Claudia Piñeiro - Las Viudas De Los Jueves

Здесь есть возможность читать онлайн «Claudia Piñeiro - Las Viudas De Los Jueves» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Las Viudas De Los Jueves: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Las Viudas De Los Jueves»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Detrás de las paredes perimetrales, más allá de los portones reforzados por barreras y flanqueados por garitas de vigilancia, se encuentra Altos de la Cascada.
Afuera, la ruta, la barriada popular de Santa María de los Tigrecitos, la autopista, la ciudad, el resto del mundo.
En Altos de la Cascada viven familias que llevan un mismo estilo de vida y que quieren mantenerlo cueste lo que cueste.
Allí, en el country, un grupo de amigos se reúne semanalmente lejos de las miradas de sus hijos, sus empleadas domésticas y sus esposas, quienes, excluidas del encuentro varonil, se autodenominan, bromeando, "las viudas de los jueves".
Pero una noche de rutina se quiebra y ese hecho permite descubrir, en un país que se desmorona, el lado oscuro de una vida "perfecta".
"Una novela ágil, escrita en un lenguaje perfectamente adecuado al tema, un análisis implacable de un microcosmos social en acelerado proceso de decadencia." José Saramago
"Una novela coral, sólida y solvente, con un agudísimo retrato psicológico y social, no sólo de la Argentina de hoy sino del mundo acomodado occidental." Rosa Montero
"Una historia atrapante, de ritmo cinematográfico, sobre una clase social a la cual desnuda sin piedad, con la contundencia de un impacto en el estómago."

Las Viudas De Los Jueves — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Las Viudas De Los Jueves», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Llegaron a la pelota del Tano. Se detuvieron. El Tano frente a ella y Alfredo dos metros detrás de él. El Tañó golpeó. Avanzó Alfredo y golpeó su pelota. Las dos cayeron dentro del green, pero desde esa distancia no podía saberse cuál se acercaba más al hoyo. Otra vez avanzaron juntos. Alfredo usaba zapatos con clavos que se hundían en el pasto a cada paso. "Qué raro que te dejaron salir con zapatos con clavos. Yo creía que en esta cancha seguían prohibidos." "Siguen. Pero, como decía mi viejo, es más fácil obtener el perdón que el permiso. Aunque te soy sincero, a mí no me gusta pedir ninguna de las dos cosas, Tanito." Una liebre se cruzó delante de ellos como escapando y se perdió detrás de una laguna. "Che, ¿pero entonces andan bien los de Troost?", insistió. "Perfecto, como siempre. ¿Por qué te interesa tanto?" "Porque estoy haciendo algo con ellos, en realidad no con ellos sino con sus pólizas. Estoy viaticando seguros de vida." "¿Y eso qué es?" "Descontarlos. Le das la guita contra la póliza endosada a tu nombre, vos pasas a ser el beneficiario, es un procedimiento administrativo muy sencillo. Lo haces en dos minutos. Solamente lo hacemos con pólizas de aseguradoras serias y Troost siempre fue primera línea. Claro que hemos visto caer cada gigante que uno está curado de espanto, ¿no, Tanito?" "¿Y vos cuándo cobras?", preguntó el Tano. "Cuando se cobra cualquier póliza de seguro de vida, cuando el ñato se muere." A Alfredo le sonó el teléfono, se detuvo un instante, dio dos o tres instrucciones y cortó. "Y lo que tiene de bueno el sistema es que la guita la llega a disfrutar el que pagó la póliza y no los parientes. Apareció con el tema del sida, que a estos tipos le chupaba toda la guita el tratamiento… entonces, si tenían una póliza preexistente a la enfermedad, y estaba claro que ya no había vuelta de hoja, ¿me entendés?, vos le dabas la guita, el tipo vivía ese tiempo mejor, y después vos cobrabas el seguro taca taca." "No conocía el negocio." "Y, el mercado financiero es así, un flash, hay que estar buscando todo el tiempo cosas nuevas. Cuando sabes mirar, siempre aparece un nuevo nicho." "Se pudre algo y aparece otra cosa." "Tal cual, Tanito, hay que estar atento, y si es posible pegar primero. Esto de la viaticación es un negocio de esos redonditos, que si está bien evaluado no tiene riesgo. Mejor que descontar hipotecas. Le tomas la póliza al 80 por ciento y cobras al toque. Imaginate que te rinde un 20 por ciento muchas veces antes de que se cumpla un año del endoso, una tasa de la puta madre, y en dólares, Tano." "Impresionante." "Impresionante." "¿Y se lo haces sólo a gente con sida?" "No, al contrario. Ahora en ese segmento se pudrió un poco la cosa por el tema de las drogas nuevas, que les terminan alargando la vida a los pibes. Al pedo, pobres, si morirse se van a morir igual. Pero se alargó el plazo, y eso te complica mucho para fijar una tasa que rinda. El mercado está un poco enrarecido, le podes pifiar fiero. Nosotros estamos pagando mejor otro tipo de siniestros." "¿Como cuáles?" "Otras enfermedades… de ésas que nadie quiere nombrar… qué sé yo, cáncer de pulmón, hepatitis fulminante, tumores cerebrales… No sé bien, a mí esa parte del negocio me da un poco de impresión, y para eso están los asesores médicos que estudian el caso y nos pasan un informe… A mí no me saques de los números, Tanito…"

