Orhan Pamuk - El libro negro

Здесь есть возможность читать онлайн «Orhan Pamuk - El libro negro» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El libro negro: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El libro negro»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Galip se despide de Ruya su mujer, como todos los días, sale de su casa, como todos los días, llega a su despacho de abogado, como todos los días. La noche cambiará su vida, nada será como fue siempre. En diecinueve palabras, en una pequeño papel arrancado de un cuaderno, Ruya le dice que se va,que le ha dejado. Para Galip comenzará una búsqueda de su mujer a través de los indicios, reales o no, que la vida le ha dejado o le va dejando. Su búsqueda será la búsqueda de ella desde él mismo y de el complejo mundo que conforma la sociedad Turca, casi siempre interpretada por los artículos de un periodista Celal, su tío, que deambula por Estambul buscando, él también, el origen y el fin de la vida de tantos hombres, de tantas mujeres, de tantas cosas que se perdieron…

El libro negro — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El libro negro», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Estaba sobre el puente, en la acera de la parte de Mármara, y comenzó a caminar directamente hacia los demás: parecía que así se iluminara por un instante aquella perdida, envejecida y gastada expresión de sus caras. Al lanzar una mirada al hombre que marchaba hacia ellos para identificarlo, Galip podía mirar al interior de sus ojos y sus rostros y era como si allí leyera el secreto.

Los abrigos y las chaquetas de la mayoría estaban viejos, viejos y descoloridos. El mundo entero les resultaba tan ordinario como la acera que pisaban al caminar, pero no esta ban demasiado bien asentados en él. Iban distraídos pero, si se les estimulaba un poco, por un momento aparecía en la expresión enmascarada de sus rostros una curiosidad surgida de los abismos de su memoria que les relacionaba con un significado profundo que había quedado enterrado en el pasado «¡Me gustaría poder inquietarles! -pensó Galip-. ¡Me gustaría poder contarles la historia del príncipe heredero!». Aquel cuento, que acababa de venírsele a la mente, le parecía completamente nuevo, sentía que lo había vivido, que lo recordaba. La mayoría de los que cruzaban el puente llevaban bolsas de plástico en la mano. Mientras miraba como si las viera por primera vez aquellas bolsas de las que brotaban papeles de envolver, piezas de metal o plástico, periódicos y paquetes, leía lo que había escrito en ellas: se sintió esperanzado al notar de repente que las palabras y las letras que había en las bolsas eran señales que le mostrarían «la otra verdad», «la verdad auténtica». Pero de la misma forma que el significado de cada uno de los rostros con los que se cruzaba se apagaba después de haber brillado por un instante, las palabras y las sílabas de las bolsas desaparecían una a una después de iluminarse momentáneamente con un nuevo sentido. A pesar de todo, Galip siguió leyéndolas largo rato: «Pastelería… Atakôy… Türksan… Frutos… El reloj de… Palacios…».

Al ver en la bolsa de un anciano que pescaba sólo la imagen de una cigüeña en lugar de letras, pensó que podría leer tanto las palabras como las imágenes de las bolsas. En otra vio las caras alegres de dos niños con sus padres, un niño y una niña, que miraban el mundo esperanzados; en otra había dos peces; en las bolsas vio dibujos de zapatos, mapas de Turquía, siluetas de edificios, paquetes de cigarrillos, gatos negros, gallos, herraduras, alminares, baklava, árboles. Resultaba evidente que todas eran señales de un misterio, pero ¿de qué misterio? En la bolsa que tenía a su lado la anciana que vendía cañamones para las palomas ante la Mezquita Nueva vio la figura de un buho. Cuando comprendió que aquel buho era el mismo que había en la portada de las novelas policíacas que leía Rüya o un hermano suyo que se ocultaba allí astutamente, Galip sintió con toda claridad la existencia de una «mano» que todo lo ordenaba a escondidas. Ahí estaba, lo que había que desvelar, lo que había que descifrar eran las jugadas de esa «mano», ése era el significado secreto, pero, aparte de a él, a nadie le importaba lo más mínimo. ¡Aunque estuvieran enterrados hasta el cuello en ese significado, en aquel secreto que habían perdido!

