Nancy Huston - Marcas De Nacimiento

Здесь есть возможность читать онлайн «Nancy Huston - Marcas De Nacimiento» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Marcas De Nacimiento: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Marcas De Nacimiento»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Este archivo es una copia de seguridad, para compartirlo con un grupo reducido de amigos, por medios privados. Si llega a tus manos debes saber que no deberás colgarlo en webs o redes públicas, ni hacer uso comercial del mismo. Que una vez leído se considera caducado el préstamo y deberá ser destruido.
En caso de incumplimiento de dicha advertencia, derivamos cualquier responsabilidad o acción legal a quienes la incumplieran.
Queremos dejar bien claro que nuestra intención es favorecer a aquellas personas, de entre nuestros compañeros, que por diversos motivos: económicos, de situación geográfica o discapacidades físicas, no tienen acceso a la literatura, o a bibliotecas públicas. Pagamos religiosamente todos los cánones impuestos por derechos de autor de diferentes soportes. Por ello, no consideramos que nuestro acto sea de piratería, ni la apoyamos en ningún caso. Además, realizamos la siguiente…

Marcas De Nacimiento — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Marcas De Nacimiento», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

No tardo en darme cuenta de que esta visita al zoo es, en esencia, para papá, con el fin de ayudarlo a decir algo difícil porque es más fácil decir cosas difíciles cuando estás mirando monos y tigres en vez de a la persona con que hablas.

– Escucha, Ran -me dice-. Quiero que sepas que tu madre y yo hemos arreglado nuestros asuntos esta mañana. Lo que está ocurriendo en el Líbano es tan horrendo que no queremos tener guerras en nuestra propia casa también, ¿vale?

– Vale.

– Así que hemos decidido evitar el tema de la política por completo y limitarnos a sacar el mayor partido posible de nuestra estancia en Haifa y considerarnos afortunados de que nuestra familia siga de una pieza. Tenemos una buena familia, ¿verdad?

– Verdad.

– Y no quiero que te preocupes, eso es lo más importante. Mamá y yo nos enfadamos por tal y cual cosa, pero vamos a salir adelante y a mantenernos unidos, y tú no debes preocuparte. Es una crisis, desde luego, pero las crisis forman parte de la vida. ¿De acuerdo?

– De acuerdo -digo, pensando en Marvin rodeado de cubitos de hielo derretidos en el fondo del cubo de basura.

***

Así que nos sumimos en una especie de nueva atmósfera con mamá y papá haciendo esfuerzos conscientes por ser amables, mostrar interés en nuestras respectivas actividades y evitar absolutamente el tema de la guerra. Papá ha tomado la resolución de Año Nuevo de seguir un estricto régimen de escribir todos los días de las ocho a las doce y de la una a las cinco, aunque rara vez parece satisfecho con los resultados. Mamá se ha hartado del largo trayecto en autobús hasta la universidad, así que ha alquilado un coche. Cuando nos lo dice una noche a la hora de cenar casi provoca una pelea porque papá dice que le parece un gasto innecesario y ella responde: «Desde luego no es dinero tuyo el que estoy gastando, Aron, apenas recuerdo la última vez que trajiste un cheque a casa», lo que es una pulla de lo más cruel, eso de recordarle que aún no tiene mucho éxito como autor teatral, pero él se traga el orgullo y le pregunta en qué clase de coche está pensando y la conversación continúa a partir de ahí.

Resulta que el coche es una ventaja para todos porque los fines de semana podemos ir a la montaña, a la preciosa Reserva Natural del Monte Carmelo, y dar paseos entre los árboles y los pájaros y los arbustos en flor, y eso nos hace sentir como una familia unida y feliz de veras, igual que todas las demás. El único problema es que mamá no es una conductora precisamente estupenda y dice que los israelíes conducen como locos, así que siempre se pone nerviosa preguntándose si tiene tiempo suficiente para pasar, o se indigna cuando alguien no le ha cedido el paso debidamente. A veces, cuando se mete en el carril izquierdo y hay un enorme camión que viene directo hacia nosotros, papá se aferra instintivamente a la puerta, así que mamá ceja en su intento de adelantar y vuelve al carril derecho con un volantazo, furiosa con papá porque parece estar poniendo en duda sus aptitudes al volante a pesar de que él ni siquiera tiene carnet. Todo ello propicia una atmósfera un tanto fastidiosa en el coche, pero merece la pena por lo de la Reserva.

En la escuela me entrego al baloncesto y otras actividades deportivas para librarme de la congoja causada por la ausencia de Nouzha. Me acaricio el ataléf de la marca de nacimiento todas las mañanas para sentirme un poco en contacto con su zahry, la mota púrpura de su mano. Y quién sabe, tal vez volvamos a vernos algún día y seamos amigos de nuevo a pesar de todos los conflictos mundiales, porque la quiero de veras.

Septiembre toca a su fin y octubre pasa sigilosamente y luego llega la víspera de Halloween. Pienso en cómo han de estar cambiando de color las hojas en Central Park y también en cómo seré una persona distinta para cuando regresemos a Nueva York, y si aún seré amigo de mis amigos de antes, como Barry.