Llegaron al green. Alfredo se agachó para ver hacia dónde caía la pendiente. Estudió la caída desde distintos ángulos. El Tano lo observó y no necesitó agacharse, confió en la evaluación de su compañero de línea. Sacó su putter y avanzó hacia la pelota. "Che, Tano, ¿y vos no te quedaste con ningún listado de clientes de Troost? Porque si vos podes acercarnos pólizas para descontar, yo te puedo habilitar un porcentaje. El problema de crecimiento que tiene este negocio es que uno no lo puede salir a ofrecer masivamente, ¿me entendés?, la gente se impresiona, hasta que entra, fíjate con el tema de las parcelas de los cementerios privados, al principio te daba impresión y hoy quién no tiene una…" "Listado no, pero tengo buena memoria, y parcela en el Memorial." Alfredo festejó el chiste. "Bueno, si te interesa, avísame. Vos podrías manejar el producto de taquito, y en todo caso te damos un cursito de capacitación; como es un tema delicado hay que saber qué palabras usar para venderlo, ¿sabes? Nosotros capacitamos con gente de neurolingüística, que te ponen la palabra justa. Avísame." "Te aviso."

Alfredo pegó, suave, como correspondía según la distancia. La pelota pasó por al lado de la del Tano y entró. Un golpe menos que el par del hoyo, lo suficiente como para sentirse más que la media. Lo suficiente como para que el Tano ya no tuviera chance de ganarle. Fue hasta el hoyo y levantó su pelotita. El Tano sacó su puttery se paró frente a la suya sabiendo que ya había perdido. Aflojó las rodillas, elongó el cuello a un lado y al otro, se balanceó levemente. Estaba a punto de pegar, pero antes preguntó. "¿Che, y te acordás de quién son las pólizas de Troost que descontaste?" "No, pero las tengo anotadas en la agenda, después te digo." El Tano pegó y la pelota también entró, pero para él no fue suficiente, había perdido un golpe en la copa de los árboles. Su adversario ya le había ganado por un golpe.

Tomaron algo juntos en el bar antes de irse. Alfredo buscó en su agenda los datos de las pólizas de Troost. "Una es de una tal Margarita Lapisarreta… Y la otra de Oliver Candileu." "A Oliver lo conozco bien, es el ex marido de una mujer que trabaja en Troost." "Ojo que es confidencial, Tano, mira que es un tema… sensible." "¿Qué tiene Oliver?" "Póliza muy buena, sobre Londres, con una prima de trescientos mil dólares, pero con una cláusula de retiro anticipado muy leonina, le sacaban casi la mitad de la guita." Alfredo puso sobre la mesa la plata para pagar lo que habían tomado los dos y se levantó. "Pero él, ¿qué tiene? ¿De qué se va a morir?" "No me acuerdo, pero debe ser algo bien fulminante porque se llevó el 83 por ciento, imaginate… El descuento más alto que dimos hasta ahora. ¿Es amigo, che, te jode?" "No, no es amigo." Alfredo se cargó la bolsa de palos al hombro. "¿Me avisas, entonces?" "Te aviso." Le palmeó el hombro y se fue. El Tano se quedó un rato más en el bar, con la vista perdida en el verde inmaculado de la cancha de golf, pensando en por qué lo habrían llamado viaticación.

