– Perdona, Pietro, pero yo no estoy en absoluto de acuerdo. ¿Dónde queda entonces el placer de construir juntos y el deseo de exclusividad? ¡Yo hago cosas por mi mujer, aunque a veces me cueste, porque quiero que se sienta realizada, feliz y satisfecha!
– ¡Anda ya! No digo que no se pueda ser feliz en parte, pero al final es una cuestión de costumbre pura y dura, ¡y a las mujeres les asustan las novedades! ¿Sabes a cuántas mujeres he conocido que de repente querían dejar a sus maridos sólo porque se habían acostado conmigo? Se sentían como una especie de heroínas ansiosas de dar un giro a sus vidas… Pero, después, apenas comprendían que yo no tenía ninguna intención de entablar una relación con ellas por temor a la misma historia del m é nage que me habían contado en repetidas ocasiones, curiosamente volvían con su marido más enamoradas que antes. ¡y siempre decidían marcharse en seguida de vacaciones! ¡De manera que, para varias de ellas, he sido incluso terapéutico! Venga, chicos, a veces el amor es realmente ridículo…
Enrico lo mira sorprendido.
– Eso quiere decir que Camilla…, en fin, que dado que se ha comportado así la estás alabando, consideras que es una mujer valiente…, ¡una temeraria!
– Escucha, no me apetece seguir hablando de vuestros líos. No se puede generalizar. Las mujeres os hacen creer que son fieles, os dan seguridad… -Pietro mira luego a Alex y arquea las cejas-. Quizá os aseguran que tienen el móvil descargado porque no pueden deciros sin más que han salido con otro… Las parejas ya no son abiertas. ¡Vivimos como antes del año 68! Todos traicionan y todos disimulan.
Alex lo mira irritado.
– Oye, que Niki tenía el teléfono descargado de verdad…
– Ah, ¿y cómo puedes estar tan seguro?
– Porque me lo ha dicho ella…
– Bonita respuesta.
– Y, sobre todo, ¡porque si tuviese ganas de salir con otro me lo diría!
– Ésa me gusta aún más… Siempre me ha encantado la ciencia ficción… Victor Hugo dijo una gran verdad: «Una mujer que tiene un amante es un ángel; una mujer que tiene dos amantes es un monstruo; una mujer que tiene tres amantes es una mujer.» ¿Sabéis cuántas esposas o chicas con novio han tenido una historia conmigo? Las cortejo, les hago revivir el entusiasmo de las primeras salidas, de las sorpresas en la cama… y por un instante piensan en dejar a su marido, o Quizá incluso lo dejan por un período de tiempo, sólo en su imaginación, ¿eh?…, pero luego vuelven a su lado, son miedosas, como nosotros, ¡y en lo que concierne a «ese aspecto» son idénticas! Las mujeres son hombres con tetas…, pero sin huevos.
– Eres terrible. Entonces, ¿por qué te casaste?
– Porque llegado un punto debes dar a una mujer esa tranquilidad… Además, tenéis que reconocer que es útil… «La familia es la asociación instituida por la naturaleza para satisfacer las necesidades del hombre», decía Aristóteles. Y Susanna era la persona adecuada para dar ese paso. Pero todos los matrimonios son así: llega un punto en el que ninguno de los dos está contento, no bastan ni los hijos ni la casa… «Ejercer de marido es un trabajo a tiempo completo, por eso muchos maridos no consiguen dedicar toda su atención», decía Arnold Bennet. Y tenía razón, ¡caramba! Todos quieren enamorarse, deseamos el amor…, ¡y lo buscamos donde podemos! ¡Soñamos con él, lo perseguimos!
Alex sacude la cabeza.
– Pero ¿se puede saber quién eres tú? ¿La Wikiquote con patas? Nos estás acribillando con tus citas…
Pietro compone una expresión solemne.
– Claro, me he trabajado mucho el tema para dejar asombradas a mis dulces presas: adoran las citas, ¿qué te crees?… Ésta, por ejemplo, la uso cuando alguien me ataca, escucha: «Inmediatamente después del creador de una buena frase viene, por orden de importancia, el primero que la cita», Ralph Waldo Emerson.
Alex vuelve a sacudir la cabeza.