Galip le compró a la mujer, que parecía una bruja, un platito de cañamones para así poder observar de cerca el buho y se lo echó a las palomas. En un instante se reunió una masa rugiente de oscuras y feas palomas que se cerró alrededor de la comida como un paraguas. ¡El buho de la bolsa era el mismo que el de las novelas policíacas que leía Rüya! Galip se sintió furioso con unos padres que contemplaban orgullosos y felices cómo sus hijas pequeñas les daban de comer a las aves porque no eran conscientes de aquel buho, de aquella verdad evidente, de las otras señales, de ninguna señal, de nada. En sus corazones no había la menor migaja de sospecha, ni siquiera una intuición imprecisa. Lo habían olvidado. Soñó que era el protagonista de la novela que imaginaba que Rüya leía mientras lo esperaba en casa. La trama que había que resolver se encontraba entre él y esa mano que lo había organizado todo magistralmente de forma que cada cosa señalara a aquel significado tan secreto pero que, no obstante, conseguía mantenerse oculto.

Cerca ya de la mezquita de Solimán le bastó con ver al aprendiz de una tienda llevando una imagen enmarcada de la misma mezquita hecha con cuentas de cristal para decidir que, tanto como las palabras, las letras y las imágenes de las bolsas, los objetos que describían y pintaban eran en sí mismos señales. Los chillones colores del cuadro eran más reales que la mezquita. No sólo los letreros, las imágenes y los cuadros y todos los objetos eran fichas del juego al que jugaba la «mano» oculta. En cuanto lo comprendió, decidió que el nombre del barrio de Zindan Kapi (la puerta de la mazmorra), por cuyas retorcidas calles estaba caminando, también tenía un significado especial que nadie había advertido: como si fuera un paciente jugador al que le queda poco para resolver un rompecabezas, sintió que todo estaba a punto de encajar con facilidad.

Percibía que eran señales de aquel significado secreto las tijeras de jardín, los destornilladores de cruceta, las señales de prohibido aparcar y las latas de salsa de tomate que veía en los baratillos y en las irregulares aceras del barrio, los calendarios en las paredes de los restaurantes baratos, el acueducto bizantino del que habían colgado letras de plexiglás, las rejas cerradas con gruesos candados. Notaba que, si se lo proponía, podría leer aquellas señales como leía los rostros de la gente. Así comprendió que unas tenazas significaban «atención», las aceitunas de un tarro «paciencia» y el conductor feliz de un anuncio de neumáticos «acercarse al objetivo» y decidió que se estaba acercando a su objetivo gracias a su atención y a su paciencia. Pero su entorno estaba repleto de señales mucho más difíciles de descifrar: cables telefónicos, el anuncio de una clínica de circuncisiones, señales de tráfico, paquetes de detergente para la colada, palas sin mango, pintadas políticas ilegibles, carámbanos, números de contadores de electricidad, indicadores de dirección, trozos de papel en blanco… Le parecía que pronto podría comprenderlo todo, pero estaba tan confuso, era tan agotador y estridente… Sin embargo, los protagonistas de las novelas policíacas que leía Rüya vivían en un mundo cómodo y tranquilo rodeados por las pistas que, en número reducido, les ofrecía el autor.

A pesar de todo la mezquita de Ali Celebi fue un consuelo para él, la señal de una historia comprensible. Años atrás Celâl había escrito que en un sueño había visto en aquella pequeña mezquita a Mahoma y a varios santos. Un adivino, al que fue para que le interpretara el sueño, le había predicho que escribiría mientras viviera. Escribiría e imaginaría tanto, que, aunque no saliera nunca de su casa, al final de su vida la recordaría como un largo viaje. Galip comprendió mucho después que aquel artículo se trataba de una adaptación de un famoso fragmento de Evliya Celebi.

«Y así -pensó Galip mientras pasaba ante el mercado-, en mi primera lectura la historia tenía un significado y en la segunda otro totalmente distinto». No abrigaba la menor duda de que en una tercera o una cuarta lecturas la columna de Celâl tendría otros sentidos: aquellas historias de Celâl, aunque siempre señalaran otra cosa, cada vez le daban la impresión a Galip de estar acercándose a algún objetivo a fuerza de cruzar puertas que se abrían una tras otra, como los laberintos de las revistas infantiles. Mientras caminaba distraído por las retorcidas callejas del mercado de frutas y verduras, a Galip le hubiera gustado estar lo antes posible en un lugar donde pudiera leer de nuevo todos los artículos de Celâl.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El libro negro»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El libro negro» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El libro negro»

Обсуждение, отзывы о книге «El libro negro» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x