39

Ernesto quiere que Romina estudie abogacía. El año que viene, cuando termine el secundario. Pero ella no se anota. Entonces amenaza con que, si no se decide, la decisión la va a tomar él. Y Romina está decidida, pero él no la escucha. No quiere estudiar el año que viene. Quiere dejar pasar un año. Aunque se lo dijo, la secretaria de Ernesto le mandó hoy todos los papeles, "con la indicación del doctor Andrade de que los llene para esta tarde a última hora, ¿okey?". "¿Doctor?" "¿Cómo?" "Nada." "Te corre el reloj, Romina, la inscripción cierra la semana que viene", había dicho él. Y Romina se imaginó el Rolex de su papá corriéndola por las calles de Altos de la Cascada, derretido como esos relojes que había visto en el cuadro de Dalí que tuvieron que copiar en el colegio. Ernesto dijo que no estaba dispuesto a que perdiera un año entero de su vida. Y ella pensó cuál era la verdadera pérdida, porque sabía que de su vida había perdido mucho. Todos esos años de los que casi no se acuerda. Había perdido su nombre, Ramona. El padre que nunca conoció. Los olores. La cara de aquella otra madre que ya no recuerda. Aquel hermano que podría haber sido distinto pero desapareció de la mano de Mariana. Los formularios respondían a dos opciones de universidad privada, la San Andrés o la Di Telia. "Menos que eso no acepto. Es una cuestión de excelencia", le dice. Excelencia. Pero Romina no quiere ser excelente. Lo que quiere es viajar. El próximo año, no pide más, no pide toda la vida, sólo el primer impulso después del secundario, un viaje de iniciación, agarrar una mochila y ver qué surge, sin rumbo fijo. En el país o afuera. Ernesto se burla, dice que cómo se le puede ocurrir viajar por el mundo a una persona que no sabe tomar el 57 para ir a Capital. Y lo dice aunque él tampoco sabría tomarlo, ni ese ni ninguno con máquina expendedora de boletos. La última vez que viajó en colectivo todavía se le pagaba al chofer con el billete que sea, y el chofer te daba el vuelto. Es cierto que ella ni siquiera subió alguna vez a un colectivo. Pero Juani sabe. Es uno de los pocos chicos de su edad que sabe. Los demás se manejan en combi o remís, o los llevan los padres. Y se apuran a sacar el registro en cuanto cumplen diecisiete años. No es raro encontrar en la zona chicos de esa edad que sepan manejar y no sepan viajar en colectivo. En donde viven todo queda lejos, el cine, el shopping, el colegio, la casa de sus compañeros. No se puede llegar caminando a ninguna parte. Ella piensa ir con él. Si es que logran juntar la plata para Juani. Romina ya tiene la suya. La fue ahorrando todos estos años. Y llegado el momento, Ernesto le va a dar más. Él siempre lo hace, le da seguridad que ella tenga plata encima. "Por lo que pueda pasar." Pero no le quiere contar a su padre que piensa ir con Juani. Tiene miedo de que eso sea un obstáculo más. Y entonces le dice: "No puede ser tan difícil tomar el 57, ni usar una máquina expendedora de boletos, debe ser más o menos como la que te vende preservativos o tampones en el baño de los boliches". Y Ernesto le levanta la mano para darle una cachetada pero ella se lo impide, sostiene su brazo en el aire, y le dice: "No vuelvas a hacerlo", mirándolo con furia a los ojos, y enseguida sale corriendo, a su cuarto, porque tiene miedo de no ser lo suficientemente fuerte para impedírselo. Si pudiera entender a Ernesto. Le extraña que no se le ocurra, como a los padres de Willy Quevedo, que "aplique" para ir a una universidad en los Estados Unidos. Él pide otra cosa, aunque podría pagar también la de los Estados Unidos. Los padres de Willy no se sentían seguros de poder afrontar el gasto y hace años que vienen pagando una especie de ahorro previo para asegurarse la plata que necesitan para mandarlo a estudiar a donde ellos eligieron. Ernesto no menciona los Estados Unidos. Ella no sabe si para no darle el gusto porque de alguna manera ir allí sería viajar, o porque tiene miedo de que del exterior no vuelva. No, no cree que eso le dé miedo a Ernesto. Ni siquiera cree que la extrañe. O tal vez él sí, pero Mariana… Mariana festejaría. Tal vez elige la opción local porque ahí es más fácil hacer contactos que a él le sirvan. O porque él no podría ir a su graduación si no le levantan la inhibición para salir del país. Pero eso tampoco, porque Ernesto está tranquilo, ya le dijo alguno de sus amigos "del ministerio" que es una cuestión de forma, que el juez aceptó levantársela, que es cuestión de días. Romina no sabe por qué no puede salir de país y no pregunta, porque sabe lo que le respondería. "Porque en este país no se ocupan de meter presos a los chorros sino de jodernos la vida a gente como nosotros." Y tampoco sabe lo que es "gente como nosotros", pero se lo imagina. Lo único que sabe es que San Andrés o Di Telia son dos palabras que a Ernesto lo tranquilizarían. Hay palabras que en los padres surten cierto efecto balsámico. Por la palabra misma, sin mayor análisis. Sustantivos propios y comunes que calman padres. Juani y ella tienen una lista. Nombres de algunas universidades. Nombres de algunos bancos. Nombres de algunos lugares de veraneo "familiares". Nombres de algunos amigos, pocos. Nombres de algunos colegios que garantizan el mejor nivel de inglés de la zona y te hacen dar el "IB", aunque la mayoría de los padres no sepan lo que IB significa, pero sí que marca la diferencia entre un colegio y otro. Palabras que tranquilizan. Deporte. Un chico que haga mucho deporte seguro "es sano y no está metido en la droga". El deporte que se les ocurra, mientras haya una pelota, la que sea, de felpa verde, de cuero número cinco, Slazenger o Nike, un instrumento con el cual golpearla (pie, raqueta, palo de golf, mano), y un agujero donde meterla (arco, hoyo, línea de saque, aro de básquet).

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Las Viudas De Los Jueves»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Las Viudas De Los Jueves» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Las Viudas De Los Jueves»

Обсуждение, отзывы о книге «Las Viudas De Los Jueves» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x