– Eres un caso perdido. De todos modos, no estoy ni estaré nunca de acuerdo contigo. Mis padres están casados y siempre han sido felices.
– Son la excepción que confirma la regla.
– También los de Niki.
– Demasiado pronto para estar seguros: son de nuestra edad… Y nosotros, como ves… -señala con los ojos a Enrico, procurando que éste no lo vea-, estamos empezando a caer…
En ese preciso momento suena el móvil de Alex.
– Es Niki… -Abre el teléfono-. ¡Cariño! ¿No tenías el móvil descargado?
Alex mira ufano a Pietro y le hace un gesto obsceno.
– Sí, pero he visto que el cargador de Olly me servía… ¡Estamos en su casa! ¿Habéis acabado de jugar?
– Esto… -Alex se levanta del sofá y se dirige al dormitorio.
Pietro lo mira y suspira.
– Creo que él también tiene algún problema que otro -dice dirigiéndose a los demás.
Apenas queda fuera del alcance de sus amigos, Alex prosigue la conversación con Niki.
– Sí, lo hemos dejado porque uno de nosotros se ha hecho daño…
– ¿En serio? ¿Quién?
– No, no lo conoces, uno del equipo… Ah, y después hemos venido a casa de Enrico porque él no ha jugado…
– Ah, ¿no está bien?
– Peor…
– ¿Qué quieres decir?
– Su mujer lo ha dejado.
– Ah. -Niki enmudece.
– ¿Niki?
– ¿Sí?
– Por desgracia, puede suceder.
– Oh, claro, sí…, uno hace una promesa ante Dios y le gustaría que todo fuese sobre ruedas… En cambio…
Alex está a la expectativa, siente curiosidad.
– ¿En cambio?
– Nada… Que no somos capaces de hacer realidad un sueño.
– Sí, Niki, pero no te lo tomes a mal.
– No, lo que ocurre es que lo siento. Veo la incapacidad de las personas para llegar hasta el fondo de las cosas.
– Quizá ambos lo desean, pero después algo cambia…
– Espero que no.
– Yo también… -Su voz se anima a continuación-. De todas formas, nosotros no hemos hecho ninguna promesa, ¿no? No. Bueno, vuelvo con mis amigas.
– Vale, hablamos más tarde.
Alex mira el teléfono cerrado y se queda estupefacto por un instante. Esa frase… «No hemos hecho ninguna promesa.» ¿A qué ha venido? ¿Por qué lo habrá dicho? Además, lo ha dicho con voz alegre. ¿Qué habrá querido decir? ¿Menos mal que no hemos prometido nada? Siente que el estómago se le encoge ligeramente. Bah. A continuación se mete de nuevo el móvil en el bolsillo y vuelve al salón.
– ¿Todo bien? -pregunta Pietro risueño y particularmente curioso.
– Sí…, genial.
Enrico lo mira boquiabierto.
– Os agradezco el interés y el afecto que me habéis demostrado. Siempre he sabido que podía contar con vosotros.
Pietro gesticula con las manos de manera exagerada.
– Sí, vale, ahora intentarás hacernos creer que esto te ha sucedido de la noche a la mañana, cuando todo estaba bien… Ella no estaba contenta, se lamentaba, no estaba satisfecha.
Enrico lo mira perplejo. Alex y Flavio también.
– Perdona, pero ¿tú que sabes?
– Bueno… -Pietro mira a su alrededor sintiendo que lo han pillado ligeramente desprevenido-, algunas cosas se deducen… Se leía en su cara, claro que para darse cuenta se requiere cierta sensibilidad y eso es algo de lo que no carezco, desde luego. Y ahora me perdonaréis, pero tengo que ir a follarme a esa mujer que está sola en casa. -Mira el reloj-. Sí… Sus hijos estarán durmiendo y él le habrá hecho ya la consabida llamadita tranquilizadora. Adiós, chicos, hablamos mañana.
Y sale dando un portazo a sus espaldas.
– No le falta sensibilidad, ¿eh?… ¡Un pedazo de animal, eso es lo que es!
– Bueno -Flavio se encoge de hombros-, sea como sea, tiene razón: vive de maravilla, todo le importa un comino y se divierte como si tuviese dieciocho años.
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