Reflexiono sobre todo ello en el trayecto de regreso de la escuela. Cuando llego a casa veo la puerta del despacho de papá abierta de par en par, cosa insólita a esta hora del día con su nuevo régimen. Voy a buscarlo al salón y de pronto se produce un enorme estallido a mi espalda y me llevo un susto tremendo. Es papá, vestido de payaso con una sonrisa boba y enorme, que acaba de hacer estallar un globo. Para la víspera de Halloween me ha comprado un montón de golosinas y globos y un juego de maquillaje, todo un detalle por su parte. Justo cuando está empezando a pintarme de verde la nariz, suena el teléfono y deseo que deje de sonar porque quizá dé al traste con nuestro intento de pasarlo bien.

Papa va a la cocina a contestar. «¡Hola!» es lo único que alcanzo a oír.

La llamada no dura mucho pero luego le oigo hacer otra llamada, así que me enfado y voy a la cocina y pregunto:

– ¿Qué pasa?

Está pidiendo un taxi, nada menos.

– ¿Qué pasa con nuestro juego? -insisto con tono quejica y escandaloso, pero la mirada que me lanza destierra mi fastidio y provoca una descarga de puro miedo que me recorre de arriba abajo.

Está claro que se le ha olvidado absolutamente todo salvo las palabras que acaba de oír por teléfono, y ahora, al cogerme en brazos y echar a andar hacia la puerta para esperar el taxi, esas palabras brotan a trompicones de sus labios de un intenso rosa caramelo. Cada frase que pronuncia es más suave que la anterior.

– Mamá ha tenido un accidente. Ha chocado contra la barandilla en el bulevar Stella Maris y la ha atravesado. Está en el hospital. No parece nada bueno, Randall.

El taxista arquea las cejas al vernos y papá recuerda que aún va pintado de payaso, lo que ya no resulta apropiado para la situación. Así que en el taxi saca un pañuelo del bolsillo y se frota el maquillaje, logrando que los colores se emborronen, pero al final consigue quitarse la mayor parte, sólo le queda un poco de púrpura en torno a las orejas, aunque no se lo digo porque sé que le preocupan cosas más importantes.

Se supone que los niños no pueden entrar en la sala de cuidados intensivos, pero papá, que es buen actor, decide interpretar al americano impetuoso y descarado que conoce sus derechos y está dispuesto a aporrear el mostrador de recepción hasta que sean respetados, así que al final me dejan quedarme con él. Me aprieta la mano conforme entramos en la habitación donde han puesto a mamá. Me siento pequeño y asustado de veras cuando la veo conectada a un montón de máquinas. Nunca había visto nada parecido salvo en la tele, y apenas puedo respirar de lo mucho que me aterra que se vaya a morir mi propia madre. Está dormida y le miro la cara y murmuro en voz muy suave: «Lo siento mamá lo siento mamá lo siento mamá, sigue con vida por favor.» Papá y el médico se van a una esquina de la habitación y hablan en voz queda y lo único que puedo pensar es que papá aún tiene maquillaje púrpura en torno a las orejas y si el médico se va a dar cuenta. Recuerdo una foto en uno de los periódicos árabes que compró cuando ocurrió lo de Sabra y Shatila: se veía una cabeza de niño y uno de sus brazos encima del cuerpo de otro niño más o menos de mi edad, unos siete u ocho años, que debía de ser su hermano. Detrás de ellos entre las ruinas de su casa estaba su madre, pero lo único que se veía de ella era su enorme trasero con un vestido de flores. Aunque estaba muerta, daba la sensación de que aún quería ser un muro que protegiese a sus pequeños muertos.

Cuando papá regresa de su conversación con el médico salta a la vista por su semblante aturdido que hoy va a ser un punto de inflexión en nuestra vida. Habrá, como suele decirse, un antes y un después del 31 de octubre de 1982. Se sienta junto a la cama de mamá y le coge la mano sin moverla porque tiene tubos que penetran en su brazo. Se inclina y le besa los dedos mientras murmura «Sexy Sadie» una y otra vez, cosa que no le oía decir hacía mucho tiempo. Justo entonces los ojos de mamá parpadean y susurra nuestros nombres, así que al menos el cerebro no lo tiene roto: «Aron… Randall… Aron… Randall… ay Dios mío…» Le sonrío con mi más sincera sonrisa de cariño para que quiera volver a la vida, y pienso en lo bueno que seré de ahora en adelante si no se muere.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Marcas De Nacimiento»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Marcas De Nacimiento» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Nancy Huston - Infrared
Nancy Huston
Nancy Huston - Black Dance
Nancy Huston
Sara Paretsky - Marcas de Fuego
Sara Paretsky
James BeauSeigneur - El nacimiento de una era
James BeauSeigneur
Charlie Huston - Already Dead - A Novel
Charlie Huston
Charlie Huston - A Dangerous Man
Charlie Huston
Nancy Huston - Arbre de l'oblit
Nancy Huston
Alastair Bruce - Marcas en la pared
Alastair Bruce
Omraam Mikhaël Aïvanhov - El segundo nacimiento
Omraam Mikhaël Aïvanhov
Отзывы о книге «Marcas De Nacimiento»

Обсуждение, отзывы о книге «Marcas De Nacimiento» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x