ishiguro - Nunca Me Abandones» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Nunca Me Abandones: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Nunca Me Abandones»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

A primera vista, los jovencitos que estudian en el internado de Hailsham son como cualquier otro grupo de adolescentes. Practican deportes, o tienen clases de arte donde sus profesoras se dedican a estimular su creativi-dad. Es un mundo hermйtico, donde los pupilos no tienen otro contacto con el mundo exterior que Madame, como llaman a la mujer que viene a llevarse las obras mбs interesantes de los adolescentes, quizб para una galerнa de arte, o un museo. Kathy, Ruth y Tommy fueron pupilos en Hailsham y tambiйn fueron un triбngulo amoroso. Y ahora, Kathy K. se permite recordar cуmo ella y sus amigos, sus amantes, descubrieron poco a poco la verdad. El lector de esta esplйndida novela, utopнa gуtica, irб descubriendo que en Hailsham todo es una re-presentaciуn donde los jуvenes actores no saben que lo son, y tampoco saben que no son mбs que el secreto terrible de la buena salud de una sociedad.

Nunca Me Abandones — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Nunca Me Abandones», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Cuando le dije que Keffers se había dejado las revistas, Laura dijo:

– Bueno, no van a durar mucho ahí. Tendrá que volver a requisarlas todas el día en que decida empezar una nueva purga.

Pero cuando pasé junto al cobertizo de la caldera aproximadamente media hora después, vi que nadie había tocado las revistas. Por un instante pensé en llevármelas a mi cuarto, pero sabía que si las encontraban en él algún día, las tomaduras de pelo no me iban a dejar vivir en paz en mucho tiempo; no habría modo humano de que alguien entendiera mis motivos para haberlas guardado. Por tanto, las cogí y me metí en el cobertizo con ellas.

El cobertizo de la caldera era en realidad otro granero, construido a un extremo de la casa de labranza y atestado de viejas segadoras y horcas, maquinaria que Keffers suponía que no ardería si alguna vez la caldera decidía explotar. Keffers también tenía un banco de trabajo, así que puse las revistas encima, aparté algunos trapos y me aupé para sentarme sobre el tablero. La luz no era muy buena, pero había una ventana mugrienta a mi espalda, y cuando abrí la primera revista comprobé que podía verla con la suficiente claridad.

Había montones de fotografías de chicas con las piernas abiertas o poniendo el culo en pompa. He de admitir que ha habido veces en las que al mirar fotografías de este tipo he acabado excitándome, aunque jamás he fantaseado con hacerlo con una chica. Pero aquella tarde no era eso lo que buscaba. Pasé las hojas con rapidez, sin dejarme distraer por ningún efluvio de sexo que pudiera emanar de aquellas páginas. De hecho, apenas me detenía en los cuerpos contorsionados, porque en lo que me fijaba era en las caras. Me detenía en las caras de las modelos, incluso en las de los pequeños encartes de anuncios de vídeos y demás, y no pasaba a las siguientes sin haberlas examinado cuidadosamente.

Las había mirado ya casi todas cuando de pronto tuve la certeza de que había alguien afuera, de pie, justo al lado de la puerta. Había dejado la puerta abierta porque así se dejaba normalmente, y porque quería que hubiera luz. Antes me había sorprendido ya dos veces levantando la mirada, pues creía haber oído un pequeño ruido, pero al no ver a nadie, había seguido con lo que estaba haciendo. Ahora era distinto: bajé la revista y lancé un hondo suspiro para que quienquiera que estuviese afuera pudiera oírlo.

Aguardé a las risitas, o quizá a que dos o tres alumnos irrumpieran bruscamente en el granero, deseosos de aprovechar el haberme sorprendido con un montón de revistas pornográficas. Pero no sucedió nada. Así que dije en voz alta, en un tono que quería ser cansino:

– Encantada de que te unas a mí en esto. ¿Por qué esa timidez?

Me llegó una risa, y a continuación apareció Tommy en el umbral.

– Hola, Kath -dijo tímidamente.

– Entra, Tommy. Ven a divertirte.

Tommy se acercó a mí con cautela, y se quedó quieto a unos pasos. Luego miró hacia la caldera y dijo:

– No sabía que te gustaran ese tipo de fotos.

– A las chicas también nos está permitido mirarlas, ¿no?

Seguí pasando las páginas, y durante unos segundos Tommy permaneció callado. Y luego le oí decir:

– No estaba intentando espiarte. Pero te he visto desde mi cuarto. He visto que salías y cogías esa pila de revistas que se ha dejado Keffers.

– También puedes mirarlas tú cuando yo termine.

Tommy rió incómodamente.

– Sólo es sexo. Supongo que ya lo he visto todo.

Soltó otra risa, pero esta vez, cuando levanté la vista para mirarle, vi que me estaba observando con expresión muy seria. Y oí que me preguntaba:

– ¿Estás buscando algo concreto, Kath?

– ¿A qué te refieres? Sólo estoy mirando estas fotos guarras.

– ¿Sólo por gusto?

– Supongo que tendría que responder que sí.

Dejé una revista a un lado y abrí la siguiente.

Entonces oí las pisadas de Tommy, e instantes después noté que estaba a mi lado. Cuando volví a alzar la mirada, sus manos planeaban ansiosas por el aire, como si yo estuviera haciendo un trabajo manual complicado y él se muriera de ganas de ayudarme.

– Kath, no se hace… Bien, si lo estás haciendo por gusto, no se miran así. Tienes que ir mirando cada foto con mucho más detenimiento. Si las pasas tan deprisa no consigues nada.

– ¿Cómo sabes lo que funciona para las chicas? ¿O es que ya las has mirado con Ruth? Perdona, lo he dicho sin pensar.

– Kath, ¿qué es lo que quieres?

No le hice caso. Había visto casi todo el montón, y sentía impaciencia por terminarlo. Y Tommy dijo:

– Una vez te vi haciendo esto mismo.

Dejé las fotos y lo miré.

– ¿Qué pasa, Tommy? ¿Te ha reclutado Keffers para la patrulla contra el porno?

– No te estaba espiando. Pero te vi la semana pasada, después de que hubiéramos estado todos en el cuarto de Charley. Había una de esas revistas, y pensaste que no íbamos a volver. Yo tuve que volver para recoger mi jersey, y como las puertas de Claire estaban abiertas se podía ver todo el cuarto de Charley. Y allí estabas, mirando aquella revista.

– Bueno, ¿y qué? Todos tenemos que darnos gusto de alguna manera.

– No lo hacías por gusto. Lo vi perfectamente, lo mismo que ahora. Lo veo en tu cara, Kath. Aquella vez, en el cuarto de Charley, tenías una cara muy extraña. Como si estuvieras triste, no sé. Y también un poco asustada.

Brinqué fuera del banco de trabajo, recogí las revistas y se las lancé a los brazos.

– Toma. Dáselas a Ruth. A ver si les puede sacar algún provecho.

Pasé junto a él y salí del cobertizo. Sabía que se sentiría decepcionado porque no le había contado nada de mí misma, pero en aquel punto yo no había reflexionado apropiadamente sobre mi persona, así que difícilmente iba a contarle mis cosas a nadie. Desde luego no me importaba que hubiera entrado en el cobertizo donde yo estaba. No me importaba en absoluto. Me sentía reconfortada, casi protegida. Acabaría diciéndole lo que quería saber, pero no lo haría hasta unos meses más tarde, cuando organizamos aquella excursión a Norfolk.

12

Quiero hablar de la excusión a Norfolk -y de todo lo que sucedió aquel día-, pero antes tendré que retroceder un poco en el tiempo para explicar cómo estaban las cosas entonces y por qué hicimos ese viaje.

Nuestro primer invierno en las Cottages estaba a punto de acabar, y todos nos sentíamos bastante más asentados. Pese a nuestros pequeños contratiempos, Ruth y yo habíamos mantenido la costumbre de rematar el día en mi cuarto, charlando con nuestros vasos calientes entre las manos, y fue una de esas noches, mientras hacíamos el tonto sobre no recuerdo qué, cuando de pronto dijo:

– Supongo que has oído lo que están diciendo Chrissie y Rodney.

Cuando le dije que no, lanzó una risita y continuó:

– Seguramente quieren tomarme el pelo. Vaya sentido de las bromas el suyo. Pero olvídalo.

Pero era evidente que lo que quería era que le tirara de la lengua, así que insistí e insistí hasta que al final le oí decir en voz baja:

– ¿Recuerdas la semana pasada, cuando Chrissie y Rodney estuvieron fuera? Fueron a Cromer, en la costa norte de Norfolk.

– ¿Qué tenían que hacer allí?

– Oh, creo que tienen un amigo, alguien que antes vivió aquí. Pero eso no importa. Lo que importa es que cuentan que vieron a esa… persona. Trabajando en una oficina de planta diáfana. Y, bueno, en fin. Piensan que esa persona es una posible. Para mí.

Aunque la mayoría de nosotros habíamos oído hablar de la idea de los «posibles» en Hailsham, teníamos la sensación de que no había que hablar de ello, y no lo hacíamos, aunque, por supuesto, la idea nos intrigaba y nos llenaba de inquietud. Y tampoco en las Cottages era un asunto que podía sacarse a colación como si tal cosa. Sin ningún género de dudas, resultaba mucho más embarazosa cualquier charla sobre los «posibles» que otra, pongamos, sobre sexo. Al mismo tiempo, veías claramente que la gente se sentía fascinada -obsesionada, en algunos casos- por el asunto, que seguía saliendo a relucir muy de cuando en cuando, normalmente en las controversias muy serias, a años luz de las cotidianas (que versaban sobre gentes como, por ejemplo, James Joyce).

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Nunca Me Abandones»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Nunca Me Abandones» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Nunca Me Abandones»

Обсуждение, отзывы о книге «Nunca Me Abandones